Monogatari (NL)

Volumen 17

Capitulo 7: Oscuridad Ougi

Parte 3

Aunque supongo que sería exagerado decir que éramos enemigos acérrimos reunidos por el destino, no pude evitar sentir que éramos un grupo desordenado—aun así, también se podría decir que nuestro grupo era un reparto de estrellas, teniendo en cuenta lo increíbles que eran sus miembros. La inevitable sensación de incoherencia entre nosotros, sin embargo, debía provenir de algo entre nosotros—la forma en que nuestras diferencias contrastaban tan mal.

Oshino Shinobu—una vampiresa legendaria en la cúspide de su poder que había volado desde el extranjero.

Hachikuji Mayoi—una fantasma que ha regresado del infierno.

Ononoki Yotsugi—una shikigami muñeca hecha de un cadáver cuya ama se había fugado.

Gaen Izuko—una especialista exterminadora de excentricidades, y la gran jefa de los de su campo.

Luego estaba yo, Araragi Koyomi, antiguo humano, antiguo vampiro y actual humano—era difícil saber si nuestros intereses coincidían o no, o si todos actuábamos con el mismo propósito, así que supongo que si se nos miraba con objetividad, no éramos más que un grupo de bichos raros reunidos en un parque.

“No te preocupes, no he olvidado poner una barrera. Ninguna persona ajena podrá entrar. Por el momento tenemos este lugar para nosotros solos.” Dijo Gaen-san con alegría.

Una barrera, eh… Me había acostumbrado a escuchar esa palabra. Todos nos trasladamos de la plaza a los bancos.

Gaen-san sentó a Ononoki-chan en su regazo.

Su rostro inexpresivo dificultaba la tarea, pero Ononoki-chan parecía un poco incómoda—no estaba seguro de si las muñecas tenían o no sentimientos, pero esa sensación me llegó.

Como alguien en una situación similar, sentado en el regazo de la adulta Shinobu, con sus brazos alrededor de mí.

No podía encontrar ninguna excusa para rechazar esta posición, ya que lamentablemente había hecho lo mismo con Shinobu innumerables veces en el pasado. Sin embargo, el hecho de que me abrazaran en el regazo de una mujer mayor cuando estaba a punto de graduarme en la secundaria me hacía sentir cohibido, o avergonzado, o… basta Hachikuji no quiero que me mires así.

Shinobu me había rodeado el torso con sus brazos como si fuera lo más natural del mundo, abrazándome con fuerza y asegurándose de no dejarme caer, con la barbilla apoyada sobre mi cabeza.

Gaen-san sostenía a Ononoki-chan, Shinobu me abrazaba a mí y Hachikuji se sentaba sola en el banco—sólo éramos cinco, por supuesto, así que uno quedaría fuera por necesidad si formábamos grupos de dos personas. Todavía tenía ganas de colocar a Hachikuji en el regazo de mi cuerpo, ahora sostenido, y abrazarla, pero puede que ella se mostrara recelosa ante esa posibilidad, ya que se había colocado a cierta distancia de mí, en una posición que mi yo inmóvil no podía alcanzar, como si dijera que agradecía que la dejaran fuera.

Para empezar, éramos un grupo bastante extraño, pero nuestro arreglo también lo era. Entiendo por qué Gaen-san puso una barrera, porque si no, alguien podría haber llamado a las autoridades a primera vista.

“Bien, de acuerdo. Ahora voy a revelarles a todos el plan que pensé ayer y qué hoy elaboré minuciosamente, y les agradecería que hicieran lo que les digo, pero por supuesto no los obligaré a ello. Sin embargo, hay algo que quiero comprobar antes. ¿Has traído lo que te dije que trajeras, Koyomin?”

“Lo hice. Aun así, esta cosa era tuya para empezar, así que sólo quería devolvértela… No sé lo que estás pensando, pero quiero que sepas que no he traído esta cosa aquí porque esté de acuerdo con lo que sea que estés pensando.” Dije, sacando un sobre largo y entregándoselo a Gaen-san—de hecho, era algo que había intentado romper y tirar muchas veces, pero no podía. No tenía el valor, y dudo que tuviera la habilidad.

Tal vez Shinobu podría comer su contenido, ahora que había recuperado todas sus fuerzas, pero eso también era un pensamiento que inspiraba miedo y temblores.

Porque lo que la cosa sellaba. Era un dios.

“Sí. Me parece bien, Koyomin. Lo que espero de ti es uno de tus milagros que ni siquiera la razón puede explicar.” Dijo la dama que lo sabe todo, como si lo supiera todo, y sacó el contenido del sobre—un talismán.

Un amuleto de papel con una serpiente dibujada.

No se trata de un simple amuleto, ya que sus efectos ya han sido probados y comprobados—un amuleto todopoderoso que una vez tomó a Sengoku Nadeko, una estudiante de escuela media cualquiera, y la hizo ascender hasta convertirse en un dios serpiente.

Un papelito que me confió Gaen-san inmediatamente después de los sucesos que siguieron a las vacaciones de verano. No había hecho pleno uso de él.

Sonaría más frío si dijera que no lo usé por decisión propia, pero en realidad, me acobardé y tuve demasiado miedo de usarlo.

“Sí, efectivamente, está bien conservado. Parece que lo has cuidado bien.” Dijo Gaen-san, metiendo la ofuda extraída en su bolsillo. La manipuló con brusquedad, sin cuidado. Supongo que no tendría miedo de hacerlo como especialista, aunque… Espera, ¿pero no debería tener más respeto como especialista?

No pude entender su postura. “Hmph.” Resopló Shinobu.

Como si sintiera algo de asco—había sufrido por culpa de ese amuleto cuando tenía el cuerpo de una niña, y tal vez recordara aquellos tiempos.

O eso pensaba, pero no parecía ser el caso.

“Realmente… fue exactamente como dijisteis. De hecho, ¿cómo no me di cuenta? Tuvo lugar muy lejos en el pasado, por supuesto, y yo tampoco quería recordarlo.” Dijo, sin que tuviera sentido para mí.

Parecía que Hachikuji no había sido la única en llegar a un acuerdo con Gaen-san mientras yo estaba en mi cita con Senjougahara, ahora no pude evitar sentirme un poco excluido.

Así que yo era el que estaba fuera, no Hachikuji.

Me pregunté si Ononoki-chan estaría sintiendo lo mismo, pero permaneció inexpresiva, si acaso parecía distraída.

Tal vez no le importaba de ninguna manera.

“No hace falta que os preocupéis, no es que lo haya oído todo yo. Sólo lo esencial… y decidí esperar a que nos reuniéramos antes de escuchar los planes detallados de esta especialista sobre lo que, en particular, hará a continuación.” Dijo Shinobu, como si hubiera percibido mi alienación, a pesar de que nuestro vínculo físico y espiritual se había cortado.

“Así es. Y también, todavía estaba armando mis estratagemas durante el día, así que no podía hablar de ellas aunque hubiera querido—sólo terminé de planearlas ahora después de escuchar la situación de Hachikuji-chan y Shinobu-chan.”

Lamento decir que me costó creer a Gaen-san, incluso dudé de que ese plan que pronto se revelaría y que había pasado ayer y hoy preparando fuera siquiera eso.

A estas alturas, no me habría sorprendido que dijera que este había sido su plan desde agosto, pero ¿quién me hacía pensar algo así?

¿Ougi-chan?

Oshino Ougi.

“Oshino Ougi.” Comenzó Gaen-san. “Ella es el enemigo al que nos enfrentaremos ahora, el oponente con el que debemos luchar. El objetivo que debemos eliminar, y el objeto que debemos detestar,

¿verdad, Koyomin?” “…”

Enemigo. No pude evitar sentirme incómodo cuando la escuché decir la palabra en voz alta—no podía quitarme de la cabeza la imagen de ella como una de mis compañeras.

Independientemente de lo que dijo Tadatsuru-san. Y—lo que ella misma dijo.

“Parece que no estáis sorprendido. Después de todo, ¿lo sabíais desde el principio?” Dijo Shinobu mientras me abrazaba por detrás, pero desgraciadamente se equivocó en esto y me dio demasiado crédito. Nunca había dudado de Ougi-chan.

Pero.

Sólo que tal vez, lo había sabido. No sabía nada.

Pero tal vez sabía lo de Ougi-chan.

Pensé esto mientras sentía a Shinobu a mi espalda. “…”

Ononoki-chan mantuvo su silencio.

Tal vez sabía cuál era su lugar, sostenida allí en el regazo de la mujer que era la senpai de su ama, Gaen-san, y se estaba conteniendo… pero eso no parecía estar en la personalidad de Ononoki-chan.

Podía verla interrumpiendo nuestra conversación a su antojo donde quiera que estuviera sentada, sobre todo después de toda la influencia que ejercían sobre ella los desinhibidos personajes que eran mis hermanas pequeñas.

“No debemos olvidar que el nombre de Oshino Ougi no es más que un recurso. El más azaroso de los alias—no, no sería exacto llamarlo un alias, sino algo así como una identificación de usuario seleccionada para evitar estar atada a un nombre.”

¿Atada por un nombre?

Eso era… algo que había oído antes.

Cuando Kiss-Shot Acerola-Orion Heart-Under-Blade perdió su existencia como tal, se le había dado el nuevo nombre de Oshino Shinobu, un nombre por el que estaba atada, o algo así. Sin embargo, parece que este vínculo sigue vigente incluso ahora que ha recuperado su existencia…

“Verás, la verdadera esencia de Oshino Ougi se encuentra en esa incógnita—el único rasgo que podríamos decir que ella tiene es la forma en que pierde su propia identidad… Bueno, incluso ella, el pronombre que hemos estado usando aquí, no tiene ningún significado verdadero.”

“Casi suena como si conocieras a Ougi-chan, Gaen-san, pero en realidad nunca has hablado con ella, ¿verdad?” Pregunté.

Era una pregunta que quería hacer.

Teniendo en cuenta la cadena de acontecimientos hasta este punto—y considerando lo que me había dicho Ougi-chan—, no debería haber habido ningún contacto directo entre las dos.

Por supuesto, como alguien que lo sabe todo, tal vez Gaen-san debería haber hablado con Ougi-chan de esta manera, pero no pude evitar sentirme un poco disgustado al oírla hablar de alguien que conocía como si la conociera mejor que yo.

Admito que el sentimiento estaba más cerca de los celos que de otra cosa.

“No lo he hecho. Porque me ha estado evitando, o para decirlo mejor, ese tipo de seres no aparecen frente a gente como yo, que vive su vida sin desviarse de su deber.”

“¿…?”

“Pero aunque no la he conocido, no es que no la conozca—hay muchas cosas que debo explicarte, Koyomin, esto incluido, pero ¿por qué no empezamos por el principio? No tenemos mucho tiempo, y sólo te lo voy a explicar una vez, así que escucha con atención.”

Una vez dicho esto, Gaen-san sacó una pequeña tableta. Parecía que, como de costumbre, iba a escribir en ella mientras explicaba el plan o lo que fuera.

Recordé lo ocurrido en agosto.

Fue entonces cuando me habló del primer siervo de Shinobu en el Santuario Kita-Shirahebi, ¿verdad? Pero esta conferencia parecía que iba a ser aún más compleja, difícil y grandiosa.

“Me gustaría que esta discusión fuera rápida y se dirigiera al tema de importancia lo antes posible. Sé que las cosas rara vez salen como se planean… pero tenemos que trazar una línea en algún lugar donde podamos establecer el estándar.”

“Hay una cosa de la que quiero asegurarme primero. O mejor dicho, algo que quiero que me asegures. ¿Estás segura de que Ougi-chan va a hacer su movimiento esta noche? No importa qué tipo de trampa le pongamos a Ougi-chan, no importará a menos que ella lo haga,

¿verdad?”

“Lo hará. No diría que estoy segura de ello, sino que es un hecho— esta noche es la única noche. Si no se mueve ahora, se podría decir que no es ella. Aunque eso acabaría con la amenaza.” Respondió Gaen-san con seguridad.

No entendí sus motivos para decirlo, es decir, que no me había dicho nada esencial, pero su actitud era tan dominante que no me apetecía seguir insistiendo—me hizo pensar que la característica más destacada de Gaen-san no era la cantidad de conocimientos o información que poseía, sino esa seguridad en sí misma.

Una seguridad en sí misma que superaba cualquier posibilidad de discusión.

Contrasta con su comportamiento relajado.

… Aunque intenté preguntárselo, yo mismo ya estaba seguro de ello—tenía una confianza inquebrantable en que Ougi-chan actuaria hoy, 14 de marzo.

Después de todo.

Eso es lo que dijo que haría.

Hace nada, antes de venir aquí, frente a la puerta de la residencia Araragi.

—Araragi-senpai.

—¿Podrías ponerte de mi lado?

—Por favor, sálvame. “…”

“¿Hm? ¿Qué pasa, Koyomin? Pareces preocupado—no hace falta que te pongas tan nervioso, no es que vaya a hablar de nada complicado. De hecho, esto debería ser un pasaje largo y fácil para alguien que acaba de superar sus exámenes de acceso a la universidad. Sólo estoy tratando de explicar una situación enrevesada de forma clara—no sé si decir que estamos comprobando las respuestas del otro, pero es como el capítulo de revelación de una novela de misterio.”

El capítulo revelador de una novela de misterio. En todo caso, ese era el papel de Ougi-chan.

O quizás el de Hanekawa Tsubasa, pero ella no estaba aquí, no llegó a tiempo para la gran revelación.

Ya era toda una gran detective, al haber dado con el paradero de Oshino Meme, y tal vez lo normal sería informar a Gaen-san del posible descubrimiento de su kouhai, pero por alguna razón dudaba en hacerlo.

Porque podría darle falsas esperanzas, o esa fue mi excusa, pero en realidad, oculté el hecho porque era cauteloso con ella.

Aunque no es que esté tratando de ponerme del lado de Ougi-chan ni nada por el estilo.

“Muy bien.” Dijo Gaen-san, y luego sonrió. Como lo haría un gran detective.

“Entonces, ¿por qué no empezamos con la relación entre este parque y el Santuario Kita-Shirahebi? Con la génesis de nuestra actual tragedia. La tragedia que ocurrió en el Santuario Shirohebi, el predecesor del Santuario Kita-Shirahebi, hace cuatrocientos años…”