Zombie Darake no Kusatta (NL)

Volumen 1

Capitulo 25: Incluso Un Mundo Lleno De Zombis Puede Ser Bueno

A la mañana siguiente, monto en Vianta con Lex y cabalgo hasta donde la Diosa Sadia está esperando. No hay nadie más con nosotros. La derrota del Djinn Oscuro redujo drásticamente el peligro fuera de las murallas de la ciudad, eliminando la necesidad de tener un pequeño escuadrón de guardias siguiéndonos.

Hoy no he hablado con Lex más allá de la mínima conversación necesaria para hacer lo que hay que hacer. Por eso, puedo oír los cascos de Vianta golpeando el suelo y el susurro de las hojas con toda claridad. Poco después de entrar en el bosque, nos encontramos con una zona en la que grandes árboles han sido cruelmente arrancados del suelo, derribados y partidos como si hubiera pasado un tornado. Abolladuras del tamaño de un coche marcan el suelo en varios lugares. Aquí es donde Giganta-zombi arrasó ayer.

Más allá de los árboles caídos está la cabaña de Jela. Lex ata a Vianta a un árbol cercano y me ayuda a bajar.

“Me pregunto si todavía está en el sótano”, digo en voz alta, rompiendo el silencio entre nosotros.

“Buena pregunta.”

En cuanto abro la puerta de la cabaña, me ciega una luz abrasadora. “¡Ay!” grito, cubriendo reflexivamente mis ojos con el brazo.

“Has llegado antes de lo esperado.”

Bajando lentamente el brazo, veo a la diosa Sadia donde había estado la luz. Está sentada con las piernas cruzadas, sorbiendo elegantemente el té de la delicada taza que tiene en la mano. Una fragancia dulce y floral flota en el aire como para demostrar que está bebiendo un delicioso té negro de primera clase.

“…Pareces estar muy relajada”, observa Lex en voz baja.

“B-Bueno, he tenido demasiado tiempo libre, así que…” La diosa Sadia devuelve rápidamente su taza de té a su platillo sobre el escritorio y esboza una sonrisa de incomodidad.

Desde luego, no esperaba encontrarme a la diosa de este mundo perdiendo el tiempo bebiendo té, a pesar de lo poco que hay que hacer aquí en medio de la nada. Tengo ganas de preguntarle de dónde viene el té. La miro fijamente.

“Dijiste que te costaría quedarte por aquí, pero me parece que estás aguantando muy bien.”

“Eso no es necesariamente cierto. Apenas estoy aguantando esto”. Ella echa los hombros hacia atrás y se sienta erguida para mantener su comportamiento digno. La diosa Sadia podría ser más mundana de lo que pensaba. Incomodada por mi exasperada y punzante mirada, se pone en pie. “¡Basta de hablar de mí! …¿Quieres decirme tu respuesta ahora?”

De repente, lleva la conversación a un punto crítico.

“Sí”, digo. Ayer llegué a la respuesta. Ya no tengo nada que dudar. “Mi mundo original…”

“¡Lady Mizuha!” interrumpe Lex, su grito es tan fuerte y abrupto que me sobresalto.

“…¿L-Lex?”

“P-Perdóname”. Justo cuando creo que ha bajado la cabeza, Lex levanta la barbilla y me mira con la seriedad brillando en sus ojos. “Usted tiene su propio mundo, Lady Mizuha. Ya lo sé. Los caballeros están destinados a servir a sus maestros. Soy plenamente consciente de que mi conducta en este momento normalmente no estaría permitida. Sin embargo, aun así, yo…” Tras una pausa de tres segundos, termina con tranquila firmeza: “Deseo estar a su lado, Lady Mizuha.”

Me sorprende la sensación de que algo me atraviesa. Los magníficos ojos de zafiro de Lex están escudriñando en lo más profundo de mi alma. Es un poco embarazoso. Pero no puedo dejar de mirarlo.

“Si va a regresar a su mundo, Lady Mizuha, la acompañaré allí. Por favor, permítame ir con usted.”

“Lex…”

No sabía que estuviera tan apegado a mí. Su juramento de servir como mi caballero significa para él más de lo que yo creía; ha echado raíces en su corazón y se ha manifestado en su conducta.

“Eso no se puede hacer”, dice la Diosa Sadia en mi lugar, rechazándolo tajantemente. Una sombra cae instantáneamente sobre el rostro galante de Lex.

“… ¿Por qué no?”

“Soy la última persona que tiene derecho a hablar de esto después de traerla a este mundo, pero transportar personas entre mundos es fundamentalmente un tabú. No puedo volver a romper el tabú para enviarte con ella.”

“Esto no puede ser cierto… Entonces, ¿qué debo hacer…?” Lex baja la mirada y sacude la cabeza. La angustia recubre dolorosamente su voz.

Yo, sin embargo, no siento la misma sensación de pérdida y urgencia que él. Después de todo, nunca pensé en este momento como una separación de por vida. Sintiéndome ligeramente culpable, le hablo con la mayor delicadeza posible.

“Estoy un poco perpleja por este giro inesperado de los acontecimientos, pero… escúchame, Lex.”

“… ¿Si, mi lady?”

“No pienso volver, ¿sabes?”

“¿Eso es… así? Así debe ser. Es natural que te preocupes más por el mundo en el que naciste y creciste. Estarías mal de la cabeza para encariñarte y pensar en quedarte en un mundo en el que estuviste sólo unos meses… ¡Espera! ¿Has dicho que te quedas?” Después de tener la cabeza metida en las nubes durante unos largos momentos, por fin se da cuenta.

“Sí. Siento estar mal de la cabeza.”

“Ah, no lo sientas. Sobre esa parte… sólo puedo disculparme. Y lo que es más importante. ¡¿De verdad, de verdad, te vas a quedar?!”

“Sí.”

“¿Por qué…?”

Todavía no puede creerlo. Para ser totalmente sincera, una parte de mí tampoco se lo cree. Pero esto es lo que había decidido después de pensarlo bien.

“Estoy de acuerdo contigo en que es más extraño elegir quedarse que irse. Aunque hemos conseguido purificar a los zombis de los alrededores de la capital de Grantz, éste sigue siendo un mundo podrido y postapocalíptico lleno de zombis. Francamente, la comida, la ropa y el refugio en mi mundo son mil veces mejores que lo que hay aquí.”

“Entonces, ¿no es esa una razón más para…?”

“¿Pero cómo puedo explicarlo? ¿Me he encariñado? O algo así. En parte es que quiero disfrutar del entorno que por fin he conseguido después de todas las experiencias dolorosas y aterradoras por las que he pasado. A medida que he ido observando el trabajo de restauración del Reino de Grantz, me he dado cuenta de que yo también soy parte de este lugar.”

Lo que quiero hacer con mi vida… siempre he esperado averiguar qué es. He ido poco a poco por la vida sin encontrarlo, hasta ahora. No es que esperara encontrar mi propósito en otro mundo, y en uno que tiene las peores circunstancias posibles.

Lo que más me sorprende es mi decisión, porque siempre he ido a lo segura, evitando los problemas a toda costa durante toda mi vida. Pero no me arrepiento de esta elección.

“Pero entonces no podrás volver a ver a tu familia…” Lex me recuerda con tristeza.

“En cuanto a esa parte…” Me enfrento a la diosa Sadia. “No tienes margen de maniobra para enviarme a casa porque tienes que centrarte en devolver la normalidad a este mundo asolado por los zombis. Pero, al mismo tiempo, eso también significa que tendrás mucho margen de maniobra una vez que vuelvas a poner el mundo en orden. ¿No significa esto que tendrás energía de sobra para enviarme de un lado a otro de los mundos una vez que todo esté hecho y se arregle?”

“¿Te has dado cuenta de esa parte?”

“¡Mwjajaja!” me carcajeo.

Hablé con seguridad, pero la verdad es que Pino me avisó casualmente esta mañana antes de que saliera del castillo. ¡Gracias, Pino!

“Sin embargo, como le dije a tu caballero, transportar personas entre mundos es tabú—”

“La mujer que rompió el tabú y me arrancó de la comodidad de mi propia cama para limpiar su desorden tiene poco derecho a preocuparse por los tabúes cuando le conviene. ¿No crees tú también, Diosa?”

“Ack.”

“Además, ya lo rompiste una vez para traerme aquí. Lo harías de nuevo para enviarme de vuelta. ¿Qué son unas cuantas veces más?”

“Tu lógica suena como la de un reincidente…”

Me hizo pasar un infierno y casi me costó la vida varias veces. Este es un pequeño precio para pedir a cambio.

“No podré enviarte y traerte de vuelta a menudo. Se necesita mucho de mi poder, incluso cuando estoy en plena forma.”

“Poder hacer el viaje es suficiente para mí.”

“No sé cuánto tiempo tardará el mundo en reordenarse. ¿Te parece bien esperar?”

“Sí, ya me he decidido.”

“Suenas firme en tu decisión. Muy bien, entonces. Pero con una condición.”

No pensé que tuviera una condición. Instintivamente me preparo para la peor demanda posible que ella pediría a cambio de lo que quiero.

“El trozo de mi poder que actualmente reside en ti… originalmente había planeado recuperarlo cuando te envié a casa, pero… lo dejaré a tu cuidado.”

“¿Debo tomar eso como que quieres que te ayude a purificar el mundo?”

“Ayuda que seas rápido comprendiendo.”

Oh, ¿eso es todo lo que quiere? Me siento internamente aliviado por su simple petición. “De acuerdo.”

“Esa fue… una decisión rápida.”

“Bueno, eso es lo que había planeado hacer todo el tiempo de todos modos.”

Si la diosa Sadia no lo hubiera pedido primero, le habría pedido que me dejara ayudar. Está relacionado con lo que quiero hacer con mi vida.

La Diosa Sadia sonríe suavemente. “Como pensaba, he acertado al elegirte.”

“¡Voy a hacer pleno uso de mis ventajas de diosa!” Hago una broma, consiguiendo que la diosa Sadia se ría.

Ayer me dijo que mi corazón es el más cercano al suyo en el multiverso, y ahora entiendo por qué.

No es una completa desconocida. Hay una familiaridad entre nosotras que me hace pensar así. “Me voy, entonces.”

No a ningún lugar en particular — ella va a formar parte del mundo para mantenerlo.

“Hasta que nos volvamos a encontrar.”

“Sí. Hasta el día en que el mundo vuelva a estar bien.”

Con esas últimas palabras, el cuerpo de la Diosa Sadia parpadea. Para cuando la luz se asienta, ella ya no está allí.

“Ella se fue”, dice Lex.

“…Sí.”

Durante un rato, nos quedamos mirando el lugar donde la diosa Sadia había estado de pie. Aunque su desaparición sea lo correcto, sigue siendo solitario ver cómo una persona se desvanece ante tus ojos.

Dicho esto, no podemos quedarnos aquí para siempre. Además, me muero por hacer algo ahora mismo. “Bien, ¿vamos a casa? ¡A nuestro país!”