Toradora! (NL)

Volumen 6

Capitulo 6: IDIOTA

Parte 4

La puerta del salón se abrió repentinamente de un estruendo, por lo que todos los miembros de la clase 2-C voltearon sorprendidos en esa dirección. Dentro estaba un silencioso Kitamura, quien todavía mantenía la cabeza agachada, y Ryuuji, quien estaba sentado junto a él tratando de animarlo, además de Noto y de Haruta; Maya y Nanako, quienes habían dejado que los chicos se encargaran del asunto, Minori, quien estaba a punto de buscar a su mejor amiga al baño, y al final Ami.

“¡¿Dónde está el delincuente Takasu?! ¡Ven y ayúdanos!” “¿Ehh?”

Unas cuantas chicas de tercero permanecían de pie junto a la puerta del salón, sin aliento. Después de ver a Ryuuji, corrieron de inmediato hacia él y lo arrastraron a la fuerza.

“¡¿Ehh?! ¿Qué pasa?”

“Tu amiga, la Tigre de bolsillo, ¡fue a nuestra clase para retar a Kanou a un duelo! ¡Ahora todo es un caos!”

¿Eh? No entiendo, ¿podrían repetírmelo? A pesar de que su cerebro estaba pensado eso, su cuerpo ya había saltado por reflejo. Sin la necesidad de ningún estimulo por parte de las compañeras superiores, Ryuuji salió disparado del salón.

“Hey, ¡nosotros también vamos!”

“¡Takasu no va a poder resolver solo todo esto!” “¡Qué está tratando de hacer la tigre!”

Ryuuji no se percató que sus compañeros estaban corriendo tras de él mientras continuaba y gritaba: “¡¿Qué está tratando de hacer esa idiota?!”. Él no necesitaba saber cual salón de clases era, todo lo que tenía que hacer era buscar la fuente de los gritos de angustia y las personas huyendo de la puerta del lugar o uniéndose a la muchedumbre…

“¡Perdonen! ¡Muévanse! ¡Déjenme pasar! ¡Taiga!”

“¡Oh! ¡Takasu se une a la pelea!” gritó alguien. Ryuuji lo empujó, alcanzando al fin la escena del duelo. En medio del salón de clases, en medio del mobiliario y los útiles escolares tirados por todas partes.

“¡Hey tú! ¡¡¡Tú…gran idiota!!!”

Sumire lanzó un zarpazo a Taiga con su espada de bambú, golpeando la espada de madera y zafándola de sus manos. Taiga abandonó tranquilamente su arma, cerrando los puños y acercándose a Sumire en un instante.

“Idiota, idiota, idiota, idiota, ¡eso es todo lo que has dicho todo el tiempo!” “¡Gah!”

Un puñetazo golpeó directamente la barbilla de Sumire, su cabeza fue lanzada hacia atrás por el impacto y mientras su barbilla regresaba a su posición original…

“¡Ah!”

Taiga dejó escapar otro golpe, impactando la barbilla en la dirección opuesta. La asombrada Sumire dejó caer su espada de bambú, pareciendo que ella también lo iba hacer, pero Taiga no mostró misericordia mientras desfallecía, preparándose para otro ataque.

“¡Gaaa!” “¡¿Ehh?!”

La chaqueta de Taiga fue jalada por las manos de Sumire. En ese simulado momento mágico, Taiga recibió una patada de Sumire, voló por el aire, y aterrizó directamente en el suelo. Sumire trató de aplastar a Taiga con su cuerpo mientras se preparaba para contraatacar, pero su cara estaba llena de sangre. Taiga rodó haciéndose bolita para evitar ser golpeada por el cuerpo de Sumire, su cara también estaba llena de heridas. La sangre hacía que los intentos de ambas por sujetarse resbalaran, dándole la ventaja en este episodio a Taiga, quien agarró la mano de Sumire que había resbalado, intercambiando posiciones con ella en el momento en que Sumire daba un primitivo grito de guerra como un animal, jalándole el cabello mientras alzaba el puño.

“No lo hagas… ¡detente! ¡No deberían pelear! ¡¡¡PARA!!!”

Minori fue la que gritó. Ryuuji también corrió para detener a Minori, quien se había colocado entre las dos combatientes en una apuesta para separarlas y detener la pelea. Si ella también se involucraba, los problemas de Ryuuji se verían seriamente aumentados.

“¡Detén a Kushieda!” le gritó Ryuuji a la persona que la sujetaba, mientras corría hacia Taiga.

“¡Grrrrrrrrrrrrrrrrrr!”

Él abrazó el rabioso cuerpo de Taiga por la espalda, manteniendo sus brazos en esa posición con toda su fuerza, pero ella no tenía idea de a quien pertenecían esas manos mientras gritaba y se estrujaba para liberarse. A pesar de que Sumire supo que Taiga había sido sometida por Ryuuji, aún así aprovechó la oportunidad para darle un rodillazo en el estómago y golpearla en la cara. Ahora Ryuuji tenía que proteger a Taiga del daño, le gritó a Sumire que se detuviera mientras rodaba por el piso con Taiga entre sus brazos. Taiga forcejeó para levantarse, mientras la mano que Sumire estaba usando para sujetarla del cuello de su camisa, estaba desprovista de ese frío y duro razonamiento que estaba asociado con la presidenta del consejo estudiantil.

Alguien sujetó el brazo de Sumire. Unos cuantos más aprovecharon la oportunidad para arrastrarla y alejarla de Taiga.

“¡Aléjense de mí! ¡¡¡Tengo que castigar a esta estúpida tigre!!!” Los gritos de Sumire se clavaron en los oídos de Ryuuji.

“¡¿Qué dijiste?! ¡¿A quién vas a castigar?! ¡¿Qué-qué-qué-qué-qué-qué estás tratando de decir?! ¡¿Castigarme?! ¡Quién te crees que eres! ¡Sólo eres una cobarde!”

“¡¿Qué dices?!” Sumire se preparó para volverse a poner de pie, pero Kitamura sujetaba su mano con frenesí. Taiga le gritó con más fuerza:

“¡Todo lo que haces es vanagloriarte! ¡Todo lo que haces es pretender ser una santa!

¡Tienes miedo de ser herida, y miedo de herir a otros! ¡Tú cobardía y astucia hirieron a Kitamura-kun! ¡Nunca te perdonaré! ¡NUNCA TE PERDONARÉ!”

Taiga, quien era sujetada fuertemente por Ryuuji, continuaba pateando salvajemente mientras gritaba al mismo tiempo:

“¡Cobarde! ¡Despreciable! ¡No tienes agallas para enfrentar tus sentimientos! ¡Cobarde- cobarde-cobarde-cobarde-cobarde-cobarde-cobarde-cobarde!”

“Y qué si soy cobarde, ¡tú no eres más que una maniática violenta!”

“¡Al menos eso es mejor que ser una fugitiva como tú! ¡Dilo! Si no quieres aceptar los sentimientos de Kitamura-kun, ¡entonces di que lo odias! ¡Dilo! ¡Dilo!”

“¡¡¡CÁLLATE!!!”

Sumire se puso de pie de un salto, intentando patearla, pero en ves de ello, uno de sus zapatos de interiores voló directamente a la cara de Taiga, quien se cubrió la cara con sus manos de forma instintiva. Sumire le dijo de forma entrecortada:

“Yo… ¡no puedo mentir! ¡Es por eso que… no le dije nada!”

Sumire cambió de táctica, sacándose su otro zapato y lanzándoselo, fallando en darle a su blanco.

“Aisaka… ¡¿tú, que sabes?! ¡¿Qué es lo que sabes sobre mí?! ¡Sería feliz de ser una idiota crédula como tú si pudiera! ¡Yo también quiero ser una idiota! ¡También quisiera ser una idiota que siempre camina al frente sin pensar en las consecuencias…!”

Sus sollozos se volvieron roncos, Sumire continuó mientras se agachaba e inclinaba.

“Si le decía que me gusta… después de decirle eso… ¡Ese tonto seguramente querría seguirme…! ¡Si él supiera que deseo que hiciera eso, seguramente lo haría por mí! ¡Él seguramente abandonaría muchas cosas por mí! ¡Él es esa clase de personas! Es por eso…

¡es por eso! ¡Es por eso que no puedo ser una idiota!”

Mientras ella retorcía su cuerpo dolorosamente, las lagrimas que eran incluso mas gruesas que las gotas de sangre fluyeron de su perfecto rostro de presidenta del consejo estudiantil. Sumire sacudió la cabeza con rudeza, como si tratara de negar que estuviera llorando, pero no importaba cuanto lo hiciese, sus lágrimas no dejaban de fluir, ni se detenían las palabras y sentimientos que había expresado. Alargando la cara, su ronca garganta continuó gritando, sacando sus más profundos pensamientos:

“¡Yo también… quiero… ser una… idiota! Pero… no importa… cuanto… lo intento… yo… no… Puedo… hacerlo…”

¿Por qué no lo habían notado antes? Kanou Sumire era simplemente otra chica de 18 años.

Ryuuji pensó para sí: Todos aquí somos niños, no es un problema de ser estúpidos o no. Es debido a que todos somos unos niños que sólo podemos gritar y llorar cuando nuestro camino no nos lleva al lugar que deseamos ir. Siempre ha sido así.

La situación se había vuelto tan complicada que los profesores tuvieron que intervenir para acabar con el desastre.

Alguien miró de cerca el rostro de Sumire para revisar la extensión de sus lesiones y alguien más sujetó la muñeca de Taiga, quien estaba herida de forma similar. Ryuuji trató de estirar sus manos de forma instintiva para sujetar nuevamente la de ella, pero después de ver la aguda mirada de esa persona, las manos de ambos hicieron un pequeño contacto en el aire antes de separarse. Taiga fue llevada a la fuerza fuera del salón, hacia otro lugar.

La multitud permaneció ahí, sin saber que hacer… “La presidenta es tan amable…”

“Kita…”

“¡Te quiero con todo el corazón! ¡Conocerte fue la mejor cosa que me pudo haber pasado! El haber sido capaz de… ¡Fue maravilloso haber podido enamorarme de ti! ¡No me arrepiento de nada! ¡Gracias por todo!!”

Ambos se miraron con marcas de lágrimas en sus caras. Kitamura dio una profunda reverencia, cómo si estuviera liberándose de todo. Se susurró a sí mismo: “Adiós” y siguió a la persona que estaba siendo llevada fuera del salón; alguien tenía que explicarles la situación.

El profesor que estaba a punto de mandar a Sumire a la enfermería miró el rostro de Ryuuji. Fuese el resultado de los manotazos de Taiga o de tratar de protegerla de los ataques de Sumire, Ryuuji no había notado que sus labios estaban partidos además de que tenía numerosos arañazos en su cara. Probablemente también sería mandado a la enfermería.

Después de que todos los que estuvieron directamente involucrados en la pelea se habían marchado, las únicas personas que no pertenecían a ese salón de tercer grado eran los estudiantes del grupo 2-C. “¿Deberíamos ayudar a limpiar?”, alguien se agachó titubeantemente, encontrando de repente…

“Hmm… ¿Una guía de estudiante?” “¿De quién es?”

Para confirmar la identidad del propietario, la guía fue abierta en presencia de todos.

„Aisaka Taiga‟ estaba escrito en la cubierta. “Es de Taiga… ha de haberla tirado hace poco”

“Guárdala, no la pierdas, oye Takasu-kun… Ah, cierto…” “¿Podría alguien llevársela por favor?”

“Ah…”

Ellos no intentaron husmear, e iban a cerrar la guía después de confirmar la identidad del propietario, pero un largo pedazo de cinta se atoró en la mano de la persona que había abierto la guía. Todos vieron por accidente el interior de la cubierta, sin más, cayendo en una contemplación silenciosa.

Una fotografía que había sido cuidadosamente colocada en el interior de la cubierta. Todos la vieron. Era una foto de dos de ellos danzando en la noche del festival cultural. Fue entonces que todos comprendieron que ese recuerdo era tan precioso para Taiga que deseaba llevarlo a su lado todo el tiempo.

Es cierto, tan importante que incluso después de que Kitamura fue rechazado, ella aún así fue a golpear a la otra persona.

“A ella en verdad… le gusta…”

No era un rumor ni una broma. Los sentimientos amorosos de una joven señorita habían sido revelados. La persona que tenía en sus manos la guía se percató de que había otra foto debajo de la del baile.

“Yo me encargaré de esto”

La guía había sido arrebatada antes de que la segunda foto pudiera ser vista. La persona que se había metido la guía de Taiga en su bolsillo mientras mostraba una sonrisa ligeramente deprimida, y luciendo como un sabio ángel, era Ami.

“Vamos, ayudemos a limpiar… Estoy extremadamente apenada con todos los senpais por el incidente, la tigre de nuestra clase es muy…”

“No, no es culpa de Kawashima” “Cierto, no te preocupes, ¡anímate!”

La situación cambió tan drásticamente ante el batir de los delicados parpados de Ami. Los estudiantes del 2-C ayudaron a sus superiores a limpiar el desorden. Sólo una persona permanecía inmóvil, sus ojos estaban perdidos mirando al frente.

La cotidiana sonrisa animada había desaparecido del rostro de Minori mientras parecía estar profundamente inmersa en sus pensamientos. Ella lucía como si repentinamente pensara algo y después de parpadear un poco tratara de olvidarlo para después sacudir la cabeza. Al verla, Ami parecía haber entendido lo que le ocurría.

Ami hizo un movimiento para levantarse, pero pensándolo un poco mejor, volvió a agacharse para seguir ordenando las hojas que habían sido esparcidas por todo el piso. Pero se percató del peso de la guía de estudiante que llevaba en su bolsillo y volvió a dejar lo que estaba haciendo una vez más, pensando en las acciones usuales de esa persona. Ami se puso de pie, carente de emociones como Minori. ¡No congeniaré con ella! Y a pesar de que no simpatizaban…

“…”

Ami se dirigió a Minori como un gato, silenciosa, susurrándole al oído: “¿Ya desaparecieron tus sentimientos de culpa?”

“¿Eeh?”

Minori volteó, sus ojos estaban totalmente abiertos por la sorpresa. Observando la expresión atónita de Minori, Ami se arrepintió de haberlo dicho, su pecho se sintió más pesado de repente, pero ella no quería que Minori se diera cuenta. Ami dejó ahí parada a Minori y se escabulló del salón de tercer grado sin que nadie lo notara.

Ella corrió a través del corredor y bajó las escaleras hacia el hueco entre las dos maquinas expendedoras.

“¡…!”

Después de acomodarse en su habitual escondite, ¡Bang! Amí estrelló su cabeza contra la pared.

Ella había dicho algo estúpido; si tan sólo no lo hubiera hecho. ¿Acaso estaba intentando provocar algo incluso mayor al decir eso? Ella quería convertirse en una mejor persona, algo que había intentado con mucho esfuerzo, pero era incapaz de hacerlo. ¡Bang! ¡Bang! Ella volvió a golpear su cabeza contra el muro dos veces más.

Es cierto.

No era solo la simpatía, ahí había cierto grado de celos, y un sin número de otras… emociones mezcladas, tanto que ella no supo que hacer con ello. Ami no sabía que quería hacer y no pudo entenderlo, por lo que no pudo hacerlo apropiadamente.

Ella fue incapaz de hacer que su deseo se hiciese realidad. Fue incapaz de cambiar, de convertirse en la persona que quería ser.

El incomodo sonido de una cabeza que se estrellaba contra la pared resonó tres veces más. Minori estaba asombrada, sus manos estaban llenas de cortes por un jarrón roto.

A pesar de que los doctores habían pensado al inicio que Sumire debía tener la nariz rota, escaneos de rayos X demostraron que su hueso nasal no lo estaba, debido a su impresionante densidad alta de huesos. Su cara estaba tan sonrojada como la que Kitamura había tenido hace unos instantes, pasó el resto de su último día en esa escuela con esa cara, diciendo adiós a su estatus como estudiante de tercer año en medio de una sobrecogedora ola de flores, para después volar a América dos días después.

Kitamura había desplazado a Ryuuji como el „chico lastimero‟ número 1 de la escuela. Él también obtuvo la posición de presidente del consejo estudiantil.

Ryuuji había tenido que ir a la escuela con una cara que era más aterradora a la usual. A pesar de que sus heridas no eran serias, su rostro lo hacía parecer como un gánster que acababa de escaparse de la cárcel. Por alguna razón inexplicable, Yasuko estuvo extremadamente emocionada cuando vio a Ryuuji entrar a casa con esa clase de cara…

Taiga había sido suspendida de la escuela por dos semanas. A pesar de que debía ser expulsada, los padres de Sumire expresaron su opinión de que debido a que su hija también había peleado, sería absolutamente injusto que la escuela permitiera que Sumire fuera transferida y que Taiga fuera expulsada. Ellos no permitirían que Sumire viajara si Taiga era castigada de esa forma, ese fue el porqué ella obtuvo una sentencia tan ligera. A pesar de todo ello, el guardián de parte de los Aisaka no se apareció en persona, tuvo una mera conversación a través de su secretaria. Taiga también acompañó a la solterona a la tienda, la propiedad de los Kanou, para disculparse y obtener su perdón. De camino a casa, se reunieron con la preocupada madre de la familia Takasu e hijo.

La solterona, quien no había fumado por más de ocho años, sacó un cigarrillo, agregando otra arruga permanente a su frente.

Y Orión seguía brillando sobre ellos.

***

Ryuuji llegó a casa de una escuela carente de Taiga, pero no vio señales de Yasuko en el departamento, imaginando que ella probablemente había ido al supermercado, así que se dirigió a su habitación para colgar su uniforme.

Abrió la ventana para mirar la habitación de Taiga. “Esa tonta” sermoneó con suavidad Ryuuji. A pesar de que ya era invierno, la ventana y las cortinas de la habitación de Taiga permanecían abiertas, y parecía que ella continuaba durmiendo. Ryuuji fue incapaz de ver toda la habitación desde su atalaya⁴, y eso era lo que podía inferir al ver ese pie relajado que colgaba a un lado de la cama.

“Ah… ¿acaso no tiene frío?”

Ryuuji decidió despertarla llamándola por teléfono, pero no parecía salir ruido del teléfono celular desde la habitación de Taiga. Ella había sido suspendida de la escuela para que reflexionara en sus errores y aún así estaba tomando una siesta a media tarde… ella estaba siendo muy despreocupada al respecto.

Ryuuji estiró la cabeza por la ventana, gritando a través del espacio entre los dos edificios, teniendo cuidado de no molestar a los vecinos: “¡Hey! ¡Te vas a resfriar si sigues así!

¡Cierra la ventana cuando quieras dormir!” En respuesta, el pie de Taiga se movió a un lado, pero no parecía haberse levantado. Ryuuji sólo pudo pensar en dejarla en paz.

“Es tan floja…”

Pero casi de inmediato pensó en el hecho de que tendría que cuidarla si ella se enfermaba, por lo que fue al apartamento, aún con su uniforme. Ella debe levantarse si toco el timbre

¿cierto? Si se despierta, entonces la llevaré a hacer las compras conmigo. Creo que hoy hay una oferta especial de pescado.

Ryuuji entró por el recibidor de mármol y presionó el timbre de Taiga repetidas veces. Mientras presionaba con su mano izquierda el botón como loco, Ryuuji se percató de que su bufanda había sido tomada una vez más por Taiga. A pesar de que quiero que me la devuelva, ¿seré capaz de aguatar su ataque? ‘¡que frío, que frío!⁵’?

En ese preciso momento, la bufanda en cuestión estaba enrollada sobre los hombros de Taiga. En realidad ella ya estaba despierta, ya que finalmente no pudo soportan los ataques incesantes del timbre y terminó sentándose.

La elasticidad de su colchón empujó la pila de papeles que había en el filo de la cama hacia el suelo. Era la carta de disculpa que la escuela le había ordenado a Taiga escribir, además de dos postales.

4 NdT: Se puede entender como un punto estratégico o ventajoso, se usa comúnmente para describir una torre que sirve para vigilar un sitio o un lugar donde se puede observar buena porción de tierra o mar.

5 NdT: Ryuuji hace referencia al momento que Taiga lo encontró después de hablar con Kitamura en la noche, y ella le aplicó su ataque de manos frías sobre su nuca.

Las postales eran idea de la solterona, a lo cual Taiga respondió: “la escuela no pidió esto…” Una iba a ser mandada a Kanou Sumire a Estados Unidos como disculpa y la otra tenía que ser mandada a la solterona, sin ninguna restricción de contenido en ésta. Sería demasiado infantil no escribir nada o dibujar una simple calavera, así que decidió no escribir nada, salvo pintar la postal con un singular color.

Taiga yacía en la cama tratando de decidir con qué clase de color debía pintar la postal, mientras volteaba a ver el cielo y las nubes a través de la ventana abierta y, luego volteando la mirada hacia la ventana de Ryuuji.

Ella todavía no se decidía por cual color usar.

***

Cierto día, una postal se abrió paso a la pequeña habitación que Kanou Sumire y sus amigos habían rentado. No había remitente escrito en ella, pero la identidad de la persona sería obvia una vez que el otro lado de la postal fuese leída.

Una sola palabra estaba escrita en el reverso de la postal:

[[                            ]]

Idiota

[[                           ]]

Sumire, quien no había estado de muy buen humor desde que había llegado a los Estados Unidos, repentinamente se puso de pie y comenzó a reír ruidosamente, como si fuera un hombre de mediana edad, asustando a sus compañeros de habitación y provocando que tiraran sus almuerzos.

-FIN DEL VOLUMEN 6-