Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 25

Capítulo 2: En el Fondo de la Quebrada del Wyrm de Tierra

Parte 2

O al menos ese era mi gran plan. Resultó que no pudimos escalar el precipicio. Usé magia de tierra para escalar un poco del camino, pero salimos de la zona con los musgos y hongos luminosos y todo se volvió totalmente negro. Mientras estábamos envueltos por esa oscuridad, claramente podríamos ser atacados por un grupo de Dragones de Tierra. Los puntos de apoyo que yo había fabricado con magia de tierra eran inestables, y entonces, en la oscuridad, más de diez Dragones de Tierra saltaron hacia nosotros como lagartijas. Vinieron por nosotros desde cada lado, uno tras otro. Eran tan enormes que no tuvimos más opción que retirarnos. Y como si ya no fuera lo suficientemente malo, ellos usaban magia.

¿Pueden creerlo? ¡Vamos! Las Lanzas de Tierra salían desde arriba, abajo, la izquierda, la derecha, e incluso desde las propias paredes. Fue una absoluta pesadilla.

Ugh. ¡Odio a los dragones! “Fiu…”

Probé todo tipo de cosas. Traté de usar una catapulta para lanzarnos hacia la superficie de un solo disparo. Traté de usar magia de tierra para ocultarnos mientras escalábamos. Sin importar lo que hiciera, los Dragones de Tierra lo arruinaban. Ellos nos interceptaron a medio vuelo de nuestro disparo de catapulta y nos detectaron a pesar de mi magia de ocultamiento. Eran inesperadamente listos e incesantes. Una vez que nos tuvieron en la mira, ellos nos persiguieron hasta que nos retiramos hacia el lugar donde crecían el musgo y los hongos. A ellos no parecían gustarles los lugares así. Tal vez eran los hongos, o quizá no veían esta zona como su territorio. Algunos sí nos persiguieron hasta ahí abajo, así que no era como si fueran incapaces físicamente.

“¿Qué hacemos…?” me pregunté. “Sabes, Dohga, estoy impresionado de que hayas llegado aquí.”

“… Ajá. No muchos atacaron bajando.”

“Hah… Ah, espera un segundo. Eso tiene sentido.”

Los sentidos de los Dragones de Tierra se nublaban ante cualquier cosa sobre ellos, pero estaban en alerta máxima por cualquier cosa debajo. Yo sabía eso, pero esta era la primera vez que lo había visto en acción. Era incesante, como cuando un gallo pasa al ataque cuando detecta a un enemigo. Consideré recurrir a magia de área para mandarlos a todos a volar, pero todo lo que eso haría sería enterrarnos bajo los escombros. La quebrada era amplia y profunda, y los Dragones de Tierra podían usar magia de tierra. Incluso si derrotaba a docenas, ni siquiera haría mella en sus números. Yo no quería hacer un uso enorme e innecesario de poder mágico cuando la batalla contra Kalman y Gal Farion aún estaba pendiente.

Ugh, estaba vacilando demasiado. Mientras tanto, las hojas de sus asesinos podrían estar balanceándose hacia la aldea Superd. Ellos fácilmente podían apuntar esas hojas en otras direcciones. Como mínimo, la ubicación de Zanoba sería expuesta. Ellos bien podrían ya haber llegado a él. Estaba ansioso por salir de aquí… pero tenía que tranquilizarme. Apresurarse no mejoraría las cosas.

Por alguna razón, cuando miré con el Ojo de Visión Distante, los Dragones de Tierra todavía nos estaban observando después de que habíamos bajado.

“Vamos a ver si hay algún lugar con menos Dragones de Tierra, ¿bien?” sugerí. “… Ajá.”

Y así, nosotros comenzamos a caminar, con nuestro camino iluminado por los hongos y los musgos. No solo fueron Dragones de Tierra los que nos atacaron. Tuvimos que enfrentar a insectos tan grandes como una persona que se veían como mantis religiosas y ciempiés. Tal vez los Dragones de Tierra sobrevivían alimentándose de los insectos. Un Dragón de Tierra había atrapado a un insecto con sus mandíbulas justo en frente de nosotros antes de subir por el precipicio. El cadáver de otro Dragón de Tierra cayó desde arriba —¿Supongo que murió sobre la pared del acantilado?— y fue rodeado de insectos. Su presa estaba aquí abajo, y era raro que algo viniera desde arriba. Tenía sentido que los Dragones de Tierra solo prestaran atención a las cosas debajo de ellos. Había una extraña cadena trófica específica de esta quebrada.

Algo se me ocurrió mientras caminábamos.

“Es bastante fácil caminar por aquí, ¿eh?” dije. El camino a lo largo del fondo de la quebrada era inesperadamente parejo. Algunas zonas estaban bloqueadas por enormes hongos o rocas que deben haber caído desde arriba, pero era bastante plano y fácil de navegar. Sentí que ya había caminado antes a través de un camino similar.

“… Ajá. La Mandíbula del Wyrm Rojo es igual.” “¡Aaah!”

¡Ese lugar! ¡El escenario de mis conmovedores pero horribles recuerdos de Orsted!

Ciertamente se sentía igual que las Mandíbulas Superior e Inferior del Wyrm Rojo, como también al camino que daba hacia el Santuario de la Espada. Los hongos y las rocas caídas lo dificultaban, pero esos lugares se habían sentido así.

“¿Eso quiere decir que alguien fabricó esto…?”

No había ningún monstruo en ese camino. Eso quería decir que alguien lo había fabricado, para luego traer a los Dragones de Tierra… Esperen un segundo. ¿Acaso no había sido Laplace quien trajo dragones al Continente Central? Laplace bien pudo haber fabricado este camino.

¿Por qué?

No tenía forma de saberlo. Yo estaba buscando un lugar por el cual poder escalar, no una respuesta a un misterio histórico. Podría haber un lugar con un terreno rocoso que prevenía que los Dragones de Tierra anidaran ahí. Yo había estado mirando hacia arriba con el Ojo de Visión Distante ya por un tiempo, pero las paredes de la quebrada estaban tan llenas de agujeros que me preocupaba su integridad estructural. Era como una ciudad de rascacielos amontonados sin dejar brechas. No había un Dragón de Tierra viviendo en cada agujero, pero la realidad estaba malditamente cerca de eso. Eran mil, tal vez dos mil. Eran los que vivían en el fondo los que en su mayoría venían en busca de comida. Yo no creía que aquí hubiese suficiente comida como para mantener a un número tan grande de Dragones de Tierra, pero en este mundo, no era inusual ver monstruos en números que no encajaban con la cantidad de presas a disposición.

… ¿Qué tal si hay una forma de usar esa información para escalar hasta la cima de la quebrada? Pero ¿cómo? ¡Vamos, cerebro, piensa!

Era una verdadera molestia salir después de caer. A mí me habían advertido no caer dentro de la Quebrada del Wyrm de Tierra.

“Rudeus.”

“¿Mm? ¿Enemigos?” Me preparé para la aparición de otro insecto o algo así, pero Dohga estaba apuntando directamente hacia un costado. Ahí no había más que una pared. Esperen

—no era solo una pared. Estaba a la sombra de un hongo, lo cual dificultaba verlo, pero había un agujero. Había agujeros por todo el fondo de la quebrada, pero este agujero era un poco diferente de los otros debido a las escaleras. ¡Tenía una escalera!

Daba hacia abajo.

¿Se supone que bajemos más?

Entonces…

“¿Eh?” Un instante después, mi brazo se movió por voluntad propia. Mi mano derecha apuntaba hacia el agujero. Como si me estuviera diciendo que debía entrar.

“Atofe-sama, ¿esa es la salida…?”

La ramificación de Atofe no hablaba, pero el brazo siguió apuntando.

“Supongo que lo es.” No parecía que fuéramos a encontrar un lugar por el cual escalar, sin importar lo lejos que camináramos. La quebrada no era infinita, pero incluso si continuábamos por años, probablemente solo llegaríamos a un callejón sin salida. Además, regresar para buscar otra dirección tomaría tiempo. Bien podía investigar cada cosa que llamara mi atención por el camino.

“¿Vemos lo que hay ahí abajo?”

“Mm-mm.” Dohga estuvo de acuerdo con algo de vacilación. Tal vez él también sintió algo cuando miró hacia la escalera. Y así, comenzamos a bajar, hacia la oscuridad.

***

En el fondo de las escaleras había un enorme altar. Un enorme altar… ¿De qué otra forma podía describirlo?

Estaba dentro de un espacio amplio cubierto de hongos y musgo, apoyado por dos pilares decorados con grabados. Había un estrado de roca tallada, y la pared detrás de él estaba decorada con finos grabados de fresco. Lo que describía parecía ser un dragón. Había un montón de otras cosas añadidas en el diseño, pero era difícil ver qué eran exactamente dentro de la oscuridad. Aun así, yo tenía la sensación de que ya había visto algo así. Ahora bien,

¿dónde fue…? Ah.

“¿Esta es una ruina del Clan Dragón…?” me pregunté en voz alta.

Sí, eso era. Este lugar se parecía mucho a las ruinas de teletransportación. Es más, estos grabados se parecían a los que había visto en la fortaleza flotante. Eso quería decir que aquí podría haber ruinas de teletransportación. Incluso si las hubiera, ¿podía contar con ellas? ¿En dónde iba a terminar después de saltar hacia un círculo de teletransportación desconocido? Yo solo quería ir directamente hacia arriba.

Espera un momento, todavía no saltes a las conclusiones. Por lo que podía ver, no había otras habitaciones más que esta con el altar. La Mano Atofe no estaba apuntando en esa dirección —estaba apuntando hacia el grabado fresco, y un pequeño estante de piedra debajo de él. Olviden eso, el estante solo se ve pequeño porque el grabado fresco es tan grande. No podía ser llamado pequeño. La mano de Atofe estaba apuntando en esa dirección.

El rostro de Atofe apareció en mi mente. ¿De verdad podía seguir las indicaciones de una reina demonio con un rostro tan feo? La incertidumbre se apoderó de mí por un segundo, pero mis piernas ya se estaban moviendo. Con la Mano Atofe todavía moviéndose, yo me acerqué al estante. Sobre él había varias botellas, turbias y sin tapas. También había una bola de cristal empañada e incrustada en el estante.

“Es mejor que no haya alcohol aquí,” murmuré, tomando una botella. Tenía un grabado de dragón. Apuesto a que, si se lo enseñaba a Zanoba, él sabría decirme cuánto valía. Ah, y estaba vacía.

“Bueno… ¿Qué hago con esto?” le pregunté a la Mano Atofe. Esta no respondió. En cambio, ella se estiró. Fue más allá de las botellas, hacia el cristal empañado. Se posó sobre la bola de cristal, y justo después de eso, recuperé el control de la mano.

¿De qué se trata esto? me pregunté. ¿Qué quería que hiciera? Tenía botellas, un cristal, y un altar. Era como un acertijo de juego de aventura. En cuyo caso, me gustaría una pista.

“Rudeus, ahí.”

Dohga, ahora de pie detrás de mí, estaba apuntando hacia algo sobre mi cabeza. Miré hacia arriba y vi una luz azul proveniente de la parte superior de los grandes pilares sosteniendo el altar.

No, no era así. Los pilares no estaban brillando —algo que brillaba de azul estaba filtrándose desde arriba de ellos. Esta esfera de cristal —o supongo que el altar completo— era un implemento mágico. Un implemento mágico que filtraba agua azul. Solo que, mirando hacia la luz, no pude evitar recordar a los hongos y musgo a nuestro alrededor.

“Bueno, ¿para qué es esta agua?” me pregunté como si supuestamente debiera beberla, aunque el color no se veía saludable… Excepto que aquí había botellas, así que tal vez tenía que usar el agua en algún lugar. Tal vez si llenaba las botellas con el agua, para luego verterla sobre algún artefacto, este último se movería, y una puerta sería abierta, para finalmente conseguir una espada legendaria. Qué mal que no me haga falta una de esas ahora mismo.

“¿Tal vez esto?” Dohga estaba apuntando hacia el grabado fresco. Ahí había una enorme imagen describiendo personas y Dragones de Tierra. Tal vez estaba configurado para que el agua azul fluyera cuando movías la esfera de cristal, activando el implemento mágico —la luz azul hacía resaltar toda la imagen, mostrando el río de agua azul. En la parte superior estaba el altar y una persona recolectando en una botella el agua azul que venía de él. Luego, la persona con la botella la vertió sobre las personas a su alrededor, y todos ellos tomaron espadas y lanzas y fueron tras los Dragones de Tierra. Estaban cazándolos.

Bueno, basándome en una rápida observación del grabado fresco, esta agua tenía que ayudar con la caza de los Dragones de Tierra. Además, había letras escritas en la esquina, pero no podía leerlas. Se veían un poco diferentes de la escritura dragón que yo había visto.

“Ah, esperen un momento…” Se me ocurrió algo. Los Dragones de Tierra no bajaban al piso de la quebrada. Teníamos el musgo azul, los hongos azules, y ahora el agua azul. Tal vez aquí habían vivido personas en el pasado, y esas personas habían usado el agua azul para ahuyentar a los Dragones de Tierra, a quienes no les agradaba alguna sustancia dentro del agua. Esa sustancia estaba en los hongos y musgo azul. Además, mirando hacia el grabado fresco, las personas atacaban a los Dragones de Tierra desde atrás y continuaban en un ángulo desde debajo de ellos. Desde abajo, incluso aunque los Dragones de Tierra seguramente se darían cuenta… ¿Podía ser posible que los dragones no pudieran verlas? ¿No podían ver cosas que emitieran esta luz azul? Eso explicaría la razón por la cual raramente bajaban al suelo de la quebrada. Así que, tal vez, si vertíamos esto sobre nuestros cuerpos, ¿ellos no podrían vernos?

Me di la vuelta hacia Dohga y pregunté, “… ¿Quieres intentarlo?” No expliqué lo que quise decir.

Pero Dohga gruñó, “Ajá,” como si fuese obvio.

***

No mucho después, nosotros ya estábamos en la cima de la quebrada. Habíamos escapado. Habíamos escapado de la Quebrada del Wyrm de Tierra.

“Aah, se siente genial ser un hombre libre.”

Habíamos salido de la cueva cubiertos de pies a cabeza de agua azul. Luego, yo fabriqué un ascensor con magia de tierra y nos levanté lentamente. Lo hice de forma lenta porque estaba preocupado de que los Dragones de Tierra pudieran darse cuenta de nuestra presencia si íbamos demasiado rápido.

Estaba en lo correcto. Los Dragones de Tierra miraron hacia nosotros, pero no reaccionaron. Ya sea ellos no pudieron vernos, o no nos registraron como comida. Ellos solo se quedaron pegados a las paredes de la quebrada, uno al lado del otro y sin moverse. Apenas pasó una hora después de eso cuando, después de elevarnos lentamente, vi el cielo nocturno. Era de noche.

Salimos en el borde de la quebrada. Por alguna razón, la luz de la luna me estaba poniendo emocional.

“Lo hicimos,” dije, golpeando la espalda de Dohga. “¡Ajá!” Él asintió felizmente.

Había tomado un tiempo, pero escapamos. Ahora teníamos que regresar a la aldea Superd de inmediato y contarles sobre los dos soldados.