Sasaki To Pii-chan (LN)

Volumen 1

Capítulo 2: Encuentro Con Los Psíquicos

Parte 5

Al día siguiente, mientras pasaba el tiempo en mi alojamiento en la ciudad, el subgerente vino a verme.

Al parecer, quería que le acompañara a ver al vizconde, que deseaba una contribución de los transceptores que había entregado el día anterior. Al oír eso, me preparé con prisa y nos dirigimos al mismo castillo que visitamos la anterior ocasión. Había preparado un carruaje para llevarnos hasta allí. Como hombre moderno que se queda en casa, su consideración fue muy apreciada.

En el castillo, en deferencia a nuestra exitosa audiencia anterior, nos presentaron al vizconde sin ningún recelo. Aunque la última vez nos habíamos acercado en un espacio ceremonial, hoy nos mostraron lo que parecía ser una sala de recepción.

—Ah, sí. Efectivamente puedo oír su voz desde este palco…

Estaba claro que el subgerente ya debió de poner al tanto de todo al vizconde. Probablemente acudió aquí mientras yo practicaba magia. Como había dado prioridad al aprendizaje de magia intermedia para lidiar con mis problemas en Japón, había dejado todos los asuntos relacionados con el comercio en manos del subgerente.

—En la Compañía Comercial Hermann creemos que no hay persona más adecuada para ofrecerle este producto que usted, vizconde Müller. Consideramos que podría ser… problemático si lo vendiéramos indiscriminadamente.

—Agradezco su consideración —asintió profundamente el vizconde en respuesta a las palabras del subgerente.

El vizconde Müller agarró en su mano el transceptor recién importado. Con la ayuda del subgerente, fue capaz de probar sus funciones y usos. Por lo tanto, fue capaz de entenderlo sin problemas.

—Sasaki.

—¿Sí, señor?

—No hagas circular estos… ¿los llamas transceptores?… en ningún otro sitio. También preferiría que mantuvieras la existencia de su combustible metálico en secreto. Todo esto debe quedarse entre nosotros.

—No veo ningún problema en ello, señor. Sin embargo–

—A cambio, compraré todos estos artículos al por mayor. También podemos discutir un aumento en tanto se mantenga el acuerdo de confidencialidad; ya sabe, para cubrir parte de la perdida que pueda sufrir al restringir el mercado.

—Entendido, señor. Si así serán las cosas, acepto con gusto.

—Es un trato entonces.

Estas radios tenían más poder de negociación de lo que pensaba. Aun así, mi billetera en este mundo ya se ha vuelto demasiado pesada. Tendré que vivir de ella por los momentos.

—También tengo algo que informarle, Sasaki.

—¿Qué sucede?

—Puede que llegue un día en que necesite tu ayuda.

—¿Eh? Mi señor, yo…

—Lo siento, pero no puedo explicarlo en detalle.

—…entiendo. Me esforzaré por satisfacer humildemente cualquier petición si se encuentra entre mis posibilidades.

Sinceramente, quería disculparme y rechazarlo. Por desgracia, era un noble y no podía negarme. Era como una orden directa del presidente de la compañía. El hombre parecía buena persona, así que dudaba que me criticara por negarle, pero ¿quién sabía lo que pensarían los que nos rodeaban?

Así terminó mi audiencia con el vizconde. De regreso, justo cuando estábamos a punto de separarnos, el subgerente me detuvo—

—Sr. Sasaki, sobre el asunto del que habló el vizconde…

—Ah, sí. ¿De qué se trata?

—He oído rumores de que nuestras relaciones con un país vecina han empeorado.

—……

—Puede ser prudente prepararse para un conflicto.

Bueno, era un rumor inquietante. Si había elegido ahora para contármelo, entonces probablemente era cierto. El subgerente tenía una buena cabeza sobre sus hombros. Nunca daría a nadie información engañosa que pudiera confundirle.

Aprender magia de barrera subió muchos puestos en mi lista de tareas pendientes.

***

Tras varios días de prácticas mágicas, volvimos a mi apartamento. Como los problemas a los que me enfrentaba en ambos mundos no tenían fin, seguía algo angustiado. Aun así, gracias al sueño reparador y a la deliciosa comida que había conseguido en el otro mundo, me encontraba en bastante buena condición física. A este paso, me sentía capaz de afrontar el día con energía. Tal vez debería hacer algo de pesas; hacía tiempo que no me ejercitaba.

…aunque parece que eso tendría que esperar, porque a poco de levantarme mi teléfono sonó; no el mío personal, sino el que me había dado el jefe de sección. Comprobé la pantalla y vi que quien me estaba llamando era la señorita Hoshizaki.

—¿Sí? Aquí Sasaki.

—¿Puedes venir a la oficina? Tenemos un trabajo urgente.

—¿Es de lo que me hablo el señor Akutsu–?

—Sí, el jefe dio las instrucciones. Cuento contigo, ¿de acuerdo?

—…entendido.

«¡Qué pena!»

Si la señorita Hoshizaki estaba actuando por su cuenta, tendría un buen surtido de excusas para librarme, pero no podía ignorar una orden directa del jefe de sección. Había dicho que era urgente, así que me apresuré como un loco a ponerme el traje y preparar mis cosas.

—Volverétarde, Pii-chan.

—Cuídate.

Vaya, era… realmente agradable tener a alguien que me despidiera así.

***

Al ser mi segundo viaje a la oficina, ya me había aprendido la ruta del tren y podía ir allí directamente. En realidad, quería que Pii-chan usara su magia de teletransporte. Sin embargo, siendo mi destino el que era, decidí abstenerme. Todavía no tenía claro el cómo engañar a la gente del bureau.

—Buenos días.

Siguiendo las instrucciones del teléfono, me dirigí a la sala de conferencias del lugar. Cuando llegué, ya había casi cien personas. Parecía uno de esos dramas televisivos en los que los detectives de un caso se reúnen para discutir los detalles. No obstante, todos los presentes eran extremadamente singulares. Había adolescentes junto a personas mayores que debían tener cerca de sesenta años; hombres y mujeres, todos sentados alrededor de mesas alineadas como las gradas de un teatro, y con colores cabello vibrantes y contrastantes. No parecían en absoluto funcionarios.

Vi algunos trajeados como yo entre la multitud, pero por desgracia eran minoría.

—Ah, ya estás aquí —dijo el jefe de sección al verme

entrar.

Estaba de pie junto a la enorme pantalla instalada

en la parte delantera de la sala. Mostraba una serie de lo que parecían rostros humanos. Incluidas aquí y allá entre las fotos de ficha policial había unas cuantas fotos que claramente habían sido tomadas de manera furtividad.

—Sasaki, ven aquí un momento.

—Sí, señor. —Me coloque a su lado como me fue indicado.

La sala de conferencias era intimidante. Todos los reunidos me miraban con curiosidad. Había aceptado mi anterior trabajo nada más salir de la universidad, y la experiencia de mi primer día fue igual. ¡De hecho, puede que ahora haya todavía más ojos sobre mí!

—Este de aquí es Sasaki, nuestro nuevo recluta. Hoy será su primer trabajo, así que quiero que todos cuiden de él. Ya se habrán dado cuenta que su poder figura entre los papeles que distribuimos entre ustedes. Igual creo que trabajará principalmente con la señorita Hoshizaki, pero puede que forme equipo con otros dependiendo de la situación. —Me miró, indicándome que debía decir algo.

—Es un placer trabajar con todos ustedes.

Ya que mencionó que mis rasgos psíquicos se los había dado a los demás en un informe, probablemente no necesitaba tomarme la molestia de explicarlos. En lugar de eso, me limité a hacer una leve reverencia para terminar mi saludo. Nadie hizo preguntas.

—Puedes ocupar cualquier asiento libre.

—Sí, señor.

Encontré un asiento vacío a petición suya y me senté. Fui muy consciente de las miradas furtivas de la gente, pero ninguno me dirigió la palabra.

Cuando vio que me había acomodado, el jefe de sección, que seguía de pie delante, abrió la boca para volver a hablar. Su voz resonó mientras miraba a toda la sala.

—Ya que Sasaki está aquí, permítanme que les explique por qué los he reunido a todos hoy.

La atención de todos se volvió hacia la pantalla de enfrente. El jefe de sección comenzó su explicación con tono distante, señalando las fotografías de la pantalla. Según sus palabras, se trataba de psíquicos irregulares que se habían negado a unirse a la organización.

Por comodidad, nuestra oficina llamaba regulares a los psíquicos afines con el registro gubernamental, mientras que a los que no lo hacían se les decía irregulares. Los que desconocían esta organización estatal, por su parte, eran psíquicos vagabundos.

Entre los irregulares se habían formado varios grupos insurgente. Las fotos de la pantalla mostraban a miembros de dos de los más grandes.

Naturalmente, nuestra oficina quería desenmascararlos a todos. Después de seguirlos día tras día, habíamos conseguido información de que habría una reunión para discutir una fusión, y eso era lo que nos traía hoy aquí—

Lo que en resumen significa que mi primer trabajo sería una redada…

—¿…alguien tiene alguna pregunta?

«¿Recibiré alguna clase de indemnización laboral si me lesiono?»

Ante la pregunta del jefe de sección, rápidamente varios levantaron la mano, a lo que la palabra fue concedida a un hombre con sudadera y pantalones de chándal; un tipo de aspecto rudo, cabello castaño áspero y mal teñido y que parecía rondar los veintes.

—¿Estos son todos los que van a participar?

—Sí, somos todos. Planeamos contar con una docena de miembros no psíquicos de la oficina que proporcionen apoyo desde la retaguardia, pero por regla general no participan en el combate. Están armados por si eso ocurre, pero no dependas de ellos.

—¿Será suficiente?

Los dos intercambiaron palabras delante de todos. Esto era algo que yo también me había estado preguntando.

—Hemos determinado que sí, por eso los hemos reunido aquí.

—Bueno…

Parecía que sólo la gente en la sala de conferencias iría a este trabajo. Dudaba que se pudiera hacer un juicio basado únicamente en números cuando se trataba de batallas entre psíquicos, pero teniendo en cuenta cuántas fotos había en las diapositivas, ellos tenían más que nosotros; el doble, de hecho.

Después hubo una breve sesión de preguntas y respuestas entre el jefe de sección y otros miembros de la oficina. Cubrieron rápidamente todas mis dudas, así que no tuve nada que preguntar. La mayoría de las preguntas se limitaron a confirmar la situación actual, y nuestros superiores no revelaron ninguna información nueva.