Regressor Instruction Manual

Capítulo 50: La Ciudad Libre de Lindel (Parte 1)

En realidad, no creía que necesitara salvarlos. Era comprensible que los Caria no se interesaran por ellos; teniendo en cuenta la cantidad de dinero y tiempo que tenían que gastar para reclutar combatientes adecuados, era mejor evitar al posible pequeño grupo de élites que había entre los supervivientes. Si el gremio no nos hubiera reclutado, podrían haber aprovechado esta oportunidad, pero el gremio ya había gastado mucho dinero para reclutar al grupo de Kim Hyun-Sung. Como se iba a abrir otra mazmorra, las posibilidades de que reclutaran a esta gente eran bajas, e invertir en ellos sería una estupidez.

No son incompetentes…

“Bien entonces…”

La multitud quedó estupefacta al ver a los peces gordos del gremio hacer una reverencia y retirarse entre murmullos.

“¡Se-señor Hyun-Sung!” al final, alguien gritó su nombre. “P-Por favor… llévenos… con usted”.

Era una petición un poco ridícula. Sabía exactamente quién era. Era uno de los supervivientes del refugio, pero realmente no recordaba su nombre.

Era uno de los que se llevó agresivamente las provisiones que trajo Kim Hyun-Sung y habló mal de Jung Ha-Yan. No solo apartó la mirada cuando le pedimos que fuera a cazar con nosotros, sino que se pegó a Jung Jin-Ho cuando vino por primera vez al refugio. Era más que desvergonzado.

Kim Hyun-Sung creó un refugio seguro en el tutorial para que la gente pudiera descansar e incluso les consiguió provisiones. Y ahora, después de haber recibido suficiente entrenamiento, todavía le estaba pidiendo a Hyun-Sung que se responsabilizara de su vida. Los instructores incluso parecían confusos.

En cierto modo, era bastante sorprendente -a pesar de ser débil, hizo ese tipo de petición, lo cual era admirable. Si yo estuviera en su lugar, no sería capaz de actuar igual que él.

No me molesté en decir nada; yo no era el objetivo de su petición. Sólo Kim Hyun-Sung podía tomar la decisión.

Estoy seguro de que no es tan fácil de convencer.

Incluso si era un pusilánime, estaba seguro de que no era hasta ese punto, no, en realidad estaba un poco preocupado. Después de todo, reunir supervivientes en la mazmorra tutorial y montarles un refugio no era algo que a un humano corriente se le ocurriera hacer.

“Deberías asumir… la responsabilidad hasta el final” dijo el hombre sin ningún tipo de vergüenza.

Mentira.

Probablemente no entendía lo que decía, después de todo, la desesperación hacía a una persona más fuerte, pero a veces más tonta.

Lee Sang-Hee miró en silencio a Kim Hyun-Sung, preguntándole con la mirada si se conocían de antes.

“No-nosotros también” se unió otro.

No pude evitar reírme; empezaron a aparecer uno a uno los locos que habían cobrado valor gracias a él. Era realmente chocante: los perdedores que no tomaron ninguna decisión en el refugio le estaban pidiendo que los salvara del infierno.

“No vas a abandonarnos, ¿verdad?” preguntó el hombre de antes.

“¡Señor Hyun-Sung!”

“Hyun-Sung, por favor llévenos…”

Mientras tanto, el aclamado empezó a caminar hacia ellos lentamente. Verle morderse los labios me hizo pensar que estaba enfadado. Era una reacción obvia; incluso si un monje estuviera en su situación, él también estaría enfadado.

“Lo siento” se disculpó Hyun-Sung, bajando su cabeza.

“¿Lo sientes?”

“Nuestra relación termina aquí” su voz era firme y helada. Probablemente le estaba costando mucho.

Por poco no conseguí soltar una ruidosa carcajada ante tal situación. Me sentía más satisfecho de lo que esperaba.

“En lugar de quedarse conmigo, será mejor que vivan sus vidas en un nuevo entorno. Ha sido poco tiempo, pero me he divertido” siguió Hyun-Sung.

“E-Eso es…”

“Estoy seguro de que la ciudad es segura”.

“No hables tan… irresponsablemente” le reprochó el hombre.

¿A qué se refería? No podía entender que parte lo era.

“No tenemos ninguna obligación de responsabilizarnos de ti” di un paso al frente y alcé mi voz. Pude verme un poco arrogante, pero tenía que decir algo.

“¿Eh?”

“El interior de la ciudad debe ser seguro. Puede que no sea la vida cómoda que esperan, pero al menos no correrán peligro” dije.

“Pero…”

“Lo diré una vez más: el señor Hyun-Sung y yo no tenemos la obligación de cuidar de ustedes. A partir de ahora, somos completos desconocidos” repetí.

A pesar de explicárselo amablemente, parecía como si no lo entendiera, como si hubiera sido agraviado. Probablemente pensaba que era injusto que nosotros estuviéramos en este lado y ellos en el otro.

Idiotas.

No se podía ganar nada sin sacrificios; estaba seguro de que él nunca se daría cuenta de eso. El hombre parecía que iba a correr hacia nosotros y rogarnos que le ayudáramos, así que, con una pequeña sonrisa de satisfacción, saqué la bolsa de monedas de oro que llevaba en el bolsillo.

“Es un poco incómodo decir que éste va a ser nuestro último encuentro, pero aquí tienes un regalo. Seguro que te ayudará un poco” le arrojé la bolsa al desvergonzado.

El hombre la atrapó al vuelo, temeroso de que alguien más se la quitara. Se veía traicionado, mas no dudó ni un segundo en guardarse el dinero al sentir el peso considerable en su mano. En realidad, no era tanto, pero a pesar de eso, la gente a su alrededor se le quedó mirando al instante.

“Gracias” murmuró el hombre, con la cabeza gacha.

“Espero que sobrevivas y volvamos a cruzar caminos” respondí.

Aún no se había dado cuenta del hecho de que no podría ganar nada si no sacrificaba algo. Desconocía si sería capaz de proteger el oro o a sí mismo una vez que entrara en la ciudad, pero sinceramente, no era asunto mío. Solo me estaba deshaciendo de una sanguijuela. 

Lee Ji-Hye, por otro lado, miraba al hombre con desprecio, como si de una sabandija se tratara -se había dado cuenta de la razón tras mis acciones. Era un poco sorprendente que no intentara unirse a nosotros, pero verla observar tranquilamente la situación me hizo pensar que estaba pensando en algo.

Lee Ji-Hye…

Había una posibilidad de que otro gremio se pusiera en contacto con ella. Como su naturaleza era similar a la mía, probablemente crecería usando sus habilidades para hablar.

Qué desperdicio…

Llevarla conmigo sería una carga, mientras que dejarla ir era un desperdicio. Era su actitud lo que me llamó la atención. Su confianza mostraba que no tenía nada que perder y, por alguna razón, me atraía más.

No tengo que estar contigo.

Parecía que eso era lo que estaba diciendo.

Ya había comprobado con Ojo de la Mente que no había nada especial en sus atributos, y aún así ella sería más capaz que cualquier otra persona. 

“Te veré de nuevo” moví mi boca en silencio cuando nuestros ojos se encontraron, esperando que leyera mis labios. Al verme, asintió con su cabeza. 

No estaba seguro de si iba a aplicar para el gremio Cariano, pero sí de que íbamos a volver a vernos.

Me di la vuelta con intención de bajar de la plataforma, con Sang-Hee y Hyun-Sung a mis lados. Ambos asintieron y me imitaron.

“Señor Ki-Young, es usted una persona de muy buen corazón al apoyar a aquel individuo. Seguro que le dio una buena cantidad” dijo el instructor.

“No fue nada. Quiero decir, pasamos un rato juntos en la mazmorra del tutorial” respondí, encogiéndome de hombros. “Entonces, ¿ahora iremos a Lindel?”

“Sí, ya hemos terminado con los preparativos. En realidad, queríamos tomarnos nuestro tiempo, pero había muchas cosas que teníamos que preparar”.

“Ah, ¿y qué hay de los reclutas?”

“Se dirigirán a la ciudad con nosotros. Salgamos” me indicó el instructor.

“De acuerdo”.

Los instructores y los miembros del gremio empezaron a moverse afanosamente como si la vida que llevaban en la mazmorra tutorial se hubiera acabado. No les tenía mucho cariño a los supervivientes, pero estaba deseando que vivieran en una ciudad totalmente nueva.

“Ki-Young” Ha-Yan me llamó.

“¡Hermano!” Park Deok-Gu se encontraba a su lado.

Por supuesto, ambos estaban preparados para irse. Jung Ha-Yan, de aspecto algo demacrado, se puso a mi lado.

“No pensaba que nos íbamos a ir tan pronto, pero supongo que es urgente. Es una pena…” mencionó Deok-Gu con tristeza en su voz.

“Es cierto. Escuché que estabas construyendo un bote. ¿Qué pasó con él?” le pregunté.

“Bueno, estuve preguntando por ahí, y resulta que en Lindel no hay ningún lago o río cerca en el que navegarlo. No tuve más opción que abandonarlo” me respondió.

“Realmente le había quedado muy bien” agregó Ha-Yan. “No sabía que tenías esa habilidad, Deok-Gu”.

“Jeje, es todo gracias a mi abuelo. Él era un artesano, y aprendí muchas cosas de su oficio. De todas formas, no pensé que tendríamos tan poco tiempo. Quería que ustedes dos lo usaran”. 

“No te preocupes, tendremos mucho tiempo para divertirnos en la ciudad” dije, acariciando la cabeza de Ha-Yan. Aceptó de buena gana mi muestra de afecto, lo que me hizo sentir aliviado, pues su condición se veía mejor de lo que esperaba. No lo sabía con certeza, pero al parecer, hablaba mucho de mí con Deok-Gu. Este último había jugado un papel importante en tranquilizarla. 

“Creo que ya nos vamos” nos anunció Hyun-Sung desde adelante.

“Estamos listos, Hyun-Sung”.

El gremio de los Caria, que no era ni grande ni pequeño, empezó a moverse lentamente. Me molestaba un poco el hecho de que tuviéramos que caminar durante mucho tiempo, pero también era divertido.

Las carpas y tiendas de campaña ya se habían levantado, dejando al descubierto un gran campo. Había carretas con diferentes estandartes y mucha gente de diversos gremios, algunos a caballo, otros sentados en los transportes, y la mayoría de pie. 

Nunca había emprendido un viaje como este. Desconocía cuánto nos tomaría llegar a Lindel a pie… probablemente días. Si tuviera que adivinar, diría que menos de una semana. 

Y así, con el Sol en su punto más alto, marchamos.

“Y entonces… usé un nuevo hechizo hoy”.

“Sí, sí”.

“Yo mismo lo vi. Fue realmente asombroso… Ha-Yan comenzó a recitar un hechizo y el lago se dividió de repente. Hace mucho tiempo, una señora que vivía en el mismo barrio me dijo que alguien llamado Mases o algo así había partido una vez el océano. Sentí como si realmente estuviera viendo esa escena” explicó Park Deok-Gu con ojos brillantes.

“Ese hombre se llamaba Moisés” aclaró Kim Hyun-Sung.

“¡Ahh! Sí, creo que Moisés era el nombre del hombre. Oye, eres muy listo. Así que de todos modos…”

Park Deok-Gu hablaba mucho, Kim Hyun-Sung parecía estar de buen humor y Jung Ha-Yan caminaba mientras me agarraba fuerte de la mano. Tenía una expresión de somnolencia, dejándome claro lo poco que había dormido.

Mientras caminábamos, los ejecutivos del gremio también hicieron tiempo para explicarnos algunas cosas.

Y así, con cada noche que llegaba, montábamos campamento para descansar y comer. Era muy divertido pasar el tiempo con los demás, alrededor de una hoguera. 

Me aseguré de pasar tiempo con Ha-Yan, y realmente lo disfruté. Antes de dormir, veíamos las estrellas, recostados en el campo. Nos sorprendió lo visibles que eran aquellos puntos de luz que salpicaban el cielo nocturno. Ella decía saber todas y cada una de las constelaciones, pero se entristeció al ver que eran completamente diferentes. 

Mientras que en el día, discutíamos sobre todo tipo de cosas. Por supuesto, los demás se unían a nuestras conversaciones. Deok-Gu, que era un extrovertido en toda regla, llamaba a gente de otros gremios como si nada y los invitaba a nuestras conversaciones. 

Lee Sang-Hee, demostrando lo humilde que era, caminaba con nosotros en lugar de usar un caballo. Cuando descansábamos, se tomaba su tiempo para enseñarnos a montar en uno. Hubo más de un derribo, que causaba una multitud de carcajadas entre los espectadores. Hyun-Sung, cómo no, resultó ser un talento para ello, sorprendiendo a todos una vez más. 

En este tiempo, realmente aprendí a apreciar un poco más a mis compañeros. Casi deseaba que siguiera así para siempre. La torre del reloj que se divisaba a lo lejos indicó el final del viaje, después de cinco días que pasaron volando. 

Cuando miré silenciosamente a un lado, vi la expresión de Kim Hyun-Sung. Este era un nuevo comienzo para ambos. Su cara parecía complicada, así que no podía adivinar lo que estaba pensando; era natural que tuviera muchos pensamientos. Las cosas que pasaron en el pasado, las cosas que iban a pasar en el futuro, el gremio y nuestro grupo. Parecía como si estuviera organizando sus pensamientos con calma.

Jung Ha-Yan miraba la ciudad como si de una casa para recién casados se tratara. Supongo que pensó en este lugar como en un hogar en el que íbamos a vivir. Una sonrisa apareció en su cara pequeña y redonda.

“Eso es…”

Era el lugar donde los terrícolas se establecieron dentro del Sacro Imperio.

“Lindel…”

Lindel, la ciudad libre.

“¡Hola mundo, Park Deok-Gu está aquí!” gritó.

“¡Jajaja!”