Senka Maihime (NL)

Volumen 3

Capítulo: 1 La Audiencia

Parte 1

 

 

Ah, este sueño otra vez…

Al reconoció de inmediato su sueño recurrente: un recuerdo fugaz de un tiempo que había pasado. Siempre comenzaba con la misma escena: un asombroso baile celebrado en el castillo. Luces mágicas parpadearon en el mármol blanco como la nieve del salón de recepción, donde innumerables invitados refinados estaban festejando y divirtiéndose.


Sin embargo, estaba completamente insensible a la grandeza del evento. No significaba nada para él, ya que era simplemente una caza de novias que su padre organizó imprudentemente poco después de la pérdida de su madre y el hermano de Al. Pero a pesar de su actitud triste y apática, estaba perfectamente claro para el joven Al que su padre y su hermana estaban muy preocupados por él e intentaban todo lo posible para animarle.

“Oh mi, Al. Esto sabe divino”, dijo Cecilia, ofreciéndole una cucharada de sopa brillante. Su habitual sonrisa despreocupada se sentía rígida, haciendo obvio que no era más que una máscara.

“Gracias, Cecilia”. Al imitó su sonrisa forzada. A pesar de su absoluta falta de apetito, hizo todo lo posible para obligarse a tragarlo. La comida de clase alta, elaborada por expertos, le sabía a cartón, pero se la tragó con una expresión de satisfacción para calmar la mente de Cecilia.

“F-Finalmente”. Su expresión se vio sombría por un momento, pero cambió a una de alivio al verlo comer. Justo cuando Al estaba a punto de ir a por otra cucharada para apaciguar aún más a su hermana ──

“¡La Princesa Luna de Distania ha llegado!”

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La multitud aplaudió. Al bajó lentamente su cuchara y giró la cabeza hacia la escalera. Su mandíbula cayó.

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Su largo pelo marrón se balanceaba al bajar los escalones. Su impecable piel de porcelana brillaba bajo las luces mágicas. Sus suaves y negros ojos irradiaban poder. Parecía una diosa de la luna sacada de un cuento de hadas.

“Oh mi, qué adorable. Casi como una muñeca”.

Al no estaba seguro de si Cecilia evitaba sus habituales comentarios mezquinos porque notó su fascinación, o porque ella misma fue capturada por su belleza.

Luna. Esta era la chica que el padre de Al estaba empujando para convertirse en la novia de Al. Al ciertamente la encontraba adorable, pero en ese momento, no estaba muy interesado. Sin embargo, ella parecía haberse interesado en el joven Al. Lo miró fijamente mientras caminaba, hasta que…

*¡Crash!*

Se tropezó con el vestido y se cayó por las escaleras, aterrizando de cabeza en el suelo.

¿Qué hago ahora?

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Esa pregunta no sólo afectaba a la mente de Al, sino también a la de los demás huéspedes. Todos habían sido testigos de su magnífica caída, pero nadie se movió ni un centímetro. El incómodo silencio se prolongó durante diez segundos.

“E-Es un placer conocerla, Su Alteza. ¡Soy DistaniaAHHH ──! ¡Me mordí la lengua! Soy Luna”.

Luna se había parado sola, se acercó a Al como si nada hubiera pasado, y procedió a hacer una introducción completamente torpe. A pesar de todo, se inclinó ante él con una sonrisa. Cuando su presentación concluyó, la sala comenzó a zumbar de nuevo.

Excepto por un par de risas sofocadas, nadie hizo ningún comentario sobre su entrada. Al también decidió quedarse callado sobre su entrada bastante llamativa y apartó la mirada de su frente enrojecida. Pero ahora, Al se enfrentaba a otro dilema: ¿de qué podrían hablar? Todavía no había recuperado totalmente su compostura.

“Vaya, permítame mostrarle el jardín. Nosotros tres ── Oh, padre. ¿Hay algún

problema? ¿Por qué me agarras el brazo? Espera, Al y yo ──¡Al!” Cecilia había saltado en su ayuda, sólo para ser arrastrada por su padre.

Desafortunadamente, sus esfuerzos habían fracasado por completo.

“¡D-De todos modos, vamos al jardín! ”

Por alguna razón, la linda sonrisa forzada de Luna logró calmar los nervios de Al. Tomó su mano… y se quedó allí en completa confusión. La razón de eso fue simple: ¿Cómo sabría una princesa de una tierra extranjera que acababa de llegar a Althos cómo llegar al jardín?

“Ehehe. Lo siento, siempre actúo antes de pensar.”

¿Siempre? ¿En serio? Bueno, considerando su gran entrada, eso no me sorprende en absoluto… Estaba dispuesto a voltearse y decirle esto a la cara, arruinando tanto su relación como sus posibilidades de casarse de un solo golpe, pero…

“Soy una cabeza de chorlito. ¿Hay algo pegado a mi cara?”

Se perdió completamente en su sonrisa despreocupada. Un sentimiento de culpa lo invadió de repente mientras Luna lo miraba confundida, sin saber de su confusión interior.

“No, no lo hay. Ven, el jardín está por aquí.” Al se dio la vuelta y llevó a Luna hacia el jardín, de la mano. Estaba increíblemente nervioso, pero en otras circunstancias, habría estado feliz de conocerla. Sí, bajo circunstancias diferentes…

“Um… ¿Le he disgustado de alguna manera, Su Alteza? ¡Ah, debe haber sido mi caída! ¡Por favor, olvídese de eso! ¡Nadie dijo nada, así que pensé que no lo vieron!”

“¿Qué, crees que estamos todos ciegos? ¡Todos te vieron caer por las escaleras!”

“¡Noooo! Lalala, no puedo oírte!” Luna se cubrió los oídos y sacudió la cabeza en negación. Aparentemente, se culpó a sí misma por el mal humor de Al.

“Su presentación fue entretenida, al menos…” Sintiéndose responsable de su trauma, trató de animarla.

“¿En serio? ¡Me alegro de que te haya gustado!”

Nunca dije eso.

Su expresión de preocupación floreció en una hermosa sonrisa, que complementaba perfectamente con su adorable rostro.

“¡Espero que las cosas vayan bien de ahora en adelante!”

“¿Por qué?” Al preguntó, a pesar de saberlo. Siguió con, “Dime, Luna. ¿Qué opinas de, ya sabes, casarte? No hay nada divertido en mí, y debo parecer tan triste como un saco de patatas vacío…”

“¡Creo que eres una persona muy amable!” Luna respondió inmediatamente, mirando a Al como si fuera una fanática adorable. La única cuestión era que su respuesta no tenía nada que ver con la pregunta original, dejándolo muy confundido. Puso su mano sobre su boca y comenzó a reírse.

“Quiero decir, ¡me has alabado! A pesar de lo torpe que soy, ¡me alabaste sin poner los ojos en blanco la primera vez que nos conocimos! ¡Nunca antes me había alabado alguien que acababa de conocer!”

“Puedes mostrar tu adorable sonrisa todo lo que quieras, pero… ¡Ah, en realidad, mi padre y mi hermana te alabaron aún más! ¡Son mucho más amables que yo!” Al no tenía ningún recuerdo de Cecilia alabándola, pero quería crear una especie de excusa. Luna se sorprendió por un segundo, pero su sonrisa volvió rápidamente.

“¿En serio? Eso me hace feliz. ¡Parece que tu hermana no me intimidará ni siquiera después de casarnos!” Luna dijo tranquilamente.

A pesar de cómo se veía, Al realmente apreció sus sentimientos. No podía decirle que no a su padre, considerando que estaba siendo forzado a un matrimonio político, pero fue gratamente sorprendido por su pareja. Puede que fuera un poco torpe, pero era amable y adorable. Le habría costado mucho hablar mal de ella, y por eso decidió rechazarla.

“No, no tenemos que casarnos. Honestamente, acabo de perder a mi madre y a mi hermano. No tengo ganas de empezar una relación ahora mismo.” Esta parecía la forma más justa de responder a sus sentimientos. Al oír eso, Luna se llevó un dedo a los labios y se puso a pensar.

“¡Ah! ¡Ahora veo por qué Su Majestad me eligió!”

¿Qué significa eso? Al estaba empezando a irritarse. Quería terminar con esto. Si no podía, enamorarse de ella no sería imposible.

“No sé a dónde quieres llegar, pero──” “También perdí a mis padres hace medio año.”

“Espera, ¿¡tú también!?” Al preguntó, sus ojos casi se salen del cráneo.

“Sí. Los asesinos son comunes en casa.” Para sorpresa de Al, la sonrisa de Luna permaneció intacta. Distania era una nación agraria, pero en contraste con su tierra fértil, o mejor dicho, precisamente por sus riquezas, estaba plagada de luchas internas por la herencia real. Los rumores decían que la corona había cambiado de cabeza tres veces en un mes.

“Amo a mi país, pero no me importa el trono. Toda mi familia fue asesinada excepto mi hermana y yo, así que en lugar de pasar mi vida en el palacio real, prefiero pasar mi tiempo aquí… con usted, Su Alteza.” Luna miró a Al y suplicó, moviéndose en su lugar.

“Bueno, quiero decir… Como he dicho, estoy abrumada con lo de mi madre y mi hermano…” Al cortó su excusa cuando se dio cuenta de lo horrible que sonaba.

Espera, ¿ella está mucho peor que yo, y aún así está sonriendo? Y entonces aquí estoy, pareciendo un… Al colgó la cabeza cuando se dio cuenta de lo débil que era como persona.

“Ehehe. Siento que tengo que complementar lo que dije antes sobre que Su Alteza es amable”, dijo Luna al príncipe malhumorado.

“¿Complementar? ¿Con qué?” Al estaba listo para escuchar lo débil, enclenque y frágil que era, pero…

“Su Alteza es una persona amable que guarda los recuerdos de su difunta familia hasta el día de hoy.”

Levantó la cabeza ante esas palabras, y la vista de la radiante sonrisa de Luna se hizo evidente.

“¿Por qué insistes en que soy una buena persona?” Al preguntó con una voz suave. Mientras lo hacía, se dio cuenta de que la increíble fuerza de Luna lo estaba sacando de su caparazón.

“¿Por qué, el pensar así no hace las cosas más brillantes?” Al escuchar su respuesta indiferente, Al la miró a los ojos. Estaban mirándose fijamente, sin rastro de mentiras o engaños.

Puede que me haya enamorado. Al decidió guardarse ese pensamiento para sí mismo. No tenía ninguna razón en particular para hacerlo, pero sentía que Luna desaparecería si lo decía en voz alta.

“‘Su Alteza’ suena demasiado rígido viniendo de mi novia, así que llámame Al”, desvió su cabeza a un lado y murmuró en voz baja.

“Está bien”. Luna se sorprendió, pero asintió tímidamente. Con eso, su compromiso estaba arreglado.

Los días siguientes fueron como algo salido de un cuento de hadas. No se olvidó de la tragedia que le había golpeado, pero su presencia le ayudó lentamente a superar su dolor. En los momentos en que el dolor superaba su determinación, Luna estaba a su lado para llorar con él. Al se dio cuenta de que se estaba enamorando más de ella cada día que pasaba. Montados en la rugiente ola de sus sentimientos, se les ocurrió un plan.

El día en que su compromiso iba a ser anunciado oficialmente, se escabulleron del castillo para intercambiar sus votos en su pequeño mundo privado. Más tarde, Al se dio cuenta de que hacerlo era como jugar a las casitas, pero en aquel entonces era un asunto mortalmente serio. Cuando finalmente cayó la noche, hicieron su movimiento. Se escabulleron a través del castillo y salieron al patio, donde las amadas rosas de la difunta madre de Al estaban orgullosas en la noche.

“Amo este lugar”.

La luz de la luna bailó suavemente en la cara de Luna, haciéndola sonreír más radiante que nunca. Estaban completamente solos en el sereno jardín que carecía de luz artificial, aunque los guardias estacionados en el castillo se apresurarían a ayudarlos en segundos si gritaban. A pesar de eso, su salida secreta se sentía como una verdadera aventura. Se escabulleron en el césped, sin árboles que obstruyeran su vista, y se acostaron, mirando a la luna.

“Hehe. Estamos aquí tan tarde en la noche… ¡Tenemos que tener cuidado de no bostezar en la ceremonia de mañana!” Luna soltó una linda risita. Había sido mucho menos reservada con Al desde su compromiso. En ese momento, hasta sus ocasionales tonterías se sentían adorables, dejando a Al preguntándose si llevaba gafas de color rosa.

“Especialmente tú, Luna. No quieres que todos sepan que tienes la boca de un lobo”.

“¡Malvado! ¡Mi boca no es tan grande!”

Se acercaron y se susurraron en el tranquilo jardín. Hace unos días, sus mejillas se habrían prendido fuego, pero ya estaba acostumbrado a estar cerca de ella. A pesar de eso, su corazón se tensó cuando sintió su aliento caliente acariciando su cara.

¿Alguna vez me acostumbraré a esto? Eso no importa, tengo que decirle lo que siento.

Al decidió decirle a Luna las palabras que no le dijo a su madre y a su hermano. Tenía que decírselo a la chica que le ayudó a salir del abismo.

“¡Luna!” Para ayudar a que las palabras salieran, de repente se sentó derecho y se volvió hacia ella.

“¿S-sí?” Ella probablemente sintió que algo estaba pasando, así que se sentó también y se enfrentó a Al, mirándole fijamente a los ojos. Aclaró su garganta y empezó a hablar.

“Umm, bueno… Luna, yo…” Se detuvo para aclarar su garganta de nuevo.

“Oh, qué casualidad encontrar a los tortolitos aquí.” Alguien irrumpió en la conversación por detrás de ellos antes de que Al pudiera terminar su pensamiento.

“¿Quién está ahí?”

En el momento en que saltó para cubrir a Luna, se enfrentó a tres figuras que llevaban mantos negros y máscaras para mezclarse con la noche. Claramente no eran guardias.

“¿Vienes a hacer daño a Alnoa, el príncipe de Althos, y a mí, Luna de Distania?” Luna preguntó con una voz helada, a lo que los tres hombres disfrazados empezaron a reírse.

“Qué sorpresa tan encantadora… Ahora no tenemos que atravesar todo el castillo para matarte”, susurró el hombre del medio con voz apagada. Tenía la constitución como cualquier otra persona que caminara por la ciudad, pero un aire de autoridad lo rodeaba. Al supuso que era el líder del grupo.

“Ohohoho! ¡Miren eso! ¡Tenemos a un aspirante a guardaespaldas aquí! Te ves muy duro, pequeño… ¡sólo que te tiemblan las piernas!” Uno de los lacayos, un hombre alto y delgado, dijo con una risa malvada. Pero no se equivocó; a Al le temblaban las piernas.

“Corre si quieres, chico. Sólo estamos aquí por la chica”, añadió un hombre corpulento desde el lateral.

“¿Qué pasa, Rukke? ¿No quieres ver a ese mocoso luchar?”

A sus ojos, Al era sólo un niño, no un miembro de la familia real.

“No. No me gusta la masacre sin sentido.”

“Bajil, escúchalo. No tenemos una recompensa por ese mocoso.”

“Tch. Lo que sea, Dadan.”

El hombre alto llamado Bajil los miró y le hizo señas a Luna para que se acercara, a lo que ella sacudió la cabeza. Al momento siguiente, Al comenzó a correr tan rápido como pudo.

“¡Gyahahaha! ¡Lo siento mucho por usted, Su Majestad! ¡Ese valiente caballero suyo era sólo una oveja todo el tiempo!”

Luna miró fijamente al cacareo de Bajil con ojos severos, pero no consiguió nada.

“Qué farol tan poco convincente. Bueno, nos deshicimos de los guardias cercanos, pero sería un dolor si ese mocoso pidiera refuerzos, así que vamos a hacer esto ──¡Gahhh!”


Bajil no pudo terminar su frase. Al sólo había fingido su fuga, y mientras estaban preocupados por ridiculizarlo, dio vueltas a su alrededor y se estrelló contra la espalda del hombre indefenso.

“¡Luna! ¡Corre!”

Cuando Bajil se derrumbó en el suelo, Al corrió hacia Luna y le cogió la mano, pero…

“¡Ah!”

Perdió el equilibrio y cayó al suelo junto con Luna.


“No te hagas el héroe ahora, niño.”

Un cuchillo le salía de la pierna.

“Dadan, deberíamos deshacernos de ese mocoso, ¿no crees?”

Dadan asintió de mala gana.

“Nghhh… ¡Luna, yo los retendré, así que corre cuando te la señal!”

“Pero entonces tú──”

“¡No tenemos tiempo! ¡Corre!”

Todo lo que quería era consolar a la asustada y temblorosa chica, pero no tienen tiempo para eso.

“¡No quiero sentarme y ver como otros dan sus vidas por mí!”

Al luchó contra su tambaleo y sacó el cuchillo de su pierna.

“¡Aghhh!” Gimiendo de dolor, de alguna manera superó su deseo de quedarse abajo y llorar, y se mantuvo fuerte entre los atacantes y Luna.

“Te lo ruego. ¡Corre y pide refuerzos! ¡Ve!”

Tomando esas palabras como señal, Luna salió corriendo.

“¡Espera!” Bajil corrió tras ella, pero…

“¡No vas a ir a ninguna parte!”

Lanzó el cuchillo a Rukke como una distracción y se aferró a la pierna de Bajil, luego reunió toda su fuerza en su mandíbula y lo mordió. A pesar de todo su heroísmo, seguía siendo un niño de diez años luchando contra un adulto.

“¡Ay! ¡Eso duele, bastardo!”

Después de un breve momento de dolor, la cara de Bajil fue superada por la rabia, y lanzó a Al a la distancia con su otra pierna. Después de recibir la patada en el estómago y de que le sacaran todo el aire de los pulmones, Al aterrizó en el suelo sin ni siquiera un gemido. Incluso después de vomitar todo lo que había comido ese día, el dolor no disminuyó. Sin embargo, en el fondo, estaba feliz. Se las arregló para ganar tiempo para Luna.

“Estás muy equivocado si crees que un niño pequeño puede detenernos.”

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Pero incluso ese destello de felicidad se extinguió rápidamente. Era demasiado ingenuo. Levantó la cabeza, sólo para enfrentarse a los más oscuros recovecos de la desesperación.

“¡D-Déjame ir!”

Luna estaba atrapada en los brazos de Dadan.

“¡Ha! ¿Cómo te sientes ahora, pequeño héroe de la justicia? ¿¡Eh!?”

Al mantuvo sus ojos en Dadan, sosteniendo a Luna, pero pudo ver a Bajil girar el cuchillo en sus manos hacia el lado. La deslumbrante luz de la luna parpadeó en la hoja, dándole la apariencia de una serpiente venenosa en busca de una presa.

“¡Te mataré a ti y a toda tu familia si le pones un solo dedo encima a Luna!” Cegado por la rabia, se burló de Dadan con palabras inapropiadas para un príncipe. Por supuesto, no pensó que haría nada, pero no pudo ver a Luna ser asesinada en silencio. Su sangre hirvió mientras su ira se apoderaba de todo su ser, transformándose lentamente en odio.

“No te dejaré…”

Los asesinos sintieron un escalofrío correr por sus espinas mientras veían crecer su ira, pero rápidamente recuperaron la compostura.

Seré testigo de la muerte de otro ser querido… La chica que amo morirá ante mis ojos… por lo impotente que soy…

“Haha, no te preocupes. Tu princesa estará justo detrás de ti, así que cálmate…

¡y muere!” Casi como si pudiera leer los pensamientos de Al, Bajil le apuntó con el cuchillo y se inclinó hacia abajo.

El tiempo se ralentizó para Al. Podía ver a Luna gritando y la hoja se dirigía lentamente hacia él. Lo llenó de sed de sangre.

“¿Deseas poder?”, susurró una voz desde lo más profundo de su mente.

Necesito poder. Necesito ser invencible… ¡Necesito poder!

En el momento en que lo pensó, una misteriosa presencia llenó su cuerpo. Ese algo no era simplemente espeluznante o asqueroso; iba mucho más allá de eso. No podía ni siquiera gritar ante un horror tan desconocido.

“Hm. Demostrarás ser útil en un par de años… Muy bien. ¡Te dotaré de un poder indomable!” Sintió que la presencia inclinaba la cabeza y sonreía sádicamente, aunque en ese momento, Al no hizo nada al respecto. Sólo quería el poder suficiente para derrotar a sus asesinos, el poder suficiente para salvar a Luna.

No sé quién o qué eres, pero préstame tu fuerza.

Un increíble poder comenzó a brotar dentro de su cuerpo. Su mente sólo podía concentrarse en una cosa. Poder. ¡PODER!

“Ahaha… ¡Ahahahahahaha!” Se rió en voz alta contra su propia voluntad, llenando todo el jardín con su voz.

“¿Y ahora qué? ¿Este mocoso se volvió loco de miedo?” El loco cacareo de Al hizo que Bajil vacilara y detuviera su cuchillo delante de los ojos de Al. No estaba completamente equivocado, pero el miedo era de ellos, no de Al.

“¡Cachorro insolente! ¡Cállate y muere!” Bajil golpeó una vez más, pero Al se agarró el brazo, y …

¡Crunch!

“Aughhhhh!” La mano de Bajil estaba ahora doblada a noventa grados a un lado.

“¡Ahá! ¡Gran charla para alguien que se rompe como una ramita, humano!”

¿Esta es mi voz? Una voz tan profunda como el océano resonaba en sus oídos.

“¿Eres… Al?” Incluso Luna dudaba de que fuera él, pero Al respondió sin demora.

“No… te preocupes… ¡Luna! Yo… te… ¡protegeré!”

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“¡Gahhh! ¡Mi… mi mano!”

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Al se acerco al hombre retorcido con una patada en el estómago. Voló por el aire durante un par de metros antes de caer al suelo. Al ver eso, Al sonrió.

“Al… ¡Ah! ¡Detrás de ti, Al!”

Mientras tanto, Rukke había rodeado a Al en silencio y lo había apuñalado hábilmente por la espalda. O eso pensaba.

“¿¡Eh!?”

Al no podía ver su cara, pero sabía que debía estar retorcida en agonía por el inmenso dolor que le venía del costado. Rukke entró en pánico y le dio golpecitos en el costado, pero no había nada para golpear. Había sido arrancado por un hechizo negro. Dadan vio a su compañero derrumbarse en el suelo.

“Tch, completaré nuestra misión ──” Desesperado, estaba a punto de acabar con la chica atrapada en sus brazos, pero…

“¿Estás buscando esto?” Al apareció frente a él de la nada. Los ojos de Dadan se abrieron con terror al verlo ────más exactamente, al ver lo que llevaba. Sostenía todo el brazo izquierdo de Dadan, con la mano aún apretada alrededor del cuchillo. Dadan no sentía ningún dolor, y no había sangre que goteara de él. Era casi como una ilusión, pero desafortunadamente para él, era real.

“Ah, en realidad no necesito esto. ¡Toma, cógelo!” Al casualmente tiró su brazo al suelo. Viendo eso, Dadan se sintió abrumado por el terror.

“Mi… ¡Eek! ¡T-Tú, monstruo!”

Su experiencia como asesino no tuvo nada que ver con su decisión; su instinto primario le gritaba que corriera. Basándose en eso, lanzó a Luna hacia adelante con la esperanza de ganar algo de tiempo para sí mismo. En teoría, debería haber funcionado perfectamente, pero le esperaba un duro despertar.

“¡Gahhh! M-Mis piernas…” Sus confiables piernas, que deberían haber impulsado su escape, ya no existían. En su lugar, estaban colgando de las manos de Al.

“Ahaha. No pensaste que podrías escapar tan fácilmente, ¿verdad?”

La risa siniestra de Al llenó el jardín iluminado por la luna mientras veía a Dadan retorcerse patéticamente en su propia sangre fangosa en el césped carmesí. Bajó a Luna y se acercó a Dadan.

“Ahora bien, ¿cómo deberías expiar el terror que le causaste a Luna?”

“¡Eeeeep!”

Dadan no pudo hacer nada excepto gritar por su vida. Pero entonces…

“¡Kyaaaaah! ¡Intrusos! ¡Guardias, hay intrusos en el castillo!” Lilicia gritó desde algún lugar cercano.

Debió sentir el poder del Rey Demonio y se precipitó. En aquel entonces, sin embargo, Al no tenía ni idea del significado de su presencia; sólo estaba aliviado de que alguien hubiera acudido finalmente en su ayuda.

Al darse cuenta de que la ayuda estaba en camino, el cuerpo de Al cedió, y se desplomó mientras todavía tenía esa sonrisa siniestra.

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¡Ah! ¿Luna está bien? Inmediatamente escaneó el área en busca de Luna, viéndola mientras huía frenéticamente del peligro. Parece estar bien… Gracias… a Dios…

Después de experimentar por primera vez el poder del Rey Demonio, Al perdió la conciencia. Despertó tres días después, después de que Luna regresara a casa. Naturalmente, el rey de Distania se enteró de lo que había sucedido, pero el padre de Alnoa logró convencerlo de que lo mantuviera en secreto a cambio de una gran suma de dinero. El compromiso se canceló, y Al pasó los siguientes días encerrado en su habitación, sin poder ver a nadie.

Incluso después de recuperarse, el simple hecho de oír a alguien mencionar ese país desencadenaría su sueño, aunque últimamente no ocurría a menudo. Tal vez fue gracias a los nuevos amigos que hizo…

Senka no Maihime Volumen 3 Capitulo 1 Parte 1 Novela Ligera

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