Monogatari (NL)

Volumen 18: Parte Final

Capitulo Final: Reverso Koyomi

Parte 10

Su impresión era tan diferente que no tenía ni idea, pero una vez que me di cuenta de la verdad, me pareció obvio. Por supuesto que ella era esa Oikura.

Oikura Sodachi.

Su peinado era diferente, y la Oikura que yo conocía nunca exponía tanto sus extremidades—sobre todo, la mirada de sus ojos era muy diferente.

Antes, estaban tan nublados que te preocupaba que estuviera afectada por algún tipo de maldición y que te la estuviera lanzando con su mirada. Ahora, no era más que jovial.

“¡Hey! ¡Hey! ¿No es increíble este rompecabezas? Este rompecabezas es increíble, y yo soy increíble por haberlo resuelto, ¿no crees? Parece realmente difícil, pero mira, ¡la respuesta es obvia una vez que lo diagramas! ¿No te encanta esta sensación? Es como una bruma de misterio sobre todo el asunto que se aclara de golpe.”

Oikura, que no solía acercarse a menos de un metro de mí, como si fuese algún tipo de producto de desecho, ahora estaba sentada a mi lado en el sofá, con su hombro empujando el mío, no sólo tratando conmigo, sino sonando vertiginosa. ¿Cómo iba a reconocerla?

Era un individuo diferente, simple y llanamente.

Esta Oikura diferente, con pantalones cortos, por lo que pude ver en los fragmentos de información que obtuve de sus palabras, había estado bajo la custodia de los Araragi durante ocho años y habíamos crecido en términos amistosos, como hermano y hermana, aunque no estoy seguro de quién era el hermano mayor en este caso.

“S-Sí, claro, Sodachi…” Aunque no me parecía correcto, la llamé por su nombre. No era natural usar su apellido si no éramos sólo amigos de la infancia, sino que vivíamos bajo el mismo techo, aunque iba a ser incómodo llamarla como fuera, dado lo extraño de la situación. “Nunca dejas de impresionarme. Tengo que quitarme el sombrero ante ti por resolver un problema tan difícil.”

El trauma que se me grabó durante mi primer año de secundaria era tan profundo que intentaba mantenerme en su lado bueno y apaciguarla con palabras, aunque su personalidad hubiera cambiado. Por supuesto, la Oikura que yo conocía se habría quebrado ante mi evidente adulación, pero esta versión era diferente.

“¡Jajaa! ¡Koyomi me ha elogiado! ¡Hurra!” Se alegró como una buena chica.

Si la Oikura que yo conocía, la chica difícil que quería llamarse Euler, se viera actuando así de brillante, alegre y feliz, podría hacer un escándalo…

De hecho, para ser honesto, casi me dieron ganas de correr y romper cosas—no tenía sentido que me avergonzara, pero nunca había imaginado que podría comunicarme con ella así. Me pareció un delirio imposible, lo que me hizo sonrojar.

“¿Hm? ¿Qué pasa, Koyomi? Tienes la cara roja. ¿Podrías estar enfermo o algo así?”

Plop.

Oikura tocó su frente, ya tan cercana, a la mía como si fuera la cosa más natural del mundo. ¡Para! No estaba nada contento, ¡pero ella iba a hacer que empezara a sonreír!

“Menos caliente de lo que pensaba.” Dijo, con su mano trabajando para resolver el acertijo. Anotaba los números con la mano izquierda, pero esto no me ayudaba porque no podía recordar su mano dominante.

Entonces tuve una idea.

“Hey, Sodachi… se me olvida, ¿quién es ese matemático que adoras?

¿Euler?”

“¿Eh? ¿De qué estás hablando? Euler es genial, por supuesto, pero el matemático que más respeto es Gauss. Ya lo sabes.”

“…”

La diferencia era tan pequeña que no sabía qué significaba. ¿Contó eso como un cambio de rumbo? O más bien, era tan fundamentalmente diferente que era como si te presentaran a alguien que no conocías. En serio, tenía cero sentido.

¿Qué pasó con este mundo? ¿Cómo se le da la vuelta a esa Oikura para conseguir este personaje?

Disfrutar de una relación plácida y familiar con alguien que en su día estuvo en malos términos conmigo, o que me odiaba unilateralmente con saña, debería decir, era otra vuelta de tuerca más tibia y relajada. Aun así, estaba demasiado poco acostumbrado a todo esto para saber cómo reaccionar.

No podía aceptar la falta de tensión.

Nunca había conocido a una protagonista femenina como esta.

“Bien, Koyomi, resolvamos este problema juntos. Yo misma he llegado bastante lejos en él, o en realidad tengo una respuesta, pero parece una solución de fuerza bruta. No hay nada bonito en probar todas las posibilidades, ¿sabes? Debe haber una forma más limpia de resolverlo.”

“S-Sí, claro, Sodachi…”

Incluso los números que escribía estaban reflejados, lo que hacía que el problema fuera inútilmente difícil, pero no podía ignorarla si era su amistoso hermano mayor (¿menor?)—mi plan de ir al segundo piso y pedirle ayuda a Ononoki-chan se había frustrado.

De hecho, estaba pintando la diana perfecta en mi espalda si la shikigami me veía así, con esa mirada tan elegante que ni siquiera se podía dibujar. Pero no, quizás no si esto era lo normal en este mundo… Si este era el comportamiento habitual de Araragi Koyomi…

“¿Hm?”

¿Eh? Algo me hizo reflexionar.

Por un momento se sintió extraño… como lo más cerca que había estado de poner el dedo en la llaga para una solución limpia…

“Dame un poco de tu té, Koyomi.”

Oikura, que parecía haber terminado el suyo, tomó la taza de té que tenía delante y bebió con elegancia su contenido. No es un problema en sí mismo…

“¡Jeje! ¡Un beso indirecto con Koyomi!”

Sin embargo, cuando no se lo pensó dos veces antes de decir cosas así, no tuve ni idea de cómo responder. Esta Oikura íntima y bromista puso mi mente en las nubes y no pude ordenar mis pensamientos.

Supongo que era un novato en el coqueteo porque todas las relaciones que había logrado construir implicaban discusiones.

Y así, perdí el hilo de mis pensamientos.

“Uf.” Suspiré… bueno, tal vez estaba bien.

Por qué existía una Oikura como esta, aunque no fuera un mundo paralelo, sino un mundo incoherente y lleno de contradicciones—puede que no le echara una mano a la Oikura que conocía, pero el tiempo en familia con una chica que no estaba bendecida en ese departamento no era tan terrible.

Parecía resignación, pero por fin llegué a ese estado—podía sentirme así por una amiga de la infancia que aún se esforzaba por encontrar la felicidad.

“Hey… Sodachi. Tengo una pregunta sobre Tsukihi.”

Esa noción debió proporcionarme un terreno sólido, porque dejé atrás mis preocupaciones y me lancé al asunto en cuestión. Bueno, debería habérselo planteado a Ononoki-chan, pero si esta chica decía que habíamos vivido juntos durante casi una década, tendría que conocer a mi hermanita más que la shikigami, que a la hora de la verdad había empezado a vivir con nosotros hacía poco.

“¿Hmm? ¿Tsukihi-chan? Se fue de compras con Karen-chan. También me invitaron a mí, pero quería hablarte de este rompecabezas cuanto antes.” El sentido de mi pregunta no le llegó, y debería haberlo sabido. Se limitó a informarme de la ubicación actual de Tsukihi, así que continué:

“¿Últimamente ha cambiado algo de ella?”

No, eso tampoco funcionaría. Incluso si hubiera habido un cambio, algún tipo de inversión que no hubiera notado, sería su estado natural en esta tierra de espejos.

“A ver, ¿qué clase de persona era?” Replanteé mi pregunta.

“¿Clase de persona? Qué cosa más rara preguntas, Koyomi. Ya veo por qué estás preocupado por ella. Yo también lo estoy. ¿Cómo va a salir adelante en el mundo con esa personalidad suya?”

Forzando una sonrisa, Oikura comenzó a transmitir sus impresiones sobre Araragi Tsukihi tal y como la entendía. Como chica que habla de otra chica, fue más fácil con ella en algunos aspectos y más dura en otros, pero en general nada de eso superó mi propia impresión de Tsukihi.

En ese caso, realmente no había cambiado… ¿Cambiaban algunas personas pero no otras, o Tsukihi era la única excepción?

Si lo era, supuse que lo entendía… Si la formidable Oikura estaba tan desordenada (lo siento), debería asumir que la mayoría de la gente estaba invertida de alguna manera.

La existencia de una Oikura así no hacía daño, pero por otro lado, no podía negar también la sensación de que no quería verla así.

“…”

La otra cara de la moneda.

¿Verdad?

“Wow. Increíble, Koyomi, lo has resuelto. Sé que saco mejores notas que tú, pero no soy rival para ti cuando se trata de este tipo de cosas. Aunque no me importa, de alguna manera no me molesta… Uf.”

Y luego.

Una vez que terminé de resolver los rompecabezas matemáticos que ella había preparado, apoyó su cabeza en mi hombro, y algo en ello se sintió como una ligera desviación de la vibración familiar y fraternal que había estado provocando.

“Hey, Sodachi…”

“Me pregunto qué es. Es extraño.” Me interrumpió antes de que pudiera reprenderla, sin moverse. “Ha sido así desde siempre, ¿verdad? Pero me encuentro deseando que lo sea. ¿No es raro?”

“…”

“¿Me pasa algo? Tú estás aquí, Karen-chan está aquí, Tsukihi-chan está aquí… El tío y la tía están aquí, y todos son tan amables conmigo, y nos llevamos tan bien, como una verdadera familia, y soy tan feliz, pero…”

De repente, Oikura Sodachi…

Habló como Oikura Sodachi: Me pregunto por qué…

“Todo esto parece una mentira.”