Toradora! (NL)

Volumen 9

Capitulo 4: ¡Por Favor Trabajen Duro!

Parte 1

“¿¡….El casero ya está despierto!? ¿¡Cómo es posible!?”

“Te he dicho que eso ya no importa. Él dijo que traerá algo de esencia de ciruela otro día”

Ryuuji, que acababa de llegar desde el apartamento de los propietarios en la planta baja, respondió que él arregló los tres pares de zapatos que fueron esparcidos alrededor del pasillo. El propietario, que siempre dormía temprano, se había quedado para informar a Ryuuji de las condiciones de Yasako. Afortunadamente había naranjas en la casa para su uso como un regalo al propietario.

Ryuuji se dirigió a la habitación de Yasuko tras arreglar los zapatos en el pasillo. Yasuko sonrió a su hijo, pero su rostro pálido parecía que había sido blanqueado, mientras que la cara y los labios carecían de su color rosado saludable.

“El propietario está preocupado…… ¿Qué pasará con la tienda-? Llamaré   ”

“¡No, no!”

Taiga, que aún vestía su uniforme, detuvo a Yasuko de levantarse y llegar a su teléfono móvil. ‘Tienes que descansar o tu presión arterial caerá de nuevo.’ Taiga le apretó los hombros mientras le ponía la manta a Yasuko

“Acabo de llamar a la tienda. El dueño me lo cogió.”

Yasuko miró a Ryuuji, que estaba de pie en la puerta mientras murmuraba para si misma ‘Esto no es bueno’; “De todas formas, el dueño quiere que descanses bien hoy. Dijo que mañana por la tarde llamará de nuevo para ver cómo estás.”

”   No dijo ‘¿Yo no quiero contratar a mujeres mayores-?'”

“No, no lo hizo.”

“…¿Dijo que Mirano ya es una mujer, por lo que quiere buscar chicas jóvenes y más

enérgicas?”

“No dijo nada de eso, así que deja de imaginar cosas y duerme. ¿No dijo el médico que te recuperarías en una noche si descansabas adecuadamente y dormías bien? He preparado la cena, come todo lo que puedas.”

”   Ya-chan quiere dormir.”

Yasuko se quejó mientras ponía la sábana por la cabeza. Viendo sus movimientos, Ryuuji apagó la luz de su habitación, mientras que Taiga se levantó levemente y camino en silencio saliendo de la habitación, cerrando cuidadosamente la puerta detrás de ella.

En el salón Inko-chan, que probablemente había notado el ambiente enrarecido en el apartamento, estaba colgado cabeza abajo como un murciélago y tenía sus párpados veteados haciendo el mínimo esfuerzo para cubrir sólo la mitad de sus ojos. Y entonces, se preguntó con una voz extraña ‘¿Cómo?’, pero fue silenciado rápidamente por un feroz ‘Shhh!’ de Taiga, así que Inko-chan sólo pudo asentir con la cabeza y callar. No fue porque entendiera el lenguaje de los humanos, no era más que una coincidencia provocada por el miedo.

“…Lo siento mucho.”

“Está bien.”

Taiga respondió con frialdad a Ryuuji mientras se sentaba junto a la mesa. La posición del lado derecho frente a la televisión siempre ha sido el lugar de Taiga. Pero ahora, estaba allí sentada, mirando a la punta de los dedos de sus pies, pareciendo infeliz sobre algo.

Taiga, que había ido a casa más temprano, había mirado con indiferencia hacia la ventana del apartamento de Takasu y había pasado a ver a Yasuko, que acababa de salir del trabajo en la pastelería. Taiga saludó a Yasuko desde la ventana de su dormitorio, pero Yasuko no reaccionaba a sus gestos, con el rostro mirando muy blanco. Un segundo después, Yasuko cayó hacia atrás.

Taiga corrió inmediatamente hacia el apartamento, sólo para darse cuenta de que había olvidado la llave de repuesto. De acuerdo con Taiga, estaba en tal estado de pánico que ‘casi me vuelvo loca’, así que corrió al apartamento del propietario en la primera planta, golpeando en su puerta fuertemente. Afortunadamente estaba en casa, por lo que rápidamente abrió la puerta del apartamento de Takasu e inmediatamente llamó a un médico tras ver a Yasuko derrumbada en el suelo.

Taiga se quedó al lado de Yasuko hasta que llegó el medico, mientras que el arrendador trataba de contactar con Ryuuji. En ese momento, el Ryuuji ‘estúpido hijo’ estaba ocupado lanzando el zapato de su compañera de clase, entrando en una discusión en el parque con dicha compañera que acabó con las lágrimas de la chica.

“¿Ya-chan se va a poner bien? ¿Seguro que lo estará? El médico dijo que es sólo un poco de anemia.”

“Será malo si ella no se recupera.” “Ya se le ve con mejor aspecto.” “Sí, eso parece.”

Cuando Ryuuji por fin llegó a casa, corriendo a toda velocidad por todo el camino, se encontró con el propietario esperándolo en el pasillo. En ese momento la cara pálida de Yasuko era extremadamente alarmante y no podía hablar. El extraño viejo y otra mujer mayor chequeaban las muñecas y el pecho de Yasuko y la miraban como si la fueran a diseccionar. Esas personas no llevaban batas de laboratorio, por lo que Ryuuji no sabía que eran médicos. Si Taiga no hubiera estado sentada al lado de Yasuko, Ryuuji habría gritado de la confusión.

Viendo que Ryuuji había vuelto, Yasuko murmuró, ‘Siento que haya salido de esta manera.’

Yasuko, que había bebido mucho alcohol, solo había dormido tres horas antes de ir a trabajar a la pastelería con resaca, y no comió nada debido a su falta de apetito, lo que le provocó la anemia. Naturalmente la presión arterial baja también fue una de las razones, pero afortunadamente la condición de Yasuko no era muy grave. Mientras coma y duerma bien y evite el consumo excesivo de alcohol, no habrá nada de lo que preocuparse – Fue lo que dijeron los médicos antes de marcharse.

Ryuuji escuchaba a los doctores cuando se dio cuenta de ‘ese olor’. ‘Ese olor’ parecía consistir en una comida de color marrón cortada a pedazos pequeños para que a los ancianos les fuera fácil tragarlos, junto con el olor a desinfectante, lo que puso a Ryuuji muy incómodo..

Cuando Ryuuji era joven, antes de mudarse a esta ciudad, hubo un tiempo en el que Yasuko tuvo que ir al médico regularmente. Incluso ahora, Ryuuji seguía sin saber qué enfermedad tuvo Yasuko en esos momentos. Como era joven, los únicos recuerdos que tenía eran ese olor que impactaba cuando se abría la puerta automática y el dibujo en el techo de la zona infantil del hospital, junto con la foto de una gallina y sus polluelos en la pared — Ryuuji recordó cómo se sintió con ese olor, mirando hacia la zona infantil.

Los libros con dibujos que era capaz ya de memorizar; la luz del techo que parpadeaba y se oscurecía en los lados; el pelo y polvo de las esquinas de las paredes; el cubo colocado al lado del retrete del que no sabía su función; la marca de ese cubo; las silenciosas y solitarias escaleras a la planta baja; y había una puerta de metal con un signo terrible en él.

Odiaba estar aburrido, odiaba estar junto a adultos y niños que no conocía, odiaba cuando otras personas me hablaban, el corazón me latía con furia, mi garganta quemaba, y me daban ganas de llorar – Debo haber sido muy inseguro.

En ese momento, Ryuuji era un niño inseguro, asustado y tímido. Incluso ahora, ese sentimiento de impotencia aún no ha cambiado.

“Cena…… ¿Qué deberíamos hacer? No hay nada en casa…iré a comprar algo antes de

que Yasuko despierte porque ella va a tener que comer algo.” “Entonces me quedaré y miraré a Ya-chan.”

“Vale, debes estar también bastante cansada, ve si quieres a casa un poco. Te mandaré la cena a tu casa después si quieres.”

Yasuko había mencionado que no se encontraba bien del estómago, ¿así que debería preparar gachas o sopa? Sopa Harusa suena bien, y luego debería comprar una botella de Poccari, el pudin favorito de Yasuko, helado, tofu, y quizá una revista para que lea mañana.

–Eso debe estar bien.

Ryuuji tenía el conocimiento para elegir las cosas que Yasuko necesitaría, pero además era capaz de hacer lo más importante que tenía que hacer. Aunque Ryuuji había crecido, ahora era más sabio, aunque aún así había provocado la situación actual.

Si Yasuko no hubiera ido a trabajar durante el día, esto no habría pasado. Si ella no tuviera intención de que Ryuuji continuara sus estudios, esto no habría pasado. Si él no hubiera comentado nada en aquel momento, esto no habría pasado.

“Estoy bien, Ya-chan es más importante. También estoy muy preocupada…¿Ryuuji?”

Ryuuji se agarró la cabeza, olvidando lo que iba a hacer por un momento, y su mente quedó en blanco….La billetera, bien, la billetera.

Ryuuji cogió su billetera. Voy a comprar cosas, a comprar comida. Se marchó despacio.

“Hey, ¿estás bien? ¡Hey!”

Apagando la luz de la sala de estar, Ryuuji escuchó movimiento al otro lado de la puerta, escuchando la respiración constante de Yasuko al otro lado.

“Hey, Ryuuji.” “Salgo un momento.”

Ryuuji salió del pasillo y bajó las escaleras en zapatillas.

Ahora se daba cuenta de que ya estaba todo oscuro a su alrededor; de que ya era de noche.

Las farolas arrojaban áreas circulares de luz en la carretera de asfalto que estaba brillando por el reflejo de las pequeñas piezas de vidrio de la carretera. Una mujer pasó al lado de Ryuuji respirando fuertemente junto a su perro. Un hombre trajeado y con una mascarilla mientras hablaba en voz alta también adelantó a Ryuuji. – No hablaba consigo mismo, sino que llevaba un teléfono.

Hah – La niebla blanca que exhaló se negó a desaparecer flotando en el aire frío. Ryuuji movió sus piernas, sintiendo como si estuviera persiguiendo su propio aliento.

No era de extrañar que su visión fuese borrosa. Ni siquiera oyó los pasos detrás de él.

“Hey, ¿¡no te llevas un abrigo!? ¡Hasta olvidaste tus llaves y tu móvil! ¡Y tu bolsa para comprar!”

“……Ah….¿Eh?”

El impacto repentino casi derriba a Ryuuji al suelo.

Taiga se estrelló contra él por detrás. Ryuuji se giró para ver a Taiga exhalando un flujo constante de niebla blanca como si fuera un tren fuera de control.

“¡Presta más atención! ¡Cerdo!”

Ryuuji sólo se dio cuenta de cómo estaba vestido cuando Taiga le dio su chaqueta de abrigo. Sólo llevaba la camisa y los pantalones escolares y un par de zapatillas, y ya se había quitado la chaqueta escolar y un suéter que llevaba. Mirando hacia abajo a sí mismo, Ryuuji se quedó sorprendido por el grado de su estupidez.

“En serio–¡Póntelo ahora mismo!”

Taiga llevaba el abrigo de Ryuuji mientras sujetaba su bolsa para comprar, que probablemente llevaba dentro su móvil y sus llaves de casa. Taiga se había dado cuenta de que Ryuuji no actuaba con normalidad, por lo que había cogido sus cosas y corrido detrás de él en el frío de la noche.

Pero Taiga, cuya nariz estaba extremadamente roja– “Qué…¿Qué pasa con tu pie?”

“¿Huh….? ¡Kya!”

Taiga, que no llevaba abrigo, sólo llevaba su uniforme escolar, y sus calcetines iban en un par de sandalias de Yasuko. Taiga miró abajo a sus pequeños pies.

“¡Me equivoqué de zapatos!”

Murmurando suavemente, Taiga se frotó la frente con su mano pequeña. “Deberías llevar esto.”

Ryuuji cogió el abrigo de Taiga e intentó colocarlo sobre sus hombros, pero Taiga retorció su cuerpo a regañadientes,

“¡No! ¡Estoy bien! ¡Me voy a casa, así que debes ponerte el abrigo!”

Taiga lo esquivó a un lado de la carretera, sus sandalias hacían un fuerte ruido mientras se movía. No, ¡póntelo! Ryuuji quería responder, pero no podía hablar, ya que simplemente se quedó ahí, sujetando el abrigo con sus manos.

No podía hablar.

Tenía la garganta seca.

Todo había sido un desastre hoy. “…¿Ryuuji?”

Ryuuji sabía que Taiga le miraba con los ojos muy abiertos, su pelo largo bailaba en el viento helado del norte.

Debes ponértelo y volver a casa. Te ayudaré a preparar la cena. Gracias por ayudarme trayendo la bolsa de la compra— Ryuuji ni siquiera podía decir estas frases sencillas.

Ryuuji sintió como si hubiera un cuerpo extraño dentro de su garganta. Colocó a la fuerza el abrigo en los hombros de Taiga antes de marcharse sin decir nada.

Ryuuji se dirigió por el camino oscuro solo, con su bolsa de comprar en la mano.

¿Qué debería comprar? Miró la hora en su móvil, eran sólo las ocho, mucho más temprano de lo que creía. El supermercado seguía abierto a esta hora. Ryuuji se dirigió hacia la zona de tiendas, mirando sus casi congelados dedos de los pies mientras caminaba, el único sonido era un ruido metálico de unas sandalias de alguien cercano.

Ryuuji no necesitaba mirar atrás para saber que era el sonido de los pasos de Taiga. Taiga lo estaba siguiendo a escondidas.

¿Creerá que nadie se está dando cuenta? Ryuuji se detuvo frente a un cruce, Taiga saltó inmediatamente detrás de un poste eléctrico para esconderse. Cuando el semáforo se puso verde, Ryuuji volvío a echar a andar, y escuchó el sonido de los pasos de Taiga poco después.

¡Sé que estás ahí, así que vete! Ryuuji quería decirle eso a Taiga, pero no sólo su garganta estaba incómoda sino que sentía una opresión en el pecho también.

Ryuuji, que caminaba delante, y Taiga, la espía – Dos tontos fingiendo ignorancia seguían caminando en las calles oscuras. Que no abriera la boca sólo era porque Ryuuji realmente no sabía qué decirle a Taiga, y por eso no podía hablar.

Nunca me has mirado antes — Ryuuji de repente recordó lo que Ami le había gritado en la tarde. Quería decirle ahora mismo, ‘¿Y tú sabes cómo me siento ahora? Nunca vas a saber cómo me siento ¿verdad?’

Porque nunca te lo diré.

Cuando algo me duele, nunca se lo diré a nadie. Porque no quiero que nadie me vea así, no quiero que alguien entienda esta parte de mí, no quiero contarle a nadie, no quiero anunciárselo a nadie. Porque si alguien lo cuenta, alguien lo sabrá–

“…¡Achoo!”

–Y a la persona que realmente le preocupa sin duda tratará de hacer algo al respecto sin saberlo.

Ryuuji se detuvo y se dio la vuelta, y finalmente fue capaz de hablar. ‘Vuelve ya’. Taiga miró sorprendida, mientras se frotaba la nariz sus ojos miraban con sorpresa. Parece que realmente pensaba que nadie se había dado cuenta en ella.

“Lo digo en serio, vuelve ya.” “…¡No quiero!”

Ryuuji repitió esas dos palabras, incluso empujando a Taiga por los hombros. A pesar de la pequeña talla de Taiga ella no se movió nada, ni siquiera un poco.

“¡No voy a volver! ¡No eres tú mismo ahora mismo!”

Los ojos de Taiga se estrecharon mientras lanzaba una mirada amenazadora a Ryuuji, demostrando lo testaruda que era.

“Suficiente, ¡vuelve ya!”

“¡Ya he dicho que no voy a volver! ¡No voy a hablar contigo! ¡Ni siquiera voy a caminar junto a ti! ¡Sólo voy a seguirte! ¡Por qué no puedo siquiera hacer eso! ¡Soy libre de hacer lo que quiera!”

Ryuuji no quería seguir discutiendo con ella,

“¡Voy a estar molesto si haces eso! No puedes hacer nada por ayudar, ¡así que sólo vuelve!”

Ryuuji no quería que alguien volviera a enfermar o colapsar por él nunca más. No importaba si era anemia o cualquier otra enfermedad, no quería pasar por algo así nunca más.

No quería que nadie se sacrificara por él nunca más. “¡No voy a volver! ¡Voy a seguirte!”

“¡Y yo te estoy diciendo que te vuelvas!”

“¡Quiero estar aquí! ¡Suéltame, cerdo asqueroso! ¡No me toques!”