Zombie Darake no Kusatta (NL)

Volumen 1

Capitulo 17: Coalescencia De Creyentes

PARA el mediodía del día siguiente, he terminado de purificar los zombis errantes y la tierra asolada de la zona, y he regresado a la capital con Lex. Uno de los caballeros reconoce a Lex a la distancia y corre hacia nosotros.

“¡Sir Lex!”

“Por favor, discúlpeme, Lady Mizuha”. Lex y el caballero empiezan a discutir algo mientras están a unos metros de distancia. Sus dos caras son sombrías. La conversación termina rápidamente y Lex regresa a mi lado.

“¿Algo que ver con Iris?”

“¿Se nota?”

“Bueno, sí, después de lo que pasó ayer. ¿Las cosas no van bien?”

“Los Fanáticos de la Diosa Sadia es un grupo único, así que su descubrimiento es fácil. Iris, sin embargo, ha ocultado su paradero desde el incidente de ayer.”

“Ella no ha sido capturada por los fanáticos, ¿verdad?”

“Su base de operaciones está siendo monitoreada incluso ahora, y no he recibido ningún informe de su captura.”

“Está a salvo por ahora, entonces.” Exhalo un suspiro de alivio.

Lex me dedica una sonrisa deslumbrante. “Es usted realmente amable, Lady Mizuha”.

“No. No lo soy. Es sólo que no quiero que ella se meta en problemas por usar mi nombre.”

Ella es la loca que comenzó una nueva religión en mi nombre. Si algo malo sucede, no sólo pesará sobre mi conciencia, sino que me perseguirá por el resto de mi vida.

“Pero me pregunto a dónde se fue.”

“Muchos edificios siguen vacíos, así que tendremos que buscarla al azar.”

“Lo siento por esto. Me siento mal porque esto sucedió por mi culpa.”

“Esto es simplemente otro deber de caballero.” Lex irradia con orgullo.

“¡Pelea! ¡Una pelea ha estallado en el camino!” alguien grita.

¡¿Qué demonios hace esta gente en medio del apocalipsis?! Intercambio miradas con Lex.

“¡Lex!”

“¡Sí, vamos a comprobarlo!”

Es genial y todo lo que hemos hecho ha sido una carrera juntos, pero tan pronto como mi pie izquierdo toca el suelo, yo me tambaleo. El cansancio de usar mi poder toda la mañana aún no se ha levantado.

“¡¿Lady Mizuha?!” Lex regresa por mí. “¿Está usted bien?”

“¡Perdón! Estoy más cansada de lo que pensaba desde esta mañana. Sigue adelante sin mí.”

“…¡Como desees, mi lady!”

Veo a Lex correr de mala gana en dirección a la pelea. Me siento culpable, pero dejaré que él lo resuelva y me tomaré este tiempo para descansar. Además, no es que pueda hacer mucho yendo con él. En el mejor de los casos, puedo curar las heridas causadas por la pelea.

Estoy apoyado en la pared de la casa más cercana cuando de repente todo se oscurece. Por un segundo, me pregunto qué pasó, pero luego instantáneamente se oye un clic que alguien me puso una bolsa en la cabeza.

“¡¿O-Oye?! ¡¿Qué estáis haciendo?! ¡¿Cuál es la gran idea?!” Pateo la bolsa con poco efecto más allá de que se estire ligeramente. Lucho frenéticamente de todos modos hasta que de repente me envuelvo en un abrazo que me sujeta las manos. Por lo que parece, este tiene que ser el cuerpo de otra persona. Y me están sujetando con sólo un brazo, pero son tan fuertes que no puedo sacudirlos.

“Quiero evitar hacerte daño si es posible, así que por favor no te resistas.”

“Esa voz… ¿Es posible que seas Iris?”

“¿Te acuerdas de mí? ¡Me siento profundamente honrado, mi Diosa!”

Su voz clara rezuma una dulzura de sacarina que me perturba. Extrañamente, sentirme inquieta me ayuda a recuperar la cabeza. Tímidamente hago una pregunta para comprender mejor la situación.

“… ¿Qué es lo que buscas?”

“Tu sirvienta Iris simplemente vino a devolver a la Diosa a su legítimo lugar.”

Mis pies se levantan del suelo. Aparentemente, ella me ha puesto en su hombro. Pensé que tenía un cuerpo frágil y delicado, pero la chica alberga una fuerza inhumana. Probablemente no sea el momento de armar un escándalo.

Iris me sujeta en su hombro como un saco de patatas y empieza a correr. Después de cinco minutos de oírla jadear fuertemente en mi oído como un perro, finalmente me libero de la bolsa.

Estoy en una habitación oscura de unos 130 pies cuadrados. Tengo una visibilidad parcial de la luz del sol que se filtra por la ventana cubierta con un trapo viejo.

“¿Dónde está este lugar…?”

“¡La sede sagrada de la Iglesia de Nuestra Señora Mizuha!”

Un lugar bastante cutre para un nombre tan elevado. Iris me había atado los brazos y las piernas a una silla y me colocó en el centro de la habitación. Ella toma un gran respiro y entierra su cara en mi pecho. Frotando su cara contra mí, comienza a resoplar ruidosamente mi olor como una especie de perro.

“¡Diosa! ¡Diosa!”

“¡¿Qu-Qué demonios estás haciendo?! ¡Detente! ¡Déjame ir!”

“Suave y cálida como el sol… ¡Este es el olor de mi diosa! ¡Iris lo tiene memorizado ahora!”

Nunca antes había sido olido así por alguien. Mi cara está ardiendo de humillación. Iris finalmente saca su cara de mi pecho, sólo para envolver sus brazos alrededor de mi regazo y empezar a acariciarme allí.

… ¡¿Cuál es el problema de esta mujer?!

“¿Um, Iris? ¿Por qué estás haciendo esto?” Pregunto, haciendo lo mejor que puedo para mantener mi voz calmada.

“¿Haciendo qué?”

“Encerrarme aquí, para empezar…”

“Esto no es un confinamiento. Es el orden natural para que la Diosa Mizuha sea consagrada y adorada en la Iglesia de Nuestra Señora Mizuha.”

Uhh, no puedo decir si estamos en la misma página o no.

“Cuando el mundo decayó, pensé que la diosa en la que creía me había traicionado. Pero ella no traicionó. ¡Ella ha descendido de los cielos en forma humana para salvar al mundo!”

“Sí, soy una humana normal.”

“¡No, tú eres la Diosa! ¡La Diosa Sadia fue la Diosa Mizuha todo el tiempo!”

Nada de lo que dice tiene sentido, pero ahora sé que todavía me ve erróneamente como la deidad de este mundo. En cualquier caso, quiero salir de aquí.

Lex dijo que no sabía — dónde se escondía Iris. Probablemente no vendrá a salvarme pronto. En ese caso, tengo que salir de aquí por mi cuenta. Aunque odio jugar con esta locura, pretender ser la diosa de Iris debería ayudarme a escapar.

“¿Iris? ¿Te importaría desatar estas cuerdas? Me duele la piel de que me corten…”

“No puede ser. Estás planeando huir, ¿verdad?”

“N-No, no lo estoy. No me escaparé, ¿de acuerdo?”

Reteniendo mis mejillas temblorosas, continúo forzando mi mejor sonrisa. Iris, sin embargo, me mira fijamente a la cara. Puedo decir que está en guardia. Si tan sólo pudiera pensar en una manera de hacer que liberarme sea beneficioso para ella…

“Sólo quería que me desataras para poder darte una palmadita en la cabeza. Jajaja.” Esa fue una excusa horrible, si me lo digo a mí mismo.

“Muy bien.”

¿En serio? ¿Eso la convenció? Ella realmente es como un gran perro.

“Pero por favor, que sean tres palmadas en la cabeza. Y que sean palmadas de círculo completo.”

“S-Seguro.”

¿Es descarada o qué? En cualquier caso, acepto sus condiciones porque no pide mucho. Desata rápidamente la cuerda. Finalmente soy libre, pero mi liberación es de corta duración. Como nada de mi situación actual ha cambiado, mis nervios siguen al límite.

Iris se agacha ligeramente delante de mí y ofrece su cabeza. “Bien, Diosa, por favor haz lo que prometiste.”

“Está bien, lo haré.”

Comienzo cautelosamente a darle palmaditas en la cabeza. Estoy tocando su velo, así que no tengo ningún comentario en particular sobre la sensación. Eventualmente, cumplo su petición de tres palmadas de círculo completo. Iris entra en una pose de oración, sonriendo en éxtasis.

“Aah. Nunca creí que llegaría el bendito día en que la Diosa me diera una palmadita en la cabeza… ¡Bendición suprema!”

Mientras Iris está en estado de éxtasis, yo me escabullo sigilosamente, rompiendo en una carrera a toda velocidad. ¡Sólo un un poco más lejos y llegaré a la puerta! Y ahí es cuando ella se agarra firmemente a mi brazo.

“Prometiste que no te escaparías. Me engañaste”, susurra Iris con una voz baja y mortal sobre mi hombro.

“¡Escucha, tengo que hacer pis! ¡Por eso!”

“Una diosa no debería mentir.” Me da vueltas para enfrentarme a ella y trae su cara sin emociones hasta la mía. Sus hermosos rasgos hacen que todo sea más aterrador. “Por favor, use eso si necesita el baño.” Señala un barril de vino. Ni siquiera pasa por un orinal.

“No, no, no, no. No puedo usar eso—”

“Vivirás el resto de tu vida aquí. Si no puedes hacer tus negocios allí, eres bienvenido a usar el piso.” Su voz es desapasionada pero increíblemente intimidante. Esta mujer es muy seria.

“Su sagrado cuartel general va a apestar.”

“Doy la bienvenida a todo lo que venga de la Diosa.”

“Y me repugna totalmente…”

No puedo creer que esté tan encaprichada conmigo. Sería lindo que escuchara todo lo que digo, pero para mi gran desgracia, no es de ese tipo.

“Vamos ahora, Diosa Mizuha. Vuelve a tu santuario…” Iris me lleva de vuelta al centro de la habitación con la mano.

Los Caballeros Reales están buscando activamente el paradero de Iris, pero la capital es grande y compleja. En el peor de los casos, viviré en cautiverio durante mucho tiempo. El lado bueno de todo este lío es que no me matarán ni me torturarán, pero ni siquiera soy lo suficientemente optimista para soportar estar confinado en esta húmeda habitación para siempre.

Si tan sólo Lex pudiera venir a rescatarme como antes. Mis pensamientos esperanzados se ven interrumpidos por el sonido de la madera al romperse en pedazos. Miro por encima del hombro a la puerta dañada. ¿Lex realmente vino por mí?

Esa esperanza se ve truncada un segundo después, cuando tres hombres desconocidos irrumpen en la habitación a través de la puerta rota. Los tres están vestidos con aburridos hábitos religiosos de la armada que consisten en una túnica cubierta por un escapulario y una capucha.

“¿Fanáticos de Sadia, supongo?” Iris gruñe, mirando a los hombres.

Parece que estos hombres son miembros de los Fanáticos de la diosa Sadia de la que Lex me habló. Parece que tienen algún tipo de conexión cercana con Iris.

“Deja de llamarnos fanáticos. Simplemente tenemos una fe más fuerte en la Diosa Sadia que otros creyentes.”

“El exceso de fe sólo te deja ciego.”

Eres la última persona de la que quiero oír eso, Iris.

“Has deificado a esa mujer y blasfemado a la Diosa Sadia. Estas acciones son imperdonables. Hora te purgaremos como hereje.”

Los fanáticos sacan armas de sus espaldas como si estuvieran desenvainando espadas. Sus armas de elección: estatuas de la diosa del largo de sus brazos. La divinidad que se desborda de las esculturas de la mujer simplemente vestida les hace parecer estatuas de diosa desde cualquier ángulo.

“Te enfrentaré si quieres pelear”. Iris hurga en un cofre de madera en la esquina.

Justo cuando me pregunto qué es lo que va a conseguir, resulta ser otra estatua de la diosa.

Si alguna vez conozco a la Diosa Sadia, creo que le diré que hay gente en este mundo peleando con sus estatuas.

Ambas partes están enfrentadas, preparadas para ir de estatua en estatua. Ahora es tan buen momento como siempre para correr. Presionado contra la pared, avanzo gradualmente hacia la salida, pero luego me detengo a mitad de camino. No puedo dejarlos aquí para que se maten entre ellos con estatuas de diosa.

“Ejem… ¿Por qué no dejan de hacer estas tonterías? ¿De acuerdo? Por qué no hablamos tranquilamente de las cosas—”

“¡No tenemos nada que decirle a esta perra!”

“¡Tampoco quiero hablar con estos bastardos! ¡Mis oídos se van a pudrir!”

En lugar de calmarse, se han vuelto más argumentativos. Es inútil. No muestran signos de detenerse.

Las tablas del suelo crujen, indicando a ambos lados que comiencen la lucha, pero antes de que puedan chocar con las estatuas, se pueden oír pasos estruendosos golpeando el suelo, acompañados de choques y golpes.

Cinco caballeros irrumpen en la habitación desde la puerta rota. Sin dudarlo, derriban a los fanáticos, deteniéndolos en un abrir y cerrar de ojos.

“¡Lady Mizuha!”

“¡Lex!”

Lex está entre los caballeros.

“…Me alegra mucho verla sana y salva, mi lady.”

“Gracias”. Sabía que vendrías por mí.” Aunque no pensé que vendría tan pronto. “¿Cómo supiste que estaba aquí?”

“Rastreamos a los fanáticos hasta este lugar. Comenzaron a actuar de forma sospechosa después de que desaparecieras, lo que nos llevó a creer que estaba relacionado de alguna manera.”

Así que pudieron aparecer aquí por su observación de las acciones de los fanáticos. Esto es algo por lo que debería estar agradecido a los fanáticos.

“Este es el cuartel general de la Iglesia de Nuestra Señora Mizuha. Todo el mundo, incluso los Caballeros Reales, deben irse si no son creyentes.”

“Entonces no tengo que irme, porque soy miembro de la Iglesia de Nuestra Señora Mizuha.”

“¿Uh? ¿Lex? ¿Qué cosas al azar estás reclamando esta vez?”

“¿Eres mi hermano en la fe…?” Dios mío. Iris incluso le cree.

Lex sella el trato con una sonrisa atrevida. “La he estado adorando desde mucho antes que tú.”

“¿Un hermano más maduro en la fe…?” Iris echa la cabeza hacia atrás como si hubiera sido golpeada por un golpe impactante. Una fracción de segundo más tarde, le da una fuerte sacudida a su cabeza. “¡Casi me engañas…! ¡Eres el pagano que intenta robar a la diosa Mizuha de Iris! ¡Es decir, el enemigo!”

Iris carga contra Lex con la estatua de la diosa. Pero Lex inmediatamente toma sus muñecas, restringiendo sus movimientos. Ni siquiera Iris y su fuerza sobrehumana son rival para Lex, que lucha para ganarse la vida.

“Ríndete en silencio… El crimen de secuestrar a Lady Mizuha, la salvadora de nuestro reino, es un crimen pesado”. Poco después, Iris y los fanáticos son atados con sogas, su próximo destino: los calabozos. “Por aquí, Lady Mizuha. Sigamos nuestro camino.”

“Está bien…” Con Lex al frente, trato de salir de la habitación.

“¡Devuélvela! ¡Devuélvenmeeee a la diosa de Iris!” Iris ha comenzado a luchar violentamente con tal fuerza que la cuerda corta sus manos y pies atados. Su piel ensangrentada por las cuerdas es demasiado para que yo la vea.

“Lex, dame un momento con ella.” Regreso a donde Iris está detenida y me agacho hasta que mi mirada esté a la altura de la suya. “Iris, deberías saber que no soy realmente la Diosa.”

“¡Mentirosa! ¡La Diosa Mizuha es la Diosa!”

“¿No me creerás?”

“¡La Diosa es todo lo que tiene Iris! ¡La Diosa iluminará mi mundo!” Sus gritos enloquecidos me ayudan a recordar que fue criada en un orfanato.

Las personas que crecieron en orfanatos no son los únicos que se sienten decepcionados en el mundo. Probablemente sea presuntuoso y equivocado que me compadezca de ella, pero aún así, el sentimiento de que no debería abandonarla aquí es más fuerte que cualquier otra cosa. Más que eso, aunque Iris es físicamente mayor que yo, está mentalmente más cerca de un niño.

“Lex, ¿es posible que puedas liberarla?”

“Es una petición difícil… Primero que nada, será puesta en peligro otra vez, Lady Mizuha.”

“Probablemente estará bien.” Devuelvo mi mirada a los ojos de Iris y trato de persuadirla suavemente. “Dime, Iris, ¿quieres que te arrojen al calabozo?”

“No, no quiero. No podré ver a mi diosa de nuevo…”

“Entonces, ¿estás dispuesto a prometer que no volverás a hacer daño a otra persona?”

“¿Puedo comenzar la Iglesia de Nuestra Señora Mizuha?”

“No. Debes prometer que tampoco lo harás.”

“Booooooooo…” Iris continúa gimiendo en angustia mental.

Diez segundos después de reprimir mi deseo de hacer una broma sobre lo mucho que quiere abrir una iglesia en mi nombre, asiente con la cabeza con los labios fruncidos.

“Lo… prometo.”

“Buena chica, buena chica”. Como recompensa, le doy una palmadita en la cabeza de la misma manera que ella disfrutó antes. Los músculos faciales de Iris se aflojan en una sonrisa feliz. Sus cualidades inherentes son buenas, pero también puede ser extremadamente linda. Cualquiera la aceptaría si siempre fuera así. Qué lástima.

“Escucharemos todo lo que digas, así que por favor danos cualquier otro castigo que no sean los calabozos de los zombis”. Los fanáticos comienzan a rogar después de que las cuerdas de Iris se desatan.

“Lex, adelante y libéralos también.”

“P-Pero…”

“No es justo que Iris sea la única que se libere de la culpa.”

“…Como usted ordene, mi lady.” Lex ordena a regañadientes a los otros caballeros con una mirada que deshagan las cuerdas.

Los fanáticos liberados recuperan sus sonrisas. Odio arruinar su momento de felicidad, pero hay que advertirles con toda la intimidación posible.

“No impediré que Lex y los caballeros les castiguen la próxima vez que hieras a alguien. Además, no deberías profanar las estatuas de la diosa de esa manera. Sólo la entristecerás haciendo esas cosas.”

“Pero entonces, ¿cómo podemos entregar el castigo divino…?”

“No se supone que venga de ustedes, ¿verdad?”

“Somos los representantes de la Diosa Sadia en esta tierra y…”

“Se te prohíbe repartir el castigo divino. Juraron escuchar todo lo que yo dijera.”

“Haremos lo que nos órdenes.”

“Bien. Mientras lo entiendan”, respondo con una sonrisa de satisfacción. Me alegro de que las cosas terminaran pacíficamente. Eso resume mis sentimientos sobre todo el asunto.

“Oye, Iris. Parece que tenías razón todo el tiempo”, reconoce el líder fanático.

“No hay mayor alegría para mí que tú viendo la luz. Dejo el resto en tus manos.”

“¡Puedes contar con nosotros…!”

Iris y el líder fanático están intercambiando un firme apretón de manos por una cosa u otra. No estoy segura de lo que acaba de pasar, pero supongo que este es un caso cerrado con su reconciliación… ¿verdad?