SSS Class Suicide Hunter

Volumen 1

Capítulo 37: El Apodo Del Guerrero (Parte 1)

En una de mis anteriores regresiones, presencié lo que pasó cuando el tutorial de la Torre terminó.

[Guerreros. Aquellos que suben la Torre]

Los cazadores habían cantado a todo volumen la cuenta atrás en la plaza. Y la diosa había descendido en aquel mismo lugar. La deidad habló con seriedad, como si fuera un apóstol rezando.

[Del piso 11 al 20 os encontraréis una prueba. Una prueba de fe.]

Los cazadores no escucharon la voz de la diosa.

Una nueva era. Un nuevo escenario.

Estaban excitados por el escenario que se abría ante ellos, e inmediatamente desaparecieron, rumbo al piso 11. Uno de los cazadores incluso intentó probar si era posible cortar a la diosa con una espada.

[… Encontraréis vuestra respuesta. Alguien iluminará el camino]

Yo no hice eso. Yo me quedé hasta el final.

[Así seréis capaces de conoceros a vosotros mismos…]

Echando la vista atrás, ya habíamos recibido señales de lo que pasaría a partir del piso 12.

[Aquellos que suben la Torre]

La pregunta no era qué recompensa deberíamos escoger, o de quién deberíamos sospechar. La Torre nos hizo saber que nuestra respuesta tendría importancia.

[Que la suerte os acompañe]

La diosa rezaba, casi en silencio.

***

Terminé llegando de nuevo al piso 12. Alcé la cabeza, recordando la escena de entonces en la plaza.

Y hablé: “Superaré todos los pisos hasta el 20 en cinco días”. Esa era la respuesta que había escogido.

El silencio era total. La primera persona en romperlo fue la maestra de Dragón Negro.

“Espera… ¿cinco días?”. Parecía confusa. “¿Te he escuchado mal? Me ha parecido entender que decías que ibas a superar todos los pisos hasta el 20 en cinco días. Si se supone que eso era un chiste, no tiene gracia, así que espero que retires lo que has dicho”.

“No, lo has entendido perfectamente. Y no era un chiste”.

“…”. La Bruja cerró la boca.

El silencio en la recepción se transformó en un quedo murmullo. Las expresiones de los cazadores cambiaron. Algunos parecían atónitos, mientras que otros parecían incrédulos, y el resto no sabía cómo reaccionar.

‘Este tipo de reacciones son naturales’.

Recibí calmadamente las miradas de todos. Era un anuncio que no tenía ningún sentido, por mucho que intentaras pensarlo lógicamente.

“… Eso es imposible, Kim Gong-Ja”. Un momento más tarde, la Bruja intervino. “Lo sabes muy bien. Nos llevó años despejar hasta el piso 10. Por supuesto, ya que hemos superado el piso 11 en menos de una hora, no es raro que sientas una confianza abrumadora, pero… es demasiado. Estás excesivamente confiado. ¿No crees que te has emocionado un poco?”.

“Maestra de Dragón Negro”, dije, bajando la cabeza. “Esta es mi petición”.

“…”.

“Yo despejé el piso 10. No lo hice por ti. Lo hice porque quería tener éxito. Sin embargo, sí que compartí las recompensas con todo el mundo”.

Información sobre que sería una batalla grupal, además de la localización del jefe monstruo en el minimapa… gracias a que había compartido lo que sabía con ellos, el daño que sufrieron los gremios se minimizó.

“Todo el mundo se benefició, no solo yo”. Y eso me permitía hablar con confianza. “Estoy cualificado para pediros esto a todos”.

“…”.

“No os estoy pidiendo que esperéis hasta que despeje el piso 20. Cinco días. Tenga éxito o no, por favor, esperado solo cinco días. Ese es mi último ruego”.

El silencio volvió a tomar la recepción. Pero no era un silencio que me fuera desventajoso.

Quizás fue por eso que…

[Bienvenido, cazador Kim Gong-Ja]
[Has sido el rango 1 en la batalla para despejar el piso 11]
[Se va a entregar la recompensa del piso 11]

Las notificaciones aparecieron mucho más rápido que la vez anterior.

La última vez que estuvimos allí, solo se entregó la recompensa una vez que terminó la pelea contra el Santo de la Espada. Llevó mucho rato. Sin embargo, esa vez tardó mucho menos. En cuanto terminé de hablar, la información acerca de la recompensa flotó en en aire.

‘Hola’.

Como si intentara frenéticamente llamar mi atención.

[La Diosa de la Protección está sugiriendo una recompensa para ti]
[El Rey Demonio de la Lluvia Otoñal está sugiriendo una recompensa para ti]

El sonido de las notificaciones sonó de forma consecutiva.

Tampoco en esa ocasión elegí una recompensa. Simplemente sonreí para mis adentros.

‘¿Te ha dado ansiedad porque no hemos luchado entre nosotros, Rey Demonio?’.

Pronto apareció el texto de las recompensas de la Diosa y el Rey Demonio. De un vistazo comprobé que eran iguales. No mostré interés ni diversión.

[El Rey Demonio de la Lluvia Otoñal te recomienda escoger una recompensa]

Una voz resonó en mi cabeza.

[El Rey Demonio de la Lluvia Otoñal te avisa de que también puedes renunciar a la recompensa]

Una y otra vez.

Pero mi actitud no cambió.

‘No me importa lo que digas’.

Me mantuve firme.

Ni siquiera miré los roles de la recompensa de la diosa, ni las condiciones de la del Rey Demonio. Simplemente las ignoré.

[El Rey Demonio de la Lluvia Otoñal está enfurecido]
[El Rey Demonio de la Lluvia Otoñal no puede entender tus intenciones]

Eso está bien. No me metas prisa.

Ya que estás tan confuso, iré a encontrarte.

“Mm…”.

Mientras tanto, la recepción seguía en silencio. El Inquisidor Herético miró a su alrededor y rió con un ‘¡Ajá!’. Parecía haberse decidido a hablar el primero.

“¡Es simple! Kim Gong-Ja compartió con nosotros información sobre el piso 11. A cambio, nos pidió que le hiciéramos un favor, ¡y prometimos hacerlo si no era algo imposible!”, gritó. “Estar aquí esperando sin hacer nada. No es un favor sencillo si pensamos en lo que dirá la prensa, pero… ¡no es imposible! ¡Por lo tanto, yo voy a hacerlo!”.

“No es imposible, pero…”.

“¡Una promesa es una promesa, maestra de Dragón Negro!”.

El rostro de la Bruja se oscureció. Ella abrió y cerró la boca varias veces y finalmente suspiró. “Muy bien. Una promesa es una promesa”. También ella aseguró que lo haría.

Los demás cazadores también prometieron hacer lo que les pedía.

La Bruja y el Inquisidor Herético. La cazadora más influyente y el más psicópata de los cazadores habían aceptado. Incluso los que no eran maestros de gremio terminaron prometiendo cinco días de silencio.

“Yo nunca accedí a esto”. La única excepción era el boomer que ostentaba el rango más alto. “Solo he hecho una promesa con esta persona, que lo vigilaría durante cinco días. Aparte de eso, no estoy obligado a hacer nada”.

“…”.

“Si te vas a ir a despejar el piso 20, te seguiré tal y como prometimos”.

“Mmm”, asentí. “Sí, eso está bien”.

A partir de ese momento, iba a enfrentarme al Rey Demonio en solitario.

Me sentía confiado, pero… si el Santo de la Espada iba a estar detrás de mí, sería como si contara con un ejército de miles de cazadores. No tenía ninguna razón para impedirle que viniera conmigo.

Miré a mi alrededor hacia la recepción.

“Gracias a todos por atender a mi petición”. Me giré lentamente. “Nos vemos en cinco días”.

*Ñiiieeck*

Abrí la enorme puerta de la recepción y salí.

Tras ella había un gran palacio. Y, más allá, las altas murallas. E, incluso detrás de ellas, la ciudad del Imperio Aegim.

Era lo mismo que la vez anterior.

-¿Uh?

Pero era distinto.

-¿Eh? ¿Por qué todos los NPCs están quietos?

Bae Hu-Ryeong y yo miramos los alrededores mientras caminábamos juntos. Él tenía razón.

Desde los caballeros que protegían el palacio hasta los NPCs que vendían fruta en el mercado, todos los personajes de la ciudad estaban parados.

‘Es porque la misión todavía no ha comenzado’.

El tiempo estaba pausado.

Caminé por la calle paralizada. A bastante distancia estaba el Santo de la Espada, que me seguía.

-¿Misión?

‘Sí. Nadie ha elegido su [Rol] todavía’.

En el imperio no había canciller ni gran maestre de caballeros. Sin embargo, esas eran figuras importantes que debían estar allí. Esa era la misión de los pisos del 12 al 20.

‘En cuanto entramos al piso 11, recibimos la misión. Ese es, probablemente, la forma correcta de proceder. Sin embargo, ¿no hace ya bastante rato que llegamos aquí? ¿Por qué la misión tarda tanto tiempo en entregarse?’.

La misión arrancaba cuando se elegían los roles. Eso quería decir que…

‘Si no se escogen los roles, la misión tampoco empieza. El ataque del Rey Demonio no tendrá lugar, y los soldados del imperio no tendrán que luchar contra ello.

Por eso los NPCs estaban paralizados. Y seguirían estándolo.

‘En este mundo, nosotros no hemos escogido nuestro rol’.

Era un tipo de disparador. Cuando los principales subyugadores del piso 11 elegían su papel, la misión comenzaba.

‘Pero, ¿sabes qué, Emperador de la Espada?’.

Cruzamos las calles. Ya que había viandantes, tuve que esquivarlos para seguir moviéndome. Era como caminar por un laberinto.

Y, de vez en cuando, incluso mientras andaba a través del dédalo de peatones, las notificaciones seguían sonando en mi cabeza.

[El Rey Demonio de la Lluvia Otoñal te aconseja que elijas una recompensa]

Lo ignoré.

[El Rey Demonio de la Lluvia Otoñal te aconseja que, si no vas a elegir una recompensa, renuncies a ella. En ese caso, la capacidad de escoger recaerá en el siguiente subyugador]

Seguí ignorándolo y continué mi camino.

‘Y… ¿qué pasa si el Rey Demonio muere en este estado?’.

-¿Qué?

Podía verlo. Un reluciente punto rojo estaba claramente mostrado en el mapa semitransparente.

En ese instante solo había un único punto rojo, ya que todavía no había ningún monstruo invocado.

‘Te pregunto qué crees que pasará si el monstruo jefe muere antes de que la misión empiece’.

El Rey Demonio.

‘La respuesta es sencilla. Nadie podrá elegir la recompensa del Rey Demonio.

-…

‘Por supuesto, tampoco habrá ningún traidor. Estará fuera de juego antes de poder intentar algo siquiera’.

Crucé el campo, dirigiéndome directamente hacia el punto rojo. No mucho después, este estaba justo frente a mí. Si avanzara un poquito más, estaría justo donde el monstruo jefe estaba marcado.

[¡El Rey Demonio de la Lluvia Otoñal está furioso contigo!]

Ah, ¿había entendido lo que estaba intentando hacer?

Una voz ligeramente distinta resonó en mi mente.

[¡El Rey Demonio de la Lluvia Otoñal se está manifestando!]

El cielo frente a mí se retorció con el color de la noche. Como un agujero negro, un orificio tan oscuro como el abismo se abrió, y algo parecido a aguas residuales fluyeron a través de él.

Una gota. Una corriente. Un gran charco.

Fuera lo que fuera aquello, se reunió y formó una figura, y una voz se escapó de ella.

-¿Cómo osas?

El Rey Demonio estaba rojo de furia.

-Sigue los pasos apropiados, guerrero de la diosa. Es grosero venir aquí sin elegir nada. Solo los que han recibido la cualificación del imperio pueden tomar mi espada.

“¿Qué gilipollez es esa?”, inquirí apretando mi agarre sobre mi arma. “Escogí lo mejor”.

-¿Qué…?

“Mira. Esta es la mejor elección”.

En ese momento la misión todavía no había empezado, y la ciudad aún no había sido atacada por el Rey Demonio.

Por lo tanto, era un mundo en el que nadie había muerto.

“Rey Demonio, te mataré antes de que la misión empiece. Así no morirá ni un solo cazador, ni tampoco nadie del imperio. Y evitaremos también la presencia de un traidor”.

-…

“¿Lo entiendes? Es un final feliz sin ningún sacrificado”. Sonreí. “Nunca me gustaron los finales tristes. Quizá es debido a mi personalidad. Prefiero los finales felices. Tu no parabas de jodernos y de impedir que llegáramos a un final feliz, así que, por favor, muere”.

-Te atreves a… -la figura del Rey Demonio se estremeció- ¿Osas intentar detenerme por ti mismo? ¡¿Sin la ayuda del imperio?!

“Sip”.

Desenvainé mi espada y apunté directamente a la figura negra.

“Ayuda, los cojones”. En mitad del campo con el tiempo detenido, me convertí en parte de mi espada y tomé a mi enemigo como mi objetivo. Luego abrí la boca: “Se supone que un guerrero debe luchar solo”.

Los cinco días eternos comenzaron.