Monogatari (NL)

Volumen 18: Parte Final

Capitulo Final: Reverso Koyomi

Parte 29

Llegué a la Secundaria Naoetsu, aparqué la BMX en el estacionamiento de bicicletas y entré en su recinto. El aire de este lugar se sentía completamente diferente.

No sólo porque todo se había dado la vuelta, sino porque había una suave sensación de rechazo, como si nunca hubiera estado destinado a venir aquí.

¿Tal vez tenga que ver con mi propia mentalidad?

Empecé a tener la sensación de que tal vez esto era lo que significaba graduarse. Me sentí renovado en cierto modo después de graduarme, pero al volver aquí, era casi como si me hubieran empujado a través del lugar y me hubieran sacado por el otro extremo.

Había tenido pensamientos similares cuando visité mi escuela media con Ougi-chan, pero bastó un día para sentirme así. No era pena, ni vacío, pero creo que sí se trataba de mis emociones.

Rumiando, entré en los pasillos de la escuela—Tooe-san sólo había escrito “SECUNDARIA NAOETSU” en mi espalda.

Esas coordenadas eran bastante específicas, pero el campus de la Secundaria Naoetsu no era en absoluto pequeño, así que era difícil decidir a dónde ir después… o eso digo, pero sabía que tenía que dirigirme primero a mi última aula. Aquella en la que pasé mis días con Senjougahara Hitagi y Hanekawa Tsubasa.

No sabía qué o quién estaría allí, pero subí las escaleras hasta llegar al último piso.

Afortunadamente, no me encontré con nadie. Las clases habían terminado por ese día y los estudiantes habían salido. En cuanto al Rainy Devil, o Kanbaru Suruga, probablemente ni siquiera había estado aquí—

¿estaba bien en este mundo? ¿Venía alguna vez a la escuela? Por otra parte, según Tooe-san, esos cabos sueltos no tenían por qué atarse.

Todo esto pasó por mi mente mientras abría la puerta de un aula que estaba tan fresca en mi memoria que ni siquiera me parecía nostálgica, y para ir al grano, no encontré nada. El aire ordenado del aula sólo me hizo sentir aún más fuera de lugar y, naturalmente, tampoco había nadie más.

“…”

¿Un intento y un fallo? No, Tooe-san había señalado este camino, y no tenía sentido que no hubiera nada—¿tenía que ir a otro sitio? ¿A otra aula que había utilizado? ¿Qué tal al gimnasio, o a la sala de profesores donde me había puesto de rodillas? Tal vez al campo de atletismo que había albergado más de una batalla con una excentricidad… Se me ocurrían varios lugares, pero ninguno destacaba.

Ninguno de ellos encaja. Tooe-san nunca dijo que fuera un lugar que yo conociera bien, por supuesto, pero teniendo en cuenta lo que debía de querer decir con lo de encontrar a mi compañero, parecía insinuar algún lugar relacionado con Araragi Koyomi… Dicho esto, las aulas que había utilizado durante mi primer y segundo año no parecían probables—tenía incluso menos conexión con ellas, ya que habían pasado uno o dos años desde que dejé de utilizarlas para pasarlas a mis compañeros. Si no era esta aula, tampoco podían ser aquellas…

¿Podría, después de todo, ser el campo de atletismo? Estaba relacionado con las excentricidades.

O tal vez el cobertizo de educación física. Sin embargo, eso estaba más relacionado con Hanekawa que con las excentricidades… y me sentía vagamente incómodo por registrarlo tan pronto.

Y entonces se me ocurrió una posibilidad totalmente diferente.

Si habláramos de mis conexiones con un lugar, habría un aula con un vínculo más profundo conmigo que aquella en la que pasé mi último año. La causa de que mi tiempo como estudiante de secundaria no fuera demasiado espectacular, un lugar donde el tiempo se detuvo.

Si era eso, sabía con certeza quién iba a estar allí—me sentí como si me hubieran abofeteado con la respuesta.

Eso ocurría a menudo con los rompecabezas matemáticos que tanto le gustaban a Oikura. Parecían difíciles, incluso imposibles, pero los resolvías en el momento en que te dabas cuenta de la intención del preguntador. Ese tipo de sensación.

Por supuesto.

Eso es todo lo que podría decir.

Abandoné el aula, que ya no era mía.