Monogatari (NL)

Volumen 17

Capitulo 5: Infierno Mayoi

Parte 9

No estaba seguro de cuándo Tadatsuru había bajado la mirada, pero volvió a levantarla, como si estuviera pendiente de la primera estrella del cielo nocturno mientras el sol seguía poniéndose y oscurecía. Lo seguí y esta vez vi claramente lo que él hacía.

No, claramente es una exageración—a mis ojos seguía pareciendo tenue, pero estaba claro lo que era.

Desde el arriba, o mejor dicho, desde el cielo. Venía colgando una hebra de cuerda.

“O un hilo, Araragi-san. Está aquí para recogerte—lo que hace parecer que te trae al mundo de los muertos, pero en realidad, está aquí desde el mundo de los vivos.” Explicó Hachikuji.

El mundo de los vivos… Si era un hilo, me hizo pensar más en el cuento de Akutagawa sobre el hilo de una araña colgado del cielo por Buda.

Bueno, dicen que la seda de araña es lo suficientemente resistente incluso para ser utilizada en el espacio, así que no me pareció poco fiable… pero, ¿cómo era esa historia? ¿El protagonista se llamaba Kandata? Cuando empezó a subir por el hilo de la araña que colgaba, otros pecadores intentaron llegar al cielo con él, y cuando les dijo que bajaran, ¿no se rompió el hilo?

En ese sentido, el hilo era una prueba, sobre todo si Gaen-san era quien lo extendió.

“Realmente se te está acabando el tiempo. Si pierdes ese hilo, Araragi-san, arderás en el Avīci por la eternidad. Un oni se la pasará golpeándote con una mochila gigante.”

“¿Una mochila gigante? ¿Ese oni no serias tú?” “Disculpa. Quise decir con un garrote gigante.”

“De cualquier manera da miedo…” ¿O tal vez sea muy bonito?

“Así que, Teori-san, lo siento pero ¿puede parar con su historia?” “Espera, Hachikuji, no lo interrumpas así. No cuando está en medio

de lo que necesito escuchar. Tadatsuru, esto que pudiste hacer por no pertenecer a la red… ¿Te refieres a aceptar el trabajo de matarme a mí y a Shinobu… o fingirlo?”

Me adelantaba en su relato para sacarle todo lo posible antes de que el hilo (¿?) del cielo llegara al santuario. No fue un movimiento muy loable como oyente, pero sí afortunado, porque el usuario de muñecas respondió: “Supongo que… fingí aceptarlo, como fingí estar vivo. No es que pueda decir exactamente cuáles eran las intenciones de Oshino.”

Y así fue.

Continuó: “El hecho de que Kagenui Yozuru se considerara incontrolable a pesar de formar parte de la red de Gaen-senpai era perfecto—se enfrentaría a mí con un corazón despiadado y helado por mi acto ilegal. Así que cuando tu cuerpo empezó a actuar, Gaen-san envió a esas dos a trabajar…” “…”

Incluso antes de que le hablara del extraño fenómeno que estaba experimentando, a saber, la desaparición de mi reflejo, Gaen-san había despachado a la onmyoji y a su familiar, como si hubiera previsto las cosas. Su aparente clarividencia me había dado escalofríos en aquel momento, y lo había atribuido a que “lo sabía todo”, pero ahora que conocía el secreto de su truco, no era nada especial. Aquel giro de los acontecimientos había sido marcado de antemano como parte de su línea de tiempo.

Sin embargo, el momento de la elección era muy propio de ella…

“¿Pero por qué lo harías?” Le pregunté a Tadatsuru. “¿No podías simplemente rechazar la petición?”

“No tenía ninguna razón para hacerlo, y aunque lo hubiera hecho, habría ido a parar a otro especialista. Gaen-senpai y yo llegamos a la conclusión de que lo mejor sería seguirle el juego a nuestro

«enemigo».”

“¿S-Su enemigo?” ¿No un cliente? El individuo que vino a él con la petición de matarnos a mí y a Shinobu. ¿No habríamos sido nosotros dos sus enemigos?

“No necesariamente. Por decir algo, Kaiki Deishu desapareció en su ciudad, y ni yo ni Gaen-senpai somos tan fríos como para no habernos preocupado.”

“Kaiki…”

Cierto, Gaen-san había dicho algo así—la información se complicaba tanto que no sabía cuál era la verdad…

Yo veía a Kaiki como un tipo que no se quedaría muerto aunque lo mataras, y sus amigos de la universidad, Gaen-san y Tadatsuru, debían sentirlo más que yo… Si lo impensable hubiera ocurrido, no podrían hacer la vista gorda.

“Aunque lo llamé jugar en las manos del enemigo, no era como si supiéramos cuál era el plan—nos movimos para averiguarlo. También teníamos que detener tu transformación en vampiro. Podría venir a este lado y guiarte, pero al haber jugado el papel de un enemigo odiado, necesitábamos que Hachikuji viniera a ayudar.”

“Y lo hice.” Dijo. “Encuéntrame al final de los créditos, en el apartado de apariciones en escena. Como iba a volver a encontrarme contigo, renuncié gustosamente a mis honorarios y lo di todo.”

“Nada me deprimiría más que el hecho de que me cobren una cuota por hacer esto… Eso sería peor que darme cuenta de que estoy en el infierno.”

Por el momento, matarme para restablecer mi cuerpo, y luego revivir sólo la parte humana, así que eso es lo que estaba pasando. Podrían haberme dicho de antemano, pero si no lo hicieron.

Debe haber alguna razón.

¿Fue parte de su estrategia contra el enemigo? Es difícil de averiguar desde mi posición.

“Si te matáramos con la espada encantada Kokorowatari y te reviviéramos con Yumewatari, podrías volver como un vampiro, y volveríamos al punto de partida. Por eso, yo, un especialista, tenía que intervenir y estar preparado para ti en el infierno.”

Con esto, Tadatsuru bajó de un salto de la caja de ofrendas—mis ojos no se apartaron de él, pero un cambio total se produjo en su atuendo al aterrizar. Pensándolo bien, un disfraz sería más adecuado, ya que su atuendo no sólo era todo lo japonés que podía ser, sino que estaba a la altura de la ocasión.

Las vestimentas de un sacerdote sintoísta.

Si tener sólo un cuerpo espiritual significaba cambiarse de ropa instantáneamente cuando te apetecía, eso me parecía bastante práctico—no estaba celoso, pero tal vez lo de retroceder y retirarse no estaba muy lejos de la realidad.

“Mi antigua senpai y yo también estábamos de acuerdo en que arreglar tu problema era la única manera de contrarrestar a nuestro enemigo. Qué extraño, dado que solía oponerme a ella con tanta vehemencia, pero simplemente alabemos la habilidad de Oshino como mediador.”

“¿Alguna vez se aclararon tus dudas?” Había muchas otras cosas que quería preguntarle, pero en ese momento, esto era lo más importante para mí. “Tuviste que seguirle la corriente a Oshino porque no sabías cuáles eran sus intenciones—esa era la clave, pero ¿llegaste alguna vez a una conclusión al respecto?”

“Me temo que no. Sin embargo, tengo una hipótesis, no, sería presuntuoso llamarla mía. Esta, al menos, es sólo de Gaen-senpai. Su suposición de por qué Oshino todavía se niega a aparecer. Por qué parece haber desaparecido. Su pensamiento es que es por la misma razón que Yozuru desapareció sin dejar rastro.”

“…”

¿Y qué sería eso?

¿No era eso una tautología? ¿Tan bueno como no decir nada? Sabía muy bien que Kagenui-san había desaparecido al igual que

Oshino—¿hm? No, no era eso.

En ese sentido, Kaiki también había desaparecido.

En lugar de también sacarlo a relucir, Tadatsuru trató a Kaiki como una excepción y no lo incluyó con los otros dos especialistas.

¿Esto proporcionaba una salida, o al menos, Gaen-san lo veía así? La solución que buscaba, cuando ni siquiera sabía a qué se enfrentaba…

“Mis pensamientos y los suyos divergen en ese punto.” Dijo Tadatsuru. “¿Recuerdas lo que te dije? Encuentra a Oshino. Por lo que parece, has venido con las manos vacías.”

“No obstante, mis amigos lo están buscando…”

En realidad, sólo una aún tenía el arsenal y los medios para encontrarlo: Hanekawa. Senjougahara y yo habíamos agotado nuestras conexiones—no sólo no sabíamos dónde estaba ni por qué, sino que ni siquiera sabíamos si estaba vivo.

Sólo que Hanekawa no se había rendido.

Lo había visto como algo imposible, pero nuestra única esperanza era que en realidad estuviera en el extranjero, donde ella había ido a buscarlo…

“Entonces esa línea no era parte de tu actuación. Incluso si la forma en que fingiste ser asesinado por Ononoki-chan fue una farsa.”

“No sólo esa línea. Aunque sólo murió una muñeca, la mayoría de las cosas que dije eran la verdad. El engaño no es mi fuerte—puede que sea un usuario de muñecas, pero quedarme como una marioneta y no llevar la voz cantante es simplemente humillante. Me sentí como si me hubieran asignado un papel desagradable—la historia estaba tomando un giro demasiado limpio. Por supuesto, la mitad de esto iba dirigido a Oshino y a cómo actúa como si lo viera todo.”

“…”

“Sin embargo, tengo ganas de disculparme con Yozuru. Yo hice el papel de villano desagradable, pero ella tuvo que hacer el trabajo desagradable. Incluso ella debió sentirse mal por usar una shikigami para matarme, y hacerla sentir mal…” Se interrumpió el sacerdote.

No iba a comentar nada. La mentalidad de Kagenui-san era insondable para un inexperto estudiante de secundaria como yo. Aunque, sinceramente, puede que a ella le moleste menos que a Ononoki-chan…

“¿Puedo decírselo?” Le pregunté a Tadatsuru. “¿Hm?”

“A Ononoki-chan… y a Kagenui-san, si averiguamos su paradero. Que eres un usuario de muñecos y que realmente no moriste allí. Que fingiste morir, o estar vivo. Tengo la sensación de que no quieres que mucha gente lo sepa.”

“Es cierto, pero ahora que esto está sucediendo de igual modo se enterarán. Es el momento adecuado para ello, o mejor dicho, es el momento de que yo pague los platos rotos. Te agradecería que te disculparas en mi nombre.”

“No seas ridículo.”

¿Por qué debo disculparme?

Pedir perdón por alguien, una petición bastante común pero poco razonable cuando lo piensas.

No voy a ser su doble de cuerpo…

“Si quieres disculparte, hazlo tú mismo—aunque no puedas volver a la vida, puedes visitar la tierra de los vivos a través de uno de tus muñecos, ¿no?”

“No es tan sencillo, por desgracia. Morir es una ofensa bastante grave, y ser enviado al infierno es sólo el comienzo. Cada crimen tiene un castigo…”

“…”

Su montaje era más complicado de lo que había imaginado, pues dejar que un muñeco que contenía su ego fuera destrozado no era precisamente una decisión dolorosa para Tadatsuru, pero obviamente tampoco había sido una decisión fácil.

“Tienes suerte porque la espada encantada Yumewatari puede revivirte inmediatamente—Gaen-senpai podría haberte sacrificado sin una explicación adecuada, y como su kouhai, debo pedirte que pases por alto ese hecho. Era más conveniente informarte en el infierno, ya ves…”

“Bueno, estoy acostumbrado a que me pongan en ridículo sin ningún tipo de explicación adecuada. Eso está bien, pero…”

“No te preocupes.” Me interrumpió Tadatsuru, como si quisiera borrar cualquier preocupación que tuviera antes de que pudiera expresarla. “Una vez que vuelvas a la vida, no te enfrentarás a más peticiones de Gaen-senpai para que la ayudes con trabajos ridículos. A no ser que me haya mentido sobre sus objetivos, habrás cumplido tu función cuando vuelvas a la vida como humano. Piensa en este viaje por el infierno como una estancia corta en el hospital para extirpar tu naturaleza vampírica. Dudo que incluso ella intente trabajar contigo mientras estás convaleciente. Su intención es eliminar cualquier preocupación antes del enfrentamiento con nuestro enemigo, aunque si tienes que imputar malicia, puede que esté probando ese par de espadas encantadas.”

“…”

Si Gaen-san no tenía motivos ocultos, al menos a ese nivel, estaría confundido. Sin embargo, aunque Tadatsuru no dejó de responder a mi pregunta interrumpida, eso no fue todo.

Ya bajado de la caja de ofrendas, el sacerdote continuó a paso relajado hacia el hilo que colgaba del cielo y se detuvo justo debajo de él.

Luego me hizo una seña para que me acercara.

“Pongámonos en marcha, Araragi-san.” Hachikuji también me animó, así que tuve que moverme. Sí, tenía que hacerlo, eso es exactamente lo que sentía.

El hilo llegaba tan abajo que podía saltar y agarrarlo… o eso digo, pero si no era una cuerda, tampoco era un hilo.

Una serpiente blanca.

Lo que allí colgaba era una cola de serpiente blanca.

… ¿Querían que la sujetara?

Al menos no era la cabeza, y tenía sentido—el Santuario Kita- Shirahebi consagró una serpiente blanca… Una serpiente era más apropiada que una araña.

“¿Qué pasa, Araragi-san? Pareces asustado. ¿Es porque es una serpiente?”

“Mentiría si dijera que no… A estas alturas es como una fobia.”

“Si se trata de lo que le ocurrió a Sengoku-san, no te odies demasiado.” Mi fobia procedía únicamente de haber sido mordido innumerables veces por colmillos de serpientes venenosas y de haber estado repetidamente al borde de la muerte, pero Hachikuji se adentró en una parte aún más profunda de mi corazón. “Fue el mencionado estafador quien salvó el alma de Sengoku-san, pero si él no se hubiera involucrado, ¿no habrías sido tú quien la hubiese terminado por salvar? Puede que te haya llevado un poco más de tiempo, pero creo que lo habrías hecho.”

“…”

“En cuanto a ese caso, piensa que alguien se te adelantó y se apropió de la gloria—no te preocupes, yo respondo por ti. Tú eres el mejor, Araragi-san.”

Nunca sentí que estuviera compitiendo con nadie, y no era cuestión de ganar o perder, de obtener la gloria o algo así, pero escuchar eso de Hachikuji sí ayudó.

Hasta el punto de que sentí que podía agarrarme a una serpiente. Extendí la mano y sujeté la cola de la serpiente blanca.

Se movió.

¿La cosa estaba viva?

“La apoyaré en esa teoría, Araragi-kun. De hecho, estoy seguro de que nuestro enemigo quería que tardaras un poco más de tiempo, es decir, que no tuvieras nada que ver con la propia Sengoku Nadeko. Tal vez mi turno irregular sólo llegó porque la interferencia de Kaiki echó por tierra el plan. Originalmente, se suponía que iba a pasar más tiempo en una prolongada batalla contra Sengoku Nadeko, convirtiéndote en vampiro para salvarla. Oshino vio mi despliegue como una póliza de seguro. Así que también lo fue contra nuestro enemigo.”

Tadatsuru estaba de pie junto a mí mientras hablaba, y era desconcertante a un nivel completamente nuevo.

“… Por cierto…” Le dije a Hachikuji. “Todavía no te he preguntado. ¿Por qué no estaba donde debería?”

“¿Perdón?”

“Ya sabes, la razón por la que tuviste que actuar como mi guía. Cuando me desperté en el infierno, estaba en ese parque, aunque Gaen- san me mató en el Santuario Kita-Shirahebi. Tú me devolviste a mi posición, o me desplazaste de la posición correcta. ¿De qué se trata todo eso?”

“Hmm. No tenemos tiempo, y pensé que no era necesario molestarme, pero ¿tan curioso eres?”

“¿No era necesario que te molestaras?”

Sí, está bien, sólo estaba tratando de alargar esto.

Estaba aplazando la subida a la serpiente blanca y la vuelta a la vida.

Posponerlo todo lo que pueda.

“Bueno, tengo curiosidad, sí. Olvida lo de estar fuera de posición. Eso se solucionó gracias a ti, pero dime el nombre de ese parque, si dices que lo conoces. Es donde nos conocimos, pero aún no sé cómo pronunciarlo.”

¿Namishiro? ¿Rohaku?

No me habían dicho ninguna de las dos cosas, pero sinceramente no se me ocurría ninguna otra lectura. Era demasiado difícil incluso para aparecer en un examen de japonés—si realmente tuviera que adivinar, tal vez Robyaku o Namihaku…

“Parque Shirohebi.” Fue Tadatsuru quien respondió. “Originalmente, se leería Shirohebi.”

“¿Qué? ¿Shirohebi—como ‘serpiente blanca’?”

“Se escribe con el radical de ‘agua’ (氵) en lugar del radical de ‘insecto’ (虫). Así, el carácter de ‘serpiente’ se escribe 沱en lugar del habitual 蛇. Es el mismo carácter que se puede encontrar en el término ‘un torrente de lágrimas’ (滂沱の涙)… Shirohebi, escrito como 沱白

. Así se llamaba esta zona, hace mucho tiempo. Debido a un error ortográfico, en algún momento el 沱 del nombre se convirtió en 浪. Por eso ahora es tan difícil de leer.”

“El 沱 pasó a ser 浪…”

¿Tiene sentido? Tal vez sí.

No sabía lo de escribirlos mal, pero podía imaginarme confundir uno con el otro. Si escribía a mano cualquiera de los dos para buscarlo en un diccionario electrónico, el otro era lo suficientemente parecido como para aparecer en la lista de candidatos.

El orden de los caracteres también se invertía, pero eso ocurría de vez en cuando en Japón—al principio, leer de izquierda a derecha era sólo una práctica moderna. Las cosas podían confundirse con el paso del tiempo. Shirohebi…

Como en…

“Santuario Kita-Shirahebi.”

“Mm-hm. Sí, era la ubicación original del Santuario Kita- Shirahebi, y el motivo por el que estabas fuera de posición. Has oído que el santuario había sido trasladado… ¿no es así?”

“Oh, claro.” Olvidé quién me lo había dicho, pero sí… y la unión de los dos fue un error, que llevó a la distorsión, o algo así…

“Yo diría que eso es un eufemismo—en esencia, trajeron a un dios del mar a una montaña. Técnicamente un lago, no el mar.”

“¿Un lago?”

“Como dije, al principio se escribió con un carácter asociado al agua.”

Eso parecía suficiente para él, pero algo más me llamó la atención—un lago. Me sonaba familiar, pero antes de que pudiera recordar…

“Entonces, Araragi-kun, ¿por qué no nos ponemos en marcha?” Instó Tadatsuru. “Saluda a Gaen-san de mi parte, y también a Yotsugi. Nunca se lo pediría a Yozuru, pero sé más amable con Yotsugi, por favor, en mi lugar.”

“Claro, por supuesto.” Acepté por reflejo, quizá demasiado precipitado dada la naturaleza de su petición.

Entonces me armé de valor para confesar lo que realmente pensaba.

“Sin embargo, me pregunto si está bien que alguien como yo vuelva a la vida.”