Toradora! (NL)

Volumen 7

Capitulo 5: 25 de Diciembre

Parte 2

Todas las luces que se habían dejado prendidas cerca de la entrada fueron apagadas debido a que el olor de la pólvora flotaba en el aire. Únicamente las luces del techo quedaron iluminando el salón. Se escuchó el silbido de alguien, retumbaron risas y aplausos por todas partes y Ryuuji estuvo a punto de perder un tornillo.

“¡Yay! ¡Feliz Navidad! ¡De aquí hasta el próximo año!” “¡Feliz navi~~~~~~! ¡Uhyo~~~~~~~~~~~!”

Noto y Haruta chocaron sus manos, Ryuuji añadió un “¡Ou! ¡Feliz Noche…buena!” y bebió el ponche de frutas excesivamente dulce que se había servido a sí mismo.

El ácido carbónico burbujeaba en su garganta y la intensa dulzura cubría su lengua, sin embargo la excitación no era suficiente para hacer que su corazón saltara. No tenía suficiente vigor. Ella seguía sin aparecer. Si Minori no aparecía, él no podría ver el objetivo de su amor.

Los latidos de su sobresaltado corazón, la rigidez de su temblorosa espalda, todo su cuerpo, todo, estaba esperando su llegada. Ryuuji esperaba ver la sonrisa de Minori. Por favor ven, por favor sonríeme, rezaba con todas sus fuerzas. Le tendió su mano imaginaria, su estafeta imaginaria, como si le estuviera pidiendo que la tomase.

Entonces, sucedió.

El telón del escenario que el indecoroso Kitamura había dejado ya, se levantó animando aún más a la audiencia que irrumpía en gritos de sorpresa y emoción. Los ojos de Ryuuji destellaron perturbadoramente. ¿Era porque había visto al hombre que había asesinado a su padre…? No. …Lo que él apretaba con firmeza no era un arma, era un cucharón.

 o se escucha ninguna música de fondo, era lo que él había estado pensando. Él sabía, por supuesto, que iban a detonar petardos para celebrar la apertura (Después de todo Ryuuji los había conseguido), así que imaginó que poner música después de la apertura ayudaría a levantar los ánimos.

Pero había sido engañado. Completamente engañado.

Los miembros de primer año del comité de los preparativos que estaban repartiendo sándwiches a un lado de Ryuuji también tenían sus bocas abiertas por la sorpresa. Él tampoco lo sabía. Y pensar que era una sorpresa incluso para los miembros del comité de los preparativos… Parecía que los únicos que lo sabían eran los miembros del Consejo estudiantil y ellas.

En el escenario, acontecía una presentación especial, secreta y de una sola noche. Los huesos de su cuerpo se estremecieron retumbando con el tosco sonido de tambores desconocidos. Las vibraciones del suelo pasaron a través de su tembloroso cuerpo. La sangre de su cuerpo entero se agitaba.

Una batería, guitarra, bajo y un teclado. Si podía recordarlo bien, ésta debía de ser la banda del club de música pop. Se acordaba de haber escuchado, de personas que los habían visto tocando en vivo en el festival cultural, que eran bastante buenos. Lo que tocaban era un arreglo pop de una famosísima canción navideña que había alcanzado el número uno y todos debían conocer. Y la líder de la banda, que cantaba en inglés ante el micrófono era:

“¡Ta… Taiga…! ¡Es Taiga!” Ryuuji por poco se desmaya.

Era Taiga, usaba un vestido negro sin tirantes. Ami también estaba allí usando el mismo tipo de vestido negro hasta la rodilla y llevaba el mismo peinado que Taiga. Aparte de ellas, había una chica de segundo año perteneciente al consejo estudiantil y otra chica quien probablemente era la vocalista del club de música pop.

Las cuatro chicas elegantemente vestidas, todas ellas con peinados recogidos, lápiz labial rojo intenso, guantes largos hasta el codo y con vestidos negros sin tirantes, unían sus voces a la melodía. Las chicas daban un paso a la derecha y luego a la izquierda frente a los micrófonos con soporte. Levantaban sus brazos, inclinaban la cabeza un poco y luego bajaban lentamente sus manos desde los codos. La coreografía del grupo era impecable y sus voces eran claras y armoniosas.

Luces entrecruzadas iluminaban al cuarteto y un aplauso coordinado se elevó por el salón.

Por aquí y por allá, otras voces comenzaron a cantar al unísono en las partes principales de la canción. Había sonrisas, pláticas, una canción navideña y un revestimiento brillante que iluminaba todo.

“¡…Wow! La Tigre está… cantando y bailando…”

A Haruta se le olvidó disparar su petardo y bailó al ritmo de la música con su boca todavía medio abierta. Noto quien aplaudía y silbaba replicó en voz baja.

“Es el poder del amor, es amor. ¿Exactamente qué ve ella en ese exhibicionista…no crees?”

Ryuuji no pudo responder a los ojos que le dieron una rápida mirada. Él miró a Taiga en el escenario, luego a Ami y luego pensó, ¡Rayos!

¡Rayos, en serio!

No tenía idea de que habían estado preparando esto. Todos los demás habían estado tan ocupados estudiando para los exámenes y con los preparativos de la fiesta ¿Cuándo encontraron tiempo para ensayar esto, éste lindo conjunto navideño?

Las cantantes de negro, no obstante bajaron el volumen de su canto como si intentaran mantener su interpretación en un segundo plano e intensificaron su coreografía. Ponían ambas manos en sus caderas, movían la cabeza y bailaban con pasos ligeros. Las personas reunidas alrededor del árbol también seguían el ejemplo y bailaban con la música. La siempre ávida de atención Ami, al parecer esta noche se conformaba con ser solamente parte del conjunto. Estando junto a su enemiga natural, ella no sobresalía, igualaba sus movimientos a las demás y sacudía rítmicamente sus hombros color marfil.

Los trozos de papel dorados y plateados pronto empezaron a dispersarse por todo el salón. Los chicos del consejo estudiantil arrojaron puñados de ellos desde los corredores del segundo piso usando el aire de los conductos de ventilación. Los trozos de papel hechos a mano volaban siguiendo el movimiento del aire. Ryuuji también podía escuchar las voces simultáneas de las chicas gritando “¡Wow! ¡Es como nieve!”

Como símbolo de la fiesta en medio de la resplandeciente nieve que caía, el árbol irradiaba luz silenciosamente. Era descomunal, como si iluminara a toda la multitud de sonrisas. Ryuuji no podía notar ninguna señal de daño desde su puesto de ponches. Las lucecitas parpadeantes, la serie de campanas que él hizo junto con Ami, los adornos plateados y azules, las brillantes esferas doradas, todo resplandecía bajo las luces entrecruzadas.

Lo mismo podía decirse de la estrella de Taiga que brillaba en la cima del árbol, la cual emitía luces esplendidas y deslumbrantes. Él podía ver que brillaba intensamente.

Esto es tan maravilloso.

Aquello era en verdad, impresionante.

Todavía paralizado, Ryuuji volteó hacia el escenario. Miró a las hermosas decoraciones navideñas, a las deslumbrantes luces, al enorme árbol, a la presentación en vivo, a una Taiga que cantaba, a una Ami que bailaba, a un Kitamura desnudo, a sus amigos gozando de la fiesta y a los muchos, muchos, muchos rostros sonrientes. A este animado, estridente, loco y último alboroto del año.

Se sentía verdaderamente como un idiota por pensar en algún lugar de su interior, aunque fuera por un momento, que hubiese sido mejor no postularse como miembro del comité. Ryuuji realmente sentía que esa parte de él, la parte que casi pensaba que él debería haberse olvidado de la fiesta y en su lugar haber llamado a Minori para darle el regalo, era estúpida.

Después de todo, se estaba divirtiendo de lo lindo ¿Cierto?

Eso era el porqué él quería estar ahí, en ese momento, en ese divertido lugar con Minori

¿verdad? Él quería mirar la presentación sorpresa de Taiga y Ami con ella ¿Cierto? Él quería contemplar ese deslumbrante árbol mientras la resplandeciente estrella de Taiga lo iluminaba y quería disfrutar de ésta feliz fiesta con ella ¿No es así?

Ryuuji bajó el cucharón del ponche de frutas y una vez más rezó desde el fondo de su corazón. Kushieda, ven por favor. Ven por favor antes de que la fiesta termine. Todos se divierten, todos sonríen y tú no estás aquí, nadie recibirá su recompensa. Éste relevo de felicidad no funcionará sin ti. Éste es el momento maravilloso que quiero presenciar sonriendo, junto a ti. El cucharón temblaba debido a las potentes plegarias de Ryuuji.

No podía ser otro sitio. No podía ser otro momento. La noche que quería compartir con Minori tenía que ser en ésta fiesta. Ésta noche era por el bien de la sonrisa de Minori.

Entonces, Taiga desde el escenario se dio cuenta de que Ryuuji la miraba. Manteniendo el contacto visual curvó sus labios en una sonrisa. Te he sorprendido ¿Eh? Estás asombrado

¿Cierto? Parecía como si quisiera decir eso. Ella se giró de nuevo hacia la audiencia, esperó tres tiempos y luego volteó de nuevo. Y en ese instante, Taiga le guiñó un ojo solamente a Ryuuji, fue tan rápido que nadie se dio cuenta.

“¡I…I…Idiota!”

Se quedó pasmado, pero luego sonrió.  o me hago responsable si olvidas que eres una torpe y metes la pata.

Pero ella, a pesar de ser Taiga, no estropeó su coreografía. Llevó hacia abajo el pedestal de su micrófono al mismo tiempo y en el mismo ángulo que las demás, luego dio un puntapié al tubo sostén, regresándolo rápidamente a su forma original. Parecía como si fuera pan comido para su Señoría el Angel Taiga que había estado proclamando que Minori definitivamente vendría, que él no tenía que preocuparse. Esto era, para todos los efectos un milagro ¿No?

“¡Takasu-kun! ¡Un ponche de frutas por favor!”

“¡Oye, yo voy primero! ¡Estoy sediento!”

Las personas que llegaban bastante agitadas, pronto aparecieron frente a su puesto en bandadas buscando nutrición líquida. Ryuuji salió de su trance, recordó su posición como miembro del comité y dijo: “¡Muy bien! ¡Por favor, fórmense!” mientras balanceaba su cucharón. Entrecerró sus ojos con determinación de vida o muerte jurando no derramar una sola gota.

La noche pasaba en medio de las sonrisas de gente que cantaba, gente que bailaba, gente que hablaba, gente que sólo quería hacer ruido y gente que esperaba por alguien. Kitamura también se acercó y le explicó el porqué estaba vestido así. Había pensado que tenía un disfraz completo de Santa, pero cuando comenzó a cambiarse, en el último minuto se dio cuenta de que la parte superior no estaba. No tuvo tiempo de conseguir otro disfraz, así que no hubo otra opción más que salir así… ésa era la excusa aparentemente, pero.

“… ¿No pudiste simplemente ponerte una camiseta?”

“¡Oh, cierto! ¡Pude haber hecho eso! ¡Debiste decírmelo antes!” “…No es demasiado tarde para que te pongas algo ahora” “¡¿Eh?! ¡¿Qué?! ¡No te escucho!”

Para cuando Ryuuji se percató de que Taiga se había ido, la música de fondo había sido cambiada por música occidental de moda y el telón había caído.

***

“¡Así que aquí estabas!”

Su brazo fue jalado hacia atrás y perdió el equilibrio. “¡Ou!… ¡Rayos, me asustaste!”

“¿Eh? ¡No puedo escucharte! Hay mucho ruido… ¡Kya!”

“¡Es Ami-chan, es Ami-chan, es Ami-chan! ¡Ami-chan ha descendido al plano de los mortales!” Ryuuji pudo ver chicos de todo el lugar luchando contra la marea de gente para poder acercarse a ella como moscas a la miel. Si no hubiese sido porque los hombres ‘Ami- sama Love’ con batas happi encerraron con su propio cuerpo a Ami en un círculo y la protegieron de la multitud gritando – “¡No la toquen!”, “¡No se acerquen más!” – los dos pudieron haberse quedado atrapados en el centro de una apretujada rueda de San Miguel⁵ y haberse sofocado.

Después de haber conseguido de alguna manera el espacio suficiente para dos personas frente al árbol, Ami se cubrió uno de sus oídos debido al escándalo y le sonrió con sus seductores labios rosa intenso.

“¡Oye, oye! ¡¿Qué tal estuvo la canción?! ¡Te sorprendiste ¿verdad?!” “¡Sí, eso realmente me tomó por sorpresa! ¿Cuándo ensayaron eso?”

“¡Fue algo así como un regalo sorpresa ♥ para todos los del Comité de los preparativos!”

Su ubicación actual estaba justo en el centro de la música y el ruido, y no iba a ser posible mantener una conversación en la misma frecuencia sin tener que gritar. Vestida más hermosamente que cualquiera en su ajustado vestido negro, Ami levantó ambas manos bajo las luces y luego dijo; “¡Oh, Amo ésta canción ~!” mientras bailaba al ritmo de la música. Los silbidos y vítores surgieron debido a los brillantes trozos de papel. Las personas que formaban un círculo alrededor de ella también alzaron sus brazos imitando a Ami y los sacudieron al ritmo de la música.

“¡Ésta es mi canción! ¡Vamos Takasu-kun, levanta también tus manos! ¡¿Oye, qué te pasó hoy?! ¡Me encanta, no esperaba que vinieras vestido con un traje tan chic!”

Ami se acercó tanto a él que podía sentir su calor corporal. Sus manos fueron agarradas y levantadas en tanto las miradas celosas y envidiosas lo apuñalaban por la espalda, pero…

“¡E-espera! ¡Ahora estoy buscando a Taiga!”

⁵ Rueda de San Miguel: Juego infantil donde los niños cantan en rueda y según les va nombrando el niño que está en el centro, se vuelven de espaldas, hasta que todos quedan igual. En el texto original en japonés se llama Oshikura Manjuu, un juego infantil similar.

“¡¿Eh?! ¡¿Qué?!”

Ryuuji no estaba de humor para bailar por ahí alegremente. Luego, apareció Kitamura, quien ahora usaba camiseta y se había quitado la barba y el gorro. Se abría paso a manotazos entre la gente que bailaba y decía: “¡Permiso, vengo detrás!, ¡Disculpa!”

“¡Ou, Kitamura! ¡Aquí estoy! ¡¿La has visto por allá?!”

“¡No, no estaba por allá! ¡Nadie la ha visto! ¡Oh, a buena hora! ¡¿Ami lo sabes?! ¡No podemos hallar a Aisaka por ningún lado! ¡La hemos estado buscando!”

Ami dejó de bailar. A él le dio la sensación de que los labios de Ami se movieron un poco, sin embargo el lugar estaba tan lleno y agitado que lo que sea que haya dicho no llegó a los oídos de Ryuuji.

“¡¿Eh?! ¡¿Qué dijiste?! ¡No te escucho!”

Acercó sus oídos a la boca de Ami, quien era casi tan alta como él. Ella le acercó su cuerpo como si fuera a rodearlo con sus brazos, curvó su mano entre sus labios y el oído de Ryuuji, y le dijo:

“He dicho que se fue a su casa”

“Dijo que iba a ver a Minori-chan, que la traería aquí y entonces volvería a su casa. Dijo que no quería interponerse en el camino, que iba a prepararse para Navidad y esperar a Santa”

Ryuuji miró de vuelta a Ami, estaba boquiabierto como idiota. Los enormes ojos de Ami reflejaban las luces y emanaban una potente y fría luz directamente hacia él.

“¿…No lo sabías? ¿No tenías idea de que esto iba a pasar? ¿En serio no tenías la menor idea?”

Él negó con la cabeza.

La música para bailar sonaba. Ryuuji no pudo hacer otra cosa que negar con la cabeza en medio de la multitud que sacudía sus manos en el aire. No podía moverse. No tenía ningún sentido. Kitamura le preguntó “¡¿Qué?!” y volteando hacia el rostro de su amigo, lo pensó de nuevo.

 o tiene ningún sentido.

“¿Por qué? ¡¿…Por qué tiene que hacer eso?!” “¡¿Y yo cómo voy a saberlo?!

“¡¿Por qué tiene que regresar a casa?!”

“¡Ya te dije que no lo sé! ¡¿…Será que quizás haya algo que ella no quiere presenciar?!” “¿…Eh…?”

“Por eso te lo advertí. ¡Aghh! ya tuve suficiente. No importa lo que te diga, no hace ninguna diferencia. No escuchas lo que digo… Ninguno de ustedes lo hace… Ya me harté”

Ami empujó con fuerza el pecho de Ryuuji como si estuviera tratando de escapar. Él fue superado por la potencia y se tropezó con sus propios pies. Ami ni siquiera se molestó en voltear.

“Bueno, estoy cansada. Me voy a casa ¡Quítense de mi camino!, ¡Quítense del jodido camino!, ¡Oh! ¿Por qué tiene que estar tan atestado…? ¡Qué molesto! ¡Quiero estar sola, estoy exhausta!”

Diciendo esto, ella se obligó a salir de la muchedumbre y se alejó tambaleando. “¿Qué pasa Ami-chan?”, “¿Ami-chan, a donde vas?”, “¡Anda, bailemos!” – “¡He dicho, fuera de mi camino!” Gritando, Ami evadió los brazos de la gente que se le acercaba. Su blanco cuello y espalda desaparecieron entre el círculo de personas bailando. Su voz fue ahogada por la música y se desvaneció.

Y Ryuuji se quedó solo.

“¡¿Qué te dijo?! ¡¿Ami sabía algo?!” “…Ella dijo, que se ha ido…” “¡Perdón, no te escuché! ¡Repítelo!” “¡…Taiga! ¡Se fue a casa!”

“¡¿Eh?! ¡¿Por qué?! ¡Aisaka ni siquiera disfrutó de la fiesta!”

Sí, en efecto ella no lo había hecho. Miró al rostro de su amigo que tenía los ojos como platos. Ryuuji se sujetó el pecho que todavía le dolía por el empujón de Ami.

Taiga no había disfrutado aún de la fiesta. Ni siquiera había tenido tiempo para hablar con Kitamura. La fiesta había sido un éxito. Todos se divertían, todos sonreían, excepto Taiga. Ella todavía no había sido recompensada en lo más mínimo por esto.

“¡¿Me pregunto qué fue lo que paso?! ¡Espera ¿Quizás se enfermó?! “Yo… No… No lo sé”

 o lo sé.

Ryuuji se quedó pasmado entre la creciente multitud y se rascó la cabeza. No podía mover un músculo. No lo entendía ¿Por qué tenía que ser de este modo?

El que Taiga preparara ese traje había sido por el bien de Ryuuji.

El que ella se vistiera de esa forma, cantara y bailara había sido por el bien de todos, para animar el ambiente de la fiesta.

Y el que Taiga se fuera, era de nuevo por el bien de Ryuuji. ¿Ella se había ido para traer a Minori? ¿Para no interferir?

“…Pero entonces, si te vas a casa por tu cuenta… ¿Quién te hará sonreír? ¿Acaso esto forma parte de una escena feliz?”

Murmurando esto, vio con el rabillo del ojo al brillante árbol de navidad. La destrozada estrella de Taiga resplandecía. Pero, no importa qué tan hermosa sea, no importa qué tan radiante sea, si ella no está aquí, no tiene ningún sentido. Si ella no estaba riendo con él debajo de ese deslumbrante árbol, no podía ser recompensada. ¿Para el bien de quién era ésta noche tan hermosa? ¿Para el bien de quién llegaría la navidad? ¿Qué no era para el bien de todos? ¿Y ‘Todos’ no incluía a Taiga? Todos tienen que ser felices ¿Acaso has olvidado que incluso tú dijiste eso? ¡Tú, torpe Tigre!

O, ¿De verdad crees que Santa te está observando? “Sé que es hipocresía; santurronería”. Eso es lo que has estado diciendo todo éste tiempo, pero ¿Realmente crees que Santa dejará que lo veas nuevamente si sigues siendo una chica buena?

Pero no existe Santa en el mundo real. o hay nadie que sepa realmente qué tan buena chica ha sido Taiga. o hay nadie observando. o hay Dios en éste mundo. La ciudad resplandece, las luces son brillantes, todos sonríen y una próspera navidad vendrá al mundo pero, Taiga no será recompensada.

¿Acaso Taiga no estará sola nuevamente éste año? …¿Acaso no regresó a casa sola?

¿Acaso no hay ningún adulto que la ayude? Sí, los hay, pero esos adultos no están a su lado ahora.

Entonces después de todo, ¿Taiga estará sola también éste año?

Él se agarró la cara.

Estaba pensando, todavía inmóvil.

¿Cómo puedo salvar el relevo de ésta noche?

Miró de nuevo el rostro de Kitamura. Estuvo a punto de soltar algo de su garganta pero; o, no es eso… Y se tragó lo que iba a decir. Finalmente se había dado cuenta.

Existe una persona que la ha estado observando.

Y existe una persona que sabe de la soledad de Taiga.

Solamente una persona en el mundo. Solamente una persona que siempre ha estado observando a Taiga de cerca. La responsabilidad de pasarle a Taiga la estafeta está aquí en esta mano.

Hay solamente una persona que sabe que Taiga ha sido una chica buena. Y su nombre es Takasu Ryuuji.

En otras palabras – Yo.