Suzumiya Haruhi no Yūutsu (NL)

Volumen 8

Capitulo 2: Sombra Deambulante

Parte 4

Con un abrigo de piel blanco como la nieve, y un par de profundos ojos negros que estaban casi escondidos bajo ese espeso pelaje, Rousseau simplemente parecía igual que un peluche. La educación de Rousseau debe de haber sido parecida a la de un noble, mientras que la de mi gato tri-color, el cual seguramente debe de estar vagueando por mi cuarto a estas horas sin nada mejor que hacer, parecería la de un plebeyo. Pero no hay que olvidar que Shamisen es de una clase totalmente diferente que la de él. Ya que a fin de cuentas, este gato una vez habló.

Nagato estaba actuando misteriosamente, igual que Shamisen, mirando fijamente el white terrier sin parpadear durante unos diez segundos largos. Pero tras un rato, Nagato dirigió su mirada a otra parte, como si hubiera perdido interés en el perro. Ainss.

“Déjalo ya, Mikuru-chan. ¿Cuánto tiempo piensas quedártelo tú sola? Yo también quiero jugar con él, ¿sabes?”

Como Haruhi dijo eso, Asahina-san no tuvo otro remedio que separarse de Rousseau. Tal vez sólo era cosa mía, pero me di cuenta de que a Rousseau parecía gustarle ser el centro de antención, ya que saltó ansioso a los brazos de Haruhi. ¿No hay una teoría que dice que los perros acostumbran a excitarse más cuando están rodeados de desconocidos? Aún a pesar de que el método de Haruhi para sujetar a Rousseau era bastante más basto que el que utilizó Asahina-san, Rousseau ni siquiera se quejó. Incluso meneaba la cola alborotadamente, como si disfrutara de toda esta experiencia.

“Si que eres mono, ¿a que sí, JJ?”

‘Hey Haruhi, deja de darles apodos estúpidos a los perros de los demás’ era lo que estaba a punto de decir cuando Sakanaka-san me noqueó cuando dijo,

“Jajaja~ Suzumiya-san, estás utilizando el mismo mote que dice mi padre.”

Estoy seguro que a Haruhi no le gusta ser etiquetada como alguien que comparte el mismo gusto que el padre de Sakanaka-san. Sin embargo, la apariencia de su cara sugería que eso no le molestó en absoluto mientras toda contenta levantaba bien alto al perrito, quien compartía el mismo nombre que cierto filosofo francés*.

[*NdT: Se refiere a Jean-Jacques Rousseau, filosofo franco-suizo. Sus ideas políticas influyeron en gran medida en la Revolución Francesa, el desarrollo de las teorías Liberales, y el crecimiento del nacionalismo. ]

“Así que JJ encontró algo raro durante uno de sus paseo, ¿verdad que sí?”

Aún a pesar de que Haruhi le estaba preguntando al perro, Rousseau no hizo otra cosa que menear la cola. Fue su propietaria, Sakanaka-san, quien contestó en su lugar asintiendo con la cabeza.

“Sí, así es. Aunque no estoy segura de cuanto de raro es, otros perros a parte de Rousseau también lo han notado, y han empezado a mantenerse lejos de ese lugar, como si les asustara. Así es como se originó el rumor de los espíritus.”

Aunque sentía que las suposiciones de Sakanaka-san y de su amiga eran algo exageradas, no tenía derecho a decirlo en voz alta, habiéndome encontrado yo con alíens, viajeros del tiempo y tíos con poderes. Quién sabe, tal vez el espíritu de Sakanaka-san exista de verdad después de todo.

Pero ahora que pienso en eso, Asahina-san, Nagato y Koizumi tienen cuerpos físicos y los puedes ver a simple vista. Esas “cosas” que sólo los perros pero no los humanos podían detectar, ¿son realmente espíritus?

Tras eso, incluso aunque Sakanaka-san nos invitó a una taza de té en su casa, Haruhi, quien estaba impaciente por descubrir sucesos paranormales, declinó. Mientras Sakanaka-san se fue a cambiarse de ropa, su madre salió para saludar a sus invitados. No importa cómo me lo mire, la madre de Sakanaka- san parecía más una hermana mayor que no una madre, ya sea en términos de estilo, gestos o manera de hablar. Me dio la impresión de una dama perfecta.

La madre de Sakanaka-san sentía curiosidad por el vestido de miko de Asahina-san, antes de preguntarnos sobre porqué habíamos venido. Tras oír nuestra explicación, la madre de Sakanaka-san rió y dijo “Esta chica mima demasiado a Rousseau. Siento todas las molestias que os ha causado.” Haruhi entonces respondió como es habitual, diciendo que no era ninguna molestia.

Mira que ser capaz de hablar tan educadamente delante de una señora tan elegante, realmente eres fantástica Haruhi. ¿Y yo? Yo estaba tan nervioso que hasta me costó hacer una reverencia, y hasta sentí que mi par de bambas sucias profanaban su felpudo.

La madre de Sakanaka-san entonces nos dijo que viniéramos un día a tomar algo por todas las molestias que nos había dado su hija. Y justo entonces Sakanaka-san terminó de cambiarse y vino a reunirse con nosotros.

“Perdón por la espera.”

Tras dejar nuestras carteras en casa de Sakanaka-san, los seis más el perrito salimos por la entrada principal, dirigiéndonos hacia la escena del crimen. ¿Era yo el único que suspiraba? Supongo que sí.

Por algún motivo era Haruhi quien sujetaba la correa de Rousseau en su mano al tiempo que lideraba la marcha corriendo en cabeza.

“¡Vamos JJ!”

‘¿No podrías olvidar ese estúpido apodo?’ Pensaba yo mientras seguía su sprint. A J.J.Rousseau no parecía importarle que la persona que sujetaba su correa fuera un completo desconocido que se había encontrado hace menos de una hora, y correteaba feliz junto con Haruhi.

“Erm, ¡Suzumiya-san, no es por ahí! ¡Tenemos que seguir por este camino!”

Mientras veía a Sakanaka-san persiguiendo a Haruhi, quien no paraba de reír todo el rato, de pronto me pregunté: ¿No podría ser que estás dos acabaran haciéndose amigas una vez haya pasado todo el humo?

A veces me pregunto si los perros tienen mutaciones genéticas o extrañas enfermedades que hace que quieran salir a dar paseos. Rousseau no era diferente, ya que trotaba alegremente delante de Asahina-san, quien sonreía tratando de alcanzarlo. Aunque su sonrisa siempre era cautivadora, por algún motivo notaba que su sonrisa actual era aún mas encantadora que antes, una sonrisa que sólo aparecería en un mundo de fantasía.

Como Haruhi no tenía ni idea de adonde teníamos que ir, bajo ningún concepto podía ser nuestra guía, así que no tuvimos otro remedio que dejar que fuera Sakanaka-san quien cogiera la correa de Rousseau. Todos nosotros la seguíamos por detrás, como si estuviéramos paseando relajadamente.

“¿Qué camino tenemos que seguir? ¿No puedes ir más rápido, JJ? ¡Corre, corre!”

Haruhi, quien iba al lado de Rousseau, le iba metiendo prisa con sus palabras de ánimo.

“No se trata de eso, Suzumiya-san. Se supone que hemos salido a dar un paseo, no a correr.”

Sakanaka-san respondió amablemente a Haruhi mientras sujetaba la correa de Rousseau.

Nagato estaba en silencio como siempre, mientras Koizumi estaba ocupado estudiando el mapa de la zona.

Sintiendo curiosidad por lo que estaba haciendo Koizumi, le dije. “¿Qué tal? ¿Has descubierto algo misterioso en el mapa?”

Como respuesta a mi pregunta, Koizumi sacó un lápiz de su bolsillo y dijo.

“Voy a marcar los sitios donde los perro no se atreven a entrar. No creo que sea necesario ir a mirar cada uno de ellos. Con una estimación por encima en el mapa servirá.”

Ah bueno, te dejare esto a ti, viendo que últimamente has estado desarrollando una extraña afición para hacer dibujos y figuras. Tras ver que el perro de Sakanaka-san estaba en plena forma, no me preocupaba nada, aunque hubiera sitios en donde los perros no se atrevían a entrar. Todo lo que quería hacer era disfrutar de mi paseo con Rousseau. Hablando de eso, de pronto me vinieron ganas de tener un perro como mascota. Por supuesto no espero tener uno tan caro y de raza como el de Sakanaka-san. Uno normal será suficiente. Parece que Haruhi tenía la misma cosa en mente, ya que mientras brincaba junto a Rousseau como un conejita llena de energía, la palabra ‘espíritu’ parecía haber volado completamente de su mente.

La única que iba vestida inforlmalmente era Sakanaka-san. Detrás de ella, cuatro estudiantes de instituto llevando sus uniformes y una miko la seguían. Me pregunto que pensaran los otros perros de esto, mientras seguíamos a Sakanaka-san y a Rousseau en su recorrido habitual.

Sakanaka-san andaba elegantemente mientras lideraba la marcha. ¿Es así también en la escuela? ¿O esto es parte de su autentica personalidad?

Basándome en mis cálculos, parece que nos estamos yendo hacia el este, y a no ser que esté terriblemente equivocado, pronto acabaremos encontrandonos con un rio, el que tiene cerezos creciendo en sus márgenes. La ribera de los ríos son sin duda los mejores sitios a donde llevar los perros a pasear.

Y mientras estaba ocupado pensando en cosas triviales y sin importancia como estas, Sakanaka-san de pronto se paró.

“Se ha parado en el mismo sitio otro vez.”

Rápidamente me fijé en Rousseau. Tenía las cuatro patas firmemente clavadas en el suelo, y por muy fuerte que Sakanaka-san tirara de la correa, él no se movió ni un milímetro.

Aww~ dejó ir su propietaria, aparentemente contrariada. Creo que todos los que estamos aquí sentimos lo mismo.

“¿Huh?”

Dijo Haruhi mientras sus ojos se abrieron del todo, recordando al parecer porqué había venido hasta aquí en realidad.

“No veo nada sospechoso.”

Aunque estábamos en mitad de un área residencial, dado que nos estábamos acercando al rio, había más arboles por aquí. Podía ver una enorme montaña en la distancia. Por lo que he oído, aunque por el momento no se ha visto ningún oso salvaje, una vez se vio a un jabalí salvaje en esta área. Pero si eso fuera verdad, ¿por qué no he oído nada de eso antes? He pasado por este paseo del rio a menudo, y por encima de todo, este lugar está cerca de la estación de tren. Si realmente se hubieran visto osos salvajes, ¿no habría causado un buen revuelo? ¿Cómo es que no sé nada de eso hasta ahora?

Sakanaka-san seguía cogiendo la correa de Rousseau, aun cuando estaba bastante claro que no tenía intención de seguir avanzando.

“Siempre he pasado por aquí sin problemas, justo hasta hace una semana. Subiríamos por las escaleras, pasearíamos por el lado del rio, haríamos un enorme giro en forma de U, y volveríamos aquí antes de deshacer el mismo camino para regresar a casa. Hemos estado haciendo la misma ruta desde que me acuerdo. Todo empezó hace una semana, cuando Rousseau se negó a seguir, igual que como está ahora.”

Asahina-san se agachó y empezó a rascarle a Rousseau por detrás de las orejas. Al ver eso, Haruhi empezó a tirar de su propia oreja.

“Este río parece ser algo sospechoso. ¡Tal vez alguien tiró residuos tóxicos en él! Me pregunto si habrá alguna fabrica rio arriba.”

¿Cómo se te ocurre semejante idea? Nosotros, los estudiantes del Instituto del Norte, deberíamos saber que no hay tal cosa, porque si seguimos el río corriente arriba acabaremos andando por el familiar camino que lleva a la escuela. Y como he estado andando por ese maldito camino por un año entero, sé que ahí no hay nada más que arboles. No hay ni siquiera un restaurante por esa colina, y ya ni te digo una fábrica.

“No.” Dijo Sakanaka-san. “Rousseau no tiene problemas en seguir el rio más arriba o más abajo. Es sólo este punto específico lo que le disturba. Lo mismo les pasa a Higuchi-san y a Minami-san.”

“Ya veo.”

Haruhi observaba en silencio a Rousseau mientras este lamia alegremente a Asahina-san. De pronto, sin previo aviso, Haruhi se avalanzó como un rayo hacia Rousseau, y procedió a cogerlo entre sus brazos.

“No quiero que Rousseau se enfade conmigo.”

“Si ese es el caso, JJ, ¡dejemos que primero nos lleves a ese lugar misterioso! ¡Cuando lleguemos a ese sitio, ladra fuerte dos veces para indicárnoslo!”

Haruhi cogió la correa de Rousseau de la mano de Sakanaka-san antes de empezar a arrastrar a Rousseau. Pero la distancia que consiguió recorrer fue seguramente tan corta como la correa que tenía en la mano, ya que Rousseau empezó a aullar de pena en el momento en que Haruhi empezó a arrástralo.

Oyendo a Rousseau aullando de esa manera, Sakanaka-san se quedó paralizada, como clavada en el suelo. Tenía una expresión espantada en su cara, que se parecía también a la que tenia Rousseau. Estaba más que claro que no quería ver a su querido perrito en ese estado.