Sokushi Cheat Ga Saikyou (NL)

Habiendo decidido un plan, al menos por ahora, dejaron atrás la estructura de piedra.

“Nada va a aparecer de repente frente a nosotros y tratar de tomarnos por sorpresa ahora, ¿verdad?” preguntó Tomochika mientras miraba a su alrededor, ya que había empezado a sospechar. Aparte de las naves espaciales caídas, no había nada particularmente fuera de lo común.

“De acuerdo entonces. Escudo Warp”. Vivian lanzó el escudo en sus manos. Se detuvo en el aire, abriéndose en un gran espejo elíptico.

“Realmente puedes hacer cualquier cosa con esos escudos, ¿verdad?”. comentó Yogiri.

“Esto parece mucho más fácil que intentar volar con ellos, ¿verdad?”. En lugar de mostrar sus reflejos, el espejo mostraba una aldea en mal estado. Parecía estar conectada a la aldea donde Vivian había vivido antes. “Pero parece que sólo puedo ir a lugares en los que ya he estado. Así que lo siento, supongo que no puedo llevarte al lado este del bosque”.

“Estoy seguro de que encontraremos una manera. Todo lo que tenemos que hacer es volar, aparentemente”.

“Con esos escudos, reconstruir tu reino no debería ser ningún problema”, comentó Mokomoko, impresionada.

Yogiri pensó lo mismo. A juzgar por lo que habían visto hasta ahora, podía hacer más o menos cualquier cosa con ellos.

“Sí, tendré que pensarlo un poco más. Pasaron muchas cosas entre nosotros, pero al final Yoshifumi está muerto, así que todo está bien. No dudes en venir a visitarme cuando el reino haya sido reconstruido. Tendré algo de té esperándote”.

“Estamos buscando más Sabios, así que dudo que acabemos volviendo aquí”. Yogiri no esperaba que volvieran a esta lejana isla.

“Takatou… se supone que debes prometer que volveremos a vernos, aunque tengas que mentir”, le amonestó Tomochika.

“¿Ah, sí? Bueno, supongo que no es imposible que nos volvamos a encontrar. Así que si por casualidad acabamos de nuevo aquí, quizá vayamos a verte”.

“Yogiri Takatou, realmente vas a actuar así hasta el final, ¿verdad?”

“Mantente a salvo, Vivian.”

“¡Hasta luego!” Vivian tocó la superficie del espejo. La imagen se onduló, y ella se deslizó en él sin problemas. Cuando Vivian lo atravesó por completo, el escudo se encogió y desapareció.

“Si sólo puede viajar a los lugares que ha visitado anteriormente, ¿no habría sido mejor que nos acompañara a la capital?” preguntó Hanakawa. “Ya que ella puede volver a casa en cualquier momento desde cualquier lugar”.

“¿Por qué no has dicho nada antes?” Preguntó Tomochika.

“Estoy seguro de que estará bien mientras tenga esos escudos”, dijo Yogiri. Si Vivian podía usarlos para volar, no tendría ningún problema para llegar a Ent Oriental. “Bien entonces, el siguiente es nuestro turno. Luu, ¿puedes llevarnos a todos al cielo?”

Luu miró al grupo. Yogiri, Tomochika, Enju poseída por Mokomoko, y Hanakawa. Junto con la propia Luu, eran cinco.

“Sí, creo que puedo manejar esta cantidad de gente”.

“¡Menos mal! Me preocupaba un poco que dijeran que era demasiado pesado y que tuvieran que dejarme atrás, ¡así que estoy muy aliviado!”

No tenían intención de dejarle, pero Hanakawa se había preocupado.

“¿Podrías llevarnos en avión lo suficientemente lejos como para volver a tierra firme?”

“No creo que podamos ir tan lejos”.

Vivian les había enseñado el terreno. Al este de la isla había un gran continente, y era su opción más cercana.

“Supongo que tendremos que ver hasta dónde podemos llegar. Vamos”, dijo Yogiri.

“¡Todos pónganse cerca de mí!” Todos se reunieron alrededor de Luu. “¡Aquí vamos!” Mientras hablaba, comenzaron a flotar en el aire. Ascendiendo lentamente, pudieron ver el bosque desapareciendo en el horizonte.

“Hmm. Pensé que estaríamos en desventaja después de perder a Furemaru, ¡pero parece que Luu será un reemplazo suficiente!” comentó Mokomoko.

El poder de la chica debía ser algo parecido a la telequinesis. Era una habilidad sencilla, pero fácil de usar y aplicar a una gran variedad de situaciones.

“Parece que el Bosque Perdido sigue funcionando aquí arriba. Tendrás que seguir subiéndonos”, instruyó Yogiri a Luu. Las naves espaciales habían llegado desde fuera del bosque, y Haruto Ootori había ido y venido volando, así que deberían poder salir siempre que se elevaran lo suficiente.

“Por cierto, ¿no habría sido más inteligente que Vivian fuera a comprobar si realmente podíamos salir volando?” volvió a preguntar Hanakawa.

“Supongo que tienes razón. Hoy estás sorprendentemente espabilado”.

Si no podían salir por aquí, podrían haber hecho que Vivian los llevara por el lado oeste. Así podrían volar hasta el lado oriental de la isla sin tener que atravesar el bosque.

“Señor Takatou… realmente ha sobrevivido en este mundo totalmente arrasando con cada situación con su poder de muerte instantánea, ¿no es así?”

“¡Supongo que no podemos discutir eso!” Dijo Tomochika.

Había seis enormes árboles colocados en una especie de hexágono en medio del bosque. Al elevarse sobre ellos, Yogiri sintió que algo en el aire cambiaba.

“¿Hemos conseguido salir?”, preguntó Tomochika.

“Parece que sí”.

Dejaron de ascender. Ahora que estaban fuera del Bosque Perdido, podían ver todo el bosque de un vistazo. Aunque era ciertamente grande, no parecía extenderse eternamente como antes. Mientras miraban a su alrededor para intentar averiguar en qué dirección estaba el este, vieron una gran ciudad en la distancia. Al estar tan alto en el aire, era difícil calibrar la distancia que había, pero estaba a una distancia considerable del bosque. Estaba rodeada de murallas y tenía innumerables edificios, por lo que no había duda de que era la capital.

También parecía estar a punto de ser destruida.

“¡Esa ciudad está totalmente atacada!” gritó Tomochika.

La cosa que estaba atacando la ciudad era obviamente grande, pero era difícil saber qué era a simple vista. Estaba balanceando una serie de objetos enormes, utilizándolos para destrozar los edificios. Era evidente que la criatura quería destruir la ciudad, por la forma en que derribaba los muros y barría las estructuras del interior.

“¿Tal vez sea una hidra? Un gran monstruo con muchas cabezas. Como la Yamata no Orochi, la serpiente de ocho cabezas del mito japonés”.

Una vez que Hanakawa sugirió eso, Yogiri lo vio de la misma manera. La ciudad estaba siendo golpeada por las cabezas de la cosa. Numerosos cuellos largos brotaban de un cuerpo central, y al final de ellos había lo que parecían ser cabezas. Pero no eran sólo cabezas las que crecían de un cuerpo: también tenían colas, alas, manos y tentáculos que sobresalían. En conjunto, era difícil ponerle un nombre a la enorme criatura.

Y no se limitaba a golpear la ciudad con fuerza física. Tenía cabezas que parecían leones respirando fuego y otras que parecían cabras respirando rayos. Algo que parecía una cola cubierta de pinchos lanzaba esos pinchos como armas de proyectil.

La ciudad no estaba totalmente indefensa. Algún tipo de magia volaba hacia el monstruo. Pero dado el tamaño de la criatura, los ataques no parecían importar. Era difícil creer que fueran suficientes para herirla. La criatura parecía no darse cuenta de las medidas defensivas. Siguió atacando sin descanso. No sabían si su objetivo era destruir la ciudad o a sus habitantes, pero no parecía que estuviera de paso. A este ritmo, la ciudad estaba más o menos condenada.

“Pero no son sólo serpientes; las cabezas son de todo tipo de animales”, dijo Mokomoko. “Supongo que es más bien una quimera, entonces. Por cierto, el hecho de que la Yamata no Orochi tenga ocho colas bifurcadas no significa que tenga nueve cabezas. No pienses que tiene ocho divisiones, sino que está dividido en ocho puntos. La pregunta que surge es, por supuesto, ¿por qué ocho? En la leyenda, se decía que tenía ocho cabezas y ocho colas, pero hace mucho tiempo, el número ocho se utilizaba metafóricamente para representar “muchos”. Así que no es necesariamente el caso de que tuviera exactamente ocho cabezas”.

“¡¿Es realmente el momento de hablar de esto?!” Tomochika

“¡En cualquier caso!” Intervino Hanakawa. “¡Con el señor Takatou aquí, el portador de la Ventisca de la Fuerza Eterna, ningún oponente puede amenazarnos en lo más mínimo! ¡Venceremos sin importar el terrorífico enemigo que nos enfrente! ¡Ahora! ¡Desata sobre esa criatura tu poder despiadado!”

“No nos está atacando, así que ¿por qué iba a matarla?”

“¡¿Qué?! ¡¿No hay mucha gente muriendo ahora mismo?! Una ciudad de ese tamaño debe tener cientos de miles, si no millones, de residentes, ¡y a este ritmo cada uno de ellos será asesinado!”

“Eso es un problema para la gente de este mundo. Nosotros no somos de este mundo, y ni siquiera estamos cerca de la ciudad, así que no creo que me corresponda intervenir.”

“Supongo que eso es algo cierto”. Tomochika se sorprendió por la presencia de la criatura, pero pareció estar de acuerdo en que no necesitaban hacer nada al respecto. No podían estar seguros de que todo esto no fuera consecuencia de las acciones anteriores de Yogiri, pero incluso si lo fuera, no conseguirían nada preocupándose por ello.

“¡No, no, no! ¡¿Por qué aceptas esto, Tomochika?! ¡¿Vas a dejar que ese monstruo haga estragos sin control?!”

“¿No crees que podría tener una buena razón para atacarlos?”

“¡Señorita Enju, por favor! Esa ciudad es nuestro objetivo, ¡¿no es así?!”

“La capital era nuestro destino previsto, pero sólo para recoger información. Una ciudad en ese estado no nos servirá de nada. Debería haber cualquier otro lugar donde podamos encontrar información sobre los Sabios”, respondió Mokomoko con calma.

“¿Por qué me he visto obligada de repente a asumir el papel de guía del sentido común del grupo? Ese debería ser el papel de Tomochika como heroína”.

“Si quieres hacer algo al respecto, podemos dejarte en la capital”, ofreció Yogiri. “¿Podrías hacer eso, Luu?”

“Sí. Sólo queréis que lo tire allí, ¿no?” Aunque Luu los estaba sosteniendo en el aire como grupo, no tendría problema en lanzar a una sola persona al mismo tiempo.

“Te das cuenta de que sólo moriría, ¿verdad?”

“Entonces deja de intentar que lo hagamos”.

“¡¿Estás diciendo que vas a ignorar un ataque tan inmenso?!”

“Es bastante presuntuoso involucrarse en todo lo que sucede frente a nosotros, ¿no crees?”

“¡Oh, vamos! Ahora es cuando el protagonista del tipo `caramba’ debería dar un paso al frente!”

“‘Caramba’ se supone que significa que estoy harto, ¿no? Entonces, ¿por qué iba a decir eso mientras resolvía el problema?”

“¿Eh? Uhh, bueno, ahora que lo mencionas, no estoy seguro. ¿Tal vez es similar al arquetipo tsundere?”

“Luu, ¿crees que podrías llevarnos al continente desde aquí?”

Más allá de la capital, al este, podían ver el mar. Debería haber otro continente al otro lado del agua, pero no podían verlo desde donde estaban. Se suponía que estaba relativamente cerca, pero probablemente estaba todavía a una buena distancia.

“No creo que pueda hacerlo sin ninguna pausa. Si hubiera islas en el camino donde pudiéramos descansar, probablemente estaría bien”.

“Así que supongo que salir volando sin un plan es una mala idea. Bien, entonces busquemos una ciudad portuaria. Esa parece una, ¿verdad?” Al otro lado de la capital había otra ciudad sobre el agua. No era tan impresionante como la capital, pero tampoco parecía estar bajo ataque.

“Entonces, ¿qué deberíamos hacer? ¿Ir directamente allí?” Si se dirigían en línea recta, pasarían justo por encima de la capital. Luu no parecía estar segura de que fuera una buena idea.

“Bueno, estamos bastante arriba. No creo que el monstruo nos note”.

“No sé si estoy de acuerdo”, dijo Hanakawa. “Si esperamos evitar el peligro, sería mejor tomar el camino más largo. Si vamos a volar de todos modos, tomar un camino más tortuoso no debería afectar significativamente a nuestro tiempo de viaje.”

“Supongo que eso es cierto. De acuerdo entonces, Luu. Llévanos a la ciudad portuaria sin pasar por encima de la capital”.

“¡De acuerdo!”

Comenzaron a moverse de nuevo, avanzando en diagonal. Mientras lo hacían, Yogiri se dio cuenta de que el cielo estaba desmesuradamente brillante. Mirando hacia arriba, vio que las nubes se habían separado, y que algo bajaba a través de ellas, brillando intensamente. Era un ejército de figuras humanoides, vestidas con armaduras y portando armas.

“Oh, recuerdo a estos tipos…” Eran una respuesta de la red de defensa aérea creada por los Sabios. Yogiri se había topado con ellos una vez de camino a la isla. Los Sabios no permitían que nadie utilizara el cielo.

“¿Otra vez los ángeles? ¡¿No aprendieron nada la primera vez?!” gritó Tomochika.

Pero Yogiri no había tenido ninguna dificultad para enfrentarse a ellos antes, y no sería más difícil hacerlo de nuevo. Si iban a acosarles hasta el continente, tendría que seguir matándolos. Ya había matado a varios Sabios, así que a estas alturas era claramente su enemigo. No tenía sentido tratar de esconderse de ellos.

Aun así, no era su estilo actuar preventivamente, así que esperó a ver qué hacían los ángeles. No sintió ninguna intención de matar procedente de ellos, y no parecía que estuvieran preocupados por su grupo en lo más mínimo.

Los ángeles descendieron del cielo y se dirigieron directamente a la capital. Lanzaron las lanzas que tenían en sus manos contra el enorme monstruo. Habían aparecido para proteger la ciudad.