Maou no Ore ga Dorei Elf wo Yome ni Shitanda ga

Volumen 16

Extra 1: Juntos Tanto Tiempo Que No Les Preocupa Ser Vistos

“¿Qué pasa, Levia?”

Behemoth caminaba por la ciudad de camino al muelle cuando Levia se detuvo de repente en seco. Siguió su mirada y comprendió lo que ocurría.

“¿Helado? Oh sí, el jefe dijo que hizo una herramienta para ayudar a la gente a hacer las cosas, ¿eh? Hey amigo, quiero dos”.

Tras dirigirse rápidamente al tendero, dos porciones de helado estuvieron listas enseguida.

“Qué impresionante es ser capaz de producir en masa semejante proeza”, dijo finalmente Levia con admiración.

“Aquí tienes.”

Levia tenía ambos brazos sujetos por la ropa, así que Behemoth le tendió uno de los helados y ella lo lamió sin vacilar.

“¿Qué tal sabe?”

“Ninguna objeción. Tú también deberías comer, Behemoth”.

Después de dar sus breves impresiones, en completo contraste con antes, empezó a morderlo ferozmente. Parecía gustarle considerablemente.

“Oye, no derrames nada”, dijo Behemoth. Entonces fue a empezar a comerse el suyo… cuando Levia también lo mordió de lado. “¿Levia…?”

Su tono ligeramente reprobatorio hizo que Levia parpadeara como si hubiera recuperado el sentido.

“Oh, lo siento. No estaba pensando…”, dijo.

Mirando más de cerca, se dio cuenta de que Levia ya había terminado su ración.

Eso es demasiado rápido.

Behemoth suspiró resignado y le tendió la otra porción de helado. “Si tanto te gusta, puedes quedarte también con éste”, dijo.

“No… Eso es tuyo, Behemoth. Puedo soportarlo”, respondió Levia con resolución, conteniendo desesperadamente la baba.

Pensó que debería comérselo si tanto lo deseaba, pero probablemente Levia también quería que Behemoth lo probara. Simpatizando con ese sentimiento, Behemoth dio un mordisco al helado.

“Oh, esto es realmente sabroso… Oops, lo hice ahora.”

Al igual que el cuerpo de Levia estaba sujeto por sus ropas, la cara de Behemoth estaba envuelta en ataduras. Comía y bebía a través de un hueco entre ellas, pero se había manchado la cara de helado. Al ver esto, Levia se puso de puntillas con familiaridad y acercó su cara a Behemoth. Luego le lamió el helado de la mejilla.

“Mmm, lo tengo.” “Hey vamos…”

Incluso con una pizca de crítica en la voz, no protestó más que eso mientras los dos seguían caminando, dejando atrás a los clamorosos transeúntes.