Toradora! (NL)

Volumen 8

Capitulo 2: La Solterona

Parte 3

 

 

“¡Ah!”

Un sonido involuntario se escapó de la boca de Ryuuji al mismo tiempo que todos volteaban sus miradas hacia él. ¿Qué le pasa a esa tipa? ¿Por qué ya está de vuelta? Una familiar figura escultural podía verse a través de los estantes, no había duda alguna, era Kawashima Ami.

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Ryuuji estaba comprando en el supermercado los ingredientes necesarios para la cena, el cielo tenía un color ámbar. Los peatones en la acera comercial estaban corriendo para llegar a casa en medio de los fuertes vientos de invierno. Justo antes de que Ryuuji entrara al supermercado, echó un vistazo a la librería vecina tan solo para avistar una figura verdaderamente sobresaliente.

Frente al estante de revistas para mujeres promedio, estaba parada una figura más alta que la media. Y sobre ese cuerpo había una cabeza más pequeña de lo normal. Viendo de lado aquel rostro que traía puestos unos lentes de sol, podía observarse la hermosa línea del mentón de esa persona. Tenía una bufanda enredada alrededor de su sedoso cabello en tanto su bronceada piel brillaba. Por debajo de ese abrigo ridículamente caro había un par de jeans retro y botas. A pesar de no estar usando tacones, sus piernas eran excesivamente largas. Ese estilo único, aunado a su forma despreocupada de llevar una bolsa chanel, solo gritaba:

¡¡Aquí hay una mujer preciosa!! ¡Soy modelo ¿sabías?!

Parecía que Ami-chan no había cambiado en absoluto. Pero Ryuuji sentía que iniciar una conversación con ella sería difícil, así que se dispuso a retirarse. La última vez que la había visto – El recuerdo de haber bailado con ella en la fiesta de navidad no era bueno – Ami se había hartado de su estupidez y se había ido por cuenta propia. Ryuuji en ese momento no se había dado cuenta que él había dejado sola a Taiga, había asumido que el mundo giraba en torno a él… El Ryuuji de ese día había sido increíblemente idiota. Pero demasiadas cosas pasaron esa vez, tantas que ni siquiera había podido abrir su boca para pedirle a Ami que se quedara. Era natural que estuviera enojada.

Ami, quien siempre emanaba un aura de arrogancia, había predicho que pasaría todo esto. Ami seguramente ya sabía lo que resultaría de la idiotez de Ryuuji. Y seguramente estaría sorprendida de la magnitud que había alcanzado su estupidez. Las palabras de Ami siempre eran hirientes, tanto que las otras personas preferían ignorarla. Era doloroso probablemente porque esas palabras eran siempre directas y veraces.

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“…..”

Ami se movió y Ryuuji apresuradamente metió su cara en un libro de recetas.

Se acercó a la sección de revistas para mujeres mientras escuchaba su iPod y miró como si ella no hubiese notado la existencia de Ryuuji. Él tuvo un mal presentimiento de esto, Ryuuji no había sido capaz de levantar la cabeza e iniciar una conversación con ella, sólo se había quedado ahí. Pero la balanza de la vida siempre se inclina hacia el otro lado; mientras Ami caminaba a la sección de recetas, su mano trató de alcanzar una revista que estaba frente a Ryuuji. Ésta era un recetario llamado ‘comidas prácticas – bentos de arroz integral’.

Y luego:

“¡Oh, lo sien… Ah!”

…Ryuuji parpadeó sorprendido.

La mochila de Ami había golpeado la mano de Ryuuji mientras se inclinaba para tomar la revista, tirando el libro de Ryuuji al suelo. Ami al fin se dio cuenta de que era él cuando se volteó para disculparse. Ami cubrió inmediatamente su boca después de decir ‘ah’ por la sorpresa, aunque su expresión fue opacada por su brillante maquillaje de ojos.

“…Deberías darte por vencida. La serie de revistas de ‘comidas prácticas’ es malísima”

A pesar de que su voz aún contenía un tono de incomodidad, fue la voz más natural que Ryuuji pudo usar.

¡Tsk!

Ami regresó la revista al estante y chasqueó su lengua con agresividad al confirmar que se trataba de Ryuuji.

“¡…Oh…!”

Hizo un sonido para hacer evidente su disgusto. Entonces se dio la vuelta, pero la correa de su bolso se enredó con la punta del cinturón de Ryuuji, se volteó desafiantemente y tiró de su bolso, abrazándolo frente a su pecho.

“¡¿Qué intentas hacerle al bolso Chanel de Ami-chan?!” “¡Mejor dicho ¿Qué intentas hacerme tú a mí?!”

Haciendo frente a la terrible mirada que le dedicaba ella tras los lentes de sol, el interior de Ryuuji se estremeció involuntariamente dejando su apariencia demoniaca de lado. Todos los compradores dejaron lo que estaban haciendo y los observaron en respuesta a la repentina disputa que se libraba entre la bella modelo y el hombre con cara de demonio. Pero Ami no se preocupó por cosas como esas.

“¡Ah… eres… de lo peor! ¿Y por qué estás aquí? ¿Podrías desaparecer?”

El mal presentimiento era acertado. Al escuchar eso, la cara de Ryuuji se contorsionó también.

“¡¿De qué hablas?! ¿Qué clase de actitud es esa? ¡Yo, yo acabo de ser…!”

…¡Rechazado por Kushieda en Nochebuena!… No podía decir eso en voz alta.

“¡Fui hospitalizado por gripe! Tenía una fiebre de cuarenta grados ¡Hasta perdí la consciencia! ¿Cómo puedes tratar con esa actitud a alguien convaleciente como yo? ¡¿No sientes vergüenza de ti misma?!”

“¡Y yo qué voy a saber!… Hablando de eso ¿tuviste fiebre alta? ¿Cuarenta grados dices?

Entonces…”

Ami se quitó los lentes de sol, mordió ligeramente una de las patillas y alzó ligeramente su ceja. Sus hermosos párpados se agitaron un poco, no obstante no dijo nada, solo se quedó mirando la entrepierna de Ryuuji.

“¡No seas idiota! ¡No he perdido mi capacidad reproductiva!”

Ryuuji cruzó sus piernas defendiéndose de aquel láser sin palabras que era más poderoso que cualquier argumento. No había duda de que eran amigos de la infancia, ya que la manera de responder a este tipo de cosas de Ami y Kitamura era exactamente la misma.

“…Oh ¿en serio? ¡Ja! ¡Qué bien! Te veo luego, bye bye”

Ami deslizó sus gafas de sol en el bolsillo trasero de sus jeans y fingió una sonrisa mientras se daba la vuelta para marcharse.

Ryuuji se quedó en blanco por un instante. ¿Qué clase de mujer es esta?… qué mujer tan fastidiosa. Aunque él conocía la doble personalidad de Ami y su carácter atroz, Ryuuji fue tomado por sorpresa. ¿En verdad estaba tan enfadada? ¿Tenía que portarse tan grosera con él por lo que había hecho?

“¡Espera! ¿Porqué tienes que ser tan agresiva?”

“¡Ah! ¿Quieres que te diga el porqué? Es porque te detesto Takasu-kun” “¡¿Co…como dices?!”

…Eso era una respuesta muy directa que no daba lugar a la interpretación. Ryuuji solo pudo permanecer ahí, mirando fijamente a Ami como tonto.

“¿Po…por qué…?”

“¿Ah? Por favor no me sigas, es demasiado irritante”

“…Tú… tan solo, Yo…”

“¡Ouch! ¿Qué estás haciendo? ¡Deja de perder el tiempo!”

Debido al efecto abrumador de sus palabras, Ryuuji inconscientemente estiró su mano y accidentalmente tocó el bolsillo trasero donde Ami guardaba su teléfono móvil y su cartera. Ésta lo fulminó con la mirada y lo señaló enfrente de todos aunque quedaba estorbando todas las rutas de circulación de la librería.

“¡¿En serio quieres que te lo explique con mayor claridad?! ¡Te detesto porque eres un imbécil!”

El doloroso ataque petrificó a Ryuuji.

“¡…Kya! Te detestan por ser un imbécil… Jajajaja!”

Una risa cruel provenía desde cierta distancia. Ryuuji se volteó para identificar a la dueña de esa risa, la persona diminuta quien había atado solamente un lado de su cabello, que usaba un gorro de lana, un abrigo blanco de lana y botas… era en otras palabras, Taiga.

Ryuuji le preguntó: “¿Por qué estás aquí?” “¡Eres muy lenta! ¡Llegas diez minutos tarde!”

“No te alebrestes por cosas tan pequeñas. Total solo eres una Bakachi que no sabe siquiera

leer la hora”

“¡Sí sé leer la hora!”

Ryuuji estaba asombrado por la conversación que tenía lugar entre Ami y Taiga. Las dos se habían enzarzado en una batalla desde tiempos inmemoriales. ¿Acaso habían acordado reunirse en una librería?

“Aquí tienes, éste costó 14 dólares americanos. Y éste 40” “De acuerdo… Si un dólar americano equivale a 100 yenes…”

Ryuuji suspiró al ver que Taiga sacaba billetes de diez mil yenes de su cartera de estampado de gatito.

“¿En qué momento la relación de ustedes dos se volvió tan buena que hasta se regalan cosas del extranjero?”

“No son regalos, los voy a pagar. Oye Bakachi sólo tengo un billete de diez mil yenes ¡no te olvides de regresarme el cambio!”

“¿Eh? Ya que has sido tú la que pidió que te comprara cosas ¿No deberías pagarme de antemano la cantidad exacta?”

“¿Cómo esperas que te regrese tanto cambio?” Le espetaba Ami mientras sacaba su cartera. Después de muchos esfuerzos, ambas por fin tajaron el asunto. Ami levantó su rostro mirando a Ryuuji.

“…Tsk

“¡¿Tú por qué viniste?!” Ami se veía muy disgustada. Al ver la actitud infantil de Ryuuji, cambió su expresión a la de una persona que ya ha tenido suficiente y le dio una patada con sus botas de tacón. “¡Ouch!” Pero falló y le dio al pie de Taiga “¡Ah! ¿Qué te pasa?”Ami volteó a ver a Taiga “Oh ¿te golpeé?” y levantó su pierna con indiferencia.

“¡Bienvenidos a Sudobucks!” La voz de la empleada universitaria, los trabajadores de la

tienda y la música jazz llenaban la cafetería.

Los tres que se habían reunido en la librería habían acabado en la mesa de costumbre en la zona de no fumadores de Sudobucks. Taiga ordenó una taza de café y unos bísquets, Ryuuji ordenó una taza de café mixto y Ami pidió un latte. Taiga y Ryuuji estaban sentados juntos mientras que Ami lo miraba con una expresión muy enojada (¿Había hecho algo tan estúpido para que ella lo odiase tanto?).

“¿…Qué le pediste que te comprara?”

En realidad no estaba tan interesado, pero después de echar un vistazo al bolso de Taiga, vio una gama de productos cuyos precios oscilaban entre los 14 y 40 dólares americanos.

“¡Bolsos y sandalias de playa! ¡Productos que vi en las revistas hawaianas de edición limitada! ¡Ah, mira, mira!”

Taiga se emocionó repentinamente y se levantó para mostrarle sus cosas.

“¡…Ah, qué bueno! Aunque no te serán de mucha utilidad… oh, pero está bien ya que estás

tan contenta. Al menos puedes usarlos durante el verano”

Los ojos de Ami, quien bebía su latte se agrandaron por la confusión.

“¿Qué? ¿Por qué no serán de mucha utilidad? ¿Qué no vamos a ir a Okinawa de viaje escolar? ¿Acaso no son adecuadas para el viaje? ¡Pasé mucho tiempo buscando las cosas que querías!”

“Ah ¿No lo sabes aún? El viaje escolar se ha cambiado por uno de esquí de tres días y dos noches”

“¿…Ah?”

“El hotel de Okinawa se quemó. Así que estaremos atrapados en las montañas heladas”

“¡¿Por qué?! ¡No hablas en serio ¿verdad?! ¡Ahhhhhh! ¡¡Nooooo!! ¡Acabo de comprar un par de bermudas y camisetas especialmente para Okinawa! por cierto ¿Por qué nada más son tres días y dos noches? ¿Por qué es tan corto? ¡¿Por qué debemos ir a esquiar?! ¡No quiero! ¡¡Odio esto!!”

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“…Lo siento…”

“¿…Por qué Takasu-kun pide disculpas?” “¿…Por qué te disculpas?”

Ryuuji miró a otro lado incapaz de responderles y bebió de su café mientras se lamentaba de su mala suerte. Se quemó porque lo maldije. Si él hubiera dicho algo como eso, quién sabe qué clase de mirada le hubieran dado… No obstante, Ryuuji de verdad creía que el incendio había sido provocado por él…

“¡Ka!” Ami levantó sus manos en señal de rendición. Frente a Ryuuji y Taiga, la chica que siempre había fingido ser otra persona y se escondía detrás de una máscara comenzaba a gemir de una manera más acorde con su verdadera personalidad.

“Ah… ¡He tenido suficiente! ¡Esto es de lo peor~! ¡No! ¡¡Es incluso peor que lo peor!! De todas las cosas ¿Por qué debemos esquiar? ¡Definitivamente no estoy interesada en ir a ese lugar! ¡Quiero saltarme ese periodo de tiempo! Ahhh~~ tal vez deba inventar una excusa referente a mi trabajo y no ir”

“…Si quieres saltarte el viaje eres libre de hacerlo Bakachi… ¡pero tengo algo que decirte respecto al viaje escolar!”

La expresión de Taiga se volvió seria en ese instante mientras inclinaba su cuerpo hacia adelante. “¡Oye!”… La punta de uno de los listones del vestido de Taiga se había metido en su taza de café en tanto Ryuuji se apresuraba a sacarlo.

“Ésta es la verdadera razón por la que te llamé. Ryuuji está aquí por casualidad, pero está bien que presencie esto”

Taiga volteó hacia Ryuuji mientras éste llevaba a cabo procedimientos de emergencia con el listón de Taiga y movía la taza a un lado para prevenir que se repitiera el accidente. Ni siquiera notó que Ami observaba la escena con una expresión de aturdimiento.

Taiga entrecerró los ojos y se dirigió a Ami con un tono serio y tranquilo.

“Aunque ya no vamos a ir a Okinawa, sigue siendo un viaje escolar. El principal objetivo de hacer buenos recuerdos sigue en pie ¡Es por eso Bakachi que quiero dejarte en claro que si vas al viaje escolar con nosotros, no debes molestar a Ryuuji de ninguna manera!”

“¿…Ah? ¿Molestarlo? ¡Yo soy la única a la que molestan!”

Ami dirigió a Ryuuji una mirada llena de odio mientras abrazaba su lindo bolso chanel

¡Espera un momento! Ryuuji no le había pedido a Taiga que dijera algo como eso, así que estaba tan desconcertado como Ami. En fin, lo primero que debía hacer era tranquilizarse, Ryuuji pensaba esto mientras bebía un sorbo de café.

“Porque a Ryuuji le gusta Minorin” “¡…Se ahoga…!

“¡Argh, Ryuuji eso es asqueroso!”

¡Coff! ¡Coff!… Utilizó un pañuelo para cubrir su boca, sus ojos se llenaron con lágrimas

debido a la tos y miró fijamente a Taiga “¿Qué estás diciendo?” “…Oh…”

Acechándolo como una serpiente que identifica a su presa, la boca de Ami se curvó hacia arriba con diversión. Para Ryuuji era la primera vez en ese día y seguramente en ese año que la había visto contenta, entretanto sus ojos brillaban con malicia. Describirla como una serpiente era poco, parecía un demonio. Ryuuji la miraba con recelo.

“Y a Minorin también le gusta Ryuuji” “…Oh…”

“¿Ah? ¡Oye, oye! ¡Espera! ¡Esas son sólo suposiciones tuyas ¿no?!”


“Tú cállate… ¡Eso es indiscutible! Lo sé todo. Pero han tenido malentendidos y las cosas están un poco incómodas ahora. Sin embargo nadie debe interponerse entre ellos dos ¡Tú tampoco debes hacerlo Bakachi!”

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Al ver el semblante serio de Taiga, Ami revolvió su latte con una cuchara cafetera y observó a Ryuuji.

“¡Ya veo! Bueno, creo que entiendo lo que quieres decir… pero ¿por qué te apura tanto decirme eso?”

“¡Minorin rechazó a Ryuuji en la víspera de navidad!”

¡¡¡Ahhhhhhhhhh!!!… La boca de Ryuuji se abrió en su totalidad dando un grito silencioso.

“¡¿…En serio?!”

“¡Así es! ¡Fue rechazado!”

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Ami parpadeó. Y de paso un par de sillas vecinas lo miraron, incluso el dueño de la cafetería, el Sr. Sudo dejó de lado su calculadora para ver a Ryuuji. “¡Lo rechazaron!”

“¿A quién?”

“¿A ese hombre?”

“¿A ese joven de rostro demoniaco?”

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“¿Es estadounidense?”

“¡Qué lamentable!”

… En un instante, Sudobucks se llenó con charlas despiadadas haciendo desear a Ryuuji que la tierra lo tragase.

El volumen de las pláticas subió cada vez más, ahogando a Ryuuji en la intensidad y devoción de éstas. En ese momento, poco antes de colapsar, Ryuuji reunió todas sus fuerzas restantes y golpeó la mesa.


“… Para ser más precisos, fui rechazado antes de poder confesarle mis sentimientos a Kushieda”

Una vez dicho esto, Ryuuji se desparramó en la mesa.

¿Cómo pudiste Taiga? Pese a que era verdad que él había sido rechazado por Minori ¿Por qué tenía que esparcirlo a los cuatro vientos? Si pudiera usar magia, borraría las memorias de todos los presentes y se iría fingiendo que nada había pasado. Pero lamentablemente, eso ya estaba en las memorias de las demás personas y una de ellas era Kawashima Ami.

“…Oh~ ¿así que eso pasó?”

Al escuchar la voz dulce y maliciosa de Ami, Ryuuji levantó la cabeza. Seguro está pensando en decir cosas todavía más horribles e hirientes. Ya que había llegado a eso

¿Qué eran una o dos heridas más que añadir a las otras miles que ya tenía?

En ese momento, la mirada de Ami se alejó del rostro de Ryuuji. Borró su sonrisa y hundió su boca en la taza de latte, parecía murmurar para ella misma.

“…Parece que alguien finalmente salió ‘herido’”

Sin embargo la mirada de de Ami no estaba puesta en Ryuuji, sino en Taiga. Taiga también se dio cuenta de su mirada y alzó la cabeza para responderle.

“¡Éste viaje escolar es la última oportunidad para que Ryuuji le confiese sus sentimientos a Minorin!… No puedo permitir que nadie se interponga en su camino ¿Me entiendes?”

De pronto se volteó hacia Ryuuji.

“Habría sido mejor si hubiésemos ido a Okinawa, pero no tiene caso lamentarse. ‘¡La vida es injusta!’ Un viaje de esquí no es la mejor opción pero es tu última oportunidad para averiguar los verdaderos sentimientos de Minorin. Por última oportunidad me refiero al hecho de que nos vamos a separar en diferentes clases el año entrante. Ryuuji, tú te vas a ciencias ¿cierto?”

“…Sí, a ciencias”

“Minori tomará artes, así que estarán en diferentes clases. En otras palabras, te separarán de ella el siguiente año. Por tanto ¡éste viaje escolar es en verdad tu última oportunidad! ¿Lo captas?”

A Ryuuji le faltaba el aire al ser observado desde una distancia tan corta. Serían arrastrados a diferentes clases… aunque era difícil de aceptar, era la verdad. Ya se había acostumbrado a estar en la misma clase que Kushieda. La primavera que él tanto había esperado estaba a punto de terminar y no todo le había ido muy bien. Así que ¿debía retirarse de la competencia? O ¿debía echarle ganas en este crucial viaje?

“¡Entonces Bakachi!… ¡Escúchame! Siempre estás pegada a Ryuuji ¿No crees que ya es tiempo de dejarlo en paz?”

“¿Ah? ¿Intentas decir que Ami-chan ha estado de encimosa con Ryuuji todo este tiempo?” “¡No intento decirlo! ¡Es un hecho que has estado pegada a éste chico deprimido desde el

momento en que apareciste!”

“¿En serio? Pero, bueno, si eso te hace feliz”

Para molestar a Taiga, Ami se echó a reír burlonamente de ella, luego murmuró en voz baja.

“…Si eso es lo que en verdad quieres”

Sus ojos se ocultaban detrás de su brillante maquillaje. Taiga al parecer no había escuchado esa última frase ya que siguió sentada sin expresión mientras terminaba lo último de sus bísquets.

Ami no dijo nada más. Terminó lentamente su café, miró la hora en su teléfono móvil y puso el bolso chanel en su regazo.

“Ah, estoy tan aburrida. No me interesan sus infantiles historias de amor. Ya he tenido suficiente. Me voy. No tengo tiempo ¿Qué harán ustedes dos?”

“Tienes razón, vámonos. Son casi las seis. Ryuuji tiene que preparar la cena”

Dijo Taiga. Y estaba en lo cierto, no importaba a qué tanta presión psicológica estuviese sometido, Ryuuji tenía que regresar a preparar la cena para las siete. Se levantó, luego sacó algo de dinero para pagar su café y se lo entregó a la mesera después de tomar el resto de la cuenta de Taiga y Ami. Justo cuando se preparaba para rodear la mesa e irse junto con Ami.

“¡Oye!”

Súbitamente, Ami levantó la cabeza y agarró el cuello de la camisa de Ryuuji. Al parecer ese acto violento era para forzarlo a sentarse de nuevo, provocando que se estremeciera involuntariamente a pesar de ser la fuerza de una dama.

“…Es una lástima que no seas el único que haya resultado ‘herido’” “¡¿…Qué?! ¡¿A qué te refieres?!”

Los ojos de Ami ocultos al otro lado de las gafas de sol parecían ver a través de él.

“Como sea, los idiotas no han comprendido eso”

Ami puso una mala cara, lo miraba como si estuviera riendo, pero en vez de eso emanaba una sensación de miedo e ira.

“¡Yo aún te detesto después de todo!” “…..”

Ami le dio una patada a Ryuuji sin consideraciones, pero perdió el equilibrio. Pese a ello, no se cayó, sino que simplemente corrigió el paso y se marchó.

Es una lástima que no seas el único que haya resultado ‘herido’

Ryuuji observó a Ami mientras se alejaba, era incapaz de preguntarle cualquier cosa que le consumía el pensamiento. La expresión de enojo de Ami era exactamente la misma a la que tenía aquella noche.

Probablemente su ira se había desatado debido a la conversación que habían tenido mientras hacían los preparativos de la fiesta. Ami se había burlado de él diciendo que estaba jugando junto con Minori a ser los padres de Taiga, también le había advertido que debía dejar de jugar a ese ridículo juego antes de que alguien saliera herido… pero Ami le dijo después de esa conversación que olvidara lo que ella le había dicho.

Por supuesto que era imposible que él pudiese olvidar eso tan fácilmente… Había sido rechazado por Minori y había sido ‘herido’

¿Acaso era verdad tal como Ami afirmaba, que él, Taiga y Minori estaban viviendo una mentalidad de familia ficticia?

Si él no era el único, entonces ¿Quién más había sido herido?

“…Siempre eres así, siempre dices las cosas a medias”

Siempre me estás llamando idiota, entonces mejor dime algo que incluso los idiotas puedan entender. La silueta de Ami ya había desaparecido detrás de la puerta, pero los ojos de Ryuuji seguían acechándola. Ya que eres más madura y entiendes más que todos los demás dímelo entonces en lugar de estar enfadada, entendiéndote solo tú misma y marchándote por tu cuenta.

¿Por qué siempre te comportas así?

“¿Bakachi ya se fue?… ¿Qué pasó? Pareciese que acabaras de morir”

Ambas, la mesera y Taiga miraron confundidas el frío semblante del rostro de Ryuuji.

***

 

 

Cuando Ryuuji y Taiga salieron a la calle, el cielo ya se había oscurecido. El frío glacial continuó después de que la noche cayera, haciendo que el respirar se hiciera un poco difícil.

“No has comprado aún todos los ingredientes que necesitas ¿verdad? Deberías darte prisa” “Mira”

“Iré a la estación. Acaban de abrir una nueva tienda de bentos enfrente de donde venden los boletos”

Afuera en la calle comercial, había un cruce con forma de T que olía a gases de combustión provenientes de los tubos de escape.

La gente que transitaba la calle se había ido, debajo de las luces de la acera, Taiga alzaba sus cejas murmurando “Brrrr”. Desde esa posición las luces del puente cruzando el río apenas se distinguían. La estación se hallaba yendo hacia la izquierda del cruce con forma de T, mientras que el supermercado se hallaba yendo a la derecha de éste. Dicho de otro modo, él tendría que despedirse de Taiga en el cruce y no tendría la oportunidad de hablar con ella hasta el día de mañana en la escuela. Ryuuji vaciló buscando algo que decir, pero decidió simplemente hablarle de lo que tenía que decirle.

“…La oportunidad para confirmar los sentimientos de Minori que mencionaste anoche. ¿Te referías… al viaje escolar?”

“¡Así es! ¡No me digas que ya te habías olvidado de eso!”

“Sí, lo había olvidado. Lo que mencionaste acerca de que Kawashima siempre está pegada a mí… Incluso pensaste en eso. Yo quiero, agradecerte. Aunque creo que le dijiste algo que no venía al caso a alguien a quien no le importaba”

Taiga subió el cuello de su abrigo, de espaldas a él.

“Es mejor decirle todo a la Bakachi. Yo soy parcialmente responsable de esto. Si no hubiera sido por mis acciones de aquel día, las cosas probablemente hubieran sido distintas”

Taiga hizo un gesto de tristeza mirando al cielo como si buscase alguna estrella en particular.

“…Aquella noche ¿Sabes lo que Minorin me dijo?”

Parecía que hablaba con ella misma, haciendo difícil para Ryuuji el decir algo. Taiga se volteó a mirarlo, su expresión era una mezcla entre alegría y tristeza.

“‘Nada pasó~’ es lo que ella dijo… ‘Takasu me animó cuando yo estaba deprimida, fue muy tierno’. Pero ella me decía; ‘nada pasó, nada pasó, nada pasó’, lo repitió hasta el cansancio y luego sonrió. Ella es así”

“…Probablemente pensó que no había sido la gran cosa” “¡Es~tú~pi~do~!”

Bajo las luces de la acera, Taiga dejó de ver hacia el cielo y miró a Ryuuji. Usó sus dedos para aplastar el cabello que había sido alborotado por el viento nocturno mientras gritaba:

“Tus sentimientos y los de Minorin son mutuos ¡¡¡Estarás bien!!! ¡¡¡De verdad!!!”

Al presenciar la confianza que Taiga tenía, Ryuuji quiso preguntarle unas cosas.

“…De hecho siempre quise preguntarte ¿Por qué crees eso tan firmemente? ¿Cómo sabes

que le gusto a Minori? No me respondas con algo como ‘Simplemente lo sé’” “¿De verdad quieres escucharlo?”

Taiga fue increíblemente honesta. Esa sonrisa se parecía a la de un mago que estaba a punto de revelar los secretos de su magia, estaba llena de confianza. Taiga puso sus manos en las caderas, mirando a Ryuuji con certeza.

“Entonces prométeme una cosa. Te lo diré con la condición de que no respondas cosas estúpidas como ‘¿eh?’, ‘¡imposible!’ o ‘¡No puede ser!’”

“¡…No diré nada! ¡Lo prometo!”

Ryuuji levantó su mano jurando solemnemente esperando a que Taiga revelase el secreto de su magia. Taiga asintió y se dio la vuelta.

“Entonces te lo diré… Yo creo eso porque en mi corazón existe el motivo de creer en ello”

Sólo eso.





Nada más que eso.

Ryuuji se quedó atónito por un instante, pero aún así se las arregló para no dejar escapar de

sus labios un ‘¿eh?’.

“En pocas palaras, yo ‘creo en ti’, creo que eres alguien digno de ser amado por Minorin

¡Creo que eres alguien que la merece!”

Taiga bajó su cabeza después de decir eso, y luego la levantó de nuevo sonriendo juguetonamente antes de girar bruscamente.

“…Bueno~ ¡te veo mañana!”

Taiga se apresuró a correr hacia la estación bajo las tenues luces que emitían las lámparas. Se detuvo a medio camino como si hubiese recordado algo y gritó:

“Hablando de eso ¿Qué pasó hoy contigo? ¡No te atrevas a huir de nuevo mañana! ¡Será mejor que no huyas mañana!”

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Taiga se fue sin detenerse a observar la reacción de Ryuuji. Su diminuta e infantil figura se desvaneció entre las luces doradas de las lámparas.

Ryuuji se quedó ahí parado sin decir nada presionando ligeramente su pecho. En verdad hizo magia, se dijo a sí mismo.

El lacerado corazón de Ryuuji estaba ahora enardecido después de haber sido cubierto con su magia. Si Taiga decía eso, si ella creía en él, él podía creer que era alguien digno de su confianza. Que de hecho él podía ser un tipo bastante decente.

Además Ryuuji lo sabía perfectamente. Sabía que valía la pena creer en las palabras de Taiga.

Ryuuji había obtenido de vuelta su autoestima gracias a un pequeño truco de magia. Caminaba lentamente y sin compañía en la noche oscura. No obstante una repentina ráfaga de viento del sur lo llevó a pensar que si Ami había visto en él una versión muy ingenua de sí mismo, ella probablemente lo miraría con aquellos ojos fríos que decían ‘tal como pensé, tú aún no sabes nada de nada’… tal vez.

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