Suzumiya Haruhi no Yūutsu (NL)

Volumen 8

Capitulo 2: Sombra Deambulante

Parte 6

 

 

Por un momento me pregunté qué clase de hechizo se había inventado Haruhi.

Resultó no ser más que un simple Sutra de la perfección de la sabiduría. Sin embargo, ver a Asahina-san vestida de miko recitando unas escrituras budistas me hacía sentir incomodo, como si fuera a tener lugar una intervención divina en cualquier momento. Pero si te lo piensas bien, tal vez así sea mejor. Tal vez las fuerzas combinadas del Sintoísmo y el budismo sean suficientes para exorcizar los espíritus.

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Tras mirar el Sutra que Haruhi había escrito y que Asahina-san frenéticamente trataba de recitar, sentía la necesidad de disculparme ante todas las sacerdotisas reales del mundo. Lo único que podía hacer era rezar en silencio para que no nos lo tuvieran en cuenta.

Haruhi hacia el papel de asistenta, ya que le iba soplaba frenéticamente los diferentes versos a Asahina-san…

“Demonios marchaos… demonios marchaos…”

Mientras Asahina-san recitaba los versos a pesar de ser una falsa miko, yo le dirigí una mirada a alguien que conozco bien. Supongo que ya os imagináis a quien me refiero sin decir nada más, ¿no?

“…”

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Los ojos de Nagato recordaban a unas campanadas bajo la brisa nocturna mientras se dedicaba a mirar a Asahina-san. No había nada de raro en ella. Sólo que en esta ocasión sus ojos estaban fijados en Asahina-san en lugar de un libro.

Tras ver eso suspiré tranquilo.

No creo que nos sirva de mucho que Asahina-san continúe recitando de esta manera, ya que ni siquiera sabemos si todo este follón está causado por espíritus. Pero una cosa sí es segura; ya sean espíritus, sucesos paranormales, o cosas que la ciencia no pueda explicar, Nagato está aquí con ella, y no había nada que pudiera escapar a la atención de Nagato. Y en cuando Nagato detectara algo, yo desde luego me daría cuenta. Por supuesto, Nagato procuraría notificármelo si detectara algo extraño, igual que como en el incidente del grillo gigante.

Tal vez se dio cuenta de que la estaba mirando, ya que Nagato de pronto giró su cabeza hacía mí, y como diciendo. “¿Tú qué piensas sobre esto?”

“Nada.”

¿Ni bombas, ni osos hibernando, ni substancias radioactivas, ni tampoco extrañas varas de titanio?

“No.”

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¿Ni un leve rastro?

“Nada que pueda detectar.”

Contestó Nagato con su monótona voz, como si recitara su agenda para el día. “No hay ningún rastro de nada paranormal.”

¿Entonces por qué Rousseau y los otros perros tiene miedo de este lugar? ¿No debería haber algo extraño o poco habitual por aquí?

“…”

Como una campana en el viento, Nagato meneó la cabeza ligeramente mientras fijaba su vista por detrás de mí.

Siguiendo su cabeza, me di la vuelta.

Un chico alto y robusto estaba caminado rio arriba. A medida que se acercaba a nosotros, yo le dirigí una mirada. No es que fuera particularmente atractivo ni nada, es sólo que—-

Llevaba un perro con él. Un Shiba Inu* para ser exactos. Bajo circunstancias normales no sería nada sorprendente. Después de todo, era un Shiba Inu ordinario, no tenía nada de especial.

[*NdT: Shiba Inu es una de las 6 razas de perros autoctonas de japón, siendo está la más peuqueña de todos.]

El problema era, ¿no estaba esta área vetada a los perros? “¿Huh?”

Parece ser que Haruhi finalmente también lo había visto, al igual que Asahina- san, quien de pronto dejó de recitar sus versos. En su estado de sorpresa, todo lo que pudo decir fue…

“Imposible… ¿cómo…?” “Hmmm.”

Con una cara de desconcierto, Koizumi observó al tipo que andaba con su perro.

El Shiba Inu definitivamente no compartía la misma reacción que el white terrier de Sakanaka-san. De hecho, parecía feliz, como si disfrutara de su paseo con su amo. Andaba silenciosamente siguiendo a su amo con las cuatro patitas.

Mediante una estimación aproximada, diría que el propietario del perro seria un estudiante universitario. Él nos miró algo sorprendido antes de continuar caminando con su perro.

“¡Espera un segundo! ¡Espera!”

Gritó Haruhi mientras saltó hacia delante para bloquear su camino.

“Perdona, ¿pero puedo preguntarte algo?”

Haruhi miró al Shiba Inu con una mirada tan terrorífica que hubiera detenido cualquier cosa de inmediato, antes de empezar a decir.

“¿Puedes dedicarme un par de minutos? ¿Por qué tu perro ha podido pasar por esta zona? Porque verás… erm, bueno… es una larga historia.”

Con eso dicho, Haruhi me agarró del cuello de la camisa y me arrastró frente al propietario del Shiba Inu. El tío se quedó aquí con una cara pasmada, como preguntándose ‘¿quiénes son estos tíos?’. Incluso el Shiba Inu había sacado la lengua, como diciendo que no entendía qué estaba pasando aquí. Haruhi les disparó una mirada de reojo antes de decir.

“¡Venga, cuéntaselo Kyon!”

¿Yo?

Cuando estaba a punto de traer a Koizumi aquí, me quedé petrificado incapaz de moverme, sin duda debido a la aterradora mirada de Haruhi. Habiéndome ya arrastrado hasta aquí, supongo que no tengo otro remedio, ¿no?

Empezando con un simple, “perdón por interrumpir tú paseo.”, lentamente empecé a explicarle todo lo que había ocurrido. He oído que desde hace una semana los perros de esta zona se comportan de forma extraña, al parecer se niegan a venir aquí para dar un paseo. Tras oír esto de una de mis amigas, ella mi dijo que era muy raro, por eso vinimos aquí a investigar. La misma amiga que he mencionado ha venido aquí con su perro, y efectivamente no quiso acercarse a este sitio. Eso hizo que crecieran nuestras sospechas, y decidimos venir aquí para investigar más. Justo cuando hemos empezado a investigar, has aparecido tú paseando con tu perro, quien no parece estar afectado por nada. Por eso me preguntaba si tú podrías arrojar algo de luz a todo esto.

“Oh, así que se trata de eso.”

Dijo el chico, que debía estar en su veintena de años. Mientras hablaba, miraba con curiosidad a Asahina-san, quien seguía agarrando el bastón ceremonial entre sus manos.

“Es verdad que en algún momento de la semana pasado este chico,” dijo mientras señalaba al Shiba Inu, “de pronto dejó de gustarle su ruta originaria, que era de aquí hasta más arriba siguiendo el rio. Hiciera lo que hiciera, él no quería moverse. Yo también me quedé bastante sorprendido.”

El atlético chico centró su vista en algún punto entre Haruhi y Asahina-san, y continúo.

“Sin embargo, en mi opinión este sitio es el más adecuado para dar un paseo. De pronto pensé en algo. ¿Por qué no intento arrastrarlo por la fuerza? Hará unos tres días decidí intentarlo, así que le obligué por la fuerza a venir. Aunque al principio se resistió bastante, tras un rato, al final acabó acostumbrándose de nuevo a este sitio. Y ahora podemos pasear por aquí como siempre lo hemos hecho.”

Aunque no sé nada sobre psicología animal, este perro me parece perfectamente sano a mí, mientras estaba ahí sentado obedientemente al lado de su amo. Tenía sus ojos completamente abiertos y una expresión relajada en su cara.

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“Supongo que si tu amiga empuja a su perro por la fuerza, conseguirá que se recobré al instante. Aunque no estoy seguro de qué es lo que ha pasado, sin duda noto que hay algo raro en todo esto. Tal vez sea el olor dejado atrás por un oso hibernando o algo así.”

De esperar de un estudiante universitario. Incluso sus deducciones eran las mismas que las de Koizumi.


“¿Entonces puedo seguir ya?”

“Ah, sí, ¡muchas gracias por tu tiempo y por esta información tan valiosa!”

Haruhi agradeció sinceramente al chico y éste de nuevo le echó una mirada al vestido de Asahina-san. Por un momento pareció como si fuera a decir algo, pero al final todo lo que dijo fue, “Bueno, que os vaya bien.”, antes de continuar paseando con su perro.

Y así, los únicos que nos quedamos atrás éramos Haruhi, quien seguía sujetando los sutras Mahayana* en su mano, Asahina-san, quien parecía una miko que se había perdido de camino al templo, Nagato, quien seguía mirando el rio, Koizumi, quien estaba ocupado rascándose la barbilla, y yo mismo.

Parecíamos más bien las cinco marionetas de la Brigada SOS.

[*NdT: Mahayana es una de las escuelas tardías del Budismo, caracterizada por la creencia de una búsqueda en común de la salvación.]

“¿Qué está pasando aquí?” Justo lo que acabas de oír.

“¿Qué pasa con los espíritus? ¡Realmente estaba esperando que se materializara algún espíritu!”

Ya te dije desde el principio que no habría nada parecido. “¿Entonces qué está pasando aquí?”

Ni idea.

“….pareces muy contento con todo esto. ¡Me pregunto por qué, porque yo desde luego que no estoy nada contenta con todo esto!”

¿Es que buscas pelea? He estado serio todo este rato. No estoy contento de que algo que tú desearas no se haya hecho realidad, y nunca antes he deseado nada en tu contra tampoco.

“Mentiroso.”

Con eso, Haruhi se marchó a pasos enormes, dejándome atrás con mis sorprendidos ojos.

La Brigada SOS se reunió de nuevo y se dirigió a casa de Sakanaka-san, dejando atrás el paseo con los cerezos. No sólo teníamos que informar de nuestros descubrimientos a Sakanaka-san, también teníamos que recuperar nuestras mochilas, que las dejamos en su casa antes de salir.

“Pero…”

Intentando evitar la mirada de los demás, bajé la voz y le dije suavemente a Asahina-san.

“¿Tú cual crees que es la autentica razón? Rousseau parecía odiar este lugar.”

Antes de que Asahina-san pudiera contestar, Koizumi se metió por el medio y dijo,

“Según lo que nos ha dicho esa persona, su perro ha estado alejándose de este sitio hasta hace tres días. Eso significa que había algo por aquí que le parecía sospechoso a su perro, algo que ahora ya no existe. Por lo que ha dicho Sakanaka-san, otros perros, incluyendo Rousseau, no se atrevían a entrar a este lugar, incluso ahora. Mi mejor teoría es que hay algo en sus recuerdos que les da miedo, impidiéndoles venir aquí. Si el propietario del Shiba inu no le hubiera arrastrado aquí por la fuerza, diría que aún seguiría temeroso de entrar en ese lugar. Rousseau, por otro lado, claramente se niega a entrar. Tal vez tenga más memoria que ese Shiba inu.”

“…”

Nagato andaba en silencio sin decir nada. Eso me hacía más que feliz. Mientras no diga nada de nada, hay más probabilidades de que no ocurra nada fuera de lo ordinario. Puedo estar seguro de que ningún oso se ha despertado hace tres días.

Ya estaba anocheciendo y la temperatura iba bajando a nuestros alrededor. Todos nosotros tratábamos de seguir el paso ligero de Haruhi mientras volvíamos rápidos a casa de Sakanaka-san. Es raro conseguir un cliente, y que todo haya terminado tan rápido sin ninguna conclusión era algo decepcionante. Si tenemos que entregar semejante informe a nuestra clienta, me temo que eso hará mella en el orgullo de Haruhi como comandante de la brigada. Pero aún así, sé que ella se recuperará de esto relativamente rápido. Aún a pesar de que tenga el ceño fruncido con enfado, estoy seguro que pronto lo olvidará todo.

Haruhi no es la clase de personas que se obsesiona con una oportunidad perdida. Si algo no ha salido bien en el pasado, pues eso es lo que hay. Enseguida centrará toda su atención en alguna otra cosa.

En cuando llegamos a casa de Sakanaka-san, finalmente entramos como invitados. Después de que nos sirvieran unas deliciosas pastitas hechas por la madre de Sakanaka-san, Haruhi se calmó un poco, mientras empezaba a comer a grandes mordiscos.


“¡Esto es increíble! ¡Es realmente delicioso, de verdad! ¡Podrías abrir un restaurante con esto! ¡Estoy segura que se vendería todo!”

En semejante lujosa mansión, incluso las pastas parecían ser excepcionalmente de primera clase y el sofá excepcionalmente confortable. Si pusiera a Shamisen en uno de estos sofás, estoy seguro que conseguiría dormir durante doce horas seguidas. La gente rica es realmente diferente después de todo. Con una madre tan guapa, y con un perro de pura raza, incluso el ambiente aquí parecía diferente. Si Haruhi se hubiera criado en un lugar así, incluso ella podría haber acabado siendo como Sakanaka-san.

Mientras estábamos ocupados saboreando estas pastitas, Koizumi informó de nuestros hallazgos a Sakanaka-san, quien estaba acunando a Rousseau entre sus brazos y asintiendo a medida que Koizumi iba contándolo todo. En cuando Koizumi terminó su explicación, una peculiar expresión apareció en su cara.

“Entiendo lo que quieres decir, pero sigue habiendo una cosa que me preocupa.”

Dijo Sakanaka-san mientras miraba las pequeñas y peludas orejas de Rousseau.

“Rousseau aún sigue detestando ese lugar. Hasta que no llegue el día en que todo el mundo pueda pasear por ahí con sus perros sin tener que forzarlos, no llevaré a Rousseau por esa ruta. Es que me da mucha pena.”

Eso es decisión tuya entonces. Qué buena dueña que tienes, Rousseau, aunque yo creo que te está mimando demasiado.

Viendo a Haruhi y a Nagato comer sin parar, la madre de Sakanaka-san continuaba preparando más y más pastitas para nosotros. Por algún motivo, el tema de la conversación se había centrado en el perro de Sakanaka-san, y todos reíamos mientras nos iba explicando las anecdotas pasadas de Rousseau. Rousseau estaba espatarrado al lado de Sakanaka-san y levantaba las orejas, como intentando entender qué estábamos diciendo. Al final, no obstante, pareció perder el interés, ya que esos ojos negros que tenía se fueron cerrando. Asahina-san miraba tiernamente a Rousseau con sus ojos llenos de afecto.

“Eres una muy buen dueña Sakanaka-san. Tu perrito debe de ser muy feliz.”

¿Puede que los humanos no tengan permitido tener mascotas en el futuro? Pero para decirte la verdad, yo siempre escogería a Asahina-san por encima de una mascota. Vestida de sirvienta y saludándome todos los días, desde el ‘Buenos días”, hasta las “buenas noches”, ¿no es esto mejor que tener una mascota? Además, ¿no se supone que es esto lo que una criada tiene que hacer en lugar de preparar té en el cuarto de un club?

Ah, qué más da. Sea como sea no es más que parte de mis fantasías.

Así que al final, todo lo que hicimos hoy fue visitar a Sakanaka-san en su casa, jugar con su perrito, sacarlo a dar un paseo, dejar que Asahina-san recitara unas escrituras budistas vestida de miko, y probar la deliciosa cocina de la madre de Sakanaka-sana antes de volver a casa. En otras palabras, fue igual que ir a casa de un amigo para jugar.

Tras eso, creí que lo que realmente pasó continuaría siendo un misterio y que este incidente lentamente iría desapareciendo de mi mente y de la de Haruhi….

Sin embargo, unos días después, algo inesperado ocurrió.

Era viernes. Ya lo había terminado todo, incluyendo los fatídicos exámenes finales y las competiciones deportivas. Ahora sólo había que preocuparse por la distribución de las clases y las vacaciones de primavera. La ceremonia de graduación tuvo lugar en Febrero, y una tercera parte de los estudiantes del Instituto del Norte ya se habían ido, dando la sensación de que la escuela estaba más tranquila que antes. Tras las vacaciones, no obstante, empezará el estresante nuevo curso y muchas cosas cambiarán.

La primera cosa que cambiará será mi estatus. Me pregunto si tendré a alguien llamándome senpai. Pero ahora que pienso en eso, dudo que nadie quiera unirse a la Brigada SOS. ¿Qué pensará Haruhi sobre eso?

Tras la segunda hora, me puse a mirar por la segunda ventana empezando desde atrás mientras disfrutaba de los cálidos rayos de sol primaverales.

Estaba empezando a estirar mis brazos cuando, “Kyon.”

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Dijo la persona sentada detrás de mí mientras me apuñalaba con su bolígrafo. “¿Qué pasa?”

Si quieres que trate de conseguir nuevos miembros para la Brigada SOS, ya puedes irte olvidando de eso.

“No es eso. Hay algo que tengo que decirte.”

Dijo Haruhi mientras señalaba con su boli hacía el frente de la clase. “Sakanaka-san no ha venido hoy a clase. ¿No te has dado cuenta?” “Pues no… ¿de veras?”

“Sí. Ha estado ausente desde esta mañana.”

¡Era realmente impactante oír a Haruhi hablar de alguno de nuestros compañeros de clase! De los únicos otros que había hablado alguna vez era del idiota de Taniguchi y de Ryouko Asakura.

“Ella es uno de nuestro clientes, ¿recuerdas? Tenía pensado preguntarle si ya había vuelto a ir pos su ruta original y cómo estaba Rousseau. ¿De verdad que no te has dado cuenta de que no estaba? ¿¡No me digas que te has olvidado de ella y de su adorable perrito, y también de esas deliciosas pastas!?”

En condiciones normales me habría sentido aliviado de que Haruhi finalmente hubiera mostrado algo de interés por una de las compañeras de clase, pero si no me hubiera dicho esto, realmente no me habría dado cuenta. Efectivamente, Sakanaka-san pidió nuestra ayuda para investigar una cierta “zona prohibida” cerca de su casa donde los perros no se atrevían a entrar, ¿pero qué tiene eso que ver con que no haya venido hoy? Es cierto, dejamos ese caso completamente abierto, pero no veo ninguna conexión entre eso y su ausencia. Después de todo, faltar una vez a clase de vez en cuando es algo que está lejos de ser algo fuera de lo normal.

“¿Puede que haya cogido un resfriado debido al cambio de estación o algo así? Además, ya casi hemos terminado el curso. Saltarse algunos días o clases no es nada sorprendente.”

“Tal vez tengas razón.”

Enfrentada ante mis solidas deducciones, Haruhi únicamente pudo asentir.

“Lo mismo va por mí. Si no fuera por la Brigada SOS, ya me habría saltado todo el día. Pero, no me da la impresión que esto sea algo que hiciera Sakanaka-san. Ella no es la típica estudiante que de pronto ponga el calendario en rojo – o al menos esto es lo que yo pienso.”

Tratándose de alguien que utiliza las vacaciones para hacer actividades de la Brigada SOS, no creo que tú tampoco sigas estrictamente el calendario.

“Hmm…”

Dijo Haruhi mientras mordía el boli.

“Volvamos a investigar ese sitio una vez más, ¿vale? Esta vez vestiremos a Mikuru-chan de enfermera.”

¿Qué sentido tiene vestir a alguien de enfermera cuando esta persona ni siquiera tiene unas nociones básicas de primeros auxilios? ¿Por qué no admites que simplemente quieres mas pastitas de primera clase?

“No es eso, burro. Quiero ver a JJ. ¿Nunca te has preguntado si ese pelo volvería a crecer si lo trasquiláramos completamente como una oveja?

Haruhi empezó a darle vueltas al boli en su mano como aburrida mientras el timbre para la tercera hora sonó.

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Las clases se desarrollaron como de costumbre, sin que pasara nada que valiera la pena mencionar, y pronto terminaron.

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Koizumi y yo estábamos una vez más jugando al ajedrez en el cuarto del club, con Asahina-san llevando su vestido de criada, el cual le quedaba mucho mejor que el de miko, ocupada preparando té.

Justo entonces, Haruhi, quien se suponía que llegaría tarde debido a las tareas de limpieza, entró a saco en el cuarto y gritó.

“¡Kyon, es exactamente como había pensado!”

Aunque Haruhi dijo eso con una sonrisa en su cara, podía notar un aura de ansiedad irradiando desde ella. Tengo un mal presentimiento sobre esto.

“Al final me he enterado de porqué Sakanaka-san no ha venido a clase. Dijo que hoy no se encontraba bien.”

“Pero la verdad es que quien realmente no se encuentra bien es JJ. Hasta lo ha llevado a un veterinario, pero ni siquiera ellos pudieron diagnosticar qué le pasaba. Sakanaka-san estaba muy preocupada por él, así que decidió saltarse la escuela. Cuando hablé con ella por teléfono sobre esto, parecía estar a punto de ponerse a llorar. No ha comido nada desde esta mañana, ya que JJ no lo hizo, y eso hace que se encuentre aún peor—“

“Tranquilízate.”

Fue todo lo que pude decir encarado con una Haruhi que hablaba sin parar, pero mi comentario pareció enfadarla aún más. Ella se me quedó mirándome como si yo fuera alguien que se negara a salvar a una persona que se estuviera muriendo, y dijo,

“¿Pero qué te pasa a ti? JJ está enfermo, ¿y aún así puedes seguir quedándote aquí sentado tranquilamente bebiendo té? ¡JJ no ha tomado ni un sorbo de agua en todo el día, y eso no hace más que debilitarlo!”

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Si beber té era una ofensa, entonces Koizumi y Asahina-san deberían ser considerados igual de culpables. Más aún, ¿cómo iba a saber que entrarías así de repente y que habían pasado todas estas cosas en casa de Sakanaka-san?

“Mientras estaba limpiando en clase, de pronto me entró la necesidad de llamar a Sakanaka-san, y cuando lo hice—“

Estaba impactado. Esta es la segunda vez que Haruhi ha dicho algo que me ha sorprendido. ¿Cuándo se intercambiaron los números de teléfono?

“Ahora no es momento de estar limpiando la clase.” Dijo Haruhi mientras se sacaba su móvil del bolsillo.

“¡Definitivamente aquí pasa algo! ¡Estoy segura que ha sido eso lo que ha enfermado a JJ! ¿No dijo antes lo mismo Sakanaka-san? ¿Que otros perros en su vecindario también habían caído misteriosamente enfermos?”

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