Maou no Ore ga Dorei Elf wo Yome ni Shitanda ga

Volumen 16

Prologo: Archidemonio Naberius

“Qué inusual es que me visite aquí, Archidemonio Naberius”.

En la sala del trono del Palacio Archidemonio, Zagan y un Archidemonio gigante se encontraban frente a frente. Zagan estaba sentado en su trono con las piernas cruzadas, mirando al visitante con un brillo divertido en sus ojos plateados.

La fiesta de cumpleaños de Nephy había transcurrido sin contratiempos, y las molestas secuelas de la batalla con Shere Khan habían sido resueltas, así que Zagan estaba de un humor tremendamente bueno. Estaba seguro de poder reírse de cualquier problema a estas alturas. En cambio, era evidente que Naberius estaba perturbado, incluso a través de su máscara. El gigante era una cabeza más alto que Zagan, y su musculatura superaba incluso a la de Zagan y Kimaris.

“Pensé que ya era hora de que me fuera”, dijo finalmente Naberius tras dejar escapar un suspiro deliberadamente largo. “Estoy harto de que me utilicen”.

“Como si me importara. Es culpa tuya por mostrar debilidad”.

“¡Y tú eres el que ha estado explotando esa debilidad hasta la saciedad!”.

Zagan fingió ignorancia y desvió la mirada. Se suponía que este hombre era un espíritu libre que podía rivalizar con Gremory, pero después de ser salvado por Alshiera y todo ese lío de perder un Sello del Archidemonio, todas sus debilidades habían quedado expuestas ante Zagan. Y naturalmente, Zagan las había aprovechado al máximo.

Tanto el regalo de cumpleaños de Nephy como el anillo de boda salieron a la perfección.

Bueno, Alshiera, Nephy y los demás aparentemente habían forzado más a Naberius, así que Zagan al menos podía entender su deseo de quejarse… No es que tuviera ninguna obligación de escucharle, por supuesto.

Aun así, el hecho de que se desvíe de su camino para mostrarse significa que todavía hay algo que necesita…

Este hombre era un Archidemonio. Si realmente quería huir, podría haberlo hecho cuando quisiera. Incluso ahora, en lugar de desahogarse con Zagan, podría actuar más como un Archidemonio y exigir una compensación o pasar a la ofensiva. El hecho de que estuviera aquí para dar una “despedida” con alguna charla ociosa significaba que probablemente estaba sondeando información. Sin embargo, Naberius sólo mantenía una relación amistosa debido a su contrato, que ya había terminado. Por lo tanto, Zagan no tenía intención de darle ninguna información innecesaria.

“No te hagas la víctima”, dijo Zagan, sonriendo fríamente. “Sabías que Asmodeus iba tras esa Sangre Espiritual cuando sugeriste usar la maldita cosa para el regalo de Nephy”.

“¿Oh? Simplemente intenté cumplir la petición de mi cliente. En verdad, no había otra forma de satisfacer sus demandas sin usar uno, ¿verdad?”.

“Hmph…”

En contraste con lo que estaba diciendo, no había burla en el tono de Naberius.

El objetivo de este hombre es crear. Quizá no le interese cómo se utilizan sus creaciones.

Los deseos de coleccionar y monopolizar eran similares a primera vista. Si tenía algún interés, era sólo hasta que sus creaciones caían en manos de alguien. Era totalmente posible que no pensara nada de que sus clientes rompieran lo que había hecho ante sus ojos.

Los excéntricos son difíciles de entender. Supongo que entender eso ya es bastante bueno.

Zagan llegó a un acuerdo por su cuenta, sin saber que él mismo era bastante excéntrico entre los hechiceros.

“¿Y? ¿Has venido aquí a lloriquear?” preguntó Zagan, mirando a Naberius.

“Asmodeus”, dijo Naberius, una extraña risita emanando de su garganta. “Escuché que intercambiaste golpes con ella”.

Zagan entrecerró los ojos, sin esperar que surgiera ese nombre. “Quedé atrapado en sus planes”, respondió Zagan.

“Quiero hacerme una idea de cuánto poder tiene ahora. Después de todo, es una de mis favoritas”.

Foll había sido quien realmente luchó contra ella, pero esto había sucedido dentro del Palacio Archidemonio. Por lo tanto, Zagan, por supuesto, había estado observando de principio a fin. Sin embargo, había sido un trabajo bastante agotador hacer esto mientras se enfrentaba al Archidemonio Glasya-Labolas al mismo tiempo.

Asmodeus, ¿eh? A Foll le gusta mucho.

En cierto sentido, no era una invitada. Él la consideraba más como de la familia. Como tal, Zagan se burló.

“Se llama el Coleccionista. Me imaginé que tal Archidemonio estaría en total desacuerdo con el Artesano Místico”.

“La temeridad es un rasgo adorable, ¿no? Han pasado trescientos… no, trescientos cincuenta años desde que Asmodeus se convirtió en Archidemonio. ¿Sabes qué fue lo primero que hizo al convertirse en uno?”.

“Ya veo… Fue directa a tu cabeza, ¿verdad?”

Ahora que lo pensaba, eso tenía mucho sentido. El Artesano Místico Naberius fue el Archidemonio que más Sangre Espiritual manejó entre todos los hechiceros a lo largo de la historia.

“Viendo que ambos seguís vivos, supongo que terminó en empate”. Preguntó Zagan.

“Vaya, no era más que una chiquilla que acababa de convertirse en Archidemonio”. dijo Naberius, sonriendo desdeñosamente. “Por supuesto que le di la vuelta a la tortilla. Yo le hice la mitad de las cicatrices de su cuerpo”.

Según Foll, Asmodeus estaba cubierto de viejas cicatrices. Zagan se había preguntado cómo un Archidemonio podía tener tantas heridas visibles, pero ni siquiera había considerado que fuera obra de este hombre.

¿Son intratables las heridas causadas por un observador?

Lidiar con la pérdida de un brazo entero como había hecho Raphael sería una cosa, pero para un Archidemonio era normal poder tratar heridas normales sin dejar cicatrices. El hecho de que sus cicatrices permanecieran significaba que no podía o no se las había quitado. Aun así, nada de esto tenía que ver con Zagan, así que volvió a centrarse en Naberius.

“¿Hmm? No parecía del tipo de las que se echan atrás”, dijo Zagan.

“Bueno… ella aplastó la mitad de mis ojos mágicos, y luego robó cada herramienta mágica que había hecho usando Sangre Espiritual”.

“Yo lo llamaría un empate”.

La verdadera identidad de este hombre era un observador, un monstruo con diez ojos mágicos. Perder la mitad de ellos probablemente significaba que se había encontrado con ella a plena potencia en su verdadera forma. Tuvo la audacia de llamar a eso darle la vuelta a la tortilla.

“Esa chica me tenía realmente perdido”, dijo Naberius con nostalgia. “Después de eso, se dedicó a difundir rumores de que todas las Sangre Espirituales eran gemas malditas. Las necesitaba como materiales, pero no pude conseguir ninguna”.

“Y a pesar de todo eso, ¿es tu favorita?”

Naberius parpadeó como si la reacción de Zagan le resultara totalmente inesperada.

“¿No es humano amar lo que es bello?”, preguntó. “No puedo negar eso…”

Zagan era quien había gastado toda su fortuna al enamorarse de Nephy a primera vista.

¿Cómo podía negar tal lógica?

Así que supongo que la ve hermosa.

A los ojos de Zagan, cuando Lily no tenía recuerdos, era como un mineral en bruto que brillaba cuanto más se pulía. Después de recuperar sus recuerdos, Asmodeus parecía demasiado como una hoja afilada que podría romperse en cualquier momento para su gusto.

“Que yo sepa, sólo hay tres Archidemonios que han buscado el poder para enfrentarse a los trece Archidemonios”, dijo Naberius.

“¿Hmm…?” Zagan alzó la voz divertido.

“Uno es el hombre que declaró que matará a los trece Archidemonios… Ese serías tú, Zagan”.

“Entonces supongo que el segundo es el que intentó crear a los Nephilim, aunque eso significara enemistarse con todos los Archidemonios, Shere Khan”.

Naberius asintió.

“Y el último es el que intentó robar toda la Sangre Espiritual de los trece Archidemonios, Asmodeus… Han pasado trescientos cincuenta años. Tengo curiosidad por saber si se ha vuelto más fuerte o más débil desde entonces”.

Zagan se sumió en sus pensamientos. La última hechicería que Asmodeus había mostrado, la Luna Calamitosa de Hades, tenía el poder de destruir el mundo. Era el mismo tipo de hechicería que el Fósforo del Cielo de Zagan, e incluso podría considerarse más poderosa.

Zagan había desarrollado su hechicería para usarla contra Archidemonios, Espadas Sagradas y Azazel. Luna Calamitosa era diferente. Seguramente habría engullido no sólo a toda esta ciudad, sino incluso al propio continente. Si Foll no hubiera logrado detenerla, aunque Zagan hubiera hecho todo lo posible, habría perdido su dominio en Kianoides. Incluso los trece Archidemonios estarían indefensos ante ella. Era un poder espantoso.

El objetivo de Asmodeus era robar toda la Sangre Espiritual a cualquiera que estuviera en posesión de una, no utilizarlas como adornos decorativos. Si no podía robarlas todas, era natural que llegara a la conclusión de que había que borrar la existencia misma. Sin embargo, Naberius también debió ver ese poder. Había estado en el Palacio Archidemonio en ese momento, después de todo.

“¿No te das cuenta por ti mismo?” Zagan preguntó. “Tiene suficiente poder para enfrentarse a los trece Archidemonios al mismo tiempo”.

Estaba, por supuesto, dando a entender con absoluta seguridad que si se llegaba a una pelea, él la vencería.

“Cuando se trata de simple poder, estoy seguro de que es cierto”, murmuró Naberius insatisfecho. “Aun así, me preocupa que haya acabado en tablas contra la pequeña dama Valefor. Parece que ella también se ha metido en un buen lío”.

Zagan ya había oído que Asmodeus se había puesto del lado de Marchosias. Este era el Anciano, el hombre que había pasado mil años reinando como Archidemonio Principal. Zagan no sabía para qué le estaba pagando, pero no era el tipo de hombre que dejaría escapar a alguien sólo porque pensara que el trato era sospechoso. Inesperadamente, esto parecía preocupar a Naberius.

“Bueno, supongo que se puede decir que Valefor acaba de hacerse increíblemente fuerte”, dijo Naberius.

“Ahora que lo pienso, cuando Marchosias murió, tú y Bifrons apoyaron a Foll para ser el próximo Archidemonio. ¿Por qué?”

“Eso es porque nunca tomé un discípulo. Los únicos candidatos a Archidemonio en ese momento que no eran discípulos de un Archidemonio eran tú y Valefor”.

Estrictamente hablando, Kimaris tampoco lo era, pero tenía profundas conexiones con Shere Khan y Orias. Además, su verdadero maestro era Gremory, discípulo personal de Orias, así que seguro que algo le había enseñado.

“Barbatos también”, le corrigió Zagan. “¿Quién es?”

Ahora que lo pensaba, era fácil imaginar lo irremediablemente incompatible que era Barbatos con aquel hombre. Era posible que ni siquiera fueran conscientes el uno del otro si estuvieran en la misma habitación.

Es un idiota, pero útil.

“Oh sí, parece que otro ex candidato a Archidemonio ha venido aquí recientemente”, dijo Naberius. “¿Quién era?”

“¿Earthshaker Vepar? Pues sí que era interesante”.

Gracias a Vepar, el cumpleaños de Chastille había ido bastante bien. Zagan pensó en los sucesos ocurridos hacía apenas dos semanas, medio mes antes del cumpleaños de Nephy.