Toradora! (NL)

Volumen 6

Capitulo 6: IDIOTA

Parte 2

“¡Qué…frío…! ¿Por qué parece que el gimnasio siempre es más frío adentro que afuera en invierno?”

“No, probablemente hace mas frío afuera… Brrrrr…”

Ryuuji contrajo su cuerpo y enrolló sus manos dentro de sus bolsillos mientras temblaba de frío con Noto, sintiendo como si sus dedos fuesen a congelarse.

La elección tomó lugar en el periodo de actividades del club del día sábado. El gimnasio que había albergado las elecciones ahora estaba lleno de sonidos de escalofríos y quejas, mientras las chicas se acurrucaban entre ellas para calentarse. „Que agradable, ¡pero los chicos no debemos hacerlo!‟ es lo que Ryuuji quería decir al pensar en aquellas caras cubiertas de acné que se acariciaban lentamente… Sólo pensar en ellos le hacía sentir más frío.

Para resumir, el día de hoy era extremadamente frío. Hace frío, hay mucho ruido y nosotros tenemos que permanecer aquí parados, ¿qué no pueden iniciar de una vez? Los congelados estudiantes obviamente no darían un cálido recibimiento. Si se sentaban, se congelarían los traseros. Aunque también había un problema con el gimnasio en verano, ya que en esa época era tan caluroso como un sauna. De cualquier forma, nada bueno puede venir de organizar eventos en el gimnasio.

E incluso así, a los estudiantes del 2-C que todavía seguían temblando nunca les pasó por sus mentes el pensamiento de no asistir a las elecciones.

“Ahhhhhhhhhhhhhhh… Uguuuuuuuuuuuuu…”

Taiga había tomado la bufanda del Ryuuji el día de hoy también, cubriendo su nariz con ella, haciendo sonidos nasales como un animal, luciendo como un criminal enmascarado. Minori, quien estaba acurrucada cerca de Taiga, mantenía sus manos y pies juntos, además traía su uniforme de gimnasia debajo de su ropa y su chaqueta, haciendo parecer como si su cuerpo estuviera hinchado. Por otra parte, Maya y Nanako estaba tratando desesperadamente de jalar hacia abajo sus suéteres lo más posible, tratando de mantenerse abrigadas. Ami estaba acariciando algo dentro del bolsillo de su abrigo, parecía ser una manta eléctrica. Su fachada de niña buena estaba en el olvido, Ami fruncía el ceño ante el frío clima.

El peinado estilo sandia que había regresado a su color negro original brillaba intensamente en la tarima, reflejando el estilo de Maruo. Sus anteojos estaban tan limpios que reflejaban la luz, y su boca ligeramente cerrada parecía muy confiable. A pesar de que tenía una cortada muy penosa al lado de su labio, Kitamura permanecía ahí de pie con una mirada resuelta en sus ojos.

La expresión en su cara mostraba que ya había decidido enfrentar la realidad y aceptar el dolor que seguramente vendría con esa elección.

“Bien…Micrófono… ¡Ah! ¿Ya está encendido? Disculpen por haberlos hecho esperar”

El presentador, un chico de primero del consejo estudiantil, finalmente caminó al escenario. “¡Qué lento!” “¿Qué no sabes el frío que hace aquí?” Las quejas sonaban por cada rincón del gimnasio. Pero entre los estudiantes había un grupo de gente rara que aplaudía con una pasión que no cuadraba con un gimnasio congelado, Ryuuji era uno de ellos. La pasión de los estudiantes de la clase 2-C alzaba ligeramente la temperatura de ese frío lugar.

“Ahora debemos proceder con la elección del presidente del consejo estudiantil. Hay un único candidato, el actual vicepresidente del consejo, Kitamura Yuusaku”

Al escuchar el apasionado apoyo de sus compañeros, Kitamura los saludó avergonzado. Fuera del escenario había sonrisas felices en los rostros de Kanou Sumire y del resto del consejo estudiantil.

“¡Ahora invitamos a Kitamura-senpai al pódium para que nos explique su manifiesto político!”

“¡Claro!” Respondió ruidosamente Kitamura, caminando hacia la posición del micrófono, ajustándolo a la altura adecuada.

“¡Marou! ¡Da tu mejor esfuerzo!”

“¡Kitamura! ¡Gracias por salvarnos de las garras de la Tigre de bolsillo!”

Kitamura reconoció el apoyo de sus compañeros a través de asentimientos con la cabeza y sonrisas, luciendo extremadamente confiable. A pesar de que no era claro si él estaba tratando a propósito de borrar los signos de su rebeldía, en ese momento, lucía en verdad como alguien de fiar.

Ryuuji cruzó sus manos congeladas frente a su pecho. Muy bien Kitamura. Parece que ya está mentalmente preparado para la separación eventual. Los ojos de Kitamura no contenían rastro de incertidumbre o tristeza, ya que había dejado esos sentimientos atrás, decidiendo avanzar al frente. Esta era el aura de un autentico hombre.

“Hola a todos, soy Kitamura Yuusaku, yo…” Kitamura apretó el micrófono con su mano derecha.

¡Vamos! Ryuuji lo animaba a continuar de forma silenciosa.

Sus compañeros, el consejo estudiantil, Kanou Sumire y cada estudiante que había confiado en Kitamura para que compitiera en las elecciones debía estar aguantando la respiración por la expectación. ¡Vamos! Di algo emocionante. Permíteles a todos que vislumbren su feliz y satisfactoria vida escolar. Demuéstrales a todos que eres el mejor candidato para la posición de presidente del consejo. ¡Diles a todos que Kitamura Yuusaku está calificado para ser el presidente del consejo estudiantil!

“¡Yo!”

Kitamura abrió la boca tanto como pudo, tomando un profundo respiro, gritándole a la escuela… No, en vez de a la escuela era a…

“¡Presidenta! ¡Yo! ¡¡¡Te amo!!!!”

Él le había gritado a la chica que estaba bajo el escenario.

“¡Estoy de pie aquí porque me gustas! ¡Sé que jamás seré lo suficientemente bueno para ti!

¡Y que debo olvidarte ya que te vas a un lugar muy lejano! ¡Pero tengo que decirte que no me importa nada! ¡Tu voz, todo lo que me dices siempre me da valor! Por lo tanto, ¡quiero preguntarte algo! Presidenta… ¡¿albergas algún sentimiento por mí?! ¡Yo siempre he creído que debes de sentir algo! Así que aun ahora, cuando debería rendirme, ¡soy incapaz de hacerlo! ¡Te lo ruego! Por favor, por favor por favor por favor, ¡respóndeme! ¡¿Acaso no tengo alguna esperanza?! ¡¿En verdad no hay un destino especial para ti y para mí?!”

Después de gritar eso, el sonrojado Kitamura dio una profunda reverencia a Sumire. La mente de Ryuuji estaba en blanco.

Todos en el gimnasio tenían las bocas abiertas de la impresión.

No sólo los estudiantes, incluso el grupo de profesores estaban sorprendidos por la petición. La solterona, Haruta, todos abrieron con amplitud sus ojos por el impacto, repitiendo la escena anterior en sus cabezas. Todos estaban demasiado sorprendidos para reaccionar ante la repentina confesión. Sí, ni siquiera Taiga, nadie era capaz de reaccionar. Ryuuji volteó a verla, parada al frente; estaba rígida, cómo una estatua, sus sentimientos eran indescifrables. Incluso cuando todos a su alrededor comenzaron a hablar ruidosamente, Taiga permanecía inmóvil en su posición.

“¿Una confesión…?”

“Eso fue una declaración… ¿verdad?”

“¿¡Qu-qu-qué está pasando!? ¿¡Se le confesó a Aniki!?”

El ruido evolucionó gradualmente en una plática animada. Kitamura, quien estaba apretando los dientes, se estaba sonrojando furiosamente más a cada segundo. Pero incluso en ese momento, Ryuuji era incapaz de avanzar.

Kitamura finalmente había dado ese paso al frente, pero la elección que había tomado no era la de „competir en las elecciones‟ como Ryuuji había pensado, sino la de „cambiar esa inaceptable realidad‟.

Era su última pelea contra la inmutable realidad que tanto odiaba. Kitamura no había rechazado ni aceptado la realidad. Había escogido luchar contra ella como un hombre.

¿Qué pasará? ¿Cómo cambiará el futuro? “Aniki, respóndele, ¡¡¡contéstale!!!”

“Es cierto, ¡déjanos escuchar tu respuesta!” “¡Pásenle el micrófono!”

La emocionada multitud le arrebató el micrófono al atónito miembro del consejo estudiantil, llevándolo justo frente a la cara de Sumire como si fueran unos paparazzi³.

Sumire miró a Kitamura hasta que sus miradas se encontraron. Hasta las orejas de Kitamura estaban rojas, pero la expresión de Sumire no cambió, alzó una ceja con su manera usual, luciendo como si hubiera acabado de oír algo gracioso.

“…Así que eso es lo que dijo” habló por el micrófono de una forma casual.

Sumire alejó la mirada de Kitamura y encogió los hombros hacia la población estudiantil, revelando una sonrisa y diciendo:

“¿Qué piensan? El vicepresidente del consejo estudiantil Kitamura Yuusaku es un chico interesante ¿no lo creen? Con un chico tan interesante como presidente del consejo estudiantil, esta escuela seguramente se volverá más interesante. ¡Así que por favor voten por este chico tan interesante!”

Su brillante discurso se ganó los aplausos de la escuela entera, mientras la confesión de Kitamura era cubierta por las ondas de ruido y las risas. “Votaré por él” “¡Yo también, yo también!”. Kitamura, quien en primer lugar no tenía competidores, repentinamente obtuvo un agudo incremento en su número de votos.

“Ahhh…”

Kitamura se agarró la cabeza con las manos a propósito, mirando al cielo con unos movimientos exagerados. Su confesión frente a toda la escuela había sido convertida de forma brillante en un discurso de campaña que le adjudicó unos votos, además parecía que había sido rechazado. Al enfrentar tal clase de respuesta, Kitamura se recargó en el respaldo del micrófono, avergonzado y bajando la cabeza, viéndose como si estuviera completando una rutina pre-ensayada.

Los sentimientos unilaterales de Kitamura habían mordido el polvo. No quedaba nada.

3 NdT: un paparazzi es un fotógrafo especializado en la búsqueda de fotografías o imágenes comprometedoras de las personalidades públicas, son conocidas por acosar e invadir la vida privada de las celebridades.

Kitamura había intentado cambiar la realidad y, había fallado.

Los hombros del hombre que había bajado la cabeza en el escenario ahora estaban temblando mientras las lágrimas rodaban de sus mejillas. Ryuuji no pudo haber sido el único que lo había notado…tal vez.

Haruta, quien había permanecido justo junto al escenario durante todo el ajetreo, colocó su brazo sobre los hombros de Kitamura mientras lo ayudaba a salir del escenario. Noto también lo esperó en las escaleras que conducían a la tarima, ayudando a cubrir el rostro de Kitamura de la multitud. Él aún se negaba a levantar la cara; todo mientras Taiga permanecía inmóvil en su lugar.

“La votación será llevada a cabo a través de unas papeletas especiales que serán…”

A Ryuuji no le interesó escuchar las instrucciones, ya que estaba pensando lo que debía hacer.

¿Qué podría hacer él por su amigo que había sido herido bajo las mismas estrellas? Ryuuji tensó sus músculos faciales mientras reprimía el oscuro cielo que se bosquejaba en su mente.