Monogatari (NL)

Volumen 18: Parte Final

Capitulo Final: Reverso Koyomi

Parte 23

Me hice a un lado y me escabullí una vez que comenzó esta batalla a muerte, completando con éxito la primera etapa de mi misión de infiltrarme en la casa de Kanbaru. El Rainy Devil intentó perseguirme, por supuesto, pero Ononoki-chan hizo un hermoso trabajo interponiéndose en su camino.

Debería estar bien, dado el estado en el que se encontraban las dos cuando me fui—cinco horas tenía que ser una exageración, pero si Ononoki-chan se concentraba en la defensa, nunca sucumbiría al Rainy Devil.

En todo caso, podría golpear accidentalmente al Rainy Devil, es decir, eliminarlo sin querer, pero la shikigami parecía entender el significado de la moderación en este mundo, quizá en contraste con su homólogo en el mío. A menos que la situación diera un giro extremo, no creía que fuera a ocurrir.

Es decir, podría, si la situación diera un giro extremo—no estaba en condiciones de ordenar a Ononoki-chan que arriesgara su propia existencia y evitara asestar un golpe mortal al Rainy Devil. No era el momento de relajarse, tenía que darme prisa en investigar ese baño.

A pesar de mi determinación, me perdí inmediatamente. La casa de Kanbaru es demasiado grande, por no hablar de que había olvidado que la izquierda y la derecha se cambian de sitio. Con la música de fondo de lo que parecía un gran proyecto de construcción en el césped, corrí de un lado a otro (¿de otro lado a uno?) hasta que por fin descubrí el baño.

“Uf…” Recuperé el aliento por un momento.

Diez horas después de que se me ocurriera venir aquí, en los terrenos del Santuario Kita-Shirahebi, lo había conseguido… Se sentía como una especie de logro, pero todavía no había hecho nada. Todo lo que había hecho hasta ahora era como recibir consejos de todas partes sobre cómo correr una maratón, y sólo ahora estaba oyendo el pistoletazo de salida.

Por cierto, ¿dónde estaban los abuelos de Kanbaru, que vivían aquí con ella? Vinimos cuando ellos podrían estar fuera, ¿fue eso lo que pasó? No es que importara con quién me encontrara mientras no fuera el Rainy Devil, pero era mejor que nuestros caminos no se cruzaran.

Atravesé el vestidor, que era más grande que mi dormitorio, y abrí la puerta corrediza de madera que daba al espacio que contenía la bañera— afortunadamente, ya estaba llena. Un golpe de suerte, ya que se necesitarían más de quince o treinta minutos para llenar una de esta envergadura desde cero. ¿Podría el Rainy Devil haber tomado un baño matutino como Karen y Tsukihi?

Mirar fijamente el agua de la bañera de una de mis kouhais me pareció un poco inmoral… pero pasé directamente a estudiar la superficie… de forma oblicua, para ver la mayor cantidad de luz reflejada posible.

“…”

No sé, me sentí increíblemente estúpido cumpliendo mi objetivo…

¿Qué demonios estaba haciendo, llegando a involucrar a una muñeca cadáver? Tampoco aparecía nada en la superficie, lo que casi parecía una conclusión inevitable. Claro que el agua reflejaba el techo, pero eso era todo… ¿Qué iba a decirle a Ononoki-chan?

No, no esperaba que esto funcionara, y sí, me estaba agarrando a un clavo ardiendo, pero ante este resultado, tuve que preguntarme por qué me había molestado en agarrarlo. ¿Me creía una especie de alquimista que convertía el plomo en oro?

Chapoteé con la mano para hacer unas cuantas olas, pero sólo creé ondas. Ya estaba buscando explicaciones hábiles que pudiera dar para evitar que Ononoki-chan se burlara de mí, pero mientras jugaba…

“¡Ah!” Recordé, las palabras exactas de la historia que había escuchado de Kanbaru. Correcto, la imagen de su futuro cónyuge aparecía en la superficie mientras se bañaba. Era sólo una pequeña diferencia, pero tal vez estar fuera del baño y mirarlo, mientras estaba vestido, divergía de la leyenda—hmm.

Si se trataba de un caso en el que había que apostar la última moneda en tu bolsillo, ya estaba apostando por ello, pero ¿tenía que poner toda mi cartera, o incluso mi cuenta bancaria? No podía volver con las manos vacías después de haber llegado tan lejos… Bueno, tal vez tuviera que hacerlo, pero eso no era razón para no intentarlo todo.

Ononoki-chan estaba luchando contra el Rainy Devil, esa brutal excentricidad, por mi bien. No sólo había riesgo, sino que ella vería muy poco retorno. Esto también era por ella—¡tenía que desnudarme! ¡Y tomar un buen baño!

Afortunadamente, tras comprobarlo con la mano, el agua seguía caliente. El culpable no podía haber ido muy lejos—lo siento, no, no era necesario recalentar el baño.

Volví al vestuario, me quité la ropa y regresé. Estar desnudo en casa de otra persona nunca me pareció bien, pero aunque tuviera que darme prisa, no podía olvidar mis modales. No se entra en un baño sin antes lavarse, aunque si hablamos de modales, usar el baño de otra familia sin permiso era una enorme violación de los mismos.

Cuando escuché con atención, una destrucción inconfundible atravesaba el aire de vez en cuando—la batalla parecía continuar. No podía rendirme cuando Ononoki-chan seguía luchando, pensé, y libré mi propia batalla, enjabonando mi cuerpo y duchándome… Preparativos completos.

Entré en la bañera de ciprés. Para tomar un baño. Ooh, se siente bien.

No, tenía que darme prisa.

Para ir al grano, después de desnudarme, sumergirme y examinar el agua desde un ángulo, no pasó nada en particular, y honestamente, no esperaba que pasara nada.

Sí. Las cosas nunca van tan bien.

¿Por qué pensé que era un plan brillante? Qué vergüenza… Había algo malo en mí, esa era la única explicación.

Bien, es hora de un nuevo plan—¿quizás debería empezar buscando al otro Araragi Koyomi que vivía en este mundo? Probablemente Ougi-chan, pero si no era Ougi-chan… y entonces.

Esto fue el más rápido de los chapuzones, por no hablar de contar hasta cien, por lo que me levanté. Fue en ese momento cuando—

Wapp.

La puerta de madera del baño se deslizó para abrirse—¿qué, cómo?

¿Estaba   el   Rainy   Devil   aquí   después   de   derrotar  a   Ononoki-chan? Imposible.

Estaba bastante seguro de que la shikigami no perdería tan fácilmente, pero más aún, Kanbaru Suruga como el Rainy Devil no abriría las puertas como una persona razonable. Como había demostrado con la puerta del frente, las veía como algo para destruir, no para usar.

Y efectivamente, no era Kanbaru Suruga, el Rainy Devil, quien estaba de pie al otro lado de la puerta, pero tampoco era Ononoki-chan después de derrotar accidentalmente a su oponente.

Ni tampoco los abuelos de Kanbaru, que habían estado en casa todo el tiempo. A pesar de mi descripción, no tengo ninguna sorpresa.

Porque no conocía a esta persona.

Alguien con quien me reunía por primera vez estaba allí completamente desnuda.

Alguien que nunca había visto, desnuda como nunca había visto.

“¿Eh? ¿Quién demonios eres tú?” Preguntó la desconocida, sin hacer ningún esfuerzo por cubrirse. Agarrando con una mano una toalla que permanecía colgada contra su hombro, sin inmutarse.

La desconocida desnuda exigía saber quién era mi yo desnudo.

“Hah, si quieres saber el nombre de alguien, deberías presentarte primero.” Reuní todo lo que tenía para poner esta fachada, tan aturdido cómo podía estar, desesperado por ocultar mi cuerpo, provocando mi desnudez y desesperación.

En cualquier caso, no podía huir, no podía salir del baño sin apartar a esa desconocida que estaba en la puerta. Como no me atrevía a identificarme, mi única opción real era darle la vuelta a la pregunta.

“Soy Gaen Tooe.”

Pero ella respondió, sin más.

“Y ahora, ¿quién demonios eres tú? Será mejor que me respondas esta vez, o no durarás mucho en este mundo.”