Sasaki To Pii-chan (LN)

Volumen 1

Capítulo 4: Campo De Batalla En Otro Mundo

Parte 8

 

 

Nuestra estrategia para luchar contra los orcos sería la misma que cuando ahuyentamos a los soldados del Imperio Ohgen la noche anterior. El Vizconde Müller tomó el frente mientras yo tomé la retaguardia.

Esta vez, sin embargo, el Príncipe Adonis estaría involucrado. En cuanto a la posición, él estaba al frente.

Publicidad G-AR



Como el encargado de la curación y la defensa, esto me puso muy ansioso. Si ocurría lo peor y lo herían, ¿qué dirían los otros peces gordos? Podía curarle con mi magia sanadora, pero la sola idea me hacía sudar. Si llegase a morir… bueno, mejor no pensar en eso.

Por lo tanto, nuestro avance me obligo verter una cantidad significativa de maná en mi magia defensiva, endureciendo nuestras defensas a medida que avanzábamos. A los demás les preocupaba que se me acabara el maná, pero les dije que no se preocuparan. No podía permitirme ser tacaño.

Apenas pusimos  un pie en la aldea, un orco nos atacó.

Un número considerable de ellos parecía haberse escondido en el interior. A simple vista, debía de haber cerca de veinte pululando por allí. Cuando mi magia de relámpagos alcanzó a su grupo, todos reaccionaron de la misma manera: uno tras otro, nos rodearon en la entrada de la aldea.

Por un momento, fue mi momento de brillar. Disparé continuamente hechizos relámpago a los orcos que entraban en mi radio de acción, reduciendo su número. Pii- chan me había dicho que esta magia era uno de los hechizos intermedios de nivel inferior, pero lo cierto es que era muy potente. Un golpe en la cabeza o en el pecho básicamente los mataba. Incluso cuando no apuntaba bien, caían al suelo entre lamentos y gemidos.

Publicidad M-M3

Poco después de que comenzara la batalla, había eliminado con éxito a unos diez de ellos. Sin embargo, unos pocos lograron esquivar mis ataques, y a ellos se enfrentaron el vizconde y el príncipe.

Los dos, espada en mano, trabajaron juntos para enviar a los orcos a la tumba. Como siempre, el vizconde era una potencia. No era diferente de cuando repelió a esos soldados: apuntaba a los puntos vitales de esas bestias idiotas con calma y precisión. Y la forma en que esquivaba por un pelo las hachas que agitaban era increíblemente genial de ver.

A su paso, Su Alteza Real se vio envuelto en su propia lucha. Dicho esto, en términos de su habilidad… bueno, definitivamente obtenía puntos por el esfuerzo. Más de una vez, vislumbré una escena que me produjo un escalofrío, pero conseguimos resistir con la espada del vizconde y mi magia de barrera para apoyarle.

—¡Señor Sasaki, por allí! ¡Tiene un arco!

—Entendido, mi señor.

Siguiendo la advertencia del vizconde Müller, apunté a la esquina de una casa y disparé un rayo. Parecía que nos apuntaban desde un escondite detrás del edificio. Como el vizconde había advertido antes, los orcos parecían, en efecto, monstruos muy difíciles de enfrentar cuando formaban una horda. Además, los arcos y flechas que llevaban eran mucho más grandes que los que usaban los humanos. Un golpe certero, y abriría un enorme agujero en cualquiera de nuestros cuerpos. Sin mi magia aprobada por los Pii-chan, no habríamos tenido ninguna oportunidad.

Entre mis ataques, también lancé magia curativa a cualquier aldeano que estuviera en mi rango de visión. Aunque acabáramos con los orcos, no podía dejar que la aldea desapareciera.

—…señor, estos orcos se están comportando de manera extraña —apreció el vizconde.

Debía de haber captado algo anormal.

—¿Qué quieres decir?

—Las hordas de orcos suelen ser más pequeñas en número. Normalmente, los orcos andan en grupos de diez, liderados por un único orco jefe. En esta aldea hay más de veinticuatro; en realidad, sólo con los que puedo ver, son más de treinta.

—¿Es tan raro?

—Puede que actualmente estén liderados por un orco de mucho mayor rango…

Mirando a los monstruos, el vizconde Müller estaba formando su siguiente palabra—cuando sucedió.

Oímos un rugido largo y fuerte procedente de algún lugar.

Era un grito de orco, desde luego. Sin embargo, comparado con los otros, éste sonó varias veces más potente. Su estruendo me sacudió, haciéndome estreñir el estómago.

—¡Esto es malo!

La cara del vizconde Müller cambió. Su confianza había desaparecido.

—¡¿Ese rugido fue de un orco?!

—Sin duda, señor, pero lo más probable es que sea uno de élite. No tengo forma de saber lo poderoso que es, pero dado el tamaño de esta horda, debe ser fuerte.

—Yo también he oído hablar de esto. Cuando alguien nace con una bendición de maná o la adquiere por casualidad, se alarga su esperanza de vida, y nos referimos a esos especímenes como élites. Recuerdo una conferencia de Señor Sabio de las Estrellas sobre el tema.

—¿Es diferente de un orco superior?

—También son orcos, señor Sasaki, pero de una especie diferente a los orcos convencionales como los acabamos de matar. Necesitaríamos toda una fuerza militar para luchar contra un orco superior de élite.

Publicidad M-M4

En respuesta a las palabras del vizconde, el príncipe se retiró a mi posición. Tenía cortes y rasguños aquí y allá, así que usé mi magia curativa para sanarle. No pude quitarle la sangre pegada a la piel y la ropa, pero las heridas de debajo desaparecieron en unos segundos.

—Gracias, Sasaki. Con un poco de suerte, seremos capaces de derribar al demonio sin sangrar…

Tras asegurarme de que el príncipe Adonis estaba bien físicamente, volví a centrar mi atención en la aldea.

Nuestro entorno inmediato estaba mucho más tranquilo ahora, después de haber disparado magia relámpago a todos y cada uno de los orcos que vi. Seguían apareciendo desde más adentro de la aldea, pero parecía que por fin estábamos llegando a alguna parte.

Los restos de los orcos yacían esparcidos entre los de los aldeanos. No veía que ninguno se moviera.

En este punto, la cuestión era si se trataba de uno de los élite que el vizconde había mencionado. Con una postura nerviosa que contradecía la reverencia con la que había hablado de la criatura, miró en la dirección desde la que habíamos oído su grito.

Sin nada más que hacer, continué imbuyendo magia curativa a los aldeanos desde la retaguardia. No podía hacer nada por los que ya estaban muertos. Sin embargo, el hechizo de curación de nivel intermedio era asombroso: mientras estuvieran vivos, podían recuperarse—

—¡Vizconde Müller, Sasaki, por allí!

Mientras tanto, el príncipe dio un grito. Me giré hacia donde ellos miraban y vi a un orco avanzando por el camino de la aldea, corriendo hacia nosotros. Debía de estar escondido en el bosque, al otro lado del asentamiento.

Y estábamos hablando de un orco muy grande. Era casi el doble de grande que los demás, mucho más que las casas que se llevaba por el camino. ¿Cómo demonios se había mantenido oculto algo así?

Ser testigo de aquello había dejado al vizconde Müller casi estupefacto.

—¿Qué…? Cómo… ¿Cómo es tan grande–?

—¡Vizconde Müller, voy a detenerlo con magia! Como uno de los que se interponían en su camino,

estaba temblando. No podía soportar la idea de que esa cosa se acercara a mí. Exprimiendo todo el poder mágico que pude, disparé mi hechizo relámpago.

Más rápido de lo que el ojo podía ver, una ráfaga de electricidad se precipitó. El final de la misma se dirigió directamente a las tripas del orco, y este cayó al suelo de cabeza un momento después.

Todo ocurrió a una docena de metros delante de nosotros. Observé al orco caído, rezando para que no volviera a levantarse.

Por desgracia, no se me concedió esta.

—¡¡GROOOOOHHHHHHHH!!

Con un rugido ensordecedor, el orco se levantó.

El monstruo había recibido el rayo en el estómago, y la quemadura era claramente visible. Sin embargo, la herida no era mortal y el orco se puso en pie. No parecía haber perdido su espíritu de lucha y me miró de reojo.

Estaba extasiado.

—……

Pii-chan, mi rayo de esperanza, seguía dedicando toda su atención a su problema en el cielo. Tal vez por fin había llegado mi hora.

¿Cuáles eran mis opciones? El usuario de magia designado del grupo no sabía qué hacer. Mientras tanto, el vizconde Müller corrió hacia el orco, levantando vigorosamente su espada en una carga audaz y atrevida.

Fue una escena aterradora, como ver a un pequeño sedán intentar sacar de la carretera a un camión desbocado de diez toneladas completamente cargado. Cuanto más alta era la criatura, más fuertes debían ser sus músculos, y este monstruo era tan grande que uno de sus dedos lucia tan grueso como el brazo de un hombre adulto.

—Hrrrrgh…

El orco bajó su puño del terror. Esquivando a un lado, el vizconde golpeó al orco con su espada. Su golpe parecía ir dirigido a uno de los vasos sanguíneos en la muñeca de la bestia. Sin embargo, no debió de llegar lo bastante profundo, o tal vez no tenía suficiente fuerza en su movimiento descendente, porque sólo hizo un rasguño superficial en la piel.

En respuesta, esa cosa levanto la pierna. Era mucho más ágil de lo que habría pensar. Y aunque el vizconde intentó lanzarse hacia atrás para  zafarse, desafortunadamente, fue incapaz de escapar de su increíble alcance.

—¡Gack–!

Su cuerpo voló en un arco por el aire hasta que finalmente aterrizó a nuestro lado. Cuando su espalda golpeó el suelo, la sangre brotó de su boca. Debía de haber pesado con sus órganos internos. Eso no era bueno.

—¡Vizconde Müller, lo curaré de inmediato!

En pánico, empecé a cantar el hechizo de curación. Sin embargo, nuestro oponente no iba a dejarme hacerlo. Con los pies golpeando el suelo, se abalanzó sobre nosotros. Para ser un gigante, podía recorrer una docena de metros en pocos segundos. ¡Debe ser agradable tener piernas tan largas!

—¡Ocúpese del vizconde!

—¡–!

Le indiqué al príncipe que arrastrara al vizconde hacia la barrera mágica. Tenía que darme prisa. De lo contrario, el orco nos aplastaría a los tres.

Cancelé el hechizo de curación. En su lugar, vertí mi maná en el hechizo de barrera que nos rodeaba. No sabía hasta qué punto sería efectivo, pero era mejor que no hacer nada—y menos mal que lo había mantenido activo, porque no hubiera tenido tiempo para recitar un cantico.

—¡GROOOOHHHH–!

Un momento después, el puño del orco golpeó la barrera. Un golpe fuerte y brillante resonó a nuestro alrededor.

Había pensado que nos iríamos a la otra vida después de aquello, pero la barrera soporto puñetazo. Al estar dentro de su protección, también estábamos a salvo físicamente. Mentalmente, quizá no tanto. Sentí algo húmedo escurriendo por mis rodillas… quiero decir, ¡el jodido puño de un gigante de orco estaba literalmente justo delante de mí!

—¡Sasaki–!

—Por favor, cálmese, señor. Primero tengo que curar al vizconde.

Miré hacia el príncipe—y me percaté de que él lo tenía mucho peor que yo. Estaba tan aterrado que se orino encima. Me sentí extrañamente aliviado de tener un compañero en esto, pero mientras tanto, usé mi hechizo de curación en el vizconde Müller.

Fuera de la barrera, el orco estaba en un frenesí de rabia. Golpeaba y pateaba la pared semi-translúcida una y otra vez. Daba tanto miedo que casi me equivoco con el conjuro. Me ponía de los nervios. Pii-chan habría sido capaz de lanzar todo esto sin recitar absolutamente nada.

—Guh… gracias… señor Sasaki–

Publicidad G-M3



—Por favor, guarde sus fuerzas, mi señor.

El vizconde volvía a respirar correctamente ahora que había sido curado. Eché un vistazo a sus pantalones y él también estaban mojados. Una vez vi unas estadísticas del ejército que decían que la mitad de los soldados que participaban en una batalla violenta se orinaban encima. Pensé que deberíamos estar orgullosos de que no hubiera olores más potentes flotando en el aire en ese momento.

¿Pero qué nos deparaba ahora?

Publicidad G-M2



Dentro de la barrera, analizamos la situación actual.

—Enfrentarse a este orco será difícil sólo con nosotros tres…

—Sí, carecemos de ofensiva.


El hechizo relámpago era nuestra arma más poderosa. Sin embargo, no sólo el orco ya había recibido un golpe de éste de frente, sino que el vizconde Müller sólo podía hacer cortes superficiales en la piel de la bestia con su espada. Nos estábamos quedando sin opciones para acabar con el monstruo.

—Lo lamento, Sasaki. Es culpa mía por meterte en esto.

—Todavía no hemos perdido, señor.

—Pero…

Ahora sabía que mi hechizo de barrera de nivel intermedio era efectivo contra un orco de élite. Teníamos suficiente en el camino de la defensa, por lo menos. Lo que significaba que, en el peor de los casos, podría lanzarle unas docenas o cientos de ataques relámpago.

Por suerte, me quedaba mucho maná hasta donde sabia. Se supone que cuando las reservas de uno empezaban a agotarse, te sentías cada vez más lento, y en el transcurso de mis sesiones de práctica anteriores había disparado hechizos varias docenas de veces en poco tiempo, pero nunca experimente nada parecido. Era seguro suponer que, aunque el monstruo tenía la fuerza de un orco, nosotros teníamos ventaja sobre él en al menos un aspecto.

Dicho esto, ver cómo aporreaba la barrera era malo para mi corazón, muy aterrador. «¿Y si, en el momento siguiente, mi hechizo se rompía y la criatura nos golpeaba con un puño del tamaño de la pala de una excavadora?» Para asegurarme, decidí levantar una segunda barrera dentro de la primera. Después de pasársela al príncipe y al vizconde, monté una capa interior para que sirviera de refuerzo. Inseguro de la durabilidad de la magia, decidí utilizar esta construcción de dos capas por el momento.

—Señor Sasaki… Esto es sorprendente…

—Tal vez, pero todavía estoy preocupado acerca de cuánto tiempo va a durar.

—Ya es impresionante que hayas sido capaz de detener a un enemigo de élite durante tanto tiempo… y tú solo, sin siquiera combinar esfuerzos con otros magos. No me sorprendería lo más mínimo que dijeras que eres un mago de la corte.

—¿Los magos lanzan hechizos en grupo, mi señor?

Había detectado un poco de información en el cumplido del vizconde. Pii-chan tampoco me había hablado de esto.

Publicidad M-M5

—He oído que los magos forman grupos para lanzar hechizos de nivel intermedio y superior. Cuando se trata de hechizos avanzados, no hay muchos que puedan hacerlos solos. Por eso he sentido una curiosidad impotente por lo que sigue ocurriendo por encima de nosotros.

Publicidad M-M2

—Ah, ya veo lo que quiere decir.

—No importa cómo lo mire, estos hechizos deben estar en el rango alto o intermedio–creo que incluso podría ser magia avanzada.

—……

Publicidad M-M1

Tuve la sensación de que había un vasto océano entre el ABC de la magia enseñado por Pii-chan y la impresión general del mundo sobre los magos contada por el vizconde Müller. Porque según el gorrión, uno no era un mago de pleno derecho hasta que había aprendido magia de barrera de nivel intermedio.

—Me gustaría reducir la resistencia de la barrera usando mi magia de relámpagos, aunque es un riesgo.

—Adelante. Me frustra decirlo, pero mi espada no será suficiente para matarlo.

—Okay, ¡prepárense–!

—¡Pero también quiero que sea precavido, señor Sasaki! Puede que sea un orco, pero con este enorme tamaño, estaría por encima incluso de un orco de elite promedio. Los monstruos de élite con muchos años a sus espaldas pueden incluso superar a criaturas superiores dentro de la misma especie.

—Entiendo…

El monstruo no había salido totalmente ileso del primer disparo que le había hecho. Todavía se podía ver la marca de la quemadura en la superficie de su piel. Si sumaba a eso, era probable que pudiera debilitarlo bastante. Entonces sería posible derrotarlo con la ayuda del Vizconde Müller.

—Bueno, entonces…

Apunté mi magia a todas las partes donde la piel de mi objetivo parecía fina: sus ojos, las articulaciones de sus piernas y su entrepierna. Finalmente, agudicé mi conciencia y me preparé para disparar durante horas, de ser posible—y entonces algo ocurrió…


De repente, una figura humanoide cayó del cielo e impactó de lleno contra el orco.

Con un fuerte golpe, la gigantesca criatura cayó hacia atrás.

La colisión pareció tener un gran impulso, y el cuerpo del orco caído rompió el pavimento de piedra y acabó semienterrado en el suelo. Fue casi como si hubiera sido golpeado por un meteorito. Todo aquello no duró más de un instante.

Habiendo visto esta colisión de cerca, estábamos totalmente conmocionados. Pensé que volvería a orinarme.

—¡¿Qu-qué pasa esta vez?! —gritó el príncipe Adonis totalmente aterrorizado. Su voz reverberaba a nuestro alrededor.

Mantente Enterado
Notificarme
guest
This site uses User Verification plugin to reduce spam. See how your comment data is processed.

INSTRUCCIONES PARA LA ZONA DE COMENTARIOS

1- No Puedo Comentar: Toca los botones que estan debajo del recuadro de comentarios, aquellos que le cambian el estilo a Negrita, Cursiva, etc. (B, I, U, S)

2- No Aparece Mi Comentario: Es por nuestro sistema de moderación, luego de revisar y aprobar tu comentario, este aparecera. NOTA: Usa un correo real o no se aprobara tu comentario.

3- ¿Como Escribo un Spoiler?: Toca [ + ] (es el botón spoiler) y aparecera una ventana, ahí debes poner el TITULO de tu spoiler (recomendamos poner simplemente SPOILER), luego en el codigo que aparecera en el recuadro del comentario debes escribir dentro de los simbolos ] [

[spoiler title="Titulo de tu spoiler"]Aqui va tu spoiler[/spoiler]

Nota: Todo el texto que coloques antes o despues del codigo del spoiler sera visible para todos.

0 Comentarios
Respuestas en el Interior del Texto
Ver todos los comentarios