Sasaki To Pii-chan (LN)

Volumen 2

Capítulo 3: Reclutamiento (II)

Parte 7

Punto de Vista de:La Vecina

Durante la hora del almuerzo, decidí leer un libro en la biblioteca. Dado que el plato principal de hoy era arroz, no necesitaba dedicar tiempo a conseguir comida. Lo único que hice fue asegurarme de obtener tres porciones extras de la ensalada de cebolla verde con miso. El plato tenía un sabor rico y satisfactorio, y como no era muy popular, siempre sobraba. ¡Podía comer hasta el hartazgo!

—……

En agudo contraste con el ajetreo del aula, la biblioteca es muy silenciosa. Con la bibliotecaria vigilando, nunca escuchas a los estudiantes elevar la voz. Vengo aquí mucho, ya que me provocan ansiedad los lugares ruidosos. Y para alguien que ni siquiera puede ver la televisión ni leer periódicos o revistas en casa, la biblioteca de la escuela también es un lugar vital para obtener información sobre lo que está sucediendo en el mundo. Con la cantidad de revistas diferentes que tiene esta biblioteca, es incluso más valiosa que las conferencias que recibimos en el aula.

Al igual que todos los días, tengo una pila de revistas informativas recién publicadas sobre la mesa. Cuando hojeo los artículos, nunca me molesto en pensar demasiado en el contenido.

Todo fluye directamente a mi cabeza; acepto toda la información como algo simple y nunca la analizo realmente.

Nunca sabes qué tipo de conocimiento puede resultar útil en una situación particular. Lo más importante es que algo de eso podría ayudarme a hablar con el hombre de al lado.

Paso un rato así en paz y tranquilidad. Luego, escuché voces provenientes de una mesa cercana.

—¿Oíste del asesinato que ocurrió el otro día cerca de la escuela?

—Ah, ¿te refieres al que ocurrió en la intersección de la Second Street?

—¡Sí, ese!

Por el color de sus pantuflas, las dos chicas están en su segundo año, un grado más alto que el mío. Las dos están sentadas una al lado de la otra en su mesa, charlando animadamente. No están hablando en voz alta ni nada por el estilo. Era lo suficientemente bajo como para que la bibliotecaria no les llamará la atención de inmediato. Pero dado que ningún otro estudiante está haciendo ruido, podía escucharlas desde mi mesa.

—Al parecer, cosas así están sucediendo por todo el país.

—Espera, ¿en serio?

—Mi papá estaba hablando de eso esta mañana. Él es un oficial de policía.

Están hablando del incidente en el que me encontré el otro día. Mi atención se desvió naturalmente de la revista en mis manos hacia la conversación de las chicas.

—Pero sabes que no hablaron mucho de eso en las noticias, ¿verdad?

—Tienen una… Orden de para guardar silencio, ¿no?

Por eso no están hablando de eso.

—¿Eh? ¿No querrás decir “Orden de Confidencialidad”?

—Sí, eso mismo. Creo…

—Espera, ¿en serio? Suena como algo de los dramas de televisión.

Después de todo, también estaba curiosa. Una persona ha muerto, y de una manera que habría hecho titulares en todas partes. Es extraño que no se esté hablando de ello en las noticias. Incluso las revistas que había estado leyendo hoy no lo mencionaban en absoluto. Además, aún no han atrapado al culpable. Al menos, nadie está informando que lo hayan hecho. El criminal incluso podría estar escondido en algún lugar cercano.

—Mi papá estaba realmente molesto por eso.

—Supongo que eso complica su trabajo.

—No, no es por eso. Aparentemente, odia cuando los altos mandos del gobierno se entrometen. 

—Eh, ¿qué? No lo entiendo.

¿Eso significa que tuvieron una conferencia sobre cómo responder al incidente? Si ese es el caso, la información sobre la orden de confidencialidad parece un poco más confiable. Un oficial de policía local que se queja a su familia sobre la interferencia del gobierno—eso tiene sentido.

Mientras miro la revista en mis manos, mi imaginación empieza a desbocarse. Tienen razón, esto es como algo de un drama de televisión… Nunca había visto uno, pero puedo hacer una suposición. Parece que tratan sobre cosas como esta.

Solo tuve la oportunidad de escuchar su conversación durante unos momentos, ya que sonó el timbre, marcando cinco minutos hasta el final del almuerzo y el comienzo del quinto periodo. Las dos chicas que estaban hablando se levantaron y abandonaron la biblioteca. Las observé de reojo mientras me levantaba de mi propia silla. Después de devolver la pila de revistas a su lugar, salí apresuradamente de la biblioteca…

«Agh, seguro solo son rumores de estudiantes.

Probablemente no hay nada de qué preocuparse».

De todos modos, tener la oportunidad de hablar con el hombre de al lado es mucho más importante para mí.