Toradora! (NL)

Volumen 10

Capitulo 5: Date Prisa y Vuelve a Mi Lado

Parte 1

 

 

Sintiendo que la puerta de al lado de la escalera estaba entreabierta, Ryuuji se arrastró fuera de su colcha y silenciosamente la abrió, y se inclinó para adelante para echar un vistazo al pasillo frío y oscuro.

Taiga también estaba sentada de rodillas mientras miraba a Ryuuji, como esperando que abriese la puerta también.





“… Brrr, no puedo dormir.”

Dijo suavemente mientras se tapaba su boca con las manos.

“¿… Encendiste el calentador? Usamos calentador eléctrico aquí.” “Está encendido… pero me siento fría por esto.”

Taiga se encogió de hombros y agarró su largo cabello – Ryuuji supo de inmediato que su pelo estaba todavía un poco húmedo. Probablemente no se secó el pelo adecuadamente tras el baño.

“Aunque me prestaron un secador, es bastante complicado secar todo mi pelo, y tampoco me siento bien ocupando el baño durante tanto tiempo, así que sólo está medio seco.”

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“… Qué considerada por alguien que ni dudó en comerse tres tazones de arroz.” “Por supuesto, porque soy una buena chica…”

Taiga se cruzó de brazos mientras mantenía su cabello húmedo mientras que bajaba los párpados y se sentaba erguida como un santo en un retrato. Ryuuji hizo como que no vio eso y escuchó con atención lo que estaba pasando en la planta baja. Yasuko, Sonoko y Seiji aún estaban en la sala de estar, sus voces en la madrugada eran tan débiles como una canica que golpeaba en un estanque, y no se oía casi nada de sus conversaciones.

“¿…De qué deben estar hablando?”

Taiga guardó silencio por un momento antes de mirar también hacia abajo de las escaleras.

“Probablemente tengan un montón de cosas de que hablar. No se han visto durante dieciocho años, después de todo.”

“¿Viste la cara de Yasuko cuando le dijimos que la estuvimos llamando durante todo el día?”

“¡… Pft!” Tras oír esto, Taiga se río, mientras que los labios de Ryuuji estaban algo temblorosos.

Ehhh… ¿¡Estás durmiendo ya!? … Deja que Ya-chan venga también… Tengo la sensación de que voy a ser regañado duramente… Uwaa~ Papá parece como si estuviera preparando algo horrible… Mientras que Yasuko se sentía aterrorizada, Seiji sujetaba su hierro número 5 del club de golf y estaba a su lado. ¡Ahora voy a golpear a mi hija hasta que recupere su cordura! No, por supuesto que no dijo nada así. Él simplemente acababa de recoger su palo de golf que estaba tendido en la sala de estar, en ese momento.

“Por cierto, ya he visto que te pareces un montón a Ya-chan, y ahora me doy cuenta de cómo realmente te ves igual. ¿Así que crecerás como ella? Gracias a Dios… lo digo por el pelo, por supuesto.”

Dijo Taiga mientras señalaba la espesa cabellera.

“Espero que sí… Eh, ¿qué te parece? Nunca pensé que me pareciera a Yasuko en absoluto.”

“Por eso digo que ha sido una sorpresa. Aunque su cara aún se parece a él…”

Taiga se detuvo de repente, y cerró la boca, que se había relajado con una sonrisa amable. Observó la expresión de Ryuuji por un momento, preguntándose si debía continuar hablando. Vamos. Ryuuji parpadeó e hizo un gesto para que continuara, y al final ella bajó aún más su tono de voz y dijo,

“… Al final no hemos encontrado mucho sobre tu padre.” “Sí.”

“¿Estás bien con eso…? ¿No quieres saber?” “Solo siento curiosidad.”

Vestidos con pijamas prestados, Ryuuji se sentó en la esquina al lado de la puerta mientras que se sujetaba las rodillas. Bajando la voz para evitar que alguien de abajo lo oyera, dijo,

“Tenía curiosidad de saber por qué se habían separado después de abandonar sus casas. Pero entonces me sentí… ¿puede ser que la ausencia de mi padre fuera decisión de Yasuko? Otra cosa sería si ella lo hubiese estado buscando, pero la verdad es que no lo hizo.”

Ryuuji creía que si esperaba unos cuantos años más, sería capaz de preguntarle a Yasuko por qué esa persona nunca había estado a su lado. Él era incapaz de preguntarlo ahora que se había embarcado en una nueva fase de su vida. Taiga se sentó de la misma forma que Ryuuji en la otra esquina del pasillo oscuro y miró a sus pies, mientras que Ryuuji apoyaba su helada barbilla en el dorso de sus manos.

Él creía que ya que simplemente estaba aprendiendo a caminar, era incapaz de entender las decisiones de sus padres, y sólo podía aceptarlas como vinieron.

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En verdad, en su mundo ideal – Ryuuji había imaginado a su padre sentado en su banquete imaginario, a pesar de que sólo podía vislumbrar la imagen de él de hace dieciocho años, pero él estaba ahí. No podía fingir que su padre nunca había existido, pues fue gracias a él que nació. Y eso era suficiente para demostrarle al mundo que su padre había existido

Soy su mejor prueba. Pensó Ryuuji. Acepto todo lo que hay en mundo. Y ese soy yo – Takasu Ryuuji. Levantó la cara para mirar las pálidas mejillas de Taiga.

Con su pelo cayendo en el suelo, Taiga encogió su cuerpo mientras abrazaba su cara a sus rodillas. Sus ojos brillaban mientras miraba a Ryuuji,

“¿… Así que al final no odias a Ya-chan ni a tu padre al final?”

Su voz fue suave, pero suficiente para llegar a los oídos de Ryuuji antes de que se desvaneciese suavemente en la oscuridad.

El sonido de su respiración se sobrepuso en el aire frío. “He estado pensando mucho.”

Ryuuji nunca había sido consciente de la facilidad con la que contaba las heridas que tuvo que soportar en sí mismo- fuese de dinero, de su carrera o incluso de su futuro. Cuando era joven, tuvo que soportar el dolor de los demás sin saberlo y evitando que se viera diferente o lo alteraran, o evitar alarmarse sobre los orígenes o el trabajo de Yasuko, sabiendo que así es como todo el mundo lo veía, y no quería perdonar esos rumores… Ryuuji había pensado en eso, como si quisiera confirmar sus propias heridas.

Algunas heridas se habían curado, y otras no. Algunas seguían sangrando, algunas fueron infringidas sin razón, y otras que él mismo había provocado y sobre las que ya no podía hacer nada al respecto, y algunas que ni siquiera tenían que ver con sus padres o su nacimiento. Algunas heridas abiertas vinieron de malentendidos que nadie quería que sucediesen, o por diferencias de valores o sentimientos. Debido a todo eso, Ryuuji había acumulado diversas heridas de diferentes tamaños mientras vivíamos en este mundo.

Incluso si se pudiera decir dónde está el alma de cada uno, aún así eso no afectaría al alma de los demás. Algunas personas simplemente se hieren a sí mismos, mientras que otras sólo se lastiman. Esa es la verdad, en eso consiste ser humano. Ryuuji también era uno de ellos, y no importaba lo cuidadoso y precavido que fuera, siempre seguiría hiriendo a alguien. Ryuuji ni siquiera se atrevería a decir que el pensamiento de querer herir a alguien con un cuchillo nunca se le había planteado.

Una vez más se dio cuenta de la magnitud de llegar a un acuerdo consigo mismo – La aceptación de todo lo que había pasado, incluyendo el dolor de su herida, así como la fealdad del daño hecho a los demás, y después sentirse agradecido con ello. No es una tarea fácil después de todo.

“Pero, ufff… me alegro de tenerte.” “¿A mí…? ¿De verdad?”

Ryuuji asintió en silencio. Taiga miró a su cara, que estaba enterrada en sus rodillas, su expresión parecía como si estuviera llorando o sonriendo, era increíble. Ella colocó sus dedo en sus labios suaves ligeramente rojos,

“¿Es eso lo que esperas de mí?” Ryuuji pensó, Sí.

No importa lo lejano o difícil que sea, hay una cosa que tengo que hacer sin importar nada más.

El movimiento del alma realmente incluye el tener el cuerpo y la mente pasando por obstáculos, y en lo profundo del alma de uno, había algo a lo que nadie o nada podía llegar, y que nunca debe ser destruido. Al lado de Ryuuji, nadie podía tocarlo. Esa cosa se envolvía mirando a la persona amada y siendo mirado también por ella, y moviendo después su cabeza, jurando no volver a traicionar a los demás. Los ojos deben mirar a mi ser, mis actos, a mis pensamientos formando una unión con mi corazón, hasta que me di cuenta de mi existencia y del propósito para seguir viviendo.

Supongo que lo que mis ojos pueden ver constituye lo que es mi propio mundo.

Ryuuji creía que Taiga también tenía algo que podía formar esa unión en su corazón. Él esperaba que ella entendiera todo esto.

Y así Ryuuji quiso mostrar a Taiga todo aquello en su corazón, y lo que iba a hacer desde ahora para perseguir que todo eso siguiese existiendo.

Sentada en el pasillo poco iluminado, Taiga no quiso preguntar más allá, y simplemente miró a las sombras que formaban los pies de Ryuuji.

“¿…Y qué hay de ti? ¿Ya no odiarás a tu viejo nunca más? Él ha llevado tu vida al desastre. Y después está tu verdadera madre, tu madrastra, el nuevo marido de tu madre, y tus hermanastros. Tu situación es bastante más complicada que la mía, ¿Qué piensas de todo esto entonces?”

“Yo…”

Como si estuviera rezando, Ryuuji miró sus labios color cereza pálido que se habían abierto en silencio. Sin embargo Taiga no dijo nada más, y huyó gentilmente de las preguntas, cuestiones, anticipaciones y expectativas, mientas movió sus ojos hacia algo más lejano.

Taiga estaba mirando a algún lugar en sí misma.

Levantando su barbilla afilada, sus ojos brillaban mientras se enfrentaba a este ancho mundo con sus ojos provocativos y desafiantes.

¿Qué es lo que está mirando? ¿Cómo de grande es el mundo que está mirando? ¿Qué tipo de estrellas brillarán en su mundo? ¿Qué tipo de estaciones habrá? ¿Qué viento soplará? Ryuuji quería saberlo, quería verlo, quería estar con ella en el mismo lugar, quería estar a su lado.

Cada uno confinado en su propio cuerpo, ¿cómo podrían dos almas que nunca se han unido, sin importar nada, unirse en el sitio más cercano posible, donde ambos pudieran estar lo más juntos posible? ¿Cómo podrían fusionarse sus mundos?

“¿… Puede ponerme a tu lado? El calentador parece que da más calor en ese lado.”

Taiga devolvió su mirada a Ryuuji, como respondiendo a su pregunta. Frotándose las manos, se estremeció mientras suspiraba y dijo, “Hace mucho frío.”

“Cierto, voy a encender el calentador.”

Dijo Taiga y se dirigió hacia la habitación con poca luz. ¡Beep! Ryuuji podía oír el ligero ruido del interruptor del calentador eléctrico encendiéndose. Quizá hacía demasiado frío para caminar por las baldosas heladas con los pies descalzos, Taiga caminó en silencio por la sala, que había sido preparada para Ryuuji y Yasuko, mientras se acurrucaba con sus brazos y piernas tan encogidas como le era posible.

“Fuu, al menos esta habitación es algo más cálida…” Taiga finalmente relajó sus hombros.

La habitación estaba iluminada por el resplandor anaranjado del calentador, y Taiga dejó escapar un suspiro de alivio por el calor recibido del mismo.

“… Deja de mirar ahí.”

Taiga de repente pensó en algo y puso su mano sobre el pecho de su pijama prestado. Sus brazos estaban cruzados juntos, con su cintura ligeramente flexionada, mientras que su cabeza estaba mirando ligeramente hacia arriba… ¿Es qué eres una sirvienta o

algo? Ryuuji decidió no transmitir ese pensamiento, y al instante preguntó, “¿Por qué no?”

“El pijama es demasiado grande. Estoy preocupada por lo ancha que es la zona del pecho.”

“Oh… Pobrecita. Date prisa y levanta ese ánimo secándote el pelo en el calentador.”

“Por alguna razón me siento muy enfadada contigo por decirme algo así, pero como nos oirán abajo, te voy a dejar marchar esta vez. Pero no olvides lo que te he dicho, ¡nunca!”

Taiga miró amenazadoramente a Ryuuji y caminó por la habitación con las manos firmemente en el pecho, sentándose frente al calentador, que estaba a dos futones de distancia de Ryuuji, antes de extender sus manos frente a la fuente de calor. El resplandor naranja intenso iluminaba tenuemente la habitación. “Ah, parece que ya me he recuperado… Como te he dicho, ¡no lo olvides!” Se giró para mirar a Ryuuji de nuevo.

“Sí, lo que sea,” Ryuuji estiró las piernas sobre su futón y se quedó mirando sus uñas de los pies que parecían un poco espantosas mientras suspiraba por la ansiedad de la distancia. No debo estar cerca de ella esta noche. Esta misma distancia, estar solos y juntos en esta habitación ya resulta bastante aterrador, ya que esto era lo que había querido desde un principio.

Honestamente… pensaba Ryuuji, sólo sentir el aliento que llegaba a su oído era suficiente para fundir su cerebro y conducirlo a la locura.

Porque la chica que amaba estaba sentada justo delante de él.

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Su corazón se sentía como si fuera en una montaña rusa antes de llegar al “presente”. Solo observar a Taiga, cada mechón de su pomposo cabello, sus pequeños hombros, y sus pequeñas y pálidas manos huesudas eran suficiente para activar todos los sentidos de su interior. Cada mirada de Ryuuji estaba fija en ella, podía sentir como si pudiera oler su fragancia, podía incluso sentir el calor que venía de Taiga… aunque seguramente esto tendría más que ver con que estaba sentada al lado de la estufa.

¿Alguna vez he querido abrazar a alguien y he tenido tanto miedo a hacerlo? Sus pensamientos eran simples – Quería estar más cerca de Taiga, entenderla más, contarle más de sus pensamientos. Nunca habría pensado que sólo estos deseos serían suficientes para desencadenar tal reacción en él.

Pero Ryuuji sabía que si alcanzaba su mano ahora, todo habría terminado. No sabía hasta donde llegaría si hacía ese movimiento, como si estuviera de pie en el borde de un acantilado. Me sentí un poco parecido la última vez. Si volviera a caer del puente,

¿caería al agua tan fría que mi corazón se congelaría?

Ryuuji se tapó los oídos con indiferencia y sacudió la cabeza con una expresión desconocida mientras relajaba la rigidez de su cuello. De hecho le fue muy difícil apartar la mirada. Podía sentir hasta escalofríos, y hasta tenía ganas de silbar… Él nunca se había sentido así cuando había estado con Taiga. ¿Cómo voy a volver entonces cada día a estar junto a ella? Ahora Ryuuji no podía recordarlo. Y volver… ¿cuándo exactamente? Ahora mismo ni siquiera estaba seguro de la respuesta.

Sus ojos se movieron hacia Taiga, que había colocado su largo pelo delante de ella mientras lo peinaba. Bajo el cuidado de sus pálidos dedos, Ryuuji sintió que su pelo era tan suave como la miel fundida. Bajo el flequillo, su cara reflejaba la luz del calentador. Los abuelos y mamá siguen abajo. Ryuuji echo un vistazo alrededor, y se

dio cuenta de que esta solía ser la habitación de Yasuko – Los muebles, el uniforme aún seguía ahí, la ropa de su estilo, todo revelaba que su madre había estado viviendo ahí.

Incluso si nuestros corazones están unidos, un tabú sigue siendo un tabú. Es simplemente que cuanto más te prohíben, más ganas tienes de saber o hacer algo.

“Ryuuji.”

“¿¡Eh!? ¿¡S, Sí!?”

“… Estás respirando muy fuerte… Ayúdame a subir el calentador, no sé cómo se ajusta esto.”

Taiga miró hacia el calentador y ni siquiera se giro para mirarle.

Ryuuji no respondió, y solo se acercó al calentador, igual que hizo Taiga.

¿Qué debe hacer una persona que va a subir el calentador? … Si es solo darnos la mano, ¿lo aceptará?

¿Puedo abrazarla?

¿Los amigos no hacen ya eso normalmente?

Cierto, me preocuparé si ella me dice que no. Sólo espero que no piense que soy un cabrón que no sabe siquiera dónde están los límites.

… Realmente quiero sentir su tacto.

Sólo siento curiosidad por saber que se siente al estar en contacto físico con otra persona, estaré satisfecho con eso simplemente… Ryuuji procedió a estirar su mano.

“… Creo que es este botón.”

… Y pulsó el botón que tenía un pequeño triángulo señalando hacia arriba. Beep, beep. Los sonidos venían del botón que había pulsado, y los tubos del calentador

aumentaron su brillo, convirtiéndose en un color rojo fuego. La calidez que llegaba a su piel se hizo rápidamente más fuerte.

“¿… Está demasiado fuerte?” “Está bien. Ahh, tan calentito…”

“Asegúrate de que no te quemas el pelo.”

“No importa lo tonta que sea, no soy tan estúpida como para no… espera” Taiga agarró la punta de su largo pelo y la olió,

“… No soy tan tonta como para quemarme el pelo.”

Se separó el pelo con orgullo y movió su cara hacia Ryuuji. “… No te acerques demasiado a mí.”

Ryuuji frunció el ceño y retrocedió ante su rostro, que parecía un rostro alienígena… o más bien, una cara amenazante. Movió el cuerpo hacia atrás en el mismo ángulo que Taiga, manteniéndose a un paso de ella.

“¿De qué va esto? ¿Por qué has dicho eso?”

Porque simplemente tocarla físicamente no es suficiente para satisfacerme… No es que pueda decir eso. Tampoco puedo decir que es porque tenemos a los adultos abajo. De todas formas, no es suficiente. Mi deseo por Taiga no tiene fin.

No es suficiente

Nada de esto es suficiente. Justo como pensaba.





Aunque él sabía todo sobre ella, y le encantaba todo, aún así no tenía el tiempo suficiente, por mucho que él hiciera. Sólo hay 24 horas en un día, 365 días en un año, y probablemente sólo alrededor de 80 años en una vida. Esta noche solo durará unas cuantas horas más. Ryuuji era simplemente un chico normal que no tenía suficiente de todo, y sólo podía sentirse ansioso y luchando con el dolor. Eso era todo lo que había.

“… De todos modos, no importa qué, esta línea representa el límite entre nosotros mismos.”

Ahora se estaba quedando sin ideas.

Usando su dedo, dibujó una línea invisible entre donde estaba sentado cada uno, simplemente cortando por la mitad la superficie de la alfombra. “¡No la cruces!” Ryuuji incluso cambió el género y le dio una expresión de vieja bruja.

“¿… Y qué pasa si lo hago?”

“Los guardias invisibles te volarán los sesos con una escopeta.” “Eso no es lo que quise decir… ¿qué pasa entonces?”

Taiga se sentó delante del calentador con su pijama prestado, y se quedó mirando el pelo que estaba peinando. Sólo con sus pestañas era suficiente para provocar un impacto en el corazón de Ryuuji. ¿¡Cómo puedes estar tan tranquila!? Incluso comenzó a sentirse resentido. Al final, Taiga no entendía nada. Era capaz de ponerse a dormir a pesar de sentirse así, como si siguiera durmiendo en su habitación doble con cocina.

Si ese es el caso…

“Bueno… no es que realmente quiera cruzarla.”

Si la cruzo, ¿qué me vas a hacer?

“Si realmente cruzo esa línea, si ya he tomado mi decisión… entonces no importa lo que llores o patalees, no voy a dejar que te vayas.”

“… Tú…”

¡… Cabrona! No… ¡Demonio! No… ¡Tigre de bolsillo!

“Pero realmente sería una molestia si mis sesos volasen por culpa de esos guardias invisibles. Además, va a ser muy triste tener que limpiar todo mi cerebro esparcido por ahí… ¿no?”

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“…”

Ryuuji se quedó sin habla.

La mirada y la calidez de la provocación de Taiga estaban provocando al corazón puro y complicado de un hombre. Esto es como bailar en una barbacoa con los pies descalzos. Con Ryuuji bailando mientras Taiga avivaba las llamas. Ryuuji le devolvió la mirada…

“¿Qué? ¿No vas a decir nada con esa expresión?”

Taiga cruzó las piernas descaradamente, dejando un pie delante del otro, y se balanceó como un muñeco Daruma1. Deliberadamente abrió mucho los ojos y puso mala cara, “Si ni siquiera yo entiendo lo que estás intentando decir, no estaré cualificada para ser tu na- vi, no-vi, ¡novia!” Y volvió a sus pensamientos interiores. Ryuuji pensó, Tampoco es que tenga que tener ninguna piedad con ella.

Viendo que no podía vencerla con palabras, Ryuuji utilizó un arma de asalto de larga distancia – Se cubrió los labios de una manera varonil con una mano, y después por el hueco de sus dientes, lanzó un dardo lleno del veneno de la mamba negra 2directamente hacia el ojo de Taiga… Por supuesto que no hizo eso. Él decidió imitar lo que Taiga hizo hace un rato y le lanzó un beso volador mientras tenía una expresión absolutamente horrible. No me importa quién está abajo, ¡esto al menos sí puedo hacerlo! ¡Vamos!

¡Un beso son 5000 yenes! Ryuuji cerró el puño y pensó…

“¡Tu beso ha volado tanto que ni siquiera se ha acercado a mí!”

Taiga indiferente golpeó los besos voladores que le llegaban como si fueran mosquitos. “¡Qué! ¡E, eso significa…!”

“… Mi barbilla no es tan alargada.” “Realmente te estás dejando llevar…”

Taiga le enseñó la barbilla de forma malintencionada y agitó sus manos mientras sacudía su cabeza.

1 Muñeco tradicional japonés, de forma redondeada, creado por el creador de la secta Zen del budismo. Tiene mucho simbolismo y se considera talismán de buena suerte. Es como un tentetieso occidental

2 Serpiente extremadamente venenosa y letal, posiblemente la que más.

“¿¡Qué has dicho!?”


“No puedes siquiera imitar el sonido de un beso volador. Ufff… no puedo creer que tengas tan poca vergüenza como para intentar imitarme…”

“¡Arrgh! ¡Tú! ¡Si fuiste tú la primera…! ¡Olvídalo!”

Ryuuji intentó replicar pero se quedó sin palabras, así que giró su cabeza apartándose de Taiga, y sólo dijo “Voy a dormir.” Después se metió en su futón y cerró los ojos.

“Ooooh, está loco. Sólo estaba bromeando, y tú ya estás haciendo pucheros.” “…”

“Ryuuji. Ryuuuujiiii–” “…”

“Ryuu-chan.”

“… No me llames así.”

“Um… Es genial que el tema de Ya-chan haya quedado resuelto.” “…”

“Igual que el tuyo… gracias a Dios.”

Ryuuji mantuvo los ojos cerrados, podía sentir el aliento de Taiga por sus pies, y quería ser abrazado por él aún más.

“… Lo mismo para mí misma… Me siento realmente bien, es todo lo que puedo pensar. Que Ya-chan le agradezca a una persona como yo… y yo también estoy muy agradecida por ti, por Ryuuji…”

La voz de Taiga era grosera, su silueta de repente se estremeció y se volvió borrosa a sus ojos.

“¿… Estás ya dormido?”

Ryuuji respondió a esa pregunta con silencio.

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“Si estás dormido, entonces olvídalo. De todas formas ahora mi pelo ya está seco y cálido… así que no importa.”

Ryuuji sintió a Taiga levantarse y apartarse del borde de su futón. Oyendo sus pasos, abrió los ojos y levantó su cabeza, tratando de levantarse para ir tras ella.

“¿¡Woa!?”

¡Thud! Un repentino golpe causó que dejara de respirar. “… Se supone que la gente que duerme no se mueve.”

“¿Qué se supone que no se mueve? Tú… Yo, ¡no puedo respirar…!” “Y se supone que tampoco hablan.”

Ryuuji seguía luchando mientras se asfixiaba.

A pesar de que estaba totalmente presionado por su futón, Ryuuji aún consiguió manejar la situación – Taiga había corrido y se había lanzado sobre él, después se había sentado encima y trataba de asfixiarle con su futón.

Taiga habló en voz baja con una voz ronca que se mezclaba con su respiración, “¿… Como has podido escapar? Estás durmiendo.”

… De hecho, ni siquiera podía moverse.

Taiga solo pesaba sobre 40 kg, y aún así ella había saltado encima y se aferraba a él, tratando de no dejarle huir. Esta determinación no le permitía moverse bien.

“Sabes, Ryuuji… Yo de verdad, de verdad, de verdad, de verdad, de verdad, de verdad…”

Dos cuerpos que existen independientemente.

Dos almas que nunca podrían fusionarse sin importar qué “… Te quiero.”

Y aún así, todavía deseaban estar tan cerca como les fuera posible.

El futón que cubría su cara estaba ya derribado, Ryuuji sintió un pelo suave tocando su cara antes de que su frente tocara otra frente, y sus ojos entraron en contacto con otro par de ojos, como si se confirmara la curvatura de sus caras. Su nariz tocaba otra nariz, sintiendo su respiración mezclándose con otra. Y al final, con el aroma del champú, sus labios ardientes entraron en contacto con otro par de labios. Taiga se sentó echando todo su peso sobre Ryuuji mientras se acercaba a sus labios. Esto se sentía aún más ardiente que la primera vez, más apasionado, como si pudiera sumergirse en ella aún más. En el último momento, Ryuuji logró estabilizar su cuerpo, que se estaba disolviendo rápidamente en el calor del amor, y abrió sus ojos.


Taiga, yo también te quiero. Repitió con su cabeza.

Los mismos pensamientos han permitido a dos personas torcer sus cuerpos y saltar hacia la vasta extensión, queriendo fundirse en una criatura cuadrúpeda, compartiendo la misma vida. Sin embargo estos cuerpos podían simplemente estar cerca el uno del otro, tocándose, y estaban ansiosos por ello. Su ansiedad se convertía en frustración, y solo podían llorar y volverse locos y sentirse como si quisieran destruir todo. Era el método más fácil que podían elegir. Sin embargo estando tan cerca uno del otro, sentían que podían ver algo.

Al traer juntos a sus respectivos mundos, las dos formas independientes de vida eran capaces de vivir juntas en este nuevo mundo, y esta vez iban a renacer en el mismo lugar.

Tanto Ryuuji como Taiga querían llegar allí.

Eso era todo lo que había que hacer. Al abrazarlo todo, su “preciado momento” estaba aquí.

Como eran independientes, y no podían combinarse en uno solo, eran capaces de estar fuertemente atraídos por la otra persona. Podrían bailar, luchar, llorar o herirse juntos en el aire, y después abrazar a la otra persona con todas sus fuerzas. Ellos deseaban ir al mundo que ellos querían, y abrieron sus ojos muchas veces.

Como el tiempo y la vida son cortos y limitados, al poner las esperanzas de uno demasiado lejos, uno podía fácilmente sentirse ansioso. Sin embargo…


“… Realmente deberíamos ir a dormir.” Se estaban haciendo adultos lentamente.

Marchando hacia adelante, el tiempo que se queda atrás como un rastro nunca regresa, convirtiéndose poco a poco en pasado.

Taiga acarició los párpados de Ryuuji con los dedos, y podía sentir su corazón latiendo continuamente. Como estaba temblando, cerró los ojos y dijo,

“Voy a ir a dormir también… buenas noches.” Como si pudiera.

… Como si fuera posible.

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