Toradora! (NL)

Volumen 9

Capitulo 1: ¿Qué Te Pasa?

Parte 3

 

 

Ryuuji llegó a casa más tarde de lo que esperaba después de comer ramen.

Envolvió la bufanda alrededor de su cuello y corrió apresuradamente a lo largo del camino rodeado de árboles de cerezo, cargando bolsas en ambas manos. El viento gélido que soplaba en su rostro se sentía como cuchillos.


Entre más rápido terminara de cocinar la cena, mejor. Si bien había sopesado la posibilidad de comprar una col cruda, Ryuuji había decidido no hacerlo, de modo que eligió comprar carne de cerdo, zanahorias y tofú frito en su lugar para hacer un guisado simple de cerdo al vapor. Todavía quedaba arroz de las sobras, así que veinte minutos bastarían. Ryuuji dobló en una esquina familiar y caminó en la calle habitual, luego se detuvo un momento para mirar hacia la ventana del segundo piso del condominio.

Aquello se había convertido en un hábito en la última semana.

La ventana seguía con las cortinas cerradas. La sala de estar estaba oscura, sin signos de vida en su interior.

No ha regresado… Ryuuji continuó mirando hacia arriba sin darse cuenta de que su boca estaba abierta y sus cejas estaban estrechamente unidas. ¿A dónde había ido la propietaria de ese departamento, y por qué no había regresado aún? Exhaló lentamente una nube de vaho blanco, continuó mirando fijamente aquella ventana oscurecida y su imaginación comenzó a divagar nuevamente. Pronto, las palabras susurradas que había escuchado aquel día empezaron a resonar en su cabeza una vez más… yo aún amo a Ryuuji… esta fue la última frase que él había escuchado de Taiga. Al observar aquel departamento vacío, se preguntó si había algún indicio, alguna pista del por qué ella no había vuelto todavía.

¿Es verdad lo que la profesora dijo acerca de su mal estado de salud? Se dijo que había sufrido únicamente heridas leves ¿en realidad resultaron ser heridas graves? Si no fuera así, ¿es porque ella piensa que las cosas entre Minori y yo van bien y por tanto se siente incómoda al respecto?


¿Se habría enterado de los sentimientos de Ryuuji y decidió no aparecer frente a él nunca más? Era difícil saberlo. Ryuuji murmuró:

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“…Eres tan idiota…”

Taiga no estaba allí, pero él dejó salir las palabras que había estado esperando decir por tanto tiempo.

Si la historia de su mal estado de salud resultaba no ser cierta y el verdadero motivo era tal como había imaginado Ryuuji, entonces Taiga era una verdadera idiota. ¿Cuál era el punto de huir de todo? ¿Acaso todo estaría bien si ella simplemente lo abandonaba de esa manera para no verlo más, pretendiendo que nunca pasó nada, sin saber lo que había sucedido en realidad entre él y Minori?

Si resultara ser así… Ryuuji sacudió la cabeza ante ese pensamiento, lanzándolo fuera de su cabeza.

Todo lo que acababa de imaginar eran absurdas suposiciones basadas en simples ‘¿Qué pasaría si…?’.

Nada bueno saldría de observar el lujoso condominio y divagar. Él no sabría la verdad a menos de que le preguntara a Taiga en persona. Así que no tenía sentido incluso el pensar algo como ‘Si tan solo lo olvidara, entonces todo volvería a la normalidad y Taiga regresaría’. Además no era como si pudiese borrar sus recuerdos así como así.

Una ráfaga de viento frío sopló, haciendo que Ryuuji se estremeciera y suspirara. Se calmó y comenzó a mover sus pies. Sin importar lo que pasara, él todavía tenía que preparar la cena. Justo cuando echaba un último vistazo por el rabillo del ojo a la entrada del condominio.

“¡…Argh!”

En ese instante su campo de visión se volvió negro y alguien le oprimió la garganta impidiéndole respirar. Al ser arrastrado por la persona detrás de él, Ryuuji por fin identificó al demonio causante de todo.

…Dejó caer sus bolsas al suelo con un fuerte golpe.

“Tai…”

Taiga… me matará.

“Ah, se acabó…”

Las manos que habían convertido la bufanda de Ryuuji en una soga de acero lo soltaron súbitamente. Él, quien había sido estrangulado sorpresivamente por detrás, engulló con gratitud una bocanada de aire helado.

“¡Cof! ¡cof… cof, cof!”

“¿No crees que estás exagerando?”

Ryuuji se arrodilló en el suelo y vociferó las palabras que había querido decirle a Taiga con lágrimas en los ojos y una mirada aterrada en su rostro.

“¡Eres… eres una idiota…! ¡¿Me asfixiaste simplemente porque no pudiste llamar mi atención?! ¡De verdad no podía respirar! ¡¿Qué querías hacerme?! ¡¿No crees que tu forma de aparecer es demasiado rara?!”

Ryuuji señaló con su dedo la punta de la nariz de Taiga, no obstante ella simplemente puso una cara de ‘qué mal~ no es mi culpa~’.

“Ah, qué mal~ no es mi culpa~”

¡…Lo dijo! ¡En verdad lo dijo! Los ojos de Ryuuji emitían una luz roja, pero Taiga hinchó el pecho arrogantemente, alzó la barbilla y dijo:

“Te vi en la esquina, pero estaba un poco avergonzada como para llamarte. Y no importó qué tanto te saludara con la mano, tú ni siquiera me viste. ¿Tienes algún problema en tus ojos, tienes una capa de aceite que los cubre? ¿Te lavaste la cara?”

“¡¿De qué estás hablando…?!”

La voz de Ryuuji sonaba como si se utilizara para proferir maldiciones mientras cubría su garganta con ambas manos para evitar que lo asfixiaran de nuevo.

No obstante Taiga siguió jalando de los extremos de la bufanda y subió a la espalda de Ryuuji como si fuese un mono. De esta manera, obviamente su cuello sería asfixiado, respiraría con dificultad y su vida correría peligro.

“¡No te burles de mí! ¿Qué has estado haciendo durante todo este tiempo…?”

…No hubo nada más qué decir. Ryuuji se tragó el resto de su pregunta. El dedo que casi tocaba la punta de la nariz de Taiga temblaba incontrolablemente y aún así no le quedaban palabras para terminar la frase. “¡Tai, Tai, Tai… ¿Eres Taiga?!”

Se dio la vuelta al tiempo que decía aquello, las pequeñas manos que controlaban su bufanda la liberaron y Taiga se deslizó por su espalda.

“¿Eh? No entiendo lo que tratas de hacer”

Ryuuji se sacudió la espalda y pensó ¡Taiga ha vuelto!





Se paró frente a él enfadada “¿Podrías guardarte lo que dices entre sueños hasta que te

mueras?” Y lo miró fijamente como si ella misma quisiera matarlo.

Taiga vestía su uniforme escolar debajo de su abrigo, su mochila colgaba de su espalda y tenía ambas manos en los bolsillos, su bufanda le daba varias vueltas a su cuerpo.

Tenía una pequeña gasa blanca en su frente.

“Tai… Taiga…”

Ha vuelto. En verdad ha vuelto… Ryuuji no sabía qué decir o cómo reaccionar. De modo que Taiga preguntó:

“¿Qué te pasa?”

Toradora! Volumen 9 Cap 1 Parte 1 Novela Ligera

 

Inclinó su mirada cuarenta y cinco grados reprendiendo a Ryuuji.

“…Tú, tú…”

“Te estoy haciendo una pregunta. ¿Qué te pasa?”

“¡¿Dónde… dónde has estado…?! ¡¿Por qué no habías venido?!” “¡Argh!”

Ryuuji inconscientemente agarró a Taiga de su bufanda. Definitivamente fue una coincidencia, no una venganza. El resultado fue que Taiga comenzó a tener dificultades para respirar como si la estuviesen torturando.

“¡¿Sabes cuán preocupado me tenías?! Fue demasiado tiempo, ¿qué has estado haciendo y

con quién?!”

“¡Me… me vas a matar, idiota!”

La mano derecha de Taiga golpeó la barbilla de Ryuuji como si quisiera destrozar la realidad misma. Duele, pero, pero, pero…

(No importa lo que haga.)

“¡¿Qué demonios te pasa, perro gordo?!” “¡Oh! ¡Oh!”

Taiga comenzó a abofetearlo con sus manos, pero Ryuuji la esquivó, lo que la enfureció todavía más. “¡¿Por qué me estás esquivando?!” le gritoneó inclinándose hacia adelante para agarrar a Ryuuji del cuello, tiró con fuerza provocando que su rostro quedara frente al suyo y respiró hondo preparándose para lanzarle sus insultos habituales.

Ryuuji contempló los ojos de Taiga bajo la luz de las farolas.

Sus ojos castaños brillaban como estrellas dispersas en el cielo nocturno.

Sus pequeñas manos que estaban encima de las manos de él se calentaron repentinamente, la respiración de Taiga rozaba los labios de Ryuuji y su piel estaba tan cerca, que él casi podía sentir su calor corporal…

“¡…Argh!” “…Ouch…”

Ryuuji la apartó bruscamente.

Aquello era demasiado estimulante. Ryuuji sólo pudo luchar para incorporarse quitándose de encima las cálidas manos de Taiga.

Ambos se miraron el uno al otro sin decir palabra. La helada calle fue devorada por el silencio.

Taiga abrió la boca como si estuviese confundida por la repentina rebeldía de Ryuuji. Lo miraba extrañada, sin saber por qué estaba mostrando tanta resistencia cuando ella hacía este tipo de cosas todo el tiempo. Ryuuji seguía negándose a hablar pese a que sus orejas y rostro que habían sido tocados por Taiga, se sentían como si estuviesen ardiendo. No pudo soportarlo más y alejó su mirada de ella. Permaneció mirándolo de espaldas al cielo nocturno azul purpúreo.

Él no sabía cómo debía enfrentarla ni qué expresión poner. Taiga al parecer había sentido algo al examinar el rostro de Ryuuji e inhaló ligeramente.

“¿…Qué pasa…?”

Vio que su rostro nacarado estaba ahora teñido con un ligero tono rosa.

Con cada respiración, el tinte rosado de su rostro adquiría un tono más profundo. Y entonces.

(Yo aún lo amo.)

“¡¿Qué te pasa?!”

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Taiga repentinamente abrió sus ojos despidiendo el aura de una bestia desesperada.

“¡¿Eh?!”

“¡¿Qué te pasa, qué te pasa, qué te pasa?!”

Apartó sus manos preparándose para atacarlo una vez más. Taiga parecía una niña que pateaba y destruía todo a su paso y lentamente arrinconó a Ryuuji.

“…Pero, ¡¿Qué tratas de decir?!” “…”

Ella acortó la distancia entre los dos nuevamente, golpeando su pecho contra el de Ryuuji con un sonido sordo.

Trató nuevamente de agarrar el cuello de Ryuuji como si quisiera eliminar la extraña atmósfera que se había creado. No obstante el rubor de su rostro se negaba a desaparecer, incluso se extendió hasta la punta de sus orejas. Taiga contuvo la respiración y se mordió el labio mirando a Ryuuji.

¿Es mi garganta la que está caliente? ¿O es la mano que agarra mi garganta la que lo está? ¿El fuerte palpitar proviene de mi corazón, o del corazón de Taiga…?

(Aún amo a Ryuuji)

…En ese momento.

Las manos de Taiga agarraron la garganta y el hombro de Ryuuji, jalándolo a gritos. Ryuuji ni siquiera tuvo tiempo de resistir antes de que su cuerpo fuese levantado.

Lo que sucedió a continuación fue que de repente todo se volvió blanco.

Fue como ser golpeado en la cabeza por un meteorito, la onda de choque que lo embistió fue mucho más fuerte que un simple golpe. Sintió como si su cuerpo fuese reducido a nada.

El mundo se había desintegrado, el cielo y la tierra se habían invertido, las estrellas se habían extinguido y todo ser viviente en la tierra había sido consumido por furiosas llamas de destrucción.

No se veía nada ni se escuchaba nada, sólo un pensamiento hacía eco en todo el universo,

¡¿Pero qué ha pasado?!” “¡Patada barredora!” “¡¿…Oh?!”

Taiga lo miraba desde arriba… Ryuuji yacía en la calle como idiota. “¡Ah… la patada barredora…!”

El cielo y la tierra se habían invertido debido al impacto de la patada barredora de Taiga. Si ella no lo hubiese estado agarrando por el cuello, Ryuuji se habría golpeado en la cabeza.

“¡¿Qué, qué demonios estás haciendo?! ¿¡Quién te crees que eres?! ¡¿Una asaltante, una

asesina?! ¡¿Qué hay de divertido en atacarme todo el tiempo?!”

“Bueno, lo siento. Pero es tu culpa por mostrarme una mirada tan asesina, ¡yo sólo sentí por instinto el peligro de una joven doncella!”

“¡Sólo estaba conmocionado por tu repentino regreso! ¡Además tú me atacaste primero!

¡Yo debería ser el único asustado!”

“¿Acaso no me estabas asfixiando?” “¡Tú me asfixiaste primero!”

Ryuuji finalmente se incorporó cuestionando a Taiga con ambas manos extendidas. Ella se dio la vuelta ignorándolo por completo, provocando su ira.

“Ha pasado tanto tiempo ¿qué pasó?, ¿Por qué no regresaste? ¡Me tenías preocupado! ¡Y

todo para que regresaras de improviso a asfixiarme, a golpearme e incluso a derribarme!

¡¿Qué está pasando?, dímelo!, ¡¿Dónde has estado todo este tiempo?! ¿¡Acaso no habías vuelto porque me am-ahhhhhhhhhhhhhhhhh?!”

“¿…Ahh…?”

Al escuchar aquel grito tan estremecedor, inclusive Taiga se quedó sin palabras a causa del susto.

El ambiente se quedó inesperadamente en silencio mientras Ryuuji observaba a Taiga que estaba apenas a un paso de distancia y pensaba en la manera de encubrir su error.

¿Cómo podía haber dicho algo así?

Porque me amas. Me confundiste con Kitamura y confesaste lo que sentías por mí ¿lo recuerdas? No regresaste porque te acordaste de todo ¿cierto?

Jamás podría decir aquello en voz alta.

Ryuuji se tragó la frase que no podía decir conteniendo la respiración. Su mente estaba en blanco y su cuerpo entero estaba entumecido, pero por alguna razón, su corazón seguía latiendo con una potencia sorprendente.

Taiga frunció las cejas y miró a Ryuuji como si estuviera viendo algo aterrador manteniendo una distancia de dos metros entre ellos.

Pero esta chica, en realidad me ama. “Am-am-am-am-am-am-am-am-am… am-am-am- am-am…”

¿El hecho de que volviese significaba que estaba preparada mentalmente?

Había confesado accidentalmente sus sentimientos a Ryuuji y ahora que había vuelto a él

¿significaba que estaba lista para escuchar su respuesta?… ¿de modo que era por eso que había regresado?

Si ese era el caso ¿cómo debía responderle?…

“¡Porque amas comer zanahorias…!”

Sacó una zanahoria de su bolsa y la agitó frente a la nariz de taiga. Ella tragó saliva con sorpresa viendo fijamente aquella zanahoria.

“…Oye, ¿de verdad estás bien?”

“¡Yo estoy bien!… ¡Esto es cerdo…! ¡Esto es… tofú frito!” Ryuuji sacó los contenidos de su bolsa para que Taiga los viese. “¡Y esto es arroz frito congelado!”

Taiga aplastó la bolsa de plástico que contenía el arroz frito congelado contra la cara de Ryuuji. Él gritó de agonía por el frío.

“¡Argh, está frío! ¡¿Qué estás tratando de hacer?!” “¿Estás despierto ahora?”

¿Cómo debía responder a su tono casual? Abrió su boca, pero no salió nada.

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“El doctor dijo que esto sanaría en diez días. Así que pronto estará curado por completo”

…Sin embargo

Taiga se levantó el flequillo señalando la gasa blanca de su frente. Al verla, Ryuuji se tragó nuevamente las palabras que iba a decir. Sentía como si todo el sudor de su cuerpo se hubiese evaporado debido al viento helado. El castillo de imaginación trastornada y recuerdos caóticos de Ryuuji estaba frente a sus ojos.

Hacía una semana, Aisaka Taiga se había herido en la frente en aquel accidente. No lo había olvidado.

“¿Te lo…cosieron?”

Él ya era incapaz de distinguir la fantasía de la realidad… Quizá fuera por eso que le incomodaba mirar la herida de Taiga. Examinó la gasa sin pestañear, no obstante Taiga simplemente se encogió de hombros.

“Este tipo de herida no necesitaba ser cosida. El médico dijo que sanaría más rápido si utilizaba aquella aguja grande para cerrarla, pero preferí rechazar su sugerencia porque no era necesario. Esa cosa daba mucho miedo. Ya no duele ahora que la herida se está curando. Puedo lavarme el pelo, pero a veces me pica un poco”

“¡Oye, no te rasques!”

Él agarró su mano rápidamente temeroso de que abriera su herida. Taiga hizo a un lado la mano de Ryuuji poniendo la suya en la gasa como si aliviara el dolor de la lesión.

“…Supongo que la culpa es mía. Sabía que estarías preocupado por mí. Mira, la herida no es grave y lo que se dijo de que yo estaba en mal estado de salud no era verdad, simplemente no quería ir a la escuela”

“¿De verdad estás bien? Entonces… ¿eh?… ¿eh?”

A Ryuuji por poco se le salieron los ojos de la conmoción. Taiga se estremeció al ver semejante figura inhumana frente a ella.

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“Tenía mucho tiempo sin ver a mi madre. Me conmovió mucho que viniera por mí, así que me quedé con ella en un hotel y nos fuimos de compras, vimos películas y nos pusimos al día”

“¿…Te estabas… divirtiendo con tu mamá…? ¿Fue por eso que no regresaste…?”

“Así es. Soy muy cercana a mi madre, quizá porque no la he visto mucho en estos últimos años. Verás, sigo diciéndole al viejo que no se preocupa por mí a pesar de ser mi padre, pero si no fuera por tales cosas, tal vez no fueran tan honestos acerca de lo que sienten

¿verdad?”

Sus palabras parecían haber sido previamente preparadas y sólo servían para convencerse a sí misma. Taiga asintió para sí.

“…En serio eres… idiota…”

Ryuuji se sintió incluso más incómodo. Agarró su cabeza y respiró profundamente como si quisiera exhalar todo lo que había ocurrido la última semana.

“¡…Yo estaba muy preocupado por ti…! ¡¿Por qué apagaste tu teléfono móvil?! ¡Podrías

habérmelo dicho!, ¡Podrías haberme enviado un mensaje!” “La batería de mi teléfono móvil se acabó”

“¡Podrías haberlo cargado en cualquier mini súper!” “Ah ¿en serio?, no lo sabía”

Los hombros de Ryuuji cayeron al escuchar la respuesta despreocupada de Taiga. Al parecer él era el único que seguía preso en aquella tormenta de nieve de sus sueños.

“¿Q-qué?… ¡No puede ser…! ¡No puede ser!”

Se sentía denigrado, pero aún así Ryuuji se sentía contento de ver a Taiga sana y salva. Únicamente él se había quedado varado en el tiempo. ¿No era algo bueno que sólo hubiese una víctima? Se incorporó y sacudió el polvo de su uniforme.

Además… así es, eso significaba que todas las suposiciones de Ryuuji eran incorrectas.

Taiga no se había ido a causa de aquella “confesión”.

“Muy bien, fue mi culpa el no ponerte al tanto de mi situación, está bien… lo reconozco,

¿No fuiste tú a buscarme junto a Kitamura-kun y Minorin?”

Taiga le preguntó de pronto, sus grandes ojos atravesaron los de Ryuuji.

“¿…Cómo lo sabes? Estuviste inconsciente todo ese tiempo”

“Me lo dijo Yuri-sensei en el hospital. Además dijo que ustedes tres habían hecho algo muy

temerario y que estaba enojada. Sin embargo, me alegré al escucharlo”

Y por obra de un milagro, Taiga le agradeció a Ryuuji con honestidad.

“Te prometo que si la próxima vez eres tú el que está enterrado en la nieve, iré a buscarte”

Asintió con expresión seria al tiempo que respiraba hondo. Al verla Ryuuji pensó, así es.

Así es, Taiga no recuerda nada. Reiteró aquel hecho. Su motivo para regresar fue simplemente que las vacaciones con su madre han terminado, no porque estuviera preparándose mentalmente para escuchar la respuesta a su confesión.

Lo cual significaba… que si Ryuuji actuaba como si nunca hubiese escuchado aquellas palabras, todo volvería a la normalidad. Lo único que él necesitaba era olvidar la confesión de Taiga. Así de simple, sería como si nada hubiese pasado. Si bien no podía controlar sus propios recuerdos, al menos podría fingir haber olvidado todo, así como Minori había ignorado sus sentimientos.

Taiga no sería herida como lo fue Ryuuji en aquel entonces porque él estaría comportándose de acuerdo a los deseos de Taiga. Ella seguramente deseaba ‘nunca haber hablado’.

Sin embargo, Ryuuji quiso confirmarlo, “¿…En verdad no recuerdas nada?”

Taiga asintió, “Pero” sus largas pestañas descendieron al comentar en voz baja como si estuviese hablando consigo misma, “Tuve un sueño. Kitamura-kun me cargaba en su espalda y le dije muchas cosas estúpidas. Eso… fue un sueño ¿cierto?”

Ryuuji respondió sin vacilar, “Fue un sueño”

En ese momento sopló una ráfaga de viento helado. Taiga frunció las cejas y utilizó su mano para mantener su cabello en su lugar al tiempo que apretaba su abrigo contra su cuerpo.

“…Kitamura te cargó todo el trayecto del acantilado, eso es verdad. Pero dijo que estuviste inconsciente todo el tiempo”

“¿En serio?… eso es bueno. Pensé por un momento ‘¿Qué tal si no fue un sueño?’ y me preocupé”

…La piedra en el corazón de Ryuuji finalmente cayó. Inclinó su mirada hacia ella pensando que la mentira había dado resultado. ¿Por qué Taiga no mostraba hoy su falta de delicadeza habitual?

“Torpe”

Esa era la verdadera opinión de Ryuuji, pero Taiga sólo hizo una mueca de disgusto.

“…Humm, no puedo negarlo aunque no estoy muy contenta al respecto. Así es, soy torpe.

Este accidente me hizo comprenderlo. Pero…. aún así tengo algunas cualidades”

Miró a Ryuuji como si hubiera tomado una decisión sobre algo y dijo:

“He estado pensando en esto… ¿Le has preguntado a Minori acerca de lo que realmente siente?… No me digas que no lo has hecho debido a mi accidente”

A Ryuuji se le ocurrió algo de repente.

Si él pudiese ver la herida de su propio corazón y la sangre que emanaba de él, su campo de visión probablemente se tornaría color carmesí.

“Ya no hay nada entre Minori y yo”

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“¿…Por qué?… Ah, si estás tratando de decir que no debería entrometerme entre ustedes

dos, entonces yo…”

“No, no. ¿A quién se le ocurriría tal cosa? No me refiero a eso, no tiene nada que ver

contigo… ya no hay nada de qué hablar, en serio”

Taiga se quedó sin habla por un momento, ella había llorado una vez porque Minori había rechazado a Ryuuji, no obstante, esta vez se quedó mirándolo fijamente en silencio.

Sus palabras no cambiarían pese a que Taiga lo miraba con ojos de acero.

¿De verdad deseas que exista una relación entre Minori y yo?… Las palabras que no podía pronunciar, los sentimientos que no podía revelar, no habían cambiado.

“…No sé qué es lo que estás pensando…”

Parpadeó ligeramente.

“Pero, aunque sirva de poco… si alguna vez me necesitas, dímelo. Sé que soy torpe y estúpida, pero te ayudaré con todas mis fuerzas”

Aquella era una promesa franca. Taiga era esa clase de persona. Inclusive si ella sabía que el chico al que amaba estaba enamorado de otra persona, lo ayudaría con toda su alma. Ryuuji lo sabía. Había visto todo lo que Taiga había hecho tras enterarse de la agonía que Kitamura estaba padeciendo al estar enamorado de Sumire Kano.

Así es. Cuando el amor de Kitamura fue destrozado, al mismo tiempo Taiga dejó a un lado

su propio amor no correspondido. Y ahora… “…Yo tampoco sé lo que estás pensando”

¿Ahora, por qué yo?… pensó Ryuuji.

¿Qué tanto aceptaba Taiga la resignación de sus sentimientos hacia Kitamura?

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¿De qué le servía conocer todo esto? ¿Acaso lo haría olvidar todo lo que Taiga le había dicho y comenzaría a alentarla para que fuera nuevamente tras Kitamura? ¿Persuadirla para que se enamorase de nuevo de él? ¿Convencerla de que todo lo que necesita es esforzarse un poco más ya que no tiene rivales? ¿De verdad quería Ryuuji decirle estas cosas?

“¡Tengo mucho frío~! ¡Es estúpido quedarse aquí charlando! Me iré antes de pescar un

resfriado”

Taiga intentó poner fin a la conversación y se dirigió a la entrada del condominio.

“…Espera”

“No quiero. Hace frío aquí afuera”

“¿Estas comiendo sólo arroz frito congelado? Ven a comer, Yasuko también estará muy contenta… está preocupada por ti”

Ryuuji no pudo hacer otra cosa más que decir aquello a la figura que se alejaba. Pero Taiga dio media vuelta y negó con la cabeza.

“Está bien. Me gusta el arroz frito congelado. Ve a tu casa y mándale mis saludos a Ya- chan, dile que ya estoy bien”

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“No te sobre esfuerces”

“Ya he olvidado cómo sobre esforzarme”

Taiga dio la vuelta y subió los escalones de la entrada sonriendo como si acabase de decir una broma. La nariz de su rostro nacarado y casi transparente estaba roja debido al frío.

“Dejémoslo hasta aquí por hoy, tú también debes regresar. Estoy cansada y quiero dormir tan pronto como termine con esto. No te preocupes, mañana llegaré temprano a la escuela”

El abrigo de Taiga se alzó revoloteando debido a una fuerte ráfaga invernal y la puerta automática se cerró con un sonido metálico.

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