Maou no Ore ga Dorei Elf wo Yome ni Shitanda ga

Volumen 16

Capitulo 2: Dicen Que La Vida Tiene Tres Estaciones Populares

Parte 4

La ciudad que los Nephilim habían creado aquí funcionaba correctamente como asentamiento, pero no era lo suficientemente próspera como para ser autosuficiente. De algún modo habían conseguido reconstruir el canal y las casas utilizando su propia técnica e ingenio, pero no eran capaces de procurarse materias primas como alimentos y seda. Por encima de todo, carecían de entretenimiento. Nadie se había quejado todavía, simplemente porque estaban llenos de una sensación de logro por haber construido una ciudad para ellos mismos, pero ahora que tenía una forma que podía llamarse ciudad, estaba más claro que el agua que empezarían a buscar entretenimiento. O al menos eso sugerían Dexia y Andrealphus.

“Mi Señora, si usamos el canal, debería ser posible establecer comercio con Kianoides”, dijo Aristella. “¿Qué tal si deshacemos la barrera que bloquea la cognición de este lugar sólo al entrar y salir?”.

“Probablemente sea la única forma de avanzar”, respondió Foll. “Pero si lo hacemos, no podremos evitar el riesgo de exponer la ubicación de la capital. Los Nephilim están ansiosos, y todavía no han resuelto sus sentimientos sobre Zagan. Creo que aún es demasiado pronto”.

“En ese caso, ¿no podemos ir y venir usando hechicería de teletransporte?”. Dexia se unió. “También tenemos al viejo, así que no creo que el hechicero medio sea capaz de rastrearnos”.

“Eso suena más factible, pero no podemos llevar mucho con nosotros de esa manera”, contraatacó Foll. “No será mucho problema en términos de lo que puede hacer un individuo, sin embargo”.

Éste era el método que Foll y los demás ya utilizaban para ir y venir. Foll suspiró ante el enigma.

Soy tan inexperta. Necesito mucha más sabiduría.

Fundamentalmente, los brujos evitaban relacionarse con los demás. Eran individuos autosuficientes, por lo que no eran aptos para dirigir grandes organizaciones como las ciudades.

Quiero esperar un poco más antes de consultar a Zagan, pero…

Las cosas iban a calmarse pronto, pero la prioridad actual de Zagan era el próximo cumpleaños de Nephy, dentro de dos semanas. Hasta entonces, Foll tenía que arreglárselas por su cuenta. Fue entonces cuando un pensamiento repentino vino a la mente.

Ah, sí, el cumpleaños de Cola de Caballo también es pronto, ¿no?

El cumpleaños de Chastille era supuestamente sólo cinco días antes del de Nephy. Bueno, parecía que Gremory estaba jugando en ese extremo, por lo que Foll no tenía intención de involucrarse.

Mientras se devanaba los sesos pensando qué hacer, llamaron a la puerta. Era un visitante, y al darse cuenta de quién era, Foll levantó rápidamente la cabeza.

“Adelante, Shax, Kuroka.”

En un giro inusual, uno de los nuevos Archidemonios y su pareja romántica habían venido de visita. Dejando de lado a Shax, era la primera vez que Kuroka se dejaba caer por aquí.

“Cuánto tiempo sin verte, Foll”, dijo.

“Me alegro de verte de nuevo, Kuroka. ¿Están bien tus ojos?” preguntó Foll, levantándose de su asiento y corriendo hacia Kuroka.

Kuroka aceptó el abrazo de Foll con familiaridad y le rozó suavemente la cabeza. Su mano era tan agradable como la de Nephy, por lo que Foll, naturalmente, entrecerró los ojos con deleite. Estas dos chicas tenían estrechos lazos con Raphael y se llevaban bien. Durante el tiempo que Kuroka había pasado recuperándose en el castillo de Zagan, las dos habían hablado prácticamente todos los días.

“Se están preocupando demasiado. No paro de decirles que estoy bien”, replicó Kuroka.

Kuroka podría considerarse ahora la mejor samurái del mundo, pero no hace mucho había estado ciega.

Tal vez por eso, han estado pasando cosas raras.

Cuando las emociones de Kuroka se disparaban, sus ojos aparentemente cambiaban de color. Aún no se había identificado la causa exacta, por lo que Kuroka no había sido informada de ello. Teniendo en cuenta que era descendiente del Rey de los Ojos Plateados, sería natural suponer que se trataba de una influencia de su linaje, pero se desconocía por completo qué efectos tenía.

La posibilidad más aterradora es que vuelva a perder la vista.

La próxima vez, Nephy podría no ser capaz de curarla. Por eso, Shax había sido neuróticamente cuidadoso con ella. Dicho esto, si Foll también se preocupaba por ella, Kuroka acabaría dándose cuenta.

“Todo el mundo te tiene en gran estima, Kuroka”, dijo Foll, sacudiendo la cabeza.

En ese momento, Aristella trajo unas bebidas. “Aquí tienes.”

“Oh, no hay necesidad de eso”, dijo Kuroka.

A pesar de decir eso, juzgando que sería de mala educación no beber el té ahora que se lo habían servido, Kuroka y Shax se sentaron uno al lado del otro en el sofá.

“¿Y? ¿Qué te trae por aquí hoy?” preguntó Foll.

“Oh, bueno, vamos a ir a la antigua casa de Kurosuke. Sólo estamos aquí para dar nuestros saludos antes de partir. Le debemos mucho a la gente de aquí y todo eso”.

Shax había pasado por su entrenamiento como Archidemonio aquí. Le habían hecho trabajar hasta la extenuación hasta que se derrumbaba todos los días, y los Nephilim habían sido los que habían cuidado de él.

“¿Has decidido ir a ver tu casa, entonces?”. preguntó Foll, sonriendo aliviado.

“Sí. La verdad es que me hubiera gustado volver antes”, contestó Kuroka. “Sin embargo, nos entretuvimos con un montón de asuntos”.

Kuroka había abatido al Archidemonio Andrealphus en un enfrentamiento directo. Se decía que también había derrotado al Arcángel Supremo de la última generación. Para la Iglesia, era una perspectiva beneficiosa y peligrosa a la vez. Por eso no había podido hacer ningún movimiento hasta que su seguridad estuviera garantizada.

“¿Lilith y ellos no van contigo?” preguntó Foll.

“Umm… No”, respondió Kuroka, cambiando tímidamente su enfoque hacia Shax.

¿Significa que quería ir con Shax y no con los otros? ¿O es más bien que quería estar a solas con él? ¿Es esto también amor?

Era un misterio sin fin.

“Bueno, el jefe también me pidió que fuera como enviado”, añadió Shax con indiferencia, sin tener claro si se daba cuenta de los sentimientos de Kuroka. “No podemos ir trayendo a la señorita Lilith para eso”.

Shax era ahora uno de los Archidemonios, por lo que hacer un movimiento personal no podía ser tratado como una simple visita a casa.

En cualquier caso, al mirar más de cerca, Foll se dio cuenta de que Kuroka tenía la mano medio extendida fuera del sofá, como si realmente quisiera cogerle la mano, pero Shax no dio muestras de darse cuenta. Las orejas triangulares de Kuroka bajaron y volvió a poner la mano donde estaba.

Sin embargo, Foll no consideraba que todo fuera culpa de Shax. Las dos colas de Kuroka se enroscaban en la espalda de Shax sin parar. Tenía su atención puesta en eso, así que no se había centrado en sus otros gestos.

Shax tomó un sorbo de té y sonrió a Foll. Le sorprendió la calma con la que podía actuar en una situación así. Sentía una profunda admiración por lo magnánimo que era el nuevo Archidemonio.

“Parece que ha sido bastante duro. La gestión de la capital, quiero decir”, dijo Shax.

“Mmm… Ya es hora de procurarse bienes y entretenimiento, pero no podemos permitir que la gente vaya y venga a su antojo”, dijo Foll.

Sentía que estaba forzando el cambio de tema, pero la cabeza de Foll ya estaba llena de Shax y Kuroka perdiéndose las señales del otro. Como tal, ella simplemente le siguió la corriente.

La capital de los oprimidos era un asentamiento destinado a ocultar a los Nephilim. Si se hiciera pública su existencia, se perdería su significado.

“Suena como un dolor”, dijo Shax, asintiendo.

“En resumen, ¿el problema es que no se puede ocultar a la gente cuando entra y sale de la capital?”. preguntó Kuroka, moviendo la cabeza con sus orejas triangulares.

“Sí”, confirmó Foll.

Por muy sigilosos que fueran, si tenían que adquirir una cantidad considerable de suministros, algún día se sabría de su existencia. No sería un problema si los Nephilim tuvieran una fundación que administrar por su cuenta, pero eso era demasiado pedirle a una ciudad que acababa de ser construida. Sin embargo, Kuroka parecía tener una gran idea.

“En ese caso, ¿no puedes ser más atrevida?”, dijo.

Todos los demás intercambiaron miradas. “¿Qué significa?” preguntó Dexia.

Kuroka levantó un dedo y continuó: “Por ejemplo, si empaquetas un barco lleno de mercancías y lo teletransportas, sólo habría unas pocas personas que pudieran seguirlo, ¿verdad?”.

Como mínimo, tendría que ser un hechicero versado en teletransporte espacial. Kuroka también estaba insinuando que sería una empresa insensata en la ciudad de Zagan cuando Barbatos estuviera cerca.

“Es cierto, pero costará demasiado”, dijo Dexia, negando con la cabeza. “Cuantas más cosas tengas que teletransportar por hechicería, más maná necesitará y más catalizadores necesitarás para compensar. Usarlo cada vez que necesitamos traer y sacar cosas nos pondría muy, muy en números rojos”.

Kuroka y Dexia parecían conocerse. Ambas se mostraban muy despreocupadas la una con la otra, o mejor dicho, algo cariñosas.

“No hay necesidad de teletransportarse realmente”, dijo Kuroka. “Sólo tienes que hacer que lo parezca”.

“¿Eh? ¿Qué significa eso?” preguntó Dexia.

Foll empezaba a ver a dónde quería llegar Kuroka.

“Si lanzamos un bloqueo cognitivo para que parezca teletransporte, disminuirá el número de personas que intenten seguirlo”, dijo Foll. “Cualquiera que no piense que está subiendo por el canal. ¿Es eso lo que quieres decir?”

“Sí. Para equilibrar el coste, un farol haciéndolo flotar en el aire podría ser realmente efectivo…”.

“Eso sería definitivamente posible”.

Para los hechiceros, existía la teoría de que la precisión de la hechicería de uno era prueba de su fuerza. Llevando eso al extremo, un farol que hiciera que una hechicería débil pareciera más fuerte era el acto de un hechicero de tercera categoría. Como tal, nadie pensaría que un Archidemonio haría tal cosa.

Si hacemos eso, deberíamos ser capaces de ganar tiempo suficiente para que los Nephilim sean autosuficientes.

Foll calculó los detalles de la hechicería que se necesitaría y cuánto costaría, y luego asintió.

“Una gran idea. Te doy las gracias”, dijo.

“Me alegro de haber podido ayudar”, respondió Kuroka. “Ah, okay. Tengo una cosa más que decirte. Padre me dijo que te diera esto”.

Después de decir eso, sacó un papel del bolsillo. “¿De Raphael?”

Era un recorte de un periódico de cotilleos.

“¡Un informe de seguimiento! ¡La misteriosa chica que persigue monstruos se llama Lily!”

Al leer el titular, Foll se puso en pie de un salto. “¿Esto es por Lily?”, dijo.

“¿Así que la conoces?” Preguntó Kuroka. “Mhm. Una amiga preciosa”.

Ya había pasado medio mes. Kuroka no la conocía, pero al parecer, la Archidemonio que había aparecido en la capital era Lily. Había habido un enfrentamiento, pero tras dejar información a Foll y desaparecer, ésta no había podido dar con su paradero.

Si usa el nombre Lily, ¿significa que es un mensaje para mí?

Si no, era difícil creer que se hiciera llamar Lily. Foll leyó por encima el artículo y luego puso una expresión sombría.

¿Lily está luchando contra demonios?

Foll no creía que la chica que iba por ahí ejecutando a gente que poseía Sangre Espiritual fuera a ir por ahí salvando a otros. Sin embargo, según el artículo, llevaba más de un mes haciéndolo. En otras palabras, incluso antes de que Foll la conociera. Parecía que estaba involucrada en asuntos mucho más problemáticos de lo que Foll creía. O tal vez ésta era una de las razones por las que había decidido no quedarse con Foll.

Aun así, Lily se puso en contacto conmigo.

Cuando pensó en ello como una correspondencia incómoda de aquella chica, Foll lo encontró aún más entrañable.

“Gracias. Sé que mi amiga está a salvo ahora”, dijo Foll, estrechando el artículo contra su pecho.

“Es bueno oír eso”. Hay algo que siempre quise preguntarle a Shax sobre Lily.

Lily ya se había ido, pero seguro que volvería. Como tal, Foll se volvió hacia Shax.

“Shax, ¿puedes borrar viejas cicatrices?”

“¿Viejas cicatrices?” repitió Shax, desconcertado por la repentina pregunta. “Bueno, depende de lo limpio que lo quieras, pero estoy bastante seguro de que puedo deshacerme de casi todo”.

“¿En serio?”

Incontables cicatrices surcaban sin piedad todo el cuerpo de Lily, por lo que Foll quiso hacer algo con ellas por ella.

“No es para tanto”, dijo Shax, sonriendo despreocupadamente al ver lo esperanzado que parecía Foll. “Estoy bastante seguro de que todos los Archidemonios actuales y los antiguos candidatos a Archidemonios también pueden hacerlo”.

“¿Eh…?” masculló Foll, con cara de estupefacción ante su inesperado comentario. “No puedo…”

“¿Quieres que te enseñe? No es tan complicado. Seguro que lo aprendes enseguida”.

Foll se sintió irritada por su inexperiencia al no conocer una hechicería tan sencilla, pero también le asaltó cierta duda.

¿Entonces por qué el cuerpo de Lily está cubierto de cicatrices?

Foll podría entenderlo si se hubiera hecho las cicatrices cuando aún tenía la memoria borrosa. Al fin y al cabo, entonces no podía usar la hechicería. Sin embargo, esas cicatrices eran antiguas. Debían de ser de cuando Asmodeus había ido por ahí recolectando Sangre Espiritual.

“Si hay cicatrices que un Archidemonio no puede eliminar, ¿qué crees que las causó?”. preguntó Foll.

“Cicatrices que un Archidemonio no puede quitar, ¿eh? Si hay alguna, sería una maldición que ni la hechicería puede curar… No, pero un Archidemonio podría hacer que pareciera que han desaparecido en la superficie. En ese caso…”

“¿No significa eso que decidieron no eliminarlos?” afirmó Kuroka. Shax asintió con la cabeza.

“¿Qué quieres decir?” preguntó Foll, sin entender muy bien.

“Había bastante gente así en el lado oscuro de la iglesia. Eligieron conservar sus cicatrices. Las trataban como votos de venganza, o como un vínculo con otra persona, o.…” Kuroka hizo una pausa, dudando un momento en dar su último ejemplo. “Castigo, para que nunca olvidaran sus pecados”.

Por eso Lily tiene tantas cicatrices…

Con eso, Foll también comprendió. Pensándolo bien, Lily nunca había afirmado que recolectar Sangre Espiritual fuera una causa justa. Lily sabía mejor que nadie que lo que hacía estaba mal. Sin embargo, era lo único que podía hacer. Por eso eran cicatrices que no podía quitarse.

“Shax, enséñame la hechicería que puede curar cicatrices”, dijo Foll, comprendiéndolo bien. “Quiero aprenderla”.

Si llegaba el día en que Lily quisiera deshacerse de esas cicatrices, si alguna vez decidía perdonarse a sí misma, Foll quería poder quitárselas.

“No hay problema”, responde Shax con una sonrisa.

Aún quedaban muchos asuntos por resolver, pero parecía que la capital de los oprimidos avanzaba a buen ritmo. Sintiéndose aliviado por ello, los pensamientos de Foll se desviaron de repente hacia los amigos de la infancia de Kuroka.

¿Lilith y Selphy no querían ir con ellos?

“Me pregunto si Kuroka ya estará en el océano.”

En el puerto de Kianoides, los hechiceros del castillo salían de expedición. Lily, Selphy y Furcas estaban allí para despedirlos, de pie en uno de los muelles. Kimaris también estaba a poca distancia, pero siempre los vigilaba en silencio y nunca participaba en sus conversaciones.

Su principal motivo para venir aquí era ver a su amiga de la infancia, pero debido a sus circunstancias un tanto especiales, el barco en el que había salido ya estaba fuera de su vista. Al oír la pregunta incoherente de su otra amiga de la infancia, Lilith dejó escapar un suspiro de exasperación.

“Cielos, Selphy… Obviamente no. Dijo que iría a ver a Lady Foll primero,

¿recuerdas?”

“¿Oh? Ahora que lo mencionas, ¿dónde está el pueblo de Foll?”

Foll era la hija adoptiva de Zagan, y Zagan era su rey. En otras palabras, era una princesa. Al principio, Selphy también se había referido a ella como una dama, pero lo había dejado en algún momento. Bueno, una de las partes buenas de la familia de Zagan era que eran propensos a dejar pasar eso. Aunque aquí las circunstancias eran diferentes, así que Lilith sacudió la cabeza.

“Sería un lío total si supiéramos la ubicación de un escondite…”, dijo. “¡Oh, tienes toda la razón!”

Selphy actuó tan desconsideradamente como siempre, pero por alguna razón, Lilith se sintió aliviada.

Quiero decir, ella ha estado actuando un poco raro últimamente, así que esto es definitivamente mejor.

Ahora parecía que Selphy por fin volvía a ser la de siempre.

“Pero mi hermano Shax dijo que mi hermano Zagan le había encomendado un asunto importante, ¿verdad? Es increíble”, dijo Furcas, mirando en la dirección en que su barco había desaparecido.

“¿Ese viejo también es tu hermano?” Preguntó Lilith. “¿Hm…? Quiero decir, él es un Archidemonio también, ¿no?”

“¿Ese es tu criterio? Entonces, ¿qué pasa con Lady Nephy y Lady Foll?” “Uhhh, ¿hermana?” respondió Furcas, cruzándose de brazos.

“Al menos llámalos señorita…”

“¡Señorita! ¡Eso es! Eres increíble, Lilith”, dijo Furcas con una sonrisa.

Lilith no tenía ni idea de qué parte de eso la hacía asombrosa. “¿No dices que todo es increíble?”

Puso cara de asombro, pero no se sintió mal. En lugar de eso, hizo un mohín y desvió la mirada para ocultar sus sentimientos. En contraste, su cola dibujaba círculos en el aire.

“Entonces, ¿cómo me vas a llamar?” Preguntó Selphy. “Uhhh… ¿Hermana mayor?”

“¿Por qué soy la única hermana mayor…?”