Sasaki To Pii-chan (LN)

Volumen 1

Capítulo 4: Campo De Batalla En Otro Mundo

Parte 1

 

 

Dejando a un lado mis encuentros con la Mahou Shoujo sin hogar y con mi vecina, reanudé mis actividades cotidianas.

Primero, tenía una pequeña reunión con Pii-chan en el minúsculo espacio de diez metros cuadrados que era mi apartamento. Como el día anterior, iríamos al otro mundo a comerciar. No podía permitirme perder ni una sola mis visitas diarias, teniendo en cuenta que un día aquí equivalía a un mes allí.

Publicidad G-AR



Antes de partir hacia el frente, el vizconde me había dicho que los suministros podrían entregarse en dos o tres semanas. En otras palabras, llegado el mes, un mensajero a caballo podría haber hecho llegar la noticia inicial a Baytrium sobre si habían llegado.

De mis dos manos colgaban bolsas de plástico del supermercado del barrio, con los productos para nuestro viaje metidos desordenadamente en su interior.

—Hoy traes menos que otras ocasiones.

—Si compro demasiado, el jefe de sección se dará cuenta.

—Te refieres al hombre que colocó las… ¿cámaras de vigilancia? Creo que así se llaman.





—No lo hizo personalmente, pero dio la orden, así que sí.

En el peor de los casos, podría ser una opción recurrir al hechizo Encantar. Como trabajábamos en el mismo edificio, probablemente nos veríamos al menos una vez al mes, y podría volver a aplicar encantamiento las veces necesarias.

…dicho esto, teniendo en cuenta su estatus social, tendría que mantenerlo hechizado por el resto de su vida. No era una decisión que pudiera tomar a la ligera. Mejor pensar en ello como un último recurso.

—¿Es una persona problemática?


—Tiene autoridad, eso es seguro.

Un jefe de sección en una empresa normal era sólo ligeramente superior a un empleado medio. No era muy diferente incluso en las grandes corporaciones. Pero un jefe de sección en la Oficina del Gabinete era un funcionario del gobierno. Si había ascendido a ese puesto a una edad tan temprana, seguro que en el futuro llegaría aún más alto.

La presencia de poderes sobrenaturales hacía que todo pareciera un poco menos real, pero si estaba progresando en una carrera adecuada, no tardaría mucho en ocurrir. No podía permitirme caerle mal. Lo quería como aliado, aunque tuviera que lamerle las botas para ganármelo.

Era el tipo de hombre que podía controlar las vidas y carreras de otros sin siquiera ensuciarse las manos.

—Muy bien, has lo tuyo, Pii-chan.

—Sí.

Cuando Pii-chan asintió, un círculo mágico apareció a nuestros pies. La ingravidez se apoderó de mí—aunque me estaba acostumbrando a la sensación.

***

 

 

Ya en el otro mundo, nos dirigimos directamente a la Compañía Comercial Hermann.

El mismo empleado de siempre montaba guardia en la puerta. Cuando pregunté por el señor Marc, me hizo pasar rápidamente a la sala de recepción. Apenas echaron un vistazo a los objetos que traía antes de hacerme pasar.

«¿Habrá pasado algo?» Me pregunté mientras caminaba hacia la sala de recepción, donde me encontré con el subgerente. Había pasado un mes desde mi última visita—

¡Y tenía la cara de quien había vislumbrado el fin del mundo! Tenía el mismo aspecto que el señor Yamazaki: un trabajador temporal de hacía varios años que había sido despedido justo antes de que la norma de los tres años lo convirtiera en fijo. Fue terrible, incluso para nuestra empresa.

—Señor Marc, ¿se encuentra bien? Luce terrible.

—No, no, no hay ningún problema conmigo.

—¿Oh?

—Es sólo que… ¿cómo decirlo…?

—¿Le ha pasado algo a la Compañía Comercial Hermann?

—No, no es con la empresa.

—¿Es una cuestión personal? Si es así, me disculpo por ser entrometido.

—……

A pesar de mis repetidas preguntas, la expresión miserable del subgerente se mantenía. No me daba una respuesta clara. Sin embargo, al oír lo siguiente que salió de su boca, todo cobró sentido.

—…señor Sasaki, el Vizconde Müller ha sido asesinado.

—¿Qué…?

Eso era lo último que esperaba oír…

Tardé un momento en responder. Cuando intentaba hablar, no encontraba las palabras adecuadas, así que intentaba decir algo sencillo como “Oh” y también me tropezaba. Al final, conseguí decir algo que no significaba nada en particular.

—Eso es, um, wow…

¿No había sido su única responsabilidad reabastecer la retaguardia y construir bases? Recordaba que llevaba muy pocos soldados. ¿Cómo podía eso haberle llevado a la muerte? ¿Estaba este país en tal desventaja que hasta ellos sufrían pérdidas incluso detrás de las líneas?

En mi hombro, sentí que Pii-chan daba un breve respingo.

***

 

 

El señor Marc me puso al corriente de los detalles relativos al vizconde Müller.

Parecía que había estado en lo cierto: la guerra estaba resultando ser un asunto unilateral y la supremacía permanecía firmemente en manos del Imperio de Ohgen. Los soldados enemigos avanzaron hasta la retaguardia, donde el vizconde había estado prestando apoyo.

Al parecer, el vizconde se había enterado hacía unos días. No han encontrado sus restos, pero sus posibilidades de sobrevivir eran, como él decía, desesperadas.

Por cierto, esta noticia llego de un agente de la Compañía Comercial Hermann que se había infiltrado en las líneas de retaguardia. Apenas había escapado con vida en un veloz corcel.

—Esto podría significar un desastre para nosotros…

—Es como dices–la ciudad se sumirá en el caos.

Parecía que la noticia de la muerte del vizconde de momento estaba siendo ocultada a la gente del pueblo. Sólo la familia había sido informada. Sin embargo, si las líneas del frente y la retaguardia se habían derrumbado, era sólo cuestión de tiempo que se corriera la voz. Probablemente, otros grupos estaban reaccionando de forma muy parecida a la del subgerente.

—¿Cómo están las cosas en el castillo?

—A pesar de todo, si puedes creerlo, están discutiendo por la sucesión.

—¿En una situación así?

—Sí. Supongo que es lo que cabría esperar del Reino de Herz…

—……

El subgerente se veía dolido. El vizconde Müller había sido un hombre de carácter excepcional, pero al parecer, eso no se extendía a su familia—o tal vez había ocurrido algo que estaba forzando la situación. Cualquiera que sea la causa, estaba claro que su casa estaba en desorden.

Esto significaba que el futuro del pueblo era sombrío.

Estaba preocupado por Pii-chan; quería tener algo de tiempo en privado y elaborar una estrategia con él de inmediato. No era muy amigo del vizconde, así que no me sorprendió mucho, pero no sabía cómo se sentiría Pii-chan al respecto. La forma en que el pájaro hablaba de él implicaba que al menos habían tenido una relación amistosa.

Publicidad M-M5

—Lo siento, pero ¿podría tener unos momentos a solas?

—Desafortunadamente, hemos sido convocados al castillo…

—Espera, ¿eso me incluye a mí?

—La citación es del mayordomo del vizconde Müller; nos rogaba que viniéramos.

—…está bien, será.

No podía permitirme causarle problemas al subgerente después de todo lo que había hecho por mí. Sin otra opción, terminé dirigiéndome al castillo.

***

 

 

Unos cuantos traqueteos del carruaje más tarde, y habíamos llegado al castillo del vizconde. Nos mostraron la sala de recepción que yo recordaba de visitas anteriores.

Frente a nosotros, en el sofá, estaba sentada una chica que parecía tener trece o catorce años. Tenía una piel pálida encantadora, ojos azules y rasgos muy bonitos. Pero lo que más me llamó la atención fue su cabello rubio, que parecía una montaña sobre su cabeza.

En la historia reciente de Japón, hubo un tiempo en que la cultura de los bares de alterne se había puesto de moda. El cabello de esta chica rivalizaba incluso con los peinados de chichón más altos que estaban de moda en ese entonces. Como hombre de mediana edad preocupado por su propio cabello, era una exhibición envidiable.

En pocas palabras, desprendía serias vibraciones de moda callejera.

Detrás de la princesa del pelo largo, sentado en el sofá, estaba un anciano de unos sesenta años en posición firme. «Probablemente el mayordomo del vizconde Müller, que se puso en contacto con el subgerente». A pesar de su edad, era bastante alto y musculoso.

—¿…busca nuestra protección?

—Pido disculpas por hacer esta petición a alguien ajeno a la familia, pero respetuosamente le exijo que nos escuche. El otro día comenzó un conflicto sobre quién sucedería al señor de la casa. Sus efectos son lo suficientemente amplios como para extenderse a la señorita, que no tiene nada que ver con la sucesión.

—Creo que es la primera vez que nos encontramos.

¿Me equivoco, señorita…?

El señor Marc era quien se estaba ocupando de la situación. Pii-chan y yo nos sentamos a su lado, observándolos, sin decir nada nosotros. El tema era complicado, así que, para un forastero como yo, con poco conocimiento de las costumbres de este mundo, era mejor no hablar.

—Salude al hombre de la Compañía Comercial Hermann, madam.

—…hmph.

Ante la insistencia del mayordomo, la princesa soltó un bufido desinteresado. No parecía estar de buen humor. Cuando inclinó la cabeza, los adornos de su pelo se balancearon de un lado a otro. Sus mechones se extendían por encima de su frente, y la cima temblaba al menor movimiento de su cuello. Los espectadores estábamos en vilo, esperando que se le cayera algún adorno en cualquier momento.

Publicidad M-M4

—¿Por qué tengo que dar mi nombre a un plebeyo?

—Es por su propia seguridad, madam. Debería quedarse en la Compañía Comercial Hermann hasta que las cosas se calmen en casa. ¿Has olvidado el veneno que metieron en su comida el otro día?

La chica se sobresaltó. Parecía que estaba en una situación bastante difícil. ¿Qué me pongan veneno en la comida? Eso sería todo un trauma para mí. Un parásito anisaki* en mi sashimi una vez me alejó del pescado crudo durante meses. Después de eso, siempre que pedía calamares crudos, les obligaba a usar los congelados, ya que había aprendido que había más probabilidades de toparse con los pequeñajos cuanto más frescos estuvieran.

—…puede llamarme Elsa Müller.

—Encantado de conocerla, señorita Elsa. Mi nombre es Marc, subgerente de la Compañía Comercial Hermann. El hombre que está sentado a mi lado es otro visitante frecuente del castillo: el comerciante Sasaki.

—Encantado de conocerle. Como dice el hombre, mi nombre es Sasaki.

—……

La princesa del muñón gigante se nos quedó mirando, con cara de aburrimiento. No parecía especialmente interesada en nada de esto. El hecho de que nosotros fuéramos plebeyos y ella una noble era probablemente parte de ello.

—Como la señorita Elsa es muy cercana al señor Maximilian, el hijo mayor, el segundo hijo, el señor Kai, se ha estado fijando en ella debido a que planea competir con él por la herencia. Cada uno tiene una facción de nobles que les apoyan, poniéndonos en una situación muy difícil.

Eran muchos nombres nuevos. Como sus hermanos no estaban aquí, probablemente los olvidaría enseguida. Podría haber sido capaz de imaginar los personajes si hubieran sido japoneses, pero los nombres occidentales eran más difíciles. De momento, intentaría recordar que el nombre más largo era el del hermano mayor y el más corto el del menor.

Publicidad M-M3

—¿Entonces la presencia de la madam está influyendo en la disputa por la sucesión? —preguntó el señor Marc.

—La señorita Elsa y el señor Kai se llevan mal desde niños, lo que puede tener parte de culpa. Muchos en la finca favorecen a la señorita Elsa, lo que no ayuda a nuestra causa. También debemos considerar que los nervios de todos están crispados como resultado de la disputa.

—Kai es un tonto. Si él heredara la finca, todo se vendría abajo.

—No deberíamos hablar así delante de los invitados, madam…

—¡Pero es la verdad!

—¿Por qué no pedir ayuda a otros miembros de su casa? Nuestra compañía comercial ciertamente tiene lo necesario para la tarea, pero aún somos sólo plebeyos. Me parece que tendrías una protección más fiable si se la pidieras a otros nobles.

—La verdad es que es bastante complicado. No sabemos hasta qué punto se puede confiar en alguien de la casa Müller. Incluso un mayordomo como yo, que lleva muchos años sirviendo a la familia, no puede juzgar con demasiada cautela cuando se trata de la disputa actual.

Publicidad M-M2

—Ya veo.

Si ella no estuviera directamente involucrada en el conflicto de sucesión, no sería terriblemente difícil ayudarla. La Compañía Comercial Hermann probablemente sería capaz de asegurar una instalación bien vigilada. El poder de su riqueza amasada dificultaba la intervención del noble promedio.

Lo que es más—completar con seguridad esta tarea pondría a la familia Müller en gran deuda con ellos.

El subgerente parecía tener la misma cosa en mente, y sus siguientes palabras fueron amistosas.

—Lo comprendo. Siempre nos hemos beneficiado del favor del Vizconde Müller. En caso de que podamos proporcionarle aunque sea un mínimo de ayuda durante la crisis de su familia, lo haremos con gusto. Aunque sea menos conveniente que sus vidas aquí, son más que bienvenidos a venir a nosotros.

—Muchas gracias. Madam, exprese también su gratitud.

—…gracias.

La princesa de cabello largo, con su actitud brusca y su aparente edad de escuela media, parecía exactamente una jovencita en plena adolescencia. Habría sonado lavar mi ropa en la misma carga que la ropa interior de papá”.

—Haré que alguien de nuestra tienda le consiga un lugar donde alojarse de inmediato —continuó el subgerente escuetamente, aun sonriendo.

Parecía bastante acostumbrado a tratar con nobles. Tampoco debía de ser la primera vez que se enfrentaba al hijo de alguien influyente. No sabía cómo influía el rango social en las cosas, pero parecía que el equilibrio de poder—incluida la influencia económica—los ponía sorprendentemente en igualdad de condiciones.


—Lo siento, pero tengo una petición más.

Publicidad G-M3



—¿Cuál sería?

De repente, el mayordomo se había vuelto hacia mí.

—He oído que el señor Sasaki comercia con algunos artículos muy inusuales. Según una conversación que mantuve con el señor, lleva herramientas que permiten conversar a larga distancia, así como otras que permiten ver a lo lejos.

Releve al señor Marc para tomar mi palabra. —Sí, tengo aparatos así.

—Me gustaría comprar una unidad de cada producto.

«¿Para qué piensa utilizarlos?»

—He de decir que hablamos de productos muy limitados…

—Soy consciente de ese. Parece que la herramienta para hablar a larga distancia tiene un límite en cuanto a la distancia a la que puede utilizarse. Y requiere un metal especial para que funcione, el cual por sí mismo es costoso.


—Así es.

—Aun así, ¿me vendería uno?

—…vamos a ver —Teniendo en cuenta que era el mayordomo del vizconde Müller, parecía bastante seguro. Sólo había pedido uno, después de todo—. Está bien. Voy registrando su pedido.

—Muchas gracias. Se lo agradezco mucho.

Con eso, nuestro intercambio en el castillo del vizconde llegó a su fin.

Mantente Enterado
Notificarme
guest
This site uses User Verification plugin to reduce spam. See how your comment data is processed.

INSTRUCCIONES PARA LA ZONA DE COMENTARIOS

1- No Puedo Comentar: Toca los botones que estan debajo del recuadro de comentarios, aquellos que le cambian el estilo a Negrita, Cursiva, etc. (B, I, U, S)

2- No Aparece Mi Comentario: Es por nuestro sistema de moderación, luego de revisar y aprobar tu comentario, este aparecera. NOTA: Usa un correo real o no se aprobara tu comentario.

3- ¿Como Escribo un Spoiler?: Toca [ + ] (es el botón spoiler) y aparecera una ventana, ahí debes poner el TITULO de tu spoiler (recomendamos poner simplemente SPOILER), luego en el codigo que aparecera en el recuadro del comentario debes escribir dentro de los simbolos ] [

[spoiler title="Titulo de tu spoiler"]Aqui va tu spoiler[/spoiler]

Nota: Todo el texto que coloques antes o despues del codigo del spoiler sera visible para todos.

0 Comentarios
Respuestas en el Interior del Texto
Ver todos los comentarios