Sokushi Cheat Ga Saikyou (NL)

Carol, Ryouko y Risley regresaron a la ciudad para asegurarse un medio de transporte. Hanakawa, después de agonizar durante un rato, decidió que quedarse con Yogiri resultaba la opción más segura. Como lo demostró el hecho de que Luu fuera cortada en dos, permanecer al lado de Yogiri no era garantía de seguridad, pero sí le daba la mayor posibilidad de sobrevivir.

Eso dejaba a seis de ellos dentro del bosque: Tomochika, Yogiri, Mokomoko, Hanakawa, Luu y la misteriosa mujer que acababa de aparecer. Todos estaban sentados en un círculo.

“En primer lugar, ¿por qué llamas a Ma ‘Luu’?”, preguntó la mujer que había afirmado que Luu era su madre.

“Ella no sabía nada de sí misma, así que sólo le dimos un nombre. Si tiene uno de verdad, podemos usarlo”.

“¿El nombre de Ma? Su nombre es…”

“¡No lo digas! ¡Soy Luu! ¡Ese es el nombre que me dio papá!”

“¿Papá? ¿Este tipo? ¿De qué estás hablando? Vas a convertir a este chico en mi abuelo”.

“¿Supongo que es una especie de impronta? Yo fui el primer humano que vio después de ganar la conciencia, supongo”.

“Si eso es lo que Ma quiere, entonces está bien. Supongo que yo también tengo que presentarme. Soy Hiruko. Soy un dios”.

“Ya veo…” Tomochika suspiró. Otra más.

“¡¿Qué te pasa?! ¡¿Actúas así con un dios delante de ti?!”

“Bueno, hemos visto todo tipo de dioses y Dioses Oscuros, así que uno o dos más no cambiarían nada”.

“¡¿Quién te crees que eres?! ¡Sólo porque estés cuidando a mamá no significa que puedas hablarme así!”

“¿Podemos seguir?” Yogiri interrumpió.

“¿Eh?”

“Con las presentaciones”. A pesar de la actitud amenazante de Hiruko, Yogiri no se inmutó.

“Ah. Supongo que estábamos en medio de eso”.

“Soy Yogiri Takatou. Fuimos convocados a este mundo. No sé qué pasa aquí, así que tampoco sé nada de Luu”.

“Soy Tomochika Dannoura. Estoy en la misma situación que Takatou”.

“Soy Mokomoko Dannoura. En realidad, soy el espíritu guardián de Tomochika, pero como puedes ver, actualmente estoy controlando esta marioneta. Como apunte, ¿el nombre ‘Hiruko’ estaría quizás relacionado con la mitología japonesa de nuestro mundo?”

“Lo dudo. Yo vengo de otro mundo, pero vosotros no parecéis del mío. Aunque supongo que tal vez algunas personas pudieron fijarse en mí y empezar a adorarme sin que yo lo supiera”.

“Entonces, ¿quién es Luu y por qué está aquí? ¿Y quién era el tipo con el que luchaste antes?”

“Una a la vez, cielos. Ma es un dios súper importante. Salió una vez y no volvió a casa, así que la estuve buscando y finalmente la encontré aquí. No tengo ni idea de qué era esa cosa con la que luché, pero parece que iba por ahí luchando contra cualquiera que se pareciera a un dios. A juzgar por la forma en que actuó, parece que también iba tras Ma”.

“Y ella respondió a todos a la vez de todos modos…” comentó Tomochika.

Hiruko había luchado contra ese monstruo con cuchillas en otro lugar, pero de repente había salido corriendo. Eso era probablemente porque había notado la presencia de Luu.

“Entonces permíteme que me presente…”

“Es Hanakawa”, interrumpió Yogiri, dando una presentación lo más breve posible.

“¡¿Es esa toda la presentación que merezco?!”

“Ibas a dar una presentación súper larga, ¿verdad?” Dijo Tomochika. “Llena de todo tipo de risas espeluznantes y asquerosas”.

“¡Tus prejuicios me hieren, Tomochika! ¡Ningún verdadero otaku hablaría de una manera tan extraña!”

“Me parece que tu forma de hablar es suficientemente extraña…”

“¡Eso es diferente! ¡Esa es simplemente una forma de distinguirse para alguien sin rasgos como yo!”

“Parece que ya tienes suficiente impacto. No creo que necesites más distinción”.

“Tus palabras son muy duras, Tomochika. No es de extrañar que la gente diga que estarías tan guapa si te dejaran inconsciente”.

“¡¿Así que fuiste tú quien empezó eso?!” Aunque no lo había sabido hasta que llegó a este mundo, entre sus compañeras de clase era famosa por ser “de clase gravitacional sólo en apariencia”, o “fenomenalmente bella si dejara de hablar”, o “por encima de la media incluso en el extranjero si la dejas inconsciente”.

“Entonces, ahora que Hiruko está aquí, ¿tenemos que cambiar nuestros planes?” Preguntó Yogiri.

El objetivo de Tomochika y Yogiri era volver a su propio mundo. Para ello necesitaban las Piedras Filosofales, así que estaban buscando a los Sabios, pero salir de la isla estaba resultando difícil. Si pudieran utilizar el dispositivo de teletransporte que Lain había instalado, podrían llegar fácilmente a otro continente donde viviera un Sabio, así que buscaban a Euphemia con la esperanza de que pudiera ayudarles a utilizarlo. En estos momentos estaba desaparecida, así que se dirigían a los alrededores de la capital para buscarla. Pero dada su situación actual, Yogiri se preguntó si debían repensar su plan.

“¿Tienes alguna idea de cómo podríamos llegar a casa, Hiruko?”

“Ve a preguntarle al tipo que te convocó”.

“Lo hicimos. Nos dijo que no lo preparó para que pudiéramos volver”.

“Supongo que, tal y como está posicionado este mundo, invocar a la gente es fácil, pero enviarla de vuelta es bastante difícil”, dijo Hiruko.

“¿Sigues conectada a tu mundo natal?” preguntó Yogiri. Los que venían a este mundo por su cuenta a menudo parecían tener una conexión con su hogar que les permitía viajar de vuelta.

“Por supuesto. No puedo irme de viaje sin poder volver”.

“Entonces, ¿cómo pensabas llevar a Luu contigo?”

“Oh…” Aparentemente, no había pensado con tanta antelación. “Uhh… lo iba a averiguar una vez que la encontrara. No tenía ni idea de en qué estado estaría Ma, ya ves”.

“Bueno, ella está así.”

“Err… esto es sólo una parte de ti, ¿verdad, Ma? ¿Dónde está el resto de ti?”

“No lo sé”. Luu respondió casualmente.

Luu básicamente no sabía nada en este momento, así que Yogiri dio una explicación aproximada de su situación actual.

“¿Así que esos Sabios tienen cada uno un trozo de Ma? Y cuando los mataste, Ma recuperó más trozos de sí misma. Supongo que lo descubriremos cuando ella vuelva a ser totalmente normal, entonces”.

“¿Es Luu tan impresionante?”

“¡Ella es totalmente impresionante! ¡Ella es el dios más grande y gobierna sobre todo el mar! ¡Ella no es alguien con quien alguien como tú podría hablar!”

“Si es tan fuerte, ¿cómo ha acabado así?” Yogiri miró a Luu. Parecía una niña normal y corriente de tres años, así que era difícil imaginar que fuera una especie de súper ser.

“¿Cómo voy a saberlo? Soy yo quien quiere preguntar eso”.

“Así que en resumen, la historia de Hiruko no cambia nada…”

“Hmm. Pero tú también eres un dios poderoso, ¿verdad?” le preguntó Yogiri a Hiruko.

“¡Claro que lo soy! No verás a muchos como yo por aquí”.

“En ese caso, ¿por qué no dejamos a Luu con ella, y hacemos que recoja todas las Piedras Filosofales?”, sugirió a Tomochika. “Y una vez que Luu vuelva a la normalidad, puede enviarnos a casa”.

“Espera, ¿entonces qué haríamos mientras tanto?” Preguntó Tomochika.

“Es mejor que no tengamos que hacer nada, ¿verdad? Seremos atacados por los seguidores de Malnarilna en cualquier lugar que vayamos”.

“Supongo que sí. Supongo que lo mejor sería que nos quedáramos en casa…”

“¿Estáis seguros de dejar un asunto tan importante a un extraño?”, preguntó Mokomoko.

“También me gustaría pedirles a ustedes dos que actúen más como protagonistas. ¿Cómo podéis dejar asuntos tan cruciales en manos de otro?” exigió Hanakawa.

Yogiri suponía que no había ninguna prueba de que Hiruko pudiera hacer que Luu volviera a la normalidad, y aunque lo hiciera, no había ninguna garantía de que Luu les ayudara una vez que eso sucediera. Ni siquiera sabían si devolver a Luu a su forma original era lo correcto.

“Definitivamente voy a hacer que Ma vuelva a la normalidad. ¿Pero esas Piedras Filosofales o lo que sea? No tengo ni idea de dónde están”.

“Si eres un dios, ¿no puedes averiguarlo?”

“Si este fuera mi propio mundo, entonces sí. Pero no puedo usar mi poder libremente en el mundo de otro”.

“¿Lo que significa?”

“Significa que, ya sabes, si vas a reunir a Ma de todos modos, eso hace las cosas más fáciles para mí, ¿sí?”

“¡¿Qué está pasando aquí?! Para un evento tan importante como la reunificación de los fragmentos dispersos de un dios, ¡todas las personas relacionadas parecen tratarlo como nada más que una tarea irritante!”

“Entonces, ¿por qué no trabajamos juntos? Una vez que Luu vuelva a la normalidad, queremos que nos envíe a casa. Si nos ayuda, conseguir las Piedras Filosofales debería ser bastante fácil, ¿verdad?”

“No me parece mal. No sé nada de este lugar. Ustedes deben saber un poco más. Y además, parece que a Ma le gustas, así que no puedo decir que no”.

“¿Pero qué puede hacer Hiruko para ayudarnos?”

“Buena pregunta. Por ahora, necesitamos llegar al continente del este. ¿Puedes llevarnos allí?”

“Pan comido”.

“¿Supongo que un dios como tú sería capaz de teletransportarse instantáneamente? Esa Bruja Negra Azabache que conocí antes se teletransportaba como si nada”. Hanakawa debía estar hablando de una de las asesinas enviadas a matar a Yogiri. Había venido a petición de un dios, así que se le había permitido teletransportarse.

“No, no puedo teletransportarme. Vine a este mundo a la fuerza, así que no tengo los permisos necesarios. Si estuviera por mi cuenta, entonces tal vez. Pero de cualquier manera, puedo hacernos flotar allí sin problema”.

“Entonces, ¿cómo funcionan los dispositivos de teletransportación de Lain?”

“Ni idea de lo que son, pero si fueron hechos por alguien de este mundo, probablemente usen el propio sistema del mundo para teletransportarse”, adivinó Hiruko.

“Hmm. Si Hiruko puede llevarnos al continente, no tendremos necesidad de encontrar a Eufemia, ¿verdad?” dijo Mokomoko.

Ella tenía razón. Si no iban a utilizar los dispositivos de teletransporte, no necesitaban a Euphemia.

“Pero le prometimos a Risley que la buscaríamos, así que no podemos cambiar de opinión porque hayamos encontrado otra forma”.

“Ohhh… ¡pensé que elegirías instantáneamente abandonarlos de nuevo una vez que encontraras un camino a tu destino, Sir Takatou!”

“¿Qué clase de persona crees que soy, Hanakawa?”

“¿Un bastardo tramposo de muerte instantánea?”

“Realmente eres algo más…” Murmuró Tomochika.

“No, sólo está convencido de que el poder nunca se volverá contra él”, añadió Mokomoko.

“Euphemia”, ¿verdad? Ni idea de quién es, pero no podemos irnos hasta que la encontremos, ¿no? Pongámonos en marcha, entonces”. Mientras Hiruko terminaba de hablar, los seis flotaron en el aire. Su habilidad parecía mucho más fuerte que la de Luu. Se sentían totalmente estables a pesar de estar en el aire.

“Bien entonces, llévanos a la capital”.

“¡Eres muy contundente para tratar con un dios aquí! Normalmente estarías temblando de miedo ante la idea de pedirme algo, ¿sabes?”

Los seis se elevaron inmediatamente por encima de los árboles y comenzaron a dirigirse en la dirección que Yogiri les indicó.