Maou no Ore ga Dorei Elf wo Yome ni Shitanda ga

Volumen 16

Capitulo 3: Los Malentendidos Son Divertidos Desde Fuera, Pero Muy Problemáticos Para Los Implicados

Parte 3

Cada vez era más imposible entenderla, pero la forma en que actuaba le recordaba a Nephy a cierta persona, así que se las arregló para averiguar qué estaba pasando.

Ya veo. Es igual que la Srta. Gremory y Manuela…

A Nephy siempre le había parecido extraño que Manuela nunca hubiera hecho de Chastille su juguete, pero parecía que alguien más ya estaba a cargo de ella. Incluso Nephteros se había convertido en su objetivo, por lo que esta chica probablemente ya conocía la relación de Nephteros con Richard. Nephy recuperó la compostura con aire de resignación. Al ver eso, Nephteros volvió a hacer las presentaciones.

“Rachel, esta es Nephelia. Es mi hermana mayor. Ella es la pareja romántica… pareja romántica del Archidemonio Zagan, y también buena amiga de Chastille”.

“Por favor, llámeme Nephy, señorita Rachel”, dijo Nephy, sonriendo amablemente y haciendo una reverencia.

“¡Así que esta es la Fuente de Poder del Amor de la que habló la bruja…!”

La sonrisa de Nephy se crispó al oír el extraño título que le habían puesto.

“Lo siento”, dijo Rachel, alzando la voz al salir de su trance. “¿Cómo se me ha podido olvidar? Ahora mismo preparo un té”.

“Oh, por favor, no te preocupes por nosotras”, respondió Nephy.

Normalmente era ella quien preparaba y servía el té, por lo que le daba pena y vergüenza que otros lo hicieran por ella.

“Por cierto”, dijo Nephteros, ladeando la cabeza con curiosidad. “¿Está Chastille ausente? O más bien, ¿debería estar ahí sentada?”.

Rachel estaba sentada en el escritorio de Chastille. También iba vestida con la ropa oficial de Chastille, por lo que parecía que estaba jugando a disfrazarse. Después de que le señalaran eso, Rachel se llevó una mano al pecho y devolvió una sonrisa feroz como una valiente veterana que hubiera servido en muchas guerras.

“Sentado en el asiento de Lady Chastille mientras llevo la ropa de Lady Chastille… Heh, seguramente no habría sido capaz de soportar esto hace medio año. Sin embargo, no sólo he estado sangrando por la nariz todo este tiempo”.

“No estoy hablando de eso…”

Resultó que Nephteros tampoco podía mantener una conversación con ella. Rachel se limpió otra gota de sangre de la nariz con el pulgar e hinchó el pecho.

“¡En realidad, se me ha encomendado servir como sustituta de Lady Chastille!”

“¿Su sustituta…?”

“Oh, por la sombra de Lord Barbatos, querrás decir”, dijo Nephy.

La sombra que se retorcía a los pies de Rachel estaba tejida con brujería. Normalmente, esto se habría unido a Chastille, pero ese no era el caso en este momento.

“¿Cambió el objetivo de la brujería de ese melenudo por otro?”. preguntó Nephteros, con los ojos muy abiertos. “Chastille, has mejorado tus habilidades una vez más…”

“Hee-hee, ella también estuvo increíble cuando te salvó, Nephteros”, añadió Nephy.

Incluso había desatado el poder del serafín dentro de la Espada Sagrada, la misma técnica que Andrealphus había utilizado una vez en Liucaon.

De no ser por Chastille, estoy seguro de que Nephteros no se habría salvado.

“Esa chica siempre se presiona demasiado”, afirmó Nephteros, apartando los ojos y poniéndose roja hasta las mejillas, quizá recordando débilmente aquel momento.

Nephy se dio cuenta de repente y le susurró algo a Rachel.

“Um, si estás actuando como la doble de Chastille, ¿no significa eso que debemos mantener en secreto el hecho de que ella no está aquí?”

“T-Tienes razón”, dijo Rachel, tapándose la boca asustada. “¿He metido la pata…?”.

Nephy observó la sombra.

Seguro que puede oír nuestra conversación, pero parece que aún no se ha dado cuenta.

Tal vez eso significaba que Barbatos tenía su atención en otra parte.

“Parece que aún no se ha dado cuenta, así que no pasa nada”, explicó Nephy en voz baja.

Rachel suspiró aliviada.

“¿Pero qué trama Chastille?” susurró Nephteros.

“¡Ha ido a traer al Señor Barbatos porque está a punto de que se lo lleve una mala persona!”. exclamó Rachel riendo divertida.

“Lo que dices no tiene sentido”, bromeó Nephteros. Nephy, por otro lado, de alguna manera lo entendía.

“Oh, el asunto del otro día con… Eligor, ¿no? ¿Está relacionado con ella?” Preguntó Nephy.

“¡Sí! ¡Exactamente!”

Era un misterio por qué una simple monja podía saber de los asuntos internos de los hechiceros, pero la voz de Rachel parecía afirmar lo bien informada que estaba.

“Lo siento, Nephelia, me quedaré aquí”, dijo Nephteros con un suspiro. “Kuroka tampoco está, así que el trabajo de oficina se va a descontrolar”.

Nephteros había estado fuera de la iglesia durante el último mes debido al asunto de su vida útil y Azazel, así que no había estado ayudando con el trabajo de oficina. Es más, Kuroka se encontraba en ese momento lejos de Kianoides, por lo que ya había una montaña de papeles amontonados en el escritorio de Chastille.

“Entendido. Iré a ver cómo está Chastille”, respondió Nephy.

Ninguna de estas chicas era consciente de que, sin relación alguna con Eligor, tanto Barbatos como Chastille se encontraban en una situación extremadamente fastidiosa.

“¿Qué estoy haciendo…?”

Alrededor de la hora en que Nephy y Nephteros visitaban su despacho en la iglesia, Chastille se encontraba deambulando por la ciudad. Se escondió en las sombras a poca distancia de Barbatos y no llevaba la Armadura Ungida, sino que vestía ropa informal. Los transeúntes la miraban, pero ella no daba muestras de darse cuenta.

“Ese idiota de Barbatos fue seducido por cierta mujer”.

Habían pasado unos días desde entonces. Chastille había estado controlando en secreto a Barbatos desde entonces. No es que desconfiara de él, por supuesto. Realmente creía en él. O al menos, quería hacerlo. Sin embargo, tal y como Zagan había señalado, también era cierto que Barbatos tendía a hacer de repente cosas asombrosamente tontas.

En realidad, ¿quizás Barbatos tenga mucha experiencia con las mujeres…?

Pensándolo bien, Chastille no sabía nada de él. Sabía que era un hechicero con un talento excepcional y que, a pesar de maldecir todo el tiempo, a menudo ayudaba y era bueno cuidando de los demás. Probablemente también veía a Chastille como una mujer… tal vez. Sin embargo, cuando se trataba de su pasado, ella no sabía nada más que él era el amigo desagradable de Zagan.

No, basta con conocer a Barbatos como es ahora, ¿no?

Debería haber sido así. Y sin embargo, por mucho que se convenciera de ello, no podía evitar preocuparse.

Terminé actuando como si sospechara de él…

Si se enteraba, tal vez le dolería. Después de todo, si él dudaba de Chastille de la misma manera, ella seguramente estaría triste.

Y sin embargo, todavía quiero saber. Qué arrogante…

Ella lo sabía, pero no podía evitarlo. Y así, finalmente había recurrido a seguir a Barbatos. Sin embargo, no había sido fácil lograrlo. Todo lo que hacía estaba constantemente expuesto a la sombra. Podía verlo si dirigía su atención hacia él, y siempre escuchaba. En cierto sentido, Chastille estaba bajo vigilancia constante.

“No, no creo que esté realmente vigilada…”. murmuró Chastille para sí misma, excusándose ante nadie en particular.

En cualquier caso, podría haber sido posible destruir la sombra con el poder de su Espada Sagrada, pero si lo hacía, él definitivamente se daría cuenta. Para empezar, sería extremadamente difícil cortarla, con Espada Sagrada o sin ella. Probablemente sería imposible para los recién llegados de menor rango entre los Arcángeles. A pesar de todo, Barbatos no mostró signos de darse cuenta de que le seguían.

Menos mal que Kuroka me dijo cómo superar sus habilidades.

Kuroka Adelhide no se fiaba lo más mínimo de Barbatos. Preocupada por que fuera el guardián de Chastille, le había enseñado cómo superar sus habilidades de manipulación de sombras por si acaso necesitaba saberlo. Este método dejaba la sombra intacta y simplemente la desprendía de ella.

Era una técnica de espada de Liucaon llamada la hoja de la vida o la muerte. Un verdadero maestro podía acuchillar a alguien sin que siquiera reconociera que había sido cortado, y lo mismo podía aplicarse a objetos inanimados e incluso a la brujería. El objetivo original era cortar a alguien sin matarlo, una técnica aterradora que no arañaba ni una sola célula.

Si se usaba correctamente, podía cortar la sombra de Barbatos sin que se diera cuenta. Kuroka había instruido a Chastille sobre cómo hacerlo justo antes de partir hacia Liucaon.

“A su nivel, sin duda debería ser capaz de hacerlo, Lady Chastille”.

Barbatos era actualmente el hechicero más cercano a ser un Archidemonio. Romper su sombra sería extremadamente difícil para cualquier Caballero Angélico medio o incluso para los antiguos candidatos a Archidemonio. Sin embargo, esa misma sombra se estaba quedando atrás, muy lejos, en la oficina de Chastille.

Todo el poder del Arcángel de tercer rango, Chastille Lillqvist, superaba incluso la fuerza del hechicero más próximo a convertirse en Archidemonio. Sin embargo, Kuroka tenía algo más que decir.

“Probablemente sólo podrás hacer esto una vez”.

Aunque ella había cortado su sombra sin que él se diera cuenta, si se asomaba al interior, se daría cuenta enseguida de que Chastille no estaba allí. Ahora se las arreglaba para engañarle haciendo que Rachel se disfrazara y fingiera ser ella. Sin embargo, no era probable que eso durara mucho, razón por la cual Chastille había esperado hasta estar segura antes de hacerlo.

Después de todo, no lo encontré el día que Zagan me lo dijo.

Además, no había podido ignorar sus obligaciones. Se había dicho a sí misma que estaba “de servicio”, actuando desesperadamente como si todo fuera normal. Hoy, Barbatos parecía inestable… o nervioso. Había salido de la oficina con un comportamiento diferente al habitual, así que Chastille había apostado a que era el momento adecuado para actuar.

El comportamiento de Barbatos era fácil de entender. Chastille había olvidado por completo que su propio cumpleaños era dentro de una semana. Aún no tenía ni idea de qué regalarle, así que la invitación de Vepar fue algo parecido a la divina providencia.

Chastille recuperó el aliento y miró por la esquina que había tomado Barbatos. Y tal como esperaba, estaba con…

“¡¿Una mujer ridículamente hermosa?!”

Alguien anormalmente bello con el pelo plateado estaba a su lado. Habiendo levantado la voz sin querer, Chastille se tapó la boca asustada. Afortunadamente, Barbatos estaba agitado por algo y no se había dado cuenta. Consiguiendo calmarse, Chastille volvió a mirarle.

La mujer era una hechicera que vestía una larga túnica y sostenía un bastón. Aparentaba unos veinte años, su postura era la viva imagen de la elegancia y sus ojos permanecieron cerrados todo el tiempo.

Coincide con la descripción de Zagan.

Chastille no podía oír lo que discutían, pero Barbatos parecía muy cerca de la hechicera. Justo entonces, la hechicera de cabellos plateados se tapó la boca con la manga de su túnica y sonrió con gracia.

Chastille tragó saliva. A esto se refería la gente cuando comparaba una sonrisa con una flor en flor. En términos de linaje, Chastille era técnicamente una noble, pero desde que había sido elegida por la Espada Sagrada, lo había dedicado todo a su habilidad con la espada. Como noble caída, le resultaba imposible realizar tales gestos por mucho que lo intentara. Este hechicero estaba claramente en un nivel completamente diferente. Chastille tembló violentamente y, tal vez al notar su mirada, el hechicero se volvió de repente hacia ella.

“¡¿Qué?!”

El rostro de Chastille se congeló, y las bellas facciones de la hechicera se resaltaron de repente con una hermosa sonrisa.

¡¿S-Se rio de mí?!

¿Estaba diciendo que una Amazona no era una oponente digna? Chastille se estremeció de humillación, y el hechicero llevó una mano a la cara de Barbatos, tirándole del pelo despeinado por detrás de la cabeza.

¿E-Está tocando… su pelo?

Ni siquiera Chastille le había tocado nunca el pelo. Es más, ni siquiera se había imaginado tocarlo con tanta familiaridad.

Ella es más hermosa que yo, y más cercana a él…

¿Cómo iba a ganar Chastille? A pesar de darse cuenta de ello, por alguna razón, ni siquiera pensó en volver corriendo a su despacho.

¿Qué es esta sensación…?

No quería perder. En ese instante, Chastille sintió antagonismo hacia alguien por primera vez en su vida.

“Un regalo… No lo entiendo. ¿Qué es lo correcto para elegir? Algo que sin duda hará las delicias de la llorona… ¿Algo que la deleite…? Deleitar…

¿Qué significa esa palabra? ¿Qué es una delicia…?”. murmuró Barbatos incoherentemente mientras miraba a través de un escaparate. Vepar se apartó un poco de él.

Es como una bestia aprendiendo sobre el corazón humano por primera vez…

En ese caso, ¿era el papel de Vepar ser el cazador que perseguía y mataba a la bestia? Realmente lo deseaba. Y justo cuando el puro tedio de esta tarea empezaba a convertirse en sed de sangre…

“¡¿Una mujer ridículamente hermosa?!”

Los oídos de Vepar captaron un grito. Sin siquiera volverse hacia él, fue capaz de identificar al dueño de la voz.

¿Es la Doncella de la Espada Sagrada?