Sasaki To Pii-chan (LN)

Volumen 2

Capítulo 6: Poderes Psíquicos Y Mahou Shoujos

Parte 4

La pelea entre el jefe de Futarishizuka y Pii-chan terminó con la victoria de este último.

Un resultado crucial, considerando que nos enfrentamos a la cabecilla de una gran organización de psíquicos de alto rango.

Si tenía conexiones incluso con el Jefe de Sección Akutsu, debíamos aprovechar esta oportunidad para sacarle algo de información. Dependiendo de cómo haga las cosas a continuación, el bureau seguramente me fijará como un objetivo.

Pii-chan trabajó duro para sobreponerse a este hombre, así que era mi deber sacarle el mayor provecho a su victoria.

—Hay una cosa de la que me gustaría hablar contigo. —Me dirigí al Akiba-chan, decidido.

Necesitaba hacer todo lo posible para proteger mi vida futura en la sociedad moderna.

—¿…Y que sería eso? ¿Qué podrías querer de mí aparte de Shizu?

—Se trata de nuestra relación futura con ella.

El hombre ya estaba encima del contenedor de envío, listo para partir, cuando nos miró con nerviosismo. Tal vez estaba teniendo problemas para calibrar la conexión entre Pii-chan y yo. El usuario del huracán había desaparecido en algún momento, por lo que ahora estaba completamente solo.

—Si piensas que venderé a mi grupo, te digo que no puedo.

—Estrictamente hablando, no queremos tu cabeza ni la de tus camaradas. Necesitamos proporcionarle al bureau pruebas de que ella abandonó tu organización, y me preguntaba si podrías ayudarnos con eso.

—¿Quieres que hable con tu jefe o algo así?

—Sí. Algo así.

—Sería inútil.

—La persona de la que hablaste es la misma que nos ordenó tratar con tu organización. No sé qué es lo que quieres, pero ¿tu relación con él es lo suficientemente importante como para poner a tu grupo en peligro?

—¿Qué? Ni siquiera bromees sobre eso. Nuestros intereses simplemente se alinearon.

«Oh, bien», pensé. «Después de todo, parece que no se llevan muy bien».

Dicho esto, ¿cuál era su relación, entonces? Tomando  en  cuenta  sus  posiciones  similares, siendo que ambos encabezaban organizaciones con un considerable  número  de  psíquicos  a  su  disposición, probablemente tenían otras formas de manejar sus conflictos aparte de los enfrentamientos.

—…Si me permite preguntar, —quería asegurar—

¿desde cuándo conoce al jefe de sección?

—¿Esperas que sea honesto sobre eso?

—Ya que estamos todos aquí.

—…Bueno, perdí la pelea. Supongo que al menos puedo llamarlo.

Ahora sólo teníamos que esperar y ver cómo resultó el examen de empleo de Futarishizuka.

Mientras tanto, no podía olvidarme de acercarme al nerd del anime.

—Por cierto, ¿puedo preguntar una cosa más?

—¿Aún no has terminado?

—Se nos ha presentado la oportunidad de conocernos. Me gustaría hablar un rato más.

—¿…Estás tratando de amenazarme?

—El bureau es el hogar de una gran variedad de personas, como bien sabes. Por mi parte, dado que tú organización es de donde proviene originalmente la señorita Futarishizuka, me gustaría establecer una relación positiva. Sin  mencionar que dudo mucho que el bureau represente una amenaza para usted con sus fuerzas actuales.

—¿Huh? ¿Y qué pasa con ese familiar tuyo?

—Como dije, este es mi punto de vista personal.

—…

El peor resultado posible sería que el Jefe de Sección Akutsu se uniera a este hombre para matarnos. Quería llegar a un acuerdo con el Akiba-chan, aquí mismo, para evitar que eso suceda. Pii-chan acababa de derrotarlo, así que ahora era mi turno de pavonearme.

No puedo esperar menos del jefe de sección, quien tal parece no tiene problemas con vender los movimientos de sus empleados para sacar un beneficio.

—Por supuesto, no pretendo que esto sea un acuerdo unidireccional. ¿Quizás podamos convertirla en una situación de toma y daca? Evidentemente, tenemos algunos puntos en los que no podemos ceder y estoy seguro de que a usted le pasa lo mismo. Sin embargo, creo que todavía hay margen para llegar a un acuerdo.

—¿Y qué ganaría yo con todo esto? No puedo decir obtenga un beneficio particularmente obvio.

—Afortunadamente, las habilidades que acabo de mostrarte no las conoce nadie del bureau. Si no dices nada, no tendríamos ningún motivo para usarlas contra su contra. Como miembro del bureau, oficialmente tengo mis manos ocupadas brindando un simple apoyo en la retaguardia.

—¿Que…?

—¿Qué te parece?

Me apresuré a intentar asegurar su silencio con una oferta de amistad.

Cualquier intercambio adicional podría gestionarse a través de Futarishizuka en los próximos días según lo que exija la situación. Si le exigíamos demasiado, podría intentar aprovecharse de nosotros. Al contrario de su apariencia, este Akiba-chan tenía una personalidad bastante agresiva.

—Entonces, ¿tú también estás descontento con el bureau?

—No en particular.

—Claro… Si eso es lo que dices.

—¿Y no te arrepentirás de perder por completo tu relación con la señorita Futarishizuka? Dejando a un lado sus habilidades como psíquica, sus otras cualidades deben hacerla indispensable como una miembro de tu organización. Estoy presentando una salida donde no tienes por qué perder esos beneficios.

—…

En realidad, no sabía hasta dónde llegaban los activos de este hombre o lo que podría aportarle Futarishizuka. Aun así, pensé que sería mejor involucraba. En estos momentos, era mi única ancla medianamente segura para llegar a este hombre en el futuro. Y eso nos traería enormes beneficios.

Al mismo tiempo, creo Futarishizuka también preferiría mantener una relación cordial con su antiguo jefe.

—¿Qué opinas?

—…Bueno, realmente no me importa, supongo — dijo el Akiba-chan de mala gana, antes de asentir.

No parecía muy contento, pero era lo mejor. Si pudiéramos ofrecerle algunos negocios lucrativos en el futuro, su actitud hacia nosotros probablemente cambiaría. Esperaba que fuera capaz de visualizar el largo plazo.

—Es una sabia decisión.

—Sí, claro. No es si tuviera las manos atadas aquí.

—Le aseguró futuro no muy lejano, tendrá motivos para estar agradecido por este encuentro.

—¿Cómo ahora…?

Alinearíamos nuestros propios intereses con los del mundo psíquico; creía que esto era crucial, ya que teníamos mucho que ocultar. De esa manera, si algo sucediera, o el jefe nos traicionara, aún podría aferrarme a mi posición como miembro del bureau.

—…Hablando de eso, ¿cómo le está yendo al hombre con poderes de telequinesis?

—El pobre diablo todavía anda en silla de ruedas.

Gracias, por cierto.

—No pretendo cambiar de tema, pero si usara mis habilidades, podría restaurar todas sus extremidades. De la misma manera que mi amigo se curó ese corte de espada antes. Ni siquiera necesitaría rehabilitación; podría levantarse y moverse de inmediato, mejor que cuando estaba herido.

Le indiqué a Pii-chan con la mirada mientras hablaba. Todavía había sangre sobre él, pero la herida real no se encontraba por ningún lado.

—En serio estás insinuando que simplemente… ¿Lo sanarás por nosotros?

—Creo que es necesario demostrar mi voluntad de llegar a un acuerdo.

—…

—¿Qué dices?

El Akiba-chan se quedó en silencio ante mi propuesta. Parecía estar pensando en algo, pero no por mucho tiempo. “Está bien”, fue lo que dijo.

—Me comunicaré contigo a través de Shizu pronto.

—Afirmo

—Entendido.

Con eso, parecía que había recibido su consentimiento para nuestra pequeña asociación, así como la aprobación del grupo para la retirada de Futarishizuka. Probablemente ya no atacarían su alojamiento ni intentarían matarla mientras dormía.

Eso sólo nos dejaba al jefe de sección Akutsu, con quién intuía tendría la sensación más molesta de todas.

***

Después de  intercambiar  algunas  palabras,  el Akiba-chan siguió su camino, dejándonos a Pii-chan, Futarishizuka y a mí solos.

Seguíamos en el mismo rinconcito del almacén de carga ubicado en los muelles. Terminamos juntando nuestras cabezas y discutiendo cual sería el próximo movimiento a la luz de lo que acababa de suceder.

Mi distinguido gorrión también estaba en su lugar habitual, con sus patitas posadas sobre mi hombro. Estaba produciendo agua caliente sobre su cabeza usando magia para limpiarse. “No quisiera manchar tu ropa con sangre”, había dicho en un tono considerado. Verlo sacudiéndose toda la humedad adherida a sus plumas fue tan encantador.

—Gracias por todo. Sin tu ayuda, seguramente habría muerto.

—Agradécele a Pii-chan. Él fue la estrella del espectáculo.

—No es necesario. Simplemente obedecí la voluntad de este hombre.

Futarishizuka inclinó la cabeza en señal de gratitud. La solemnidad de la acción, combinada con su elegante kimono, creaba una bonita imagen. Aunque no pude evitar sentirme incómodo por las reverencias hacía mi persona, ya que todo esto salió bien gracias Pii-chan.

—He de decir, que este incidente fue muy estimulante.

—¿Qué quieres decir?

—Ese hombre sería visto como alguien poderoso incluso para los estándares de mi mundo.

—Ah… Supongo que es de esperarse.

—Si me hubiera equivocado, aunque sea una vez, podría haberme metido en muchos más problemas.

—Da un poco de miedo pensar en eso…

Escuchar eso del propio Señor Sabio de las Estrellas me hizo ponerme rígido inconscientemente. Pero tal vez fuera bueno confirmar este hecho. Esto significaba que incluso los psíquicos de este mundo podían igualar a los profesionales de primera clase del otro mundo.

Me pregunté cómo se comparaba el hombre con la mujer de piel púrpura con la que Pii-chan había luchado en el cielo. En el peor de los casos, es posible que tengamos que conseguir fuerzas de combate del otro mundo.

¿Tendríamos tanta suerte si ese Akiba-chan se aliará con otro psíquico de Rango A…?

—No es lo que uno esperaría de una muestra de gratitud, —habló Futarishizuka— pero tengo una propuesta.

—¿Si?

¿Llegó la hora? ¿Este sería el día en el que Futarishizuka nos otorgará una recompensa? Hablamos de una mujer inmensamente rica, por lo que mis expectativas estaban por las nubes.

—Como dije anteriormente, los ayudaré plenamente a ambos en el futuro.

Habíamos hecho un acuerdo verbal en la cocina del hotel de clase alta en medio del aluvión de balas y poderes psíquicos. Ella también había mencionado algo sobre establecer una base de operaciones para nosotros fuera del país si yo la ayudaba a eliminar al usuario del huracán como parte de su prueba.

Parecía que sus intenciones habían sido puras, aunque de todos modos sabemos que no puede mentir, dada la maldición.

—Deberíamos asegurar rápidamente una base de operaciones separada de este almacén —sugirió—. Si necesitas algo, dímelo y lo conseguiré. Prometo ser lo más complaciente posible… ¿Estás abasteciéndote de productos voluminosos como azúcar, no es así? Supongo que necesitarás un lugar donde almacenarlos lo antes posible.

—Esa es una propuesta muy bienvenida.

—Y una actitud encomiable.

—Me salvaron la vida. Puedo jactarme de que siempre pago mis deudas.

—¿Lo haces?

—No puedo darme el lujo de seguir pidiendo prestado sin pagar —dijo con una sonrisa—. No aprecio la perspectiva de verme constantemente endeudada con gente poderosa.

Su propuesta parecía increíblemente atractiva, considerando cómo nos habían ido las cosas últimamente. Después de todo, si quisiéramos satisfacer las solicitudes de la Compañía Comercial Kepler, literalmente necesitaríamos transportar toneladas de mercancía cada día. Adquirir el espacio para hacer eso y encontrar una forma estable de obtener los productos me había dado dolores de cabeza.

Por el momento, podríamos confiar en Futarishizuka para eso; siendo que está había sido mi intención con ella desde el principio. Me preocupaba que, si mis demandas continuarán durante semanas y luego meses, ella comenzaría a quejarse. Sin embargo, ese problema acababa de resolverse de forma satisfactoria.

—En ese caso, me gustaría conseguir trescientas toneladas de azúcar extrafina.

—Vaya, ¿no tienes el paladar muy dulce? ¿Qué harás con tanta azúcar?

—¿Puedes conseguirla para mí?

—Te la tendré para el fin de semana. Y puedes pagarme en una fecha posterior.

Lo dije principalmente como una broma, pero ella aceptó la tarea, pareciendo bastante imperturbable.

Considerando la gran cantidad que quería almacenar, realmente tendría que trabajar en mis negocios, o tal vez no podría pagarle más tarde. Dicho esto, para este tipo de alimentos, del tipo que debía producirse en masa en las fábricas, se podía vender todo lo que se pudiera traer, lo que me tranquilizó.

La próxima vez agregaré otro dígito a mis acciones en la Compañía Comercial Kepler.

—Eso realmente me ayuda, señorita Futarishizuka.

—Pensé que ibas a preguntar, pero ya tengo unos cincuenta sacos —dijo, mirando la alta pila de tarima en otro rincón del almacén.

Las cosas pueden conservarse durante mucho tiempo, pero ¿qué habría hecho ella si yo no las hubiera querido? No podía imaginarme a ningún empresario que quisiera comprarle una cantidad de azúcar a un forajido bajita en kimono.

—Ahora, —continuó— este almacén es inútil para nosotros por varias razones, así que quisiera desalojarlo mañana. Si tienes alguna pregunta sobre la ubicación de las nuevas instalaciones de ahora en adelante, que se despejen ahora. Será mucho más difícil encontrarlas.

—¿Harás tanto por nosotros?

—¡Bueno, así están las cosas! Entiendo que mientras te trate bien, que me vas a pagar.

—Haré todo lo posible para asegurarme de que no sufras ninguna pérdida.

—Qué respuesta tan vaga. ¿No puedes estar un poco más entusiasmado con esto?

—Preferiría esperar a ver los resultados tangibles.

—Heh… —Ante su sonrisa, sentí una sacudida en mi

orgullo.

Recordé mis sentimientos de cuando era un nuevo

recluta, recién salido de la universidad, acerca de cierto superior al que respetaba. Cuando terminó mi período de entrenamiento, desapareció en alguna parte. Se rumoreaba que lo habían degradado y enviado a una empresa afiliada.

Al mirar a la pequeña dama frente a mí, sentí lo mismo que en ese entonces.

Mientras tanto, Pii-chan albergaba otras emociones: en su mayoría aprensiones.

—Si intentas engañar a este tipo de buen carácter, la maldición progresará.

—Qué grosero. Estoy siendo sincera.

Aprovechó la oportunidad para exponer el dorso de su mano. El patrón de la maldición estaba allí, sin cambios aparentes desde la última vez que la vimos. Según Pii-chan, su superficie aumentaría mientras albergara intenciones hostiles hacia nosotros.

—Me crees ahora, ¿verdad? ¡Tengan la seguridad de que soy su leal esclava!

—Cuando lo dices así, me siento más preocupado.

—Quizás deba ponerle más restricciones.

—Eh… Preferiría al menos tener la libertad de elegir lo que sale de mi boca…

Y así continuamos discutiendo nuestros planes futuros con Futarishizuka.