Maou no Ore ga Dorei Elf wo Yome ni Shitanda ga

Volumen 16

Extra 2: Los Colegas No Son Necesariamente Amigos

“Dime, Asmodeus, ¿puedo preguntarte algo?” “¿Qué pasa, Eligor?”

“¿Por qué tengo que comer algo así contigo?”

Por alguna razón, los dos Archidemonios estaban pidiendo un helado en una esquina de Kianoides.

“Aha, ¿quizá no tienes ni idea de cómo se come? Debe ser porque llevas esa venda en los ojos. ¿Te la quito? Vamos, quítatela. Hey, hey.”

Esto fue inmediatamente después de cierto incidente, por lo que no podían sobrepasar su visita. Bueno, incluso antes de todo eso…

“Estoy bastante seguro de que estoy destinado a ser asesinado por ti…” “¿Aha? ¿Eso dices, hmmm? Qué pena. Mis condolencias”.

Eligor se quedó boquiabierto.

“Bueno, parece que eso no es ‘ahora’. Bien por ti”, dijo Asmodeus con una sonrisa, sin mostrar el menor atisbo de timidez. “En realidad, perdí la oportunidad de terminar de comer un parfait en una tienda la última vez que estuve aquí, así que quería comerlo ahora”.

“Entonces… ¿por qué me trajiste contigo?”

“Es demasiado para una sola persona. Me cansaré antes de que termine. Pero cuando se trata de todas las cosas, incluida la comida, no me gusta ser derrochadora, así que hacer eso sería bastante difícil de aceptar.”

“Sin embargo, lo que me diste parece ser diferente de ese… parfait que mencionaste”.

“¡Esto es un nuevo producto llamado helado! Cuando hay algo nuevo en el menú, ¿no es propio de la naturaleza humana querer empezar probando eso primero?”.

“Estoy bastante seguro de que sólo eres tú”.

Dicho esto, si discutían aquí, este helado se derretiría. No, ya estaba empezando a derretirse, así que Eligor usó hechicería para manipular la temperatura y mantener su estado. Asmodeus también hizo lo mismo, lo que significaba que dos Archidemonios estaban blandiendo hechicería por una razón tan trivial. Asmodeus dio un sorbo a su helado, pero ladeó la cabeza con una mirada extraña.

“Hmm. Bueno, es bastante sabroso, pero ¿es eso?” “¿No se ajusta a tus gustos?”

“El parfait era más sabroso. Aunque se supone que está hecho de lo mismo…”

Asmodeus permaneció así un momento, y luego dejó escapar un suspiro de comprensión.

Ohhh… Lo entiendo. Es porque yo estaba con ella en ese entonces.

Eligor ladeó la cabeza confundida cuando Asmodeus le tendió el helado que tenía en la mano.

“Estoy cansado, así que puedes quedarte con el resto”.

“¿Puedes no tratarme como si estuviera aquí para eliminar residuos?”

El   Archidemonio   que   nunca   escuchaba   a   los      demás  ya     había desaparecido.

“En realidad no me gustan los dulces…”

Eligor dio un solo sorbo al helado y también desapareció.