Zombie Darake no Kusatta (NL)

Volumen 1

Capitulo 24: Han Pasado Muchas Cosas

ES la noche de nuestro regreso triunfal a la capital.

“¿Cómo están?” Le pregunto a Cia mientras sale de la alcoba del rey. Pino, a mi lado, también espera su respuesta.

“Han recuperado la conciencia. Todavía no pueden caminar, pero creo que deberían estar bien con el tiempo.”

“Entiendo. Me alegro de oírlo”. Un alivio total me invade. Aunque los había curado, el rey y la reina estaban en un estado considerablemente demacrado. Me alegra mucho saber que se están recuperando.

Cia hace una profunda reverencia. “Hermana mayor… te estoy agradecida más allá de las palabras.”

“Sólo he golpeado a algunos zombis. Es la gente que vino conmigo la que hizo todo el trabajo pesado. Pudimos acabar con la Giganta-zombi sobre todo gracias a la rapidez mental de Pino.”

“¿Es así? No esperaba menos de nuestro maestro erudito, Pino.”

“Ni lo menciones. Simplemente ofrecí un consejo.”

“No, no puedo dejar que tus hazañas pasen desapercibidas”. Cia sacude la cabeza y rodea con ambas manos la mano derecha de Pino. “Muchas gracias. Algún día te devolveré este favor.”

“Eso lo haces tú…” Pino está más tieso que un poste. Es tan transparente.

“Um… Hermana Mayor…” Cia se aleja de Pino y me mira interrogativamente. “No hace falta que lo digas. Ahora mismo quieres quedarte con tus padres, estoy segura.”

“Todavía no puedo creer que hayan vuelto conmigo.”

“Ve. Quédate con ellos. Tu presencia seguramente será tranquilizadora para ambos.”

“¡Gracias!”

Esa es una buena sonrisa. Cia debe estar encantada con el regreso de sus padres.

“Si me disculpan aquí, entonces”, dice a modo de despedida antes de regresar a la alcoba del rey.

Aprovechando que estoy a solas con Pino, me dirijo a él con una sonrisa burlona.

“…¿A qué viene esa cara?”

“¿Hmm? ¡Nada!”

“No sé qué tonterías se le han ocurrido a tu cerebro esta vez, pero no pienso nada de ella.”

“Claro, dejémoslo así.”

Pino chasquea la lengua. Luego suspira y se pone serio. “Basta de juegos. ¿Estás seguro de que no quieres decírselo?”

“¿Hmm? ¿Decirle qué?”

“¿Haciendo el tonto?”

No le he contado a Cia lo de la diosa Sadia presionándome para que decida si quiero ir a casa ahora o no.

“Gracias”, digo en lugar de una respuesta directa.

“Hmph. No tiene nada que ver conmigo. Bueno, puede que me aburra un poco si te vas, pero… es tu vida. Haz con ella lo que quieras”, escupe, dándome la espalda y alejándose.

Sonrío secamente mientras veo su pequeña espalda retirarse. “Alguien no es honesto consigo mismo.”

◆◆◆◆◆

He llegado al jardín situado en la tercera planta de la torre del homenaje. Apoyo mis brazos en la balaustrada y miro hacia la capital. Con la regla esencial de mantener las luces apagadas todavía en vigor, no se ve ni una sola llama. Mis ojos parecen haberse adaptado lo suficiente como para distinguir el tenue contorno de los edificios.

“¿Es aquí donde ha estado, lady?”, pregunta alguien desde detrás de mí. La voz pertenece a Lex; puedo decirlo sin mirar. “Se va a resfriar.”

“Deja que me quede aquí un poco más.”

“… ¿Has encontrado tu respuesta?” A si me quedo o me voy.

“He estado pensando todo este tiempo en lo que ha pasado desde que llegué aquí”. La brisa nocturna sopla, despeinando mi pelo. Lo empujo hacia arriba y sobre mis orejas. “Me desperté en un lago venenoso y con un hedor peor que cualquier cosa que haya olido antes. Antes de que pudiera distinguir mi izquierda de mi derecha, apareció un zombi. No fue más que una horrible sorpresa tras otra.”

“Hasta el día de hoy no he olvidado ese poderoso golpe en mi pecho.”

“¿Qué otra opción tenía? Me saliste al paso de la nada.”

En ese momento, apestaba tanto que apenas podía aguantar. Estaba desesperada por alejarlo de mí.

“Sin embargo, esa fue la ocasión que nos hizo saber que tienes el poder de la purificación, Lady Mizuha.”

“Lo que ocurrió después fue lo peor de lo peor.”

“¿Tu saliva?”

“Todavía me avergüenza de sobremanera. Gracias a cierta persona, a la gente le gusta llamarme la Santa Sacerdotisa de la Saliva.”

“Lo dicen como un título de honor, no como un insulto, mi lady.”

“Lo que lo hace aún peor…” Gimoteo.

El Reino de Grantz está lleno de gente con más de un tornillo suelto, pero todos son buena gente de todos modos.

“Entonces me encontré con Cia y me dirigí a la capital, pero… Aquí hay una pregunta para ti. Creo que hicimos algo INCREÍBLEMENTE imprudente y tonto a continuación, pero, en retrospectiva, ¿qué piensa de esa brillante idea suya, Sir Lex Irvine?”

“Es… algo sobre lo que estoy reflexionando por mi imprudente error de cálculo.”

“Deberías estarlo. Bien está lo que bien acaba, pero podríamos haber sido fácilmente arrollados y convertidos en zombis en ese momento.”

“… No tengo excusa.”

No le culpo tanto como mis palabras y mi tono hacen parecer que lo hago. Acaba de hacerme pasar el susto de mi vida, así que esta es mi forma de vengarme de él.

“Bueno, igual logramos recuperar el castillo a pesar de un plan estúpido. Es lo que pasó después lo que me tomó por sorpresa.”

“Nadie tenía idea de que los zombis se vuelven extremadamente activos por la noche.”

“Puedes repetir eso. Tengo mucha suerte de haber escapado a un lugar seguro con mi vida.”

Los recuerdos de haber tomado el pasaje secreto de la alcoba de Cia inundan mi mente, siendo el recuerdo más conmovedor la ancha espalda de Lex mientras impedía que los zombis derribaran la puerta. Y luego está el momento en que volví a su alcoba para encontrarlo protegiendo el pasaje secreto a pesar de haberse convertido en zombi.

“En ese momento eras un poco genial, Lex.”

“…La desesperación era todo lo que tenía a mi favor. Desesperación de que tenía que protegerlas a ambas sin importar el costo.”

“Gracias.”

“No hace falta que me des las gracias.”

Otro caso de que este es el curso natural de acción para un caballero.

“Las cosas finalmente se calmaron lo suficiente después de eso para que yo purificara y aumentara nuestros números exponencialmente.”

“Aunque surgieron otros problemas justo cuando creíamos que las cosas iban bien. Como la aparición de ladrones.”

“¿Como Rosso? Personalmente, pensé que el hecho de ser secuestrado por Iris tuvo más impacto.”

“Nunca podré disculparme lo suficiente por eso.”

“Todo está bien. Al final me rescataste.”

Si me hubieran dicho en ese momento lo bien que se iba a portar Iris, no lo habría creído. De vez en cuando — o mejor dicho, siempre, si no se le pega — se le va la olla.

“Han pasado muchas cosas en poco tiempo.”

“…En efecto, mi lady.”

“Seré sincera contigo — han pasado muchas cosas horribles relacionadas con hedores y zombis siempre presentes, pero en igual medida — No, incluso más que eso, he conocido a mucha gente estupenda.”

Están Lex, Cia, Sir Oden y Pino, así como Rosso, Iris, Sir Kurt y Sir Julian. También conocí a gente aún más increíble durante las sesiones de apretones de manos. Mi círculo de amigos se ha ampliado mucho más de lo que podría haber imaginado en la Tierra.

“Fue divertido. Fue muy divertido, de hecho. Me alegro de corazón de haber venido a este mundo”. Miro por encima del hombro y transmito esos sentimientos con una sonrisa. No hay ninguna razón real; sólo sentí el deseo de decírselo a Lex a la cara. “Bien, es hora de dormir.”

“Muy bien. Buenas noches, Lady Mizuha”. Paso junto a Lex, dirigiéndome al pasillo con pilares. “¡Lady Mizuha!” grita abruptamente.

Me doy la vuelta y lo encuentro desgarrado y nervioso. Inclino la cabeza. “¿Sí?”

“No… no importa”. Lex desvía la mirada mientras se muerde el labio inferior. Está temblando. Sus manos están cerradas en puños. ¿Qué está pensando Lex en este momento? Si no tengo una idea completamente equivocada, debe ser-

Tomo un pequeño respiro y recupero la sonrisa. “¿Puedo volver a confiarte el detalle de la guardia mañana?”

“…Sí, por supuesto que puede, mi lady.”