Toradora! (NL)

Volumen 8

Capitulo 1: Malentendido

Parte 2

Ella ensanchó su pecho plano mientras abrazaba su vaso de fideos… pero no se dio cuenta de que derramó un poco de sopa sobre su suéter blanco.

Ah… ¿Qué clase de situación es esta? El complejo de apartamentos alquilados y el condominio vecino. La habitación de Ryuuji solamente a dos metros de la habitación de Taiga. En el mismo piso, con la misma vista, una ventana apuntando al norte, la otra ventana apuntando hacia el sur.

Ryuuji se inclinó sobre su ventana mirando fulminantemente la cara de Taiga que sorbía sus fideos alegremente. Esas mejillas regordetas, en serio… me enfurecen… no, Ryuuji no pensaba eso, sólo se sentía un poco débil.

“¿…Eso es tu cena?”

Ryuuji le preguntó en voz baja.

“Nah. Comí un pan al vapor de carne y un pan de maíz a las nueve. Esto es un refrigerio

nocturno”

“…ese es el peor menú que existe. Todo lo has comprado en el mini súper ¿no es así?” Taiga puso una expresión de ‘No te conozco’ y en respuesta se volteó con los palillos aún

en su boca. No le dio una respuesta concluyente, lo que demostraba que Ryuuji tenía razón.

“¿…Qué intentas hacer?… Ya no vienes a mi casa… y solamente comes comida chatarra… ni siquiera comes tus vegetales…”

“¿Y tú qué? Estas hambriento y se te antojaron mis fideos instantáneos ¿verdad?” “¡No!… ¡En verdad me estoy cabreando! ¡Estoy muy enojado!”

Ryuuji se frotó el pelo con sus manos debido a la frustración mientras dejaba escapar un grito hacia el cielo nocturno. Su rostro inicial de delincuente peligroso estaba ahora distorsionándose de maneras inimaginables.

“¡He estado esperando para preguntártelo! ¡¿Por qué ya no vienes a mi casa?! ¡¿Y por qué me ignoraste hace un rato?! ¡¿Qué está pasando?!”

Ryuuji podía sentir la energía oscura emanando de su cuerpo. “Ugh…” en la ventana opuesta, Taiga le dedicó una mirada que reservaba para las cosas desagradables. Ella no lo dijo en voz alta, pero sus labios rojos estaban obviamente murmurando algo. Él lo sabía, pero no podía hacer nada respecto a su propia ira.

“¿Pero qué te pasa? ¿No te he dicho ya que dejes de armar tus berrinches?” “¡No estoy armando un berrinche! ¡Yo estoy… enfadado contigo!”

En presencia de la criatura más peligrosa del planeta, la Tigre de bolsillo. Ryuuji gritó a los cuatro vientos utilizando todo el potencial de sus rasgos faciales.

“¡¿Tú, acabas de decirme que soy molesto?! ¡En verdad lo dijiste! ¡¿En serio te fastidia tanto hablarme?! ¡¿El ‘herirme’ te irrita tanto?! ¡Pero estabas muy comprensiva al principio! ¿Qué es esto? No es que quiera tu compasión o consuelo, pero ¿Por qué no me hablas como siempre lo haces?”

“¿…Eh?”

“¡Argh!”

…Él lo sabía.

Taiga obviamente estaba tratando de mantener su distancia de él. Pero él quería saber el motivo. Él quería gritar ¿Por qué?

Taiga estaba inesperadamente entusiasta en cuidar a Ryuuji cuando éste estuvo en el hospital. Pero una vez que lo dieron de alta, Taiga dejó de ir a la residencia Takasu. Daba todo tipo de excusas para evitar el desayuno y la cena. Incluso ella salía de su apartamento a la hora de la comida que por lo general tenía libre. En las pocas ocasiones que Ryuuji se había topado con ella, Taiga estaba comiendo siempre fideos instantáneos y cosas por el estilo. A pesar de que en la residencia Takasu había mucha comida deliciosa. A pesar de que él le había dicho que se hiciera su comida ella misma. A pesar de que él hacía comida para compartir con Taiga aunque ella la rechazara. Incluso Yasuko ya no estaba tan enérgica como de costumbre y comentaba “¿Qué ha pasado últimamente con Taiga-chan~? tiene tiempo que no viene~”

A pesar de que el lugar de Taiga en la mesa todavía estaba decorado con su cojín especial.

“Yo, quien fui rechazado por Kushieda y estoy deprimido te fastidio ¿cierto? ¡Ah es verdad, estás molesta ¿no?! ¡Bueno, discúlpame por atosigarte tanto!”

Ryuuji le gritó lo más fuerte que pudo con una expresión digna de un demonio que surgía de las profundidades del infierno. Comprendía que lo que hacía era desagradable y fuera de lugar. Pero los sentimientos que emanaban desde el fondo de su corazón no cesarían hasta que encontrasen una salida para desahogarse. Así que continuó gritando agitando sus manos como loco.

“¡Basta! ¡He tenido suficiente ya que me has abandonado! ¡Así es! ¿Por qué no lo gritas a los cuatro vientos? ¿Por qué no simplemente desechas nuestra amistad como si fuera un trozo de basura? ¡Soy un estorbo y una molestia para ti! ¡Ya lo capto, ya lo entiendo! así que ¿por qué no sencillamente lo gritas fuerte y claro? Quiero escucharte decirlo… ¡ah!”

“Cállate estúpido insecto”

Antes de que Ryuuji terminara de montar su rabieta, un palillo voló por los aires como si fuera una daga, golpeándolo entre los ojos. Aunque no le traspasó la cabeza, el impacto del golpe no fue suave, por lo que lo aturdió.

“Miserable Insecto ¡Insecto! El llamarte perro fue de hecho un cumplido, así que no te

creas demasiado”

Taiga trató de romper su palillo restante en dos mitades iguales, pero falló y terminó con dos palillos de longitudes proporcionales a 70-30. Después de eso siguió devorando violentamente lo que restaba del vaso. Luego de haber engullido lo último de su refrigerio, los enormes ojos que miraban fieramente a Ryuuji le revelaron un leve rastro de lástima detrás del desprecio que había en ellos.

“Así que no lo entenderás a menos de que te lo diga” “¿…Qué cosa?”

“Estoy haciendo todo esto por tu bien. Los cielos están en caos total, así que Taiga, quien es más noble que Dios y más misericordiosa que Buda ha salido a escena. ¿Y todavía me preguntas el porqué? Ryuuji es un inepto ¡un cabezota estúpido en extremo! Lo he sabido desde hace mucho”

“¿…Tan mal concepto tienes de mí?”

“Pero ni siquiera yo consideré que serías tan estúpido, eres el rey de los imbéciles”

“…tú me evades deliberadamente, no vienes a comer, me ignoras cuando me ves… ¿y resulta que lo haces por mi bien?”

“Así es… Para ser más precisos, lo hago por tu bien y el de Minorin”

Taiga suspiró y miró a Ryuuji a los ojos. Luego dijo “Escúchame” y comenzó a hablar.

“Lo he estado pensando desde que fuiste hospitalizado y vi tu durmiente cara constipada”

Las mejillas blancas como la nieve de Taiga se voltearon hacia abajo. Colocó una mano sobre su corazón y sacudió su cabeza violentamente.

“Ah, tu cara era en verdad aterradora, nunca he visto nada como eso… ¡jajajajajajajaja!”

Taiga se echó a reír desenfrenadamente.

¡Bang! Ryuuji inconscientemente cerró con violencia la ventana. “¡Solo bromeaba! ¡Abre ya!” Se escuchó la voz de Taiga por encima de la barrera de cristal de la ventana. Él no tuvo más remedio que abrirla.

“¡…Ahora mismo estoy en mi límite! ¡Moriré si me gastas otra bromita de esas…!”

“De acuerdo, lo entiendo. Fui muy seria… sí, lo pensé muy seriamente. Y pude darme

cuenta desde el fondo de mi alma de que era muy idiota” “¿…Yo?”

“No. Yo”

Taiga le dedico una sonrisa torcida y se encogió de hombros como si se estuviera riendo de su propia estupidez. Cerró sus ojos como si anunciara que la broma terminaba ahí, de ahora en adelante hablaré en serio.

“¿Qué he estado haciendo todo este tiempo? Soy una completa idiota”

Sus ojos que se habían abierto nuevamente reflejaban la oscuridad de la noche. Mientras pasaba su mano por su largo y sedoso cabello, Taiga se inclinó por sobre el alféizar de su ventana observando el cielo de la noche sin estrellas.

Ella exhaló un vaho de niebla blanca, su voz resonaba en el silencio nocturno.

“Yo dije que te apoyaría a ti y a Minorin, pero al mismo tiempo comía en tu casa todos los días. No había forma de que Minorin no malinterpretase eso. Incluso si yo le hubiera dicho que se equivocaba, no hubiera logrado nada. Eso es sentido común. Yo siempre… siempre hago las cosas sin pensar en las consecuencias, siempre voy a comer contigo. Soy tan idiota”

Taiga sonreía mientras arreglaba un mechón de su cabello que se alborotó debido al viento. Ryuuji se sintió un poco confundido mientras sus miradas se cruzaban.

“Así que estás diciendo, ¿que tú crees…”

Ryuuji apartó su mirada preparándose para continuar su frase. El viento helado se sentía como si fuesen pequeños cuchillos cortando su piel.

“¿…Que el motivo por el que Kushieda me rechazó fue porque ella malentendió nuestra relación?

Por el rabillo del ojo, él vio a Taiga asentir reconociéndolo. Ryuuji volteó hacia abajo mirando sus pies, asintiendo en respuesta.

“¿…Dejarás de venir a mi casa debido a que Kushieda lo malentendió todo?”

Asintió de nuevo. Y luego declaró.

“No volveré a ir a tu casa nunca más”

Se hizo el silencio entre los dos. Parecía como si la gélida noche estuviera literalmente congelada, congelada en una oscuridad sin fin. Pero aunque reinaba el silencio, Ryuuji no estaba de acuerdo con las palabras de Taiga. O más bien, estaba absolutamente en desacuerdo con ella. Ryuuji lamió sus labios resecos.

“Dices que ya no vendrás a mi casa”

Él la miró a los ojos nuevamente como si observase en las profundidades de su corazón y siguió contemplándola.

“Y que así conseguirás que Minorin y yo estemos juntos ¿Lo dices en serio? ¿No crees que

la única razón por la que ella me rechazó es simplemente porque no le gusto?

“No lo creo”

Su respuesta estaba llena de seguridad.

“Creo que le gustas a Minorin. Es obvio. No hay otra razón que explique su rechazo más que el hecho de que Minorin estuviese preocupada por mí… ¿Por qué crees que Minorin te rechazó? ¿En verdad crees que a ella ‘no le interesas’?”

“Umm…”

Esa era una buena pregunta. Ryuuji contuvo el aliento y se rascó la cabeza mientras recargaba su cara en la repisa de la ventana. No sabía si decir algo o no, en tanto, se forzaba a sí mismo a hablar.

“…En cuanto a eso, yo en verdad, no lo entiendo. No lo comprendo. Pero no creo que… Kushieda me deteste del todo… es por eso que no puedo aceptar el hecho de que me haya rechazado sin siquiera escuchar mi confesión”

Él cerró sus ojos pensando en ‘sus’ facciones… las facciones de Kushieda Minori.

“Lo que intento decir es que creo que tal vez… le gusto… solo un poco… pero probablemente estoy sacando conclusiones apresuradas…”

“¡Ta-Ka-Su-Ku-N! ¡Qué onda!”

La Minori en los recuerdos de Ryuuji reía alegremente. Sus suaves pisadas sonaban como pasos de baile en el viento. Un par de ojos profundos y honestos miraban fijamente a Ryuuji. A veces vacilaba, a veces trataba de adivinar sus intenciones, a veces revelaba un indicio de terquedad, pero la dirección de su mirada nunca se apartaba de Ryuuji.

“…Pero fui rechazado con tanta facilidad, o mejor dicho… ni siquiera dejó que le hablara de mis sentimientos. He sido rotundamente rechazado. Pero cada vez que pienso en ello, me doy cuenta de que soy incapaz de aceptar éste tipo de desenlace. Mi mente está hecha un caos ahora mismo… No puedo simplemente dejarlo ir”

Ryuuji sabía que la temperatura en las puntas de los dedos de Minori era excesivamente caliente. Jamás olvidaría el fuego que recorría las puntas de sus dedos, ni las palabras que había escuchado en ese momento, y tampoco la suave oscilación que se ocultaba en su ligeramente temblorosa voz.

¿Acaso Minori no le había revelado a él los secretos de su corazón poco a poco a través de sus conversaciones diarias?

Ryuuji era incapaz de dejar ir su mirada, su voz, sus gestos, su todo. Todo en ella parecía señalar una intención oculta bajo la superficie. Razón por la cual Ryuuji había llegado a pensar que tal vez él le gustaba ¿Había acaso una ‘posibilidad de que algo se diera en el futuro’?

“Yo… no lo entiendo… Realmente no entiendo nada ¿Fue mi imaginación? Todo lo que ha sucedido entre nosotros ¿acaso le presté demasiada atención a nuestras conversaciones? Algo así… no lo creo. No creo que sea algo como eso”

“… Yo tampoco”

Dijo Taiga en voz baja.

“Yo tampoco creo que hayas malentendido a Minorin. Por tanto…” Continuó diciendo.

Ryuuji levantó su mirada hacia el rostro de Taiga en la ventana opuesta. Taiga también lo miraba. En esta noche sin estrellas únicamente los ojos de Taiga irradiaban luz. No había vacilación alguna, ninguna incertidumbre, miraba fijamente al frente, y entonces.

“Deja de huir”

La voz de Taiga hizo un eco estruendoso en sus oídos.

“A pesar de que fuiste rechazado te sigue gustando Minorin ¿No es así? Sigues creyendo que probablemente le gustas a ella ¿verdad? ¡Entonces no huyas! Lo que tienes que hacer ahora es seguir queriéndola, para que así ella te dé una respuesta completamente distinta cuando se dé cuenta que ya no voy a comer a tu casa ¡Es por eso que no debes rendirte!”

“…Pero”

“Sin peros… salvo que, yo también estoy un poco temerosa de enfrentar a Minorin”

Taiga se aclaró la garganta como si quisiera ocultar su enronquecida voz.

“¿…Por qué?”

“¿No lo entiendes?… ¿Quién te envió al lugar donde Minorin te rechazó?”

Ah, Ryuuji pensó en la parte de esa noche que él definitivamente no quería recordar.

Así es, Minori había sido llamada a ese lugar por el Ángel Taiga, y allí mismo ella había rechazado a Ryuuji.

“Y luego pasó todo esto… No he visto a Minorin ni una sola vez después de aquello. Ella ha estado muy ocupada con las actividades de su club y se fue a casa de su abuelita para el fin de año, no la he escuchado hablar de lo que pasó en Nochebuena… No puedo fingir que no sé nada, ya que fui yo la que la envió a verte”

Taiga mordió ligeramente su labio inferior mientras hablaba. Frotaba toscamente su frente con las yemas de sus dedos mientras exhalaba un vaho blanco como si fuese un animal pequeño. Su tono de voz estaba mezclado con un rastro innegable de arrepentimiento.

“… Si no hubiera estado tan entusiasmada por la navidad y no hubiera presionado tanto a

Minorin para que fuera, las cosas hubieran sido distintas… ¿no lo crees?” “No, no lo creo”

Él le respondió con sinceridad. El resultado había sido desastroso, pero la persona que deseaba confesar sus sentimientos, la persona que había decidido confesar sus sentimientos, la persona que había corrido por las oscuras calles para regresar a la escuela había sido el propio Ryuuji.

Pero Taiga.

“Pero yo sí lo creo”

“Lo lamento” Dijo, no parecía ella misma.

Ella no supo que cuando él la vio hacer eso, cuando la vio disculparse y atribuirse la ‘responsabilidad’ de que él fuese despreciado, hizo que el corazón de Ryuuji latiera aún más rápido. Ella no sabía que lo único que había ocasionado era que su ya de por sí destrozado orgullo se destruyese aún más. Si ella hubiese estado cerca de él en la esquina de su estrecho y oscuro cuarto, él le hubiese dado un golpe en la cabeza por ello.

Pero por cómo estaban las cosas, ni siquiera pudo hacer eso.

“¡…Pero no voy a escapar! ¡Ni tú tampoco!”

Taiga le gritó y repentinamente señaló con su dedo a Ryuuji como si apuntara directo a su corazón.

“…No debes escapar. No de esto. Sé que te duele… pero si huyes será realmente el final”

El corazón de Ryuuji se detuvo como si en verdad hubiera recibido un disparo, lo habían

liquidado… el impacto de esas palabras le robaron el aliento por un momento. “Respóndeme insecto”

“¿…A quién llamas insecto…?”

“¿Estás listo para dejar de esconderte y enfrentarlo?”

Ryuuji consiguió asentir de alguna manera. Había tantas cosas concernientes a Taiga que lo consumían, pero… aunque escapara, él probablemente no sería capaz de sobrellevar lo ocurrido.

Al ver que Ryuuji asentía en respuesta, los bordes de la boca de Taiga se crisparon como si estuviera a punto de tomar una importante decisión.

“A partir de ahora ya no necesitaré que me despiertes por las mañanas. Ya no comeré tus bentos y no iré a cenar a tu casa. Ya me encargaré yo de resolver esos problemas, también haré yo misma las tareas de mi casa. Minorin piensa que eres una persona indispensable para mí. Es por eso que quiero demostrarle que soy capaz de vivir muy bien por mí misma. Y entonces, solo te queda esperar a que Minori te dé una respuesta distinta”

Después de decir todo esto sin siquiera respirar, Taiga se dio de palmadas en sus mejillas. Sobrecogido por el aura que ella despedía, Ryuuji sintió como si no pudiera mirarla directamente.

De hecho él pensaba que Taiga era una persona más fuerte que él.

Quería golpearse a sí mismo por montar una rabieta debido a que pensaba que Taiga lo había abandonado. Quería aporrearse hasta caer porque se sentía muy solo en esos momentos. Tranquilízate, Ryuuji se dijo a sí mismo asintiendo enérgicamente con la cabeza

A pesar de que él pensaba que separarse de Taiga no le ayudaría con Minori, ese no era el punto. Ryuuji no quería verse aún más patético de lo que ya era frente a Taiga cuando ésta ya había tomado la decisión de madurar, de independizarse.

No quería que la sensata Taiga tomase la delantera y lo dejase atrás. Escuchando eso, Taiga ensanchó su pecho con convicción.

“Sí, no te preocupes. Ni siquiera tocaré la estufa ¡He tomado la decisión de alimentarme con comida comprada el resto de mi vida!

Ella dijo esa frase con un poco de vergüenza, pero con una seguridad total. A Ryuuji no le quedó otra opción más que suspirar decepcionado.

“Me pregunto cuánto tiempo vas a sobrevivir llevando ese estilo de vida…” “¿De qué hablas? ¡Viviré por siempre!”

A pesar de que el rostro y nariz de Taiga se habían enrojecido por el penetrante viento, sus labios se curvaron en una sonrisa temeraria.

“Yo estaré bien ¡Así que ve y haz lo que debas hacer! Escúchame, lo primero que tienes que hacer es confirmar los verdaderos sentimientos de Minorin… Voy a buscar una oportunidad para eso”

“¿Una oportunidad?”

“Así es, la oportunidad perfecta”

Asintiendo en respuesta a la declaración de Taiga, Ryuuji se preparó para cerrar la ventana, después de desearle buenas noches… se machucó cuatro dedos con la ventana y un espeluznante grito se escuchó en medio de la silenciosa noche.

Deja de huir.

Y luego confirma los verdaderos sentimientos de Minori.

A pesar de que Ryuuji había tomado una decisión, faltaba mucho para el amanecer y el mundo seguía envuelto en tinieblas sin la certidumbre de encontrar un rayo de esperanza por ningún lado.

Él no entendía la razón detrás de la ‘oportunidad’ de Taiga.

Ryuuji se quedó mirando al techo en medio de la oscuridad. Era incapaz de conciliar el sueño mientras abrazaba su pesada cobija.

Mañana sería el comienzo de un nuevo período escolar. Un período de reconocimiento… Si hubiera comenzado a pensar nuevamente en lo bueno que sería si la mañana nunca llegase, Ryuuji seguramente habría caído en negación otra vez…