Sokushi Cheat Ga Saikyou (NL)

La clase de Abby era Maestro del Juego, por lo que todo el Imperio de Ent estaba bajo su control, pero eso no significaba que supiera todo lo que ocurría allí en todo momento. Era una isla pequeña, pero en ella vivían incontables personas e innumerables monstruos, lo que creaba un flujo interminable de nuevos acontecimientos. Era imposible que una sola persona pudiera gestionar tanta información, y mucho menos ocuparse de los propios acontecimientos.

La mayor parte del sistema funcionaba automáticamente. Los acontecimientos menos importantes se analizaban y la información se enviaba a los gremios de aventureros locales para que crearan misiones para resolverlos. Estas misiones consistían en matar un número determinado de monstruos, encontrar hierbas medicinales o trasladar suministros de una ciudad a otra. Se ofrecían recompensas, por lo que los aventureros las aceptaban incluso sin saber para qué servían.

La mayoría de las misiones aparecían y se resolvían solas. La naturaleza automática de la resolución de estos irritantes y pequeños problemas era uno de los puntos fuertes del Maestro del Juego. Sin embargo, no todos los eventos eran pequeños e intrascendentes. Algunos requerían su atención personal. Por ejemplo, Yoshifumi le había ordenado que se ocupara personalmente de todo lo relacionado con la familia real. No le preocupaba especialmente que fueran aniquilados, pero pensando que podría ocurrir algo interesante, le había ordenado que le mantuviera al tanto de su situación. Así que, mientras los vigilaba, gestionaba la dificultad y las recompensas ofrecidas por las misiones relacionadas.

Otra era la de los monstruos gigantes. De vez en cuando, aparecían monstruos de un tamaño anormalmente grande. En esas situaciones, las misiones automáticas generadas solían ser insuficientes para enfrentarse a ellos adecuadamente. Así que cada vez que aparecía un monstruo de cierto tamaño, Abby recibía una notificación.

Por supuesto, cualquiera se daría cuenta de este monstruo en particular. Había aparecido junto a un terremoto en un bosque cercano a la capital. Desde la capital, la fuente de los temblores era fácil de identificar, y cualquiera que mirara en esa dirección podría ver fácilmente la enorme forma de la criatura.

Mientras se relajaba en su habitación personal, Abby se apresuró a abrir su ventana de estado. La ventana mostraba información especial relacionada con su trabajo como Maestra del Juego, con imágenes de vídeo procedentes de varios lugares del imperio alineadas una al lado de la otra. Abby seleccionó uno y lo amplió. La imagen de una enorme bestia, que no se parecía a nada que se hubiera visto antes, apareció frente a sus ojos.

“¿Qué es esa cosa?”

Una vez que la criatura destruyó el bosque circundante, pudo verla mejor. Su enorme y redondo cuerpo se sostenía sobre unas patas cortas y gordas. Parecía haber otros apéndices parecidos a patas, pero como no tocaban el suelo, no estaba segura de para qué servían. Innumerables miembros terminados en pezuñas y garras se retorcían alrededor del cuerpo de la criatura. La parte superior de la bestia albergaba numerosas cabezas. Varios cuellos largos se extendían desde ella, terminando en cabezas que parecían leones, serpientes y cabras. Cada paso que daba hacía temblar la tierra.

Abby miró por la ventana de su habitación. El monstruo estaba lo suficientemente cerca como para poder verlo a simple vista. Parecía moverse lentamente, pero probablemente era una ilusión causada por su enorme tamaño. Llegaría a la capital en poco tiempo.

Abby salió corriendo de la habitación y preparó una misión de emergencia -¡Derrotar al misterioso monstruo gigante! La primera orden del día era enviar a los aventureros a interceptarlo. Sería estupendo que pudieran derrotarlo, pero sabía que eso no iba a suceder. El tamaño de la criatura era demasiado grande. Barrería a los aventureros ordinarios sin esfuerzo.

Consideró la posibilidad de que se tratara de un Agresor. Si ese fuera el caso, Yoshifumi sería el único que podría enfrentarse a él, pero aún no había regresado del Bosque de los Elfos y ella no tenía forma de contactar con él. Podría haberle enviado un mensaje directamente si aún estuviera en el imperio, pero el bosque tenía una barrera que repelía los poderes sobrenaturales.

“¡¿Por qué ha ocurrido ahora algo tan raro?!”

La criatura había aparecido mientras Yoshifumi no estaba. ¿Por qué iba a aparecer la criatura precisamente ahora?

Abby maldijo su mala suerte. Si dejaba las cosas como estaban, los militares probablemente intervendrían. Ella no sabía mucho sobre ellos, así que pensó que lo mejor era dejarles hacer lo suyo. Lo único que podía hacer era cumplir con su papel como uno de los Cuatro Reyes Celestiales.

Irrumpió en la habitación de Luna. “¿Sabes lo que está pasando?”

“Por supuesto. Sería difícil no darse cuenta”, respondió Luna.

Abby se acercó a Luna, que estaba mirando por la ventana. Naturalmente, estaba mirando a la enorme criatura. Ya casi había llegado a la ciudad.

“¿Hay algo que puedas hacer al respecto?”

“Hmmm. Sólo puedo usar mis poderes dentro de la ciudad, así que tendremos que atraerla dentro de los muros de alguna manera”.

Luna podía crear y borrar libremente cualquier cosa dentro de la capital. No importaba lo fuerte que fuera la criatura, si era arrastrada en el proceso, se desvanecería. Dentro de la capital, Luna era efectivamente invencible, así que si permitían que la criatura entrara en las murallas, podrían deshacerse de ella. Cualquier edificio que destruyera podría ser reconstruido en un instante. El único problema real era el coste de las vidas humanas, pero a Abby no le importaba demasiado. Gobernar el Imperio de Ent no era más que un juego para Yoshifumi y sus Cuatro Reyes Celestiales.

“No huyas, ¿entendido?” Dijo Luna. Ella tenía que permanecer en la capital sin importar qué. Debía temer que todo el problema recayera sobre sus hombros.

“No creo que sea un problema tan grande como para obligarnos a huir”.

“¿Por qué crees que está aquí?”

“¿Probablemente para comer gente o algo así? Salió del bosque, así que si quería mucha gente, este es el lugar más cercano. Vamos a intentar algo”.

Abby estableció un punto de reunión a la derecha de la criatura, creando una búsqueda que recompensaría a cualquiera que fuera allí. Casi inmediatamente, los aventureros comenzaron a salir de la capital, corriendo hacia el lugar. Estaba lo suficientemente lejos de la criatura como para no parecer demasiado peligroso, así que todos los que no se sentían capaces de luchar se apresuraron a ir allí. A primera vista parecía que estaba haciendo algo humano como evacuar a los lugareños, pero por supuesto esa no era su intención.

“No parece que le importe comer”.

El monstruo siguió avanzando. A pesar de la oleada de gente que abandonaba la capital, la criatura no les prestaba atención.

“¿Así que está interesado en este lugar? ¿Pero por qué?”

“Este palacio es el mismo que utilizaba la anterior familia real. ¿Tal vez hay algo que quiere aquí?”

“En ese caso, ¿no sería mejor que todos huyeran? Puedo hacer otra ciudad”.

Aunque requeriría un poco de preparación, Luna podría crear una nueva capital en un lugar diferente. Sólo podía usar su poder en un territorio designado, pero podía restablecer esa designación y elegir otro lugar si era necesario.

“Ese será nuestro último recurso. Yoshifumi está bastante obsesionado con esta zona, ya que es donde gobernaba la antigua familia real”.

El Sabio disfrutaba interpretando el papel de un emperador malvado. Utilizó el antiguo palacio para sí mismo con la esperanza de que la familia real volviera e intentara recuperar su país. Si se rendían y abandonaban este lugar sin luchar, no tenían ni idea de lo que les haría Yoshifumi. Aunque eran sus Cuatro Reyes Celestiales, no tenía reparos en sustituirlos y lo había hecho en innumerables ocasiones. Si morían, podía reemplazarlos en un instante.

“Entonces creo que es hora de la Misión Dos”. La Misión Uno había sido reunir a todos fuera de los muros de la capital. La Misión Dos implicaría enviarlos a luchar contra el monstruo. Pero establecer como condición la derrota del monstruo sería un umbral demasiado alto, así que en su lugar Abby estableció que la recompensa se basara en un sistema de contribución. Infligir daño, curar o dar apoyo les haría ganar puntos, y esos puntos podrían cambiarse después por dinero. De este modo, cualquiera podría ganar algo contribuyendo al menos un poco, y los que se esforzaran ganarían mucho, por lo que no debería haber ninguna queja.

Los aventureros avanzaron hacia la criatura por su flanco. En lugar de enfrentarse al monstruo en un combate cuerpo a cuerpo, comenzaron a lanzarle flechas y magia desde la distancia.

“No parece que tenga ningún efecto”, observó Luna.

“Maldita sea. Esperaba que al menos llamaran su atención”.

Las flechas rebotaron en la piel de la criatura, sin que ninguna lograra penetrar. La magia de fuego quemó sus escamas y la magia de hielo desgarró su carne, pero con el tamaño de la criatura, la escala de los ataques apenas fue suficiente para contar como un rasguño. Además, las heridas que causaban se curaban al instante. La lluvia de pequeños ataques no podía suponer ningún tipo de daño significativo.

El monstruo continuó dirigiéndose a la ciudad como si no fuera consciente de los ataques de los aventureros. Mientras continuaba el inútil asalto, otra oleada de ataques llegó a la criatura de frente.

La capital estaba rodeada por enormes muros. En lo alto de esas murallas había montados grandes cañones que escupían fuego. Por supuesto, todos los disparos cayeron. El objetivo era tan grande que era casi imposible fallar. Pero esos disparos parecían tan inútiles como los anteriores, ya que el monstruo seguía avanzando ileso. El ejército imperial también comenzó a utilizar magia ritual a gran escala, pero a pesar de ser la mayor escala de cualquiera de sus ataques hasta el momento, todavía no parecía ser capaz de infligir ningún daño real.

Abby se rindió rápidamente. “Supongo que depende de ti, Luna. Nada de lo que hacemos parece funcionar”.

“¿Qué? ¿No hay nada más que puedas intentar?”

“No en esta situación”.

“Bien. Si entra en la ciudad, debería poder hacer algo al respecto”.

La criatura se acercó a las murallas de la ciudad y se detuvo. Mientras observaban lo que iba a hacer, levantó sus numerosas cabezas en el aire antes de hacerlas caer con gran fuerza. El enorme impacto hizo temblar las paredes de la ciudad y arrojó a Luna y a Abby de sus pies.

“¡¿Qué?! ¿Qué está haciendo?”, gritó Abby.

Era el primer ataque del propio monstruo. Estaba levantando sus cabezas en el aire y balanceándolas hacia abajo. Mientras tanto, otras cabezas escupían fuego, respiraban rayos y lanzaban púas. En un abrir y cerrar de ojos, la extensión de la ciudad ante la criatura quedó reducida a escombros.

Tras desatar su ola de destrucción, comenzó a moverse de nuevo. Después de todo, parecía dirigirse al castillo en el corazón de la ciudad. En otras palabras, se dirigía directamente hacia Abby y Luna.

“¡Luna, date prisa y deshazte de él!”

“Se necesita tiempo para activar esto, y necesito que esté un poco más cerca…”

El monstruo continuó hacia ellos, destrozando las murallas de la ciudad y haciendo arder las calles. El ejército imperial hacía todo lo posible por frenar el avance de la criatura, pero no era más que lanzar gotas de agua sobre un fuego abrasador.

“¡Ahora!”

Luna borró una parte de la ciudad, y con ella el núcleo del monstruo desapareció sin hacer ruido. Cerca de un tercio de la criatura había desaparecido. Sin un gran trozo en el centro de su cuerpo, la parte delantera y la trasera se derrumbaron inmediatamente. Una oleada de sangre brotó de los restos mientras los trozos caían al suelo.

“¡Lo tengo!”

“Sí. Realmente no tenía una oportunidad una vez que pasó las paredes”.

“Date prisa y borra el resto”.

“Eso es más fácil de decir que de hacer. Sólo puedo borrar en bloques, y hacerlo tan rápido en sucesión es-”

Abby comenzó a dudar de sus ojos. Empezaron a formarse burbujas alrededor de los extremos limpiamente cortados de los restos del monstruo que yacía en las calles, antes de que brotaran innumerables tubos. Los tubos se extendieron y conectaron los dos trozos restantes de la criatura, atándolos en una gruesa cuerda. A continuación, arrastraron los dos trozos restantes de la criatura, uniéndolos de nuevo. Las patas brotaron, levantando a la bestia de nuevo. Lanzando un rugido aterrador, el monstruo comenzó a crecer aún más.

“¡Deprisa, borradlo todo!”

“¡No puedo! ¡Es demasiado grande! No cabe en un solo bloque”.

“¡Hazlo de todos modos! Vale, ¡sólo borra la cabeza!”

“¡Lo intentaré!”

El monstruo comenzó de nuevo su marcha hacia delante. Como si estuviera estimulado por las heridas, parecía más agitado que antes. Agitando sus cabezas con un rugido, roció la ciudad circundante con fluidos corporales y trozos de carne, destruyendo todo a su paso.

La parte delantera del monstruo desapareció de repente y volvió a desplomarse. Aunque era difícil saber dónde estaba la parte delantera de la criatura, esta vez la parte con las cabezas había sido eliminada.

“¡Deprisa! Borra el resto”.

“¡Te he dicho que no puedo! Esforzarse más o tener prisa no reducirá el tiempo de enfriamiento!”

Abby y Luna miraban impacientes por la ventana. De las heridas abiertas de la criatura brotaron burbujas cuando la carne comenzó a reformarse. Las cabezas perdidas se regeneraron en un instante y la criatura soltó un aullido furioso.

“No hay nada que pueda hacer…”

El rostro de Luna se retorció de desesperación. Era fácil adivinar cómo se desarrollaría la situación. Su poder sólo podía borrar las cosas de a un bloque por vez. Tenía que esperar un tiempo determinado antes de volver a usar su poder. No podía borrar una criatura tan grande de una sola vez. Si quedaba algo de ella, regeneraría lo que había perdido. Nunca terminaría.

“¡No, no sabemos si puede regenerarse para siempre! ¡Podríamos ganar si lo intentamos una y otra vez!”

“Lo intentaré, pero no parece que se esté debilitando, ¿verdad?”

El monstruo continuó su avance. El poder de Luna se activó, borrando otro trozo. Volvió a detenerse para regenerarse antes de continuar. Volvía a ocurrir lo mismo. Estaban consiguiendo ganar algo de tiempo, pero no podrían seguir así durante mucho tiempo. Aunque la bestia no pudiera regenerarse eternamente, no parecía haber ninguna señal de que se estuviera quedando sin la energía que necesitaba para hacerlo.

Luna finalmente se rindió. “Esto es imposible. No puedo hacer nada para detenerlo”.

“Tendremos que huir. O nos mata Yoshifumi o lo hará esa cosa. Creo que nuestras posibilidades son mejores apostando por la misericordia de Yoshifumi”.

“Me cuesta creer que Yoshifumi nos perdone por meter la cola y huir sólo porque apareció algo poderoso”.

Pero sin ninguna otra opción para enfrentarse a la criatura, no tenía sentido quedarse de brazos cruzados.

“Bien, vamos. Ya nos preocuparemos de lo que pase después”. dijo Abby antes de detenerse. “En realidad, ¿qué pasa con Akira?”

“Probablemente huyó hace mucho tiempo”.

“No, conociéndolo, probablemente esté encogido en un rincón y sollozando en alguna parte. Vamos a agarrarlo si lo vemos”.

Abby y Luna salieron de la habitación. Estaban en la parte superior del palacio, el lugar reservado para los líderes del imperio. Akira también vivía cerca, así que si no había huido aún, era muy probable que siguiera en su habitación. Luna continuó con sus ataques a la criatura mientras se dirigían hacia allí.

Abby pateó la puerta, revelando a Akira mirando por la ventana, congelado.

“Así que el cobarde sigue aquí después de todo”.

Akira soltó un gemido agudo, volviéndose al oír la voz de Abby.

“Oye, ¿cuál es tu problema? ¿Soy tan horrible?”

“N-No, no es eso, sólo me sorprendió…”

“Akira, ¿qué haces parado en una situación como esta?”

“Ummm, estoy haciendo algo. He pedido refuerzos al Castillo del Cielo, y el sistema de defensa…”

“¡Oh, cállate!” Abby tiró de Luna hacia la habitación, acercándose a Akira y dándole una patada en el estómago. Él se dobló con un grito, cayendo de rodillas.

Abby siguió dándole patadas en el suelo. Mientras lo hacía, un aullido diferente a todo lo que habían oído antes llegó desde el exterior. Era lo suficientemente fuerte como para sacudir todo el palacio, lo suficientemente potente como para que cualquiera que estuviera cerca de la fuente bien podría haber muerto por él.

“Oh, está funcionando”, dijo Abby.

“Eso no va a hacer nada más que ganar tiempo, sin embargo”.

“¿No crees que vale la pena intentarlo? Podría decidir que no vale la pena el esfuerzo y huir”.

La clase de Akira era Dastard. Su habilidad principal era infligir la mitad del daño que recibía a otra persona. Si era atacado, el daño se transfería no al atacante, sino a un tercero no relacionado. En este caso, Abby le estaba atacando, así que la candidata más probable era Luna, pero como estaban cogidos de la mano, el poder los trataba como una sola persona. Al no haber nadie más cerca, el siguiente objetivo más cercano a Akira era el enorme monstruo de fuera.

Por supuesto, el hecho de que Abby pateara a Akira no le causaría suficiente daño como para que el monstruo se diera cuenta, así que ¿qué le había hecho gritar? Fue el dolor. El dolor de Akira se transfirió directamente al objetivo. No importa lo resistentes que fueran, el efecto se basaba en cómo se sentía Akira. Si él sentía que tenía suficiente dolor como para morir, se infligiría suficiente dolor al objetivo para engendrar los mismos sentimientos.

“¡Para, para!” Akira se lamentó.

“Aunque finalmente eres útil. Debería esforzarme un poco más”. Abby agarró a Akira por el cuello y lo levantó para que se pusiera de pie. Ella no poseía ninguna habilidad especial para el combate cuerpo a cuerpo, pero en fuerza bruta ya era más fuerte que él.

“Entonces, ¿qué hacemos? ¿Vamos a huir?”

“Intentemos romper uno de sus brazos. Así la transferencia de dolor será constante”.

“¡Nooooo! ¡¿Por qué me haces esto?!”

“Vamos, el imperio está en grandes problemas ahora mismo. Un líder como tú debería arriesgar su vida para salvarlo”.

“¡¿A quién le importa?! ¡No soy un líder ni un asistente porque lo haya querido! ¡Sólo déjame en paz! ¡Infligirle dolor a esa cosa sólo la retrasará! No hay manera de que podamos vencer a algo como…”

Un intenso dolor inundó de repente el cuerpo de Abby. La agonía cegadora hizo que soltara a Akira, pero el dolor era tal que no le importaba.

“¿Qué…?” Lo siguiente que supo fue que estaba tumbada en el suelo con Luna, donde ambas se habían retorcido de dolor. La sensación ya había desaparecido, pero sus pensamientos seguían desordenados. La partida del dolor la inundó con un alivio que hizo imposible pensar.

Tardó un poco en darse cuenta de que el poder de Akira se había vuelto contra ella. Alguien más que Abby y Luna le había atacado.

“Lo busqué por todo el mundo, pero supongo que no pudimos encontrarlo porque estaba sellado. Siento que todo nuestro esfuerzo fue en vano”.

Abby miró hacia la fuente de la voz. Un chico con alas estaba allí, con la cabeza de Akira colgando de su mano.