Sokushi Cheat Ga Saikyou (NL)

Volumen 10

Capitulo 13: Ante Tal Peligro, ¡No Tengo Más Remedio Que Despertar Mi Verdadero Poder!

—¡Esto es demasiado!— gritó Hanakawa, corriendo tan rápido como sus piernas le permitían. Sin más poderes especiales que su magia curativa, sus habilidades físicas eran sólo ligeramente mejores que las de una persona normal, pero corría como si su vida dependiera de ello. Estaba en la carrera de obstáculos del campo de entrenamiento de la Academia Suudoria.

—¡No puedo imaginar que esto mejore mis habilidades! Después de todo, ya estoy en el límite de mi nivel— se quejó, saltando por encima de un pozo y subiendo por un montículo de tierra.

Si bien era cierto que el entrenamiento físico podía fortalecer su cuerpo, al lado del poder del Don que ya poseía, cualquier cantidad de mejora equivaldría efectivamente a nada. Para fortalecer el Don obtenido a través del sistema de Canción de Batalla, necesitaba luchar contra los enemigos y ganar experiencia, pero ya había alcanzado el nivel máximo al hacerlo. En resumen, no había forma de que se hiciera más fuerte.

—¡¿Al límite?! ¿Quién ha decidido eso?— le gritó una mujer con uniforme militar desde lo alto de un lugar elevado en medio del campo. Era Ingrid, la encargada de entrenar a Hanakawa. Era una estudiante de segundo año de la Academia Suudoria y la responsable de entrenar a los nuevos reclutas.

—¡¿Quién?! ¡El Sistema lo hizo! ¡El límite de nivel de cada raza está determinado por la propia Canción de Batalla! La única manera de superarlo es obtener la habilidad de Romper el Límite…

—¡Idiota! ¡Sólo es el límite porque tú crees que lo es!

—¡No, no, no! Esto no es una cuestión de limites. Si es imposible, es simplemente imposible…

—¡¿Realmente tienes tiempo para quejarte?! ¡¿Debo hacer que nuestro lindo cachorro te acelere?!

Una enorme criatura de cuatro patas y tres cabezas perseguía a Hanakawa a paso tranquilo. Parecía un tiburón al que le habían puesto patas de perro para que pudiera caminar por tierra, pero a cada lado de la cabeza del tiburón había también una cabeza de perro y otra de gato. Había señales de que esas cabezas habían sido cosidas en lugar de ser naturales. Además, del cuerpo principal de la criatura brotaban varios tentáculos retorcidos. Tenía la altura de un edificio de dos pisos y miraba a Hanakawa desde arriba.

—¡Sólo una parte de eso se parece a un cachorro! ¡¿Qué científico loco ha fabricado esta horrible criatura?! ¿Es esta la Seyla de la que me hablabas?

Antes de comenzar su entrenamiento, Hanakawa había recibido una breve explicación de la situación en Belm. Había oído hablar de la extraña criatura conocida como Seyla y de la guerra entre las diferentes facciones que poblaban el continente.

—Este es un prototipo de arma hecho por el Departamento de Biología. No está infectada por la Seyla, así que puedes estar tranquilo.

—Umm, dijiste que no me abandonarías, ¿correcto? Te das cuenta de que si muero, no puedo ser enviado al campo de batalla.

—Sé muy bien que eres un sanador. No hay manera de que mueras tan fácilmente.

—¡Si algo así me muerde, moriré mucho antes de tener la oportunidad de curarme!

—No te preocupes. Se le ha ordenado que no te muerda. Sólo te abrazará con sus tentáculos.

—¡Nooooooo! ¡¡¡Nadie quiere ver una escena así!!!

Hanakawa aceleró. Aparentemente, aún le quedaba algo de energía. Estaba casi al final del recorrido. Si se esforzaba un poco más, estaría fuera de peligro.

Mientras pensaba eso, de repente sintió que flotaba. En algún momento, el suelo bajo sus pies había desaparecido. Hanakawa chisporroteó al golpearse contra el suelo de bruces. El intenso dolor hizo que su mente diera vueltas, pero no podía permitirse el lujo de quedarse sin hacer nada. Se levantó a toda prisa.

—¿Eh? ¿Qué es esto?— Se encontraba en un espacio cuadrado. Tenía unos veinte metros de ancho y las paredes de tierra tenían unos cinco metros de altura.

—¡Es una trampa, y una arena!— De pie en el borde de esa arena, Ingrid lo miró.

Algo cayó al suelo detrás de él, haciendo que la tierra temblara bajo sus pies. Aunque no tenía necesidad de comprobarlo, Hanakawa se volvió a mirar de todos modos. El monstruo de tres cabezas se cernía sobre él.

—El mero hecho de ser perseguido no produce suficiente sensación de peligro. Así que se nos ocurrió el modelo de carrera-lucha-carrera. Es una especie de entrenamiento a intervalos.

—¡¿No es esto demasiado cruel?!

—Por supuesto, esto es sólo un obstáculo más en el recorrido. Todo lo que tienes que hacer es cruzar la línea de meta. Pero, ¿te sientes cómodo dándole la espalda a esa criatura mientras subes?

En otras palabras, tendría que derrotar o rechazar al monstruo para crear una oportunidad de escapar.

—Ja, ja, ja. Dices eso, pero ya me dijiste que no me mordería, así que imagino que me tratará con cierto nivel de contención…— Hanakawa retrocedió, mirando fijamente al monstruo.

El mundo frente a él se volvió borroso. Tardó un momento en darse cuenta de lo que había sucedido. Tras sentir una sensación de ardor en el estómago, dar vueltas en el aire, golpear la pared y finalmente caer al suelo, se dio cuenta de que había sido atacado.

—Así que, no hay ninguna restricción. La única piedad es que no te morderá…

Hanakawa había sido partido en dos. Un golpe de los tentáculos de la criatura lo había cortado en dos. Un humano normal habría muerto al instante o, al menos, habría quedado totalmente incapacitado por una herida así, pero los portadores del Don no morían tan fácilmente. Mientras estuvieran conscientes, podrían aguantar lo suficiente para salvarse.

—C-Curación total…— El estómago de Hanakawa comenzó a regenerarse. La carne se hinchó de la herida, reconstruyendo su torso y sus piernas. Siendo de nivel noventa y nueve, su Magia Curativa no era sólo un espectáculo. Podía curar cualquier herida que no fuera de muerte instantánea sin problema.

—Aunque eso no resuelve realmente mi problema…— Si esos tentáculos se movían más rápido de lo que él podía ver, no había manera de que pudiera escapar de la arena. No podía regenerar la mitad de su cuerpo tantas veces. Si seguía siendo atacado, llegaría a su límite en poco tiempo.

Con su mitad inferior ahora desnuda, miró al monstruo, que saltó sobre su mitad inferior desmembrada.

—Ugh… no puedo decir que me guste ver cómo se consume mi propio cuerpo de esta manera…— Mientras contemplaba el espantoso espectáculo con asco, se dio cuenta de que algo no encajaba. El monstruo le ignoraba, obsesionado con devorar la mitad de su cuerpo que había dejado atrás.

—¡Um! ¡¿Esto no va contra las reglas?! Dijiste que se ordenó no morderme!

—No te está mordiendo, ¿verdad?

—Ah, por supuesto— Sabiendo muy bien que era inútil discutir, Hanakawa se echó atrás. Por ahora, el monstruo estaba obsesionado con su comida, así que decidió aprovechar la oportunidad para dirigirse a la meta.

Comenzó a escalar el muro de tierra. Era sólida y firme, así que con las diversas depresiones y asideros esparcidos por ella, fue sorprendentemente fácil de escalar. Una vez que llegó a la cima, la línea de meta estaba justo delante de él.

—Estudiante de primer año Hanakawa, estás fuera de los límites del curso.

—¿Perdón?

En algún momento, Ingrid apareció frente a él y disparó un rayo de luz. El rayo le golpeó en el hombro, lanzándolo hacia atrás y aterrizando en el fondo de la arena. Se encontró de nuevo cara a cara con el monstruo.

—¡¿Qué estás haciendo?!— Hanakawa se quejó mientras se curaba el hombro. Claro, trepar por el muro le había llevado técnicamente fuera del campo durante un breve periodo de tiempo. Pero pensó que podría volver a entrar inmediatamente, así que no sería un problema.

—Tal como dije. Pero lo más importante, ¿creías que sería tan fácil superar este curso? ¡¿Has olvidado que estamos haciendo este entrenamiento para ayudarte a superar tu límite?! ¡¿Qué sentido tiene un recorrido sin obstáculos?!

—¡Esto es absurdo! Si todo lo que deseas es atormentarme, entonces…

Aunque empezó a discutir, se vio interrumpido por un gruñido procedente de su espalda. El monstruo había terminado su comida y ahora lo miraba directamente. Aunque era imposible leer cualquier emoción en los ojos del tiburón, Hanakawa supuso que lo veía como su próxima comida. Dudaba que estuviera satisfecho con lo poco que acababa de comer. Parecía haber olvidado sus órdenes de no morderle y estaba decidido a comerse el resto.

—¡¡Gah!! ¡Ante tal peligro, no tengo más remedio que despertar mi verdadero poder! ¡Rrrraaaaaaagh!— Desesperado, Hanakawa rugió a pleno pulmón. A continuación, abrió la ventana del Sistema, comprobando si algo había cambiado. Pero su nivel seguía siendo noventa y nueve y su clase seguía siendo Sanador. Sus estadísticas y habilidades seguían siendo las mismas. —¡Claro que las cosas no serán tan fáciles! Las agallas y el espíritu no son suficientes para superar los límites del Sistema.

En definitiva, no tenía más remedio que encontrar una solución a la situación actual con los poderes que ya tenía. Hanakawa señaló con un dedo al monstruo. Aunque era un Sanador, no era que no tuviera forma de luchar. Podía disparar magia desde su dedo con la fuerza de una pequeña pistola. Eso difícilmente sería suficiente para dañar a una criatura tan enorme, pero podía esperar que, en respuesta al peligro que tenía delante, su magia mostrara un poder explosivo poco habitual.

Al menos, no había nada malo en intentarlo. Los ataques con magia estaban básicamente garantizados una vez que se seleccionaba un objetivo. Mirando al monstruo, había siete objetivos que podía seleccionar. El cuerpo principal, la cabeza derecha, la cabeza izquierda y cada una de sus patas.

—Aha, así que esa es la solución. Si golpeo las ampollas de Lorenzini en la nariz del tiburón, ¡las cosas pueden ir bien! ¡Toma esto! ¡Sangre del alma!

Una bala de luz salió disparada de su dedo y rebotó inofensivamente en la nariz del monstruo antes de desaparecer.

—¡¿Sólo rebotó?! Aunque haya utilizado la técnica más débil, ¿no debería haberle volado la cabeza a la criatura para poder decir una frase como “¡Vaya, ese monstruo sí que era frágil!”, como una especie de protagonista idiota. No, en esta situación, ¡quizás uno de mis objetos podría ser útil! ¡¿Por qué no pensé en eso?! Seguramente algo como un héroe-espera, ¡¿por qué no puedo abrir mi caja de objetos?!

—No se pueden usar herramientas mientras se entrena. Obviamente, hemos bloqueado esa habilidad— explicó Ingrid desde fuera de la arena mientras Hanakawa entraba en pánico.

—¡¿Es eso algo que puedes hacer?!

—¡Ahora, mira lo que puedes hacer con tu propio cuerpo!

—¡Ya me he quedado sin opciones aquí!

Hanakawa miró al monstruo. Todavía no había atacado, posiblemente porque estaba en conflicto. Quería saltar hacia delante y devorarle, pero no podía morderlo. Si atacaba con los tentáculos, lo haría más pequeño, y quería comérselo entero, si era posible. Aun así, no se quedaría paralizado por la indecisión durante mucho tiempo, y si las cosas no avanzaban, Ingrid probablemente se cansaría de esperar e intervendría para impulsar las cosas.

Urgh… mis ataques no le hacen nada…

Tratando de pensar en otra forma de defenderse, se dio cuenta de que algo era extraño en su último intento. Su magia no tenía la capacidad de apuntar a partes individuales del cuerpo. Sin embargo, cuando la había utilizado, le había dado siete opciones para apuntar. Hanakawa había pasado mucho tiempo en este mundo, pero era la primera vez que veía una criatura así. Hasta ahora, por muy grande que fuera el enemigo, no podía apuntar a partes individuales del cuerpo.

—Hmm. En otras palabras, aunque parezca una sola criatura, ¿es en realidad un ensamble de siete individuos?

Mirando de cerca, las conexiones que lo mantenían unido eran bastante descuidadas. Parecía que habían sido unidas al azar.

No… es imposible que sea tan fácil…

Al pensar en algo imprudente, inmediatamente quiso rendirse. No había ninguna garantía de que funcionara. Pero era un poco mejor que girar y correr o cargar a ciegas hacia él. Eso era lo mejor que podía decir de su plan. Sin más ideas, decidió apostar por la única opción que se le ocurría. Si le iban a comer de todos modos, era mejor intentar resistir.

Sin perder de vista al monstruo, se acercó a su lado. La criatura no respondió a su movimiento. Tenía cabezas a su derecha y a su izquierda. Su campo de visión era tan amplio que no necesitaba girarse para vigilarle.

Hanakawa siguió avanzando hasta que estuvo frente a la cabeza del perro, entonces corrió hacia adelante. Los tentáculos no se movieron. Tal y como había predicho, no hizo ningún esfuerzo por evitar que su comida corriera directamente hacia él. La cabeza del perro esperaba frente a él.

Hanakawa se lanzó hacia adelante. —¡Autocuración!

Con este hechizo, sus heridas se curaban automáticamente. Era un poder conveniente, pero el efecto tenía una duración extremadamente limitada y tenía un enfriamiento fijo antes de poder usarlo de nuevo, así que no era algo que pudiera emplear regularmente. A menos que supiera que iba a recibir un ataque con antelación, era inútil.

Justo cuando llegó a la cabeza del perro, saltó hacia la izquierda. Esquivando el mordisco del perro, aprovecharía ese hueco para atacar. Al menos, ese era su plan, pero no salió tan bien como esperaba. Las mandíbulas del perro le arrancaron fácilmente el brazo derecho.

Hanakawa chilló ante el dolor momentáneo antes de que su brazo desmembrado fuera regenerado por Autocuración. Esto era exactamente lo que había esperado. Si le hubieran aplastado la cabeza y hubiera muerto al instante, las cosas no habrían ido tan bien, pero perder un brazo no era un problema. Extendió una mano y la colocó sobre la cabeza del ahora satisfecho perro, actualmente distraído con su bocadillo.

—¡Sanación completa!

Hanakawa liberó la variante más fuerte de su magia curativa, que por alguna razón se había dividido en diferentes niveles. El monstruo empezó a cambiar inmediatamente. El cuerpo del tiburón comenzó a hincharse.

La idea de Hanakawa había sido sencilla. Si esta criatura era una especie de quimera de Frankenstein, la curación de uno de los animales a su condición original haría que el resto de la criatura se desmoronara.

Parecía que había dado en el clavo cuando la criatura jadeó de dolor. El cuerpo del perro se regeneró dentro del cuerpo del tiburón. Hanakawa procedió entonces a curar las demás partes del monstruo. Para cuando se le acabó la energía mágica, la bestia se había convertido en una compleja masa de animales mezclados. No estaba muerta, pero ya no era capaz de moverse.

Hanakawa aprovechó la oportunidad para trepar por el muro de tierra. Al salir de la arena, se aseguró de salir en medio del recorrido esta vez. Forzando su agotado cuerpo hacia delante, consiguió cruzar la línea de meta, donde se desplomó rápidamente. Aunque le había costado un esfuerzo absurdo, había conseguido superar su primer día de entrenamiento.

Mientras Hanakawa estaba tumbado en el suelo, luchando por recuperar el aliento, Ingrid se puso a su lado.

—Parece que tu nivel no aumentó. Supongo que entrenar así es demasiado suave para pasar el tope de nivel.

—Como dije, los humanos no pueden… pasar del… nivel noventa y nueve…— Hanakawa gimió mientras jadeaba.

—Como sea. El prototipo de arma es inútil ahora, así que vamos a dejarlo por hoy. Alégrate de que sea una senior tan amable.

Un extraño grito salió de la boca de Hanakawa. Había soñado con una vida brillante y emocionante después de ser teletransportado aquí, pero ese sueño se había roto por completo. A este ritmo, es probable que muera al día siguiente.

Empezó a pensar en cómo podría escapar de su situación.