Monogatari (NL)

Volumen 17

Capitulo 5: Infierno Mayoi

Parte 6

“Qué…”

Inconscientemente di un paso atrás, casi cayendo por las escaleras. Si me hubiera enredado con Hachikuji, podríamos haber intercambiado cuerpos por el camino.

“¿P-Por qué estás aquí…?” Se suponía que estaba muerto.

Su cuerpo fue golpeado por el Unlimited Rulebook de Ononoki Yotsugi, lo que le valió una muerte tan completa que no quedó ni un trozo de su carne en el mundo de los vivos.

Me sorprendió el silencio.

Sin embargo, cuando lo pensé, mi reacción no tenía sentido. Estaba exagerando.

Estábamos en el infierno.

Estaba muerto, sí, pero yo también. Era absolutamente natural que estuviera aquí—nos íbamos a encontrar de nuevo en el más allá.

Sí que me preguntaba por qué un especialista como él estaba hasta aquí, en el Avīci, pero era un forastero, excluido incluso de la red de Gaen-san… Y personalmente, cuando pensaba en lo que el tipo les hizo a Kanbaru, Tsukihi y Karen, no podía evitar pensar que el Avīci era demasiado poco para él.

Entonces, ¿qué era?

¿Por qué se siente mal?

Reunirse con él se sintió mal de una manera totalmente diferente a la de encontrarse con Hachikuji en las profundidades del infierno— mal, o como una pieza de rompecabezas que encaja en un lugar que no esperabas, una sensación extrañamente convincente (¿?)…

No, en definitiva, no tenía ningún sentido.

“¿Por qué esa mirada, Araragi-kun? Aprecio lo expresivo que eres… Aunque pasaron muchas cosas entre nosotros, eso fue cuando estábamos vivos. Ya es agua bajo el puente.” Dijo Tadatsuru con despreocupación.

Parecía el más diferente de cómo lo recordaba cuando estaba vivo—dado lo tenso de la situación y las circunstancias de entonces, tal vez una impresión diferente era inevitable, pero ¿no era nuestra situación actual en las profundidades del infierno no menos grave?

Por qué—oh…

Eso es lo que quería saber.

¿Por qué actuaba de forma tan acostumbrada?

También en el mundo de los vivos me lo había encontrado y enfrentado en el Santuario Kita-Shirahebi (aunque puede que ya estuviera recién construido), pero ¿por qué ahora parecía mucho más natural mientras estaba sentado en la caja de ofrendas? No es que fuera una buena idea, dado lo cerca que estaba de desmoronarse…

“¿Por qué no nos llevamos bien? A fin de cuentas, los dos hemos sido enviados al infierno. Je, sólo una pequeña broma.” Dijo, lo suficientemente relajado como para hacer bromas.

¿Una broma? ¿Qué quería decir con una broma?

¿Qué parte de sus palabras de hace un momento eran una broma?

¿Cuánto de esto era una broma?

Bien, todo lo que decía sonaba a broma pesada… Solía pertenecer al mismo club universitario que Oshino y Kaiki, así que quién sabe, quizá estaba dotado de una mente cómica.

Podía prescindir de él, aquí en el infierno, pero como alguien que había conversado con Oshino y Kaiki, sabía que no ganaba nada presionándolo para que me diera detalles. Tuve que dirigirme a la estudiante de quinto grado que estaba a mi lado.

“Hey, Hachikuji.”

“¿Qué puede ser, Aaaaagi-san?”

“Me gusta la simplicidad, pero no deberías llamar a la gente cosas que suenan como nombres de héroes de RPG introducidos apresuradamente. Mi apellido es Araragi.”

“Lo siento. Me mordí la lengua.” “No, lo hiciste a propósito…”

“Me mordí la lengua.” “¡¿O quizás no?!”

“Me moddí da dengua.”

“¡¿Así que en verdad te mordiste la lengua?! Pero dime qué está pasando. ¿Por qué está aquí, por qué está Teori Tadatsuru? No estabas llamando a este tipo ella, ¿verdad?”

“No, no, tenías razón, con «ella» me refería a Izuko Gaen-san. No te preocupes, nuestros corazones eran uno en ese punto.”

“¿Entonces por qué?” Volví a mirar a Tadatsuru.

Casi parecía estar sonriendo por nuestra conversación, o quizás por mi confusión. Era una mirada que no recordaba haber visto antes en él.

Al igual que Kaiki era un especialista que actuaba sólo al servicio del dinero, se podría decir que Tadatsuru actuaba sólo al servicio de la “curiosidad estética”. ¿Encontraba la belleza en mi pánico, en la compostura de Hachikuji y en nuestra interacción, o qué?

“Tenías razón al pensar que Gaen-san era la augusta. Pero—” “Ya vuelves a actuar de forma reverente.”

“La gran intención de su augusta persona, o mejor dicho, sus intenciones me fueron transmitidas por Teori-san allí presente.”

“T-Transmitidas.”

Un juego de teléfono.

Ella había utilizado la frase antes, ¿así que eso es lo que quería decir?

¿Eh? Eso parecía un poco… ¿Tenía sentido esa línea de tiempo? No, no sólo la línea de tiempo. Esto puso una torcedura fundamental en todo tipo de otras líneas.

La red de Gaen-san no incluía a Tadatsuru, así que ¿por qué transmitiría su mensaje a Hachikuji?

“De nuevo, Araragi-kun, ¿por qué esa mirada? No lo sé todo, a diferencia de mi senpai, y no puedo aclararte todo, pero al menos puedo darte un resumen de lo que entiendo. Puede que nos veas parecidos, pero soy un poco más generoso que Oshino o Kaiki, siempre que no estén implicados mis propios intereses.”

“¿En este caso no lo están?” Viniendo de Tadatsuru, su tono familiar, incluso complaciente, sólo me hizo sospechar más, pero retomé el paso que había cedido, como para proteger a Hachikuji. “Eres un conocedor especializado en exterminar excentricidades inmortales, ¿verdad? Soy imperdonable para ti sólo por existir. Me ves como una especie de plaga.”

“¿Una plaga? Estás siendo demasiado auto despreciativo. Pero si me lo permites, estás en el camino correcto, Araragi-kun. Si eso es lo que te preocupa, no hay necesidad de sentirte así ahora.”

“¿Eh?”

“Porque ahora… no hay nada vampírico en ti. En ambos sentidos.”

Eres un humano normal. Arrojado al infierno. Tan solo un humano normal, dijo Tadatsuru.

“Cualquier vampirismo—ha sido sustraído de ti.” “Sustraído…”

Ah… Ahora tiene sentido.

Eso es lo que Hachikuji quería decir antes. No sólo la multiplicación y la división, sino también la sustracción estaba en juego…

El valor que se restaba, que se sustraía, era mi vampirismo.

Personalmente no me sentía diferente. Nada en mi cuerpo parecía estar fuera de lugar, ni en el mundo de los vivos ni en el infierno, pero si no había ninguna ley que condenara a todas las excentricidades al infierno, eso significaba que ahora mismo nada en mí era vampírico.

Así que era humano.

Nada más que humano, ya no sujeto al exterminio por la mano experta de Teori Tadatsuru—así que eso es lo que era.

“…”

Por supuesto, creerle y acercarse descuidadamente a él era otra cosa.

Aunque no entendía lo que estaba pasando, sabía con certeza que había dañado a mi kouhai y a mis hermanas pequeñas.

“Está bien, Araragi-san.” Hachikuji me dio unas palmaditas por detrás como para tranquilizarme. “Entiendo cómo te sientes, pero parar aquí me estorba en mi recorrido. Por favor, sigue adelante. Esto es necesario para devolverte a la vida como humano.”

“…”

“De lo contrario, la sustracción habrá sido para nada. No podría volver a mirar a Ononoki-san a los ojos.”

Me pregunté por qué sacaba el tema ahora, pero me di cuenta de que aunque Hachikuji y yo nos llevábamos así de bien, ella era en el fondo una chica bastante tímida.

Teori Tadatsuru.

Si sólo íbamos a hablar, ¿entonces estaba bien?

De cualquier manera, no llegaría a ninguna parte actuando de forma tan tensa… Incluso dejando de lado el paseo, no podía avanzar si no lo hacía yo.

“Quédate detrás de mí.” Le advertí a Hachikuji.

Sin dejar de protegerla, caminé por el sendero del santuario— pensándolo bien, un santuario en el infierno era otro montaje ridículo.

Si ella había venido a buscarme a petición de Tadatsuru, entonces mi caballerosidad era un poco inútil, pero tenía que hacerlo.

“Es casi como si fueras un príncipe, Araragi-kun. Montando no un caballo blanco sino una serpiente blanca, dado el dios aquí consagrado.”

Tanto si se trata de un intento de ingenio como de otra cosa, Hachikuji y yo nos acercamos a él mientras hablaba.

Mientras tanto, intenté recordar más detalles sobre su perfil. Con mi memoria aún borrosa por el intenso shock de haber sido asesinado, por no hablar de encontrarme en el infierno, quizá fuera inútil, pero sentía que debía recordar lo que pudiera.

Vas a la guerra con el ejército que tienes. Así son los humanos.

Teori Tadatsuru, un especialista usuario de muñecas. Que incorporó el origami a su trabajo.

Indagando en sus raíces, fue compañero de universidad de Kaiki y Oshino, un miembro del club de investigación de lo oculto, en el que también estaban Kagenui Yozuru y una Gaen Izuko en edad universitaria, que debió dirigirlo.

Y como estudiantes, crearon la “muñeca” conocida como Ononoki Yotsugi.

Utilizando el cadáver de un humano que había vivido cien años, dieron forma a una shikigami preadolescente… ¿y cómo es que fue la historia? ¿Llegaron él y Kagenui-san a un punto muerto sobre quién era el dueño de la familiar?

Tadatsuru también se separaría de Gaen-san, mientras que todos ellos siguieron sus propios caminos como especialistas, sólo que el suyo tomó una dirección diferente…

Él y yo nos conocimos cuando algo extraño empezó a ocurrir en mi cuerpo, cuando empecé a volverme vampiro por mi cuenta, y no por la influencia de Shinobu…

Después de una pelea, fue asesinado por la muñeca que él mismo creó—se podría decir que fueron las gallinas que entraron por las que salieron, pero su muerte fue tan espectacular que palabras como “karma” no le hacen justicia.

Era un choque estilo Hindenburg que podía, como mínimo, acabar incluso con un vampiro, y por eso volver a encontrarme con él resultaba tan desconcertante.

Ahora sabía lo que los personajes del manga y demás querían decir con esa frase tan utilizada: ¡Nos vemos en el infierno!

Esto no hace falta decirlo, pero no se siente muy bien cuando te pasa de verdad.

Nuestro reencuentro, sin embargo, fue más complicado que el de enemigos mortales que se reencuentran en el infierno después de su muerte—si Gaen-san planeó esto, ¿cuál era su intención?

¿La explicación que dijo que me daría sería honestamente satisfactoria? Puede que a estas alturas te estés molestando, pero permíteme que te repita que todavía estaba muy desconcertado por estar en el infierno.

Reacio a hablar con él de cerca, me detuve y mantuve una distancia de unos cinco pasos. Hachikuji también se detuvo—al ver esto, Tadatsuru comenzó.

“¿Cómo esta Yotsugi? Espero que matarme no haya sido demasiado traumático para ella.”

“Eres uno de sus padres biológicos, deberías saber la respuesta a eso. Ella no se preocupa por nada, sólo come helados y cosas dulces, como siempre.”

“Sí, estoy seguro. Soy uno de sus padres biológicos, por supuesto… uno de sus creadores, así que lo sé. Pero lo pregunto por afecto, no para entrometerme en sus asuntos—siempre me encuentro preocupado por ella, incluso cuando no hay necesidad.”

Después de todo, nunca le informé de las circunstancias—dijo Tadatsuru.

¿Las circunstancias?

“¿Qué circunstancias… son esas?”

“Bueno. No necesita que se lo digan, ya que es una shikigami que simplemente sigue órdenes. Esa es su fuerza, su ventaja. Lo mismo ocurre con Yozuru, aunque en el caso de esa mujer, simplemente no se molesta en considerar los detalles finos. Supongo que en el control de lo incontrolable era donde nuestra senpai iba a brillar.”

“… ¿No vas a explicar estas circunstancias?”

Aunque el comportamiento de Teori Tadatsuru era tan correcto que compararlo con alguien tan frívolo como Oshino era una tontería, mi incapacidad para leerlo me recordaba al especialista de camisa hawaiana.

Solía sentir el mismo tipo de irritación constante cuando hablaba con Oshino. Vemos el pasado a través de unas gafas de color de rosa, por lo que le concedía una alta calificación como especialista, pero ese recuerdo en particular estaba arrojado bajo la misma luz dura.

“Lo haré. Si no me apresuro a devolverte a la vida, Gaen-senpai podría perder los estribos—da miedo cuando se enfada.”

“…”

“Para decirlo sin rodeos, el verdadero papel que me habían asignado era precisamente ser asesinado por Yotsugi-chan de esa manera.”

Tadatsuru parecía tan serio como podía serlo.

“Ser asesinado por ella para que yo pudiera llegar al infierno primero, para poder encargarme de los preparativos para devolverte a la vida. Ese era mi trabajo como especialista.”