Toradora! (NL)

Volumen 8

Capitulo 1: Malentendido

Parte 1

11:12 P.M.

El día de hoy terminará en cuarenta y ocho minutos.

Exhalando un vaho blanco, Takasu Ryuuji miró hacia el cielo nocturno desde su ventana abierta. Esa noche no se podía ver nada ya que la luna y las estrellas estaban escondidas al otro lado de las nubes. Ryuuji se deprimió aún más, incluso pensaba en lo bueno que sería si ese tipo de noche pudiera continuar por siempre.

Era una noche particularmente fría. El viento por debajo de los cero grados Celsius se sentía como si fuera a penetrar su piel, el frío le calaba hasta los huesos directamente desde su estómago. Su cuerpo, que vestía únicamente un par de bermudas debajo de la sudadera con capucha, temblaba mientras sus dientes castañeteaban sin cesar. Sus labios secos estaban completamente helados y sumamente duros. Los dedos de sus manos y pies ya estaban entumecidos y su corazón… su corazón se había congelado desde hace mucho tiempo.

Desde aquella noche, en la víspera de navidad.

Desde aquella noche, su corazón había estado deambulando sin rumbo en la gélida oscuridad.

“…Qué bueno sería… Si la mañana nunca llegase…”

Ryuuji se agachó en la oscuridad de su cuarto, suspiró mientras se sentaba y apoyaba la espalda en el alféizar de la ventana. Se apartó unos mechones de pelo, estaba sentado con sus brazos alrededor de una rodilla. Se puso la capucha de la sudadera para proteger sus oídos que le dolían y se congelaban por el viento. Contenía su respiración inconscientemente y cerraba un poco los ojos mientras apretaba sus castañeteantes dientes.

Había pasado una semana desde el inicio de año nuevo. El nuevo período escolar comenzaría mañana.

El inicio del nuevo período escolar también significaba que él tendría que enfrentarse cara a cara con ‘ella’. Cuando pensaba en esa posibilidad, el corazón de Ryuuji comenzaba a latir de forma errática como si se hubiese estropeado. También sentía que sin importar cuánto oxígeno inhalara, éste no era suficiente. Todos los días, todas las noches, a cada momento y sin previo aviso ‘su imagen y voz’ aparecían en su mente. Los recuerdos de primavera, verano y otoño, así como también los acontecimientos de aquella noche se repetían cruelmente en su mente una y otra vez en alta definición.

“¿…Con qué cara debo enfrentarla…?”

Ambos ojos vacíos miraban hacia el cielo ¿Cómo debía ‘encararla’ en la realidad cuando ni siquiera se atrevía a confrontar sus recuerdos? Mientras Ryuuji se agarraba la cabeza con las manos y mordía con fuerza sus secos y partidos labios, probó el sabor de la sangre en su lengua. Estaba sumido en sus pensamientos con los ojos completamente abiertos pero mirando al vacío. Las bolsas ridículamente grandes debajo de sus ojos se habían hecho incluso más prominentes. La falta de sueño de éstos últimos días lo único que había causado era que el rostro de Ryuuji se viese como el de un criminal acorralado. Podía imaginar a la policía irrumpiendo en su casa sin invitación y sin quitarse los zapatos. Entonces sería arrestado en medio de una multitud de gritos de la policía como resultado del llamado de los vecinos ‘La cocina es muy sospechosa’ ‘¡Ah! ¡Lo encontramos! ¡Es polvo blanco!’… No, sólo es azúcar.

“…..jajajaja…jaja….ja…..”

Qué estúpido ¿No?

Ryuuji soltó una carcajada sin sentido del humor, pero continuó pensando. Incluso si se tratase de un malentendido, él seguramente no necesitaría ir a la escuela mañana si fuera arrestado… iba un poco en serio al respecto.

Mientras tanto, su dedo recogía por cuenta propia todo el polvo acumulado en el alféizar.

“¡…..ah!”

La luz de la ventana del apartamento contrario se encendió súbitamente. Una pequeña figura paseaba rápidamente de un lado a otro de la habitación, la cual de pronto se había vuelto tan iluminada como el día.

Sobraba decirlo, la figura era la propietaria del apartamento a quien Ryuuji no había visto mucho recientemente, Aisaka Taiga.

El diminuto cuerpo de Taiga estaba vestido con un pijama azul y un suéter blanco, en tanto, ella caminaba por los alrededores de la espaciosa habitación que era tan grande como la residencia Takasu.

Entonces pareció darse cuenta de la mirada de Ryuuji ya que se volteó hacia él en respuesta, sus ojos se encontraron por un momento.

“Hey… Taiga”

Ryuuji se puso de pie levantando su mano para saludar. Y entonces.

“¡…Ah! ¿…Pero qué…?”

¡Arggh!

Qué mala suerte.

Justamente tenía que ser vista por este sujeto.

Taiga pensó para sí misma algo que definitivamente estaba escrito en su cara Está bien, simplemente voy a ignorarlo y pretender que no vi nada. Aunque obviamente había notado a Ryuuji, Taiga había actuado como si él fuera tan solo parte del paisaje en tanto se escondía en el punto ciego de Ryuuji y cerraba las cortinas bruscamente.

¿Qué le hice? Siendo la buena persona que era, Ryuuji no pudo hacer nada más que repasar la moralidad de sus acciones de los últimos meses, sin poder encontrar nada al final que explicase el comportamiento de Taiga.

“¿Qué está tratando de hacer… ignorándome así de la nada…?”

Dijo.

“¡Taiga! Me has visto ¿cierto? ¡¿Por qué me ignoras?!” Ryuuji gritó en voz alta quitándose la capucha.

Para Ryuuji, quien siempre había pensado en sí mismo como un hombre sensato, esto era bastante raro. Ignoró por completo el hecho de que podía despertar a sus vecinos debido principalmente al comportamiento de Taiga. Ella sabía de todo el asunto, pero había elegido ignorar a Ryuuji quien estaba en medio de una crisis nerviosa.

Y no era solamente eso. Ryuuji tampoco entendía la reciente actitud de Taiga hacia él.

“¡Oye! ¡Abre la ventana! ¡Tengo algo que decirte!”

Pero no hubo respuesta a pesar de que ella de seguro lo había escuchado.

“¡Taiga!… ¡Maldita sea! en verdad me estás ignorando ¿cierto?… ¡Si realmente quieres

hacer esto, entonces prepárate para las consecuencias!”

Un aura maldita emanaba de cada parte del cuerpo de Ryuuji mientras miraba fulminantemente hacia la ventana opuesta. La constante acumulación de sentimientos negativos había despertado el lado oscuro de Ryuuji por lo que su sombría expresión parecía poseer propiedades demoniacas. ¡Destruir éste mundo junto con la vía láctea! Ryuuji caminaba en dirección a la puerta con ese tipo de expresión en su rostro y regresó con una escoba. Sacó su cuerpo de la ventana con la escoba en mano.

“¡Taiga! ¡Taiga! ¡Sal de ahí! ¡Sé que puedes escucharme! ¡Taiga!”

¡Bang, bang, bang, bang, bang, bang! El palo de madera arremetió repetidamente contra la ventana de la habitación de Taiga como si quisiera romper el vidrio. Éste era de hecho un movimiento prohibido ya que una vez había dado como resultado que la ventana se abriera y que la escoba se incrustara en la cara de Taiga. Pero Ryuuji había decidido usar su último recurso esa noche.

Se escuchó a mitad de la noche un ruido más fuerte que el de cualquier reloj despertador.

“¡¿….Qué estás tratando de hacer?!”

Inclusive Taiga era incapaz de ignorar eso. Las cortinas se abrieron con aire vengativo a la reunión tan esperada. “¡…Ah!” Ryuuji no pudo evitar dar un paso hacia atrás debido a la terrorífica expresión de Taiga. Su precioso semblante que rivalizaba con el de las muñecas francesas se había desfigurado demoniacamente. Al abrir la ventana, la ira de Taiga llegaba a su máximo mientras agarraba la escoba tirando de ella con su asombrosa fuerza y velocidad.

“Será mejor que no te creas tanto” “¡¿Oh, ah?!”

Ryuuji perdió el equilibrio fácilmente mientras su cuerpo era acarreado en dirección de la

fuerza que lo jalaba, entonces cayó… “¡Ahhh!”

Las estrellas brillaron ante sus ojos. “¡Cinco puntos!” Para cuando se dio cuenta que esa voz era la suya, Ryuuji ya estaba tumbado en el suelo de su habitación. Aunque había tenido mucha suerte de no caer en la brecha entre las dos ventanas, el impacto de la caída fue suficiente para aturdirlo por un rato.

“¡Tsk! ¡Cerdo!”

¡Bang! Se cerró la ventana. ¡Whoosh! fue el sonido de las cortinas corridas. Esas fueron las únicas cosas que pasaron por la cabeza de Ryuuji en ese instante.

Luego se quedó solo en el silencio nocturno. Demasiado. Esto era demasiado.

“…je, je, je…”

Las lágrimas comenzaron a fluir de los ojos que habían sido golpeados por la escoba, los mocos emergían en dirección a su boca.

“Je…je, je…”

Tendido en el suelo y cubriéndose el rostro, Ryuuji fue incapaz de discernir si estaba riendo o llorando. Por otro lado ‘Tsk, cerdo’. La voz de Taiga que había sonado como si estuviera a punto de vomitar había surtido en él un efecto abrumador. Cerdo, soy un cerdo. Ryuuji sacó a relucir su cerdo interior cuando se levantó lentamente, se acercó a un lado de la ventana y comenzó a morder las cortinas sentado en cuclillas.

“¡Je, je, je…!”

Miró fijamente hacia la ventana opuesta. No había duda de que ella era la Tigre de bolsillo, bella y cruel, había desgarrado en pedazos instantáneamente su ya de por sí maltratado corazón.

“¡Eres demasiado irritante! ¡¿No te aburres de…?!” “¡Je, je, je!”

“¡¡Ahhhhhhhhhhhh!!”

Taiga, quien había abierto la ventana nuevamente, gritó al ver a un Ryuuji que sonreía y lloraba, luego cayó hacia atrás. Ryuuji se conmocionó al verla caer y no pudo evitar estirar la mano en dirección a ella.

“¡…Ah, realmente eres un producto atestado de defectos! Apenas puedo creer que las bromas de Dios puedan alcanzar resultados tan crueles… ¡Es aterrador! ¡Es imposible para el intelecto humano realizar un dibujo de tu cara!”

Al escuchar las palabras de Taiga, las manos de Ryuuji se cerraron débilmente.

“¡Esta… esta es la primera vez en toda mi vida que escucho palabras tan hirientes…! ¡No, lo que es peor es el hecho que tú restregaste mi cara con una escoba! ¡¿Acaso sabes la historia detrás de ésta escoba?! ¡Es una escoba con la que antes barría el baño y que ahora uso para barrer el pasillo y la entrada!”

“Está bien, está bien, eso es todo por hoy. ¡Vete a dormir cerdo! Tsk, eres tan

escandaloso… parece que el gen del ladrido de los perros ha salido a flote…”

“¿¡Qué has dicho?! ¡Este altercado empezó porque me ignoraste! Argh… ¡¿Co, cómo te atreves a tratarme como basura?! Sabes lo triste que estoy ahora ¡¿cierto?! Pero aún así tú, tú todavía…”

“¿Y yo qué voy a saber?” “¡¿Ah?!”

Taiga le dio una respuesta sorprendente mientras alzaba su barbilla de manera arrogante y miraba el rostro de Ryuuji. Hizo un sonido con la nariz, sus enormes ojos lo miraban tal como si estuvieran viendo un montículo de caca de gato en la orilla de la calle.

“Estoy demasiado ocupada como para entretenerme contigo”

“¡¿D-de qué estás hablando?! ¿Cómo puedes estar ocupada cuando es obvio que siempre

estás tan ociosa y aburrida?”

“Di lo que te plazca, no tengo la obligación de explicarte nada. ¡Tu cerebro tan diminuto como un guisante no puede procesar la lógica detrás de mis acciones!”

Y en ese instante.

…Ding~ ding~ ding~

“Ah, ya es hora”

Sonó una alarma desde el teléfono móvil de Taiga. La tensión de Ryuuji disminuyó al oír éste discordante sonido a pesar de que él no sabía para qué era la alarma.

“Bueno eso es todo, bye. Mañana empieza el nuevo período escolar ¿No deberías estar durmiendo ya? De seguro tienes muchas otras cosas que hacer además de lloriquear ¿no?”

Tanta indiferencia. Ryuuji no pudo dejar de mirar fijamente a Taiga mientras se apresuraba a cerrar la ventana y se disponía a marcharse.

“…Ya veo…” “¿Qué?”

En respuesta a la voz de Ryuuji, Taiga frunció su hermoso semblante en un gesto de irritación. ¿Por qué he de darte un trato especial si ambos somos humanos? Esa era la razón por la cual ella le había respondido solo con una palabra.

Ryuuji fue herido una vez más ¿Así que éste era el resultado?

“…Entonces para ti esto es algo que ni siquiera te interesa escuchar…”

Ryuuji se mordía el labio mientras la miraba con atención. Taiga había llorado al enterarse de lo que le había pasado en la Nochebuena ¿Acaso las lágrimas de ese día eran falsas? Ryuuji quería preguntárselo.

“Estás mintiendo ¿verdad…?”

“El que Minorin te haya rechazado… Tienes que estar mintiendo”

…Eso había pasado tres días después de la fiesta de navidad, en el hospital donde Ryuuji había sido ingresado después de haber colapsado por la gripe. Cuando le fue posible hablar normalmente, Ryuuji le dijo a Taiga todo lo que había ocurrido esa noche. Todo lo que había sucedido después de que Taiga lo enviase a la fiesta.

Después de haber escuchado toda la historia, Taiga había comenzado a llorar bajo el cubrebocas reglamentario que todos los visitantes debían usar.

“¿Por qué pasó eso? Es mentira ¿cierto?”

Taiga lloraba cubriéndose los ojos con sus pequeñas manos, sentada en la silla que había a un lado de la cama del hospital. Los fieros ojos de Ryuuji también habían comenzado a humedecerse. Ninguno de ellos hablaba, lo que creaba un ambiente de aflicción.

No obstante, Ryuuji se había sentido un poco mejor después de ver las lágrimas de Taiga. Aunque seguía deprimido, estaba agradecido de que hubiese alguien que estaba dispuesto a llorar junto con él. Aquí había alguien que entendía su dolor y que estaba dispuesta a enfrentar sus problemas junto a él.

Pero.

“Sólo porque Minori te haya rechazado no significa que debas montar una rabieta ¿cierto?”

Arrugando sus cejas, Taiga hurgó en su nariz después de haber hurgado en su oído.

“¿No te he dicho ya que tengo una cosa importante que hacer? Ah~…Se me hará tarde por

estar escuchando tus lloriqueos”

Mientras hablaba, Taiga agarró la ‘cosa importante’ que estaba encima de la mesa a un lado de la ventana y se lo llevó hacia la ventana arrancándole la tapa de forma descarada. Ryuuji enmudeció.

“¡¿Eso… eso es, tu cosa importante…?!”

Ryuuji pensó temblando de ira ¿Así que esa es la razón por la que Taiga ha estado ignorándome?

“Tsk, ya que eres tan molesto, no me dejas más remedio que comer aquí. Hmph, estoy

comiendo”

¡Slurp! – Un vaso de fideos instantáneos.

“Tú… En verdad eres…”

“Ah~ Son deliciosos… Perdón ¿qué decías?”

El corazón de Ryuuji se caía a pedazos al ver a taiga sorbiendo sus fideos instantáneos mientras hablaba en un tono despreocupado.

“…No importa, no es nada” “Si es así…”

Slurp~

“¡…Sigue comiendo así y llegaras mañana a la escuela con una cara regordeta!”

Ryuuji le lanzó una maldición a Taiga para que engordara, a lo que ella se limitó a responder refunfuñando con la nariz.

“Está bien. Ya estoy preparada mentalmente para ese destino ¿A poco no sabías sobre esto?”