Toradora! (NL)

Volumen 6

Capitulo 6: IDIOTA

Parte 1

 

 

Debido a que las noticias habían llegado tan repentinamente… “¡¿Qué…?!”

Ryuuji miraba sin parpadear el rostro de la solterona (30) que tenía frente a él. Se le había convocado a la sala de profesores después de clases, y en ese instante, el lugar estaba saturado con una atmósfera de incomodidad.


“N-no me observes con esa mirada… soy muy sensible acerca del tema de mis arrugas…” “No, no estaba mirándolas. ¿Es cierto lo que dijo sensei? ¿No podría estar equivocada?”

“Es verdad, Kitamura-kun aún no ha entregado su aplicación. El profesor encargado de la clase 2-A ya lo ha confirmado con uno de los miembros del consejo estudiantil, con ese chico que dijo que se postularía si Kitamura-kun no lo hacía”

“Ah, Murase…Cuando hablé con él durante el almuerzo todavía pensaba que Kitamura participaría en las elecciones y estaba feliz por ello…”

“Ya veo… ¿Kitamura-kun aún sigue en clase?”

“No estoy seguro, vine tan pronto me llamó. Pero…sensei, ¿por qué me está preguntando a mí estas cosas? ¿No debería preguntárselas a él?”


“No quería cuestionarlo en público…todos están tan contentos con la idea de que competiera en las elecciones, así que no importa cómo conteste cuando le diga: „Todavía no has entregado tu forma. ¿Acaso no vas a competir?‟. Ya que eso representaría una tremenda presión”

Parecía ser que ni siquiera la solterona sabía que debía hacer. Ella se sentó en su lugar, suspirando profundamente y estirando con esfuerzo su espalda, haciendo tronar ruidosamente su columna vertebral. Al mirar esta escena, Ryuuji sintió una abrazadora urgencia de dar una reverencia y decirle „Gracias por su arduo trabajo‟. Ella la estaba pasando tan mal como Ryuuji…no, tal vez incluso peor. En los días recientes, la profesora soltera de treinta años de edad se había estado preocupando constantemente por Kitamura, dando como resultado su dolencia en la espalda. Ella había trabajado tan duro y se había preocupado tanto, pero al final, todo había terminado de esta manera. Kitamura aún no entregaba su solicitud para las elecciones del consejo estudiantil.

¿Qué hay de su promesa de esta mañana? ¿Acaso cambió de opinión? No, probablemente olvidó entregar su solicitud. Si es así, entonces sería apresurado asumir cualquier cosa. Será mejor irle a preguntar directamente ya que probablemente no seamos capaces de adivinar la respuesta correcta por nuestra cuenta.

“Mejor lo traeré aquí”

“Te lo encargo, las reglas estipulan que si la aplicación no es recibida antes de las cuatro en punto, entonces no será capaz de participar en la elección”

Ryuuji dio una reverencia apresurada y salió corriendo de la sala de profesores. Debido a que fue reprendido por un profesor en el camino que le gritó “¡Deja de correr!”, el sólo pudo caminar a grandes zancadas mientras se abría paso de vuelta al salón de clases, subiendo las escaleras con premura.

Ryuuji había asumido que Kitamura ya había entregado su solicitud, justo como el resto de los estudiantes. ¿Qué pasaría si él ya se había ido a casa?

“¡Oh!”

“¿Takasu, qué pasa?”

Él continuaba aquí. Mientras Ryuuji abría la puerta del salón, vio a Kitamura, quien estaba en su escritorio guardando tranquilamente sus cosas en su bolso para regresar a casa. Quedaban unos cuantos estudiantes en clase, pero Taiga, Minori, Noto y el resto de sus compañeros usuales no estaban a la vista.

“¿A dónde fueron Taiga y los demás?”

“Fueron con Ami y sus amigas a la cafetería que acaba de abrir frente a la estación del tren por pastelillos. Noto y Haruta también fueron con ellas. Me preguntaron si quería ir pero me negué. Ya que no estabas en clase te dejaron. En verdad somos bastante prescindibles,

¿no lo crees?”

Kitamura mostró su usual sonrisa animada. Ryuuji quería hablar, pero era incapaz al ver tal rostro sonriente.

“Oye, ¿qué te pasa? ¿Acaso tengo algo en la cara? Ah claro, es por mi vendaje ¿no?” Kitamura rió mientras tocaba juguetonamente el corte de su boca.

“Kitamura, este no es el momento para ir tranquilamente a beber café” “…”

La sonrisa de Kitamura se congeló inmediatamente, los ojos detrás de los anteojos mostraban un trazo de incertidumbre. Mirando aquella expresión, Ryuuji pudo comprender que no había olvidado entregar su solicitud.

Kitamura seguía dudando.

¡¿Qué está tratando de hacer este chico?! Ryuuji quería sujetarse la cabeza y gritar eso por toda la escuela, pero se tragó su furia de último momento, resistiendo una ola de cansancio y luchando por permanecer tranquilo. No obtendría nada frustrándose y no había razón para forzar a Kitamura a entregar su solicitud. Nada indicaba que Kitamura hiciese lo correcto al participar en las elecciones, y forzarlo a hacerlo no haría nada por desenmarañar sus complicados sentimientos.

La decisión de Kitamura de si participar o no en las elecciones para presidente del consejo no era correcta ni incorrecta, ya que simplemente era su propia elección, no había una respuesta correcta o incorrecta en ella. Pedirse a uno mismo responder aquella pregunta representaría una cuestión de voluntad y ambición propia. Las frustraciones internas de una persona rebelde, no cambiarían la opinión que los demás tengan de él. Ryuuji finalmente había entendido ese punto, Kitamura también había entendido eso por su cuenta, esa era la razón por la que pasó tanto tiempo dudando entre aquellas dos elecciones, tratando de encontrar su respuesta.

El verdadero problema es que ya no quedaba tiempo.

“La solterona dijo que tienes que entregar tu solicitud antes de las cuatro”

Al observar el reloj, eran las tres de la tarde con cuarenta minutos, quedaban veinte minutos.

“¿Qué es lo que planeas hacer? En verdad quieres…”

Ryuuji no quería intervenir en la decisión de Kitamura, pero aún teniendo eso en mente, él todavía…

“Vámonos a casa Takasu” “¡¿Qué?!”

La efímera respuesta dejó a Ryuuji sin habla.

“Permite que nosotros, los que son prescindibles, vayamos juntos a casa”

Lo había interpretado mal. Kitamura no tenía dudas; ya había decidido no competir al puesto de presidente del consejo.

“Irnos… irnos a casa… ¿acaso te parece bien? Todos creen que vas a participar en la elección. ¿Estás seguro de esto?”

“Cambié de opinión. Después de pensarlo un poco, decidí no competir después de todo”

“Pero… ¡aún quedan veinte minutos para que lo reconsideres!”

“No, ya he despejado mi mente así que deja de tratar de persuadirme de lo contrario. Vamos, guarda tus cosas, aquí te espero”

“Kitamura…”

Ryuuji no pudo agregar nada dado que Kitamura ya había tomado su decisión, y puesto que todo había terminado en eso, no había nada más que decir. Guardó sus cosas bajo la paciente mirada de Kitamura, recordando que su bufanda había sido tomada por Taiga nuevamente esta mañana. Ambos abrieron la puerta del salón y se prepararon para caminar por el corredor. Ryuuji comenzó a preocuparse por Kitamura una vez más. ¿En verdad estará bien esto? ¿Será suficiente?

Sabía muy bien que preocuparse no remediaría la situación, debido a que nunca sería capaz de entender esa decisión. Era la elección personal de Kitamura, fuese buena o mala. Por otro lado, Kitamura estaba…

“Ha pasado un largo tiempo desde que fuimos juntos a casa debido a que estaba en el consejo estudiantil y el club de softball… No hemos hecho esto desde que estábamos en primer año ¿verdad?”

…comportándose de manera muy casual. “Oh, así han sido las cosas… tienes razón…”

“Vayamos a algún lugar a celebrar ¿te parece? Ami y los demás fueron al edificio que está enfrente de la estación del tren así que debemos evitar ese sitio… ¿Que te parece el Sudoba? Un café con pastelillos suena muy de chicas de todas maneras, yo no estoy interesado en esas cosas”

Ryuuji finalmente dejó escapar un suspiro que estaba conteniendo al mirar la figura de Kitamura que caminaba frente a él. Me rindo.

Por supuesto, Ryuuji quería ver a Kitamura como el presidente del consejo estudiantil, pensando en cómo prosperaría en esa posición como un pez en el agua, emitiendo los reminiscentes de la ilimitada energía de aquel entrenador del infierno. ¡Él sería extremadamente adecuado! ¡Él seguramente se convertiría en un gran presidente del consejo estudiantil! Pero Kitamura había escogido la otra opción. Ryuuji era incapaz de predecir las consecuencias de aquella decisión, ni tampoco el futuro de Kitamura. Era incapaz de verlo, así que… decidió caminar a su lado, para mirar su futuro junto a él y continuar siendo el mejor amigo que Kitamura hubiese elegido en su vida.

¡Bien! Ryuuji trotó para alcanzar a Kitamura; los dos chicos caminaban codo a codo de cierta forma extraña.

“Es cierto, los chicos deben ir al Sudouba1. Ordenaré café negro y un hot dog picante”

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“Que elección tan madura, yo también ordenaré café y tostadas con canela… No, eso también es muy de chicas, pediré una tostada con queso”


“Buena elección. ¡¿Cómo podría un verdadero hombre comer pastel después de la escuela?!”

“Eso es absolutamente cierto, ¡tampoco debes de añadirle crema a tu café!”

“¡No lo haré! ¡Ambos beberemos café negro mientras miramos al dueño del Sudouba!” “Sudou-san ¿no es así? ¡Quiero ver la sección deportiva!”

“Ah, ¡yo también!”

Ryuuji y Kitamura alzaron las manos en una postura extraña al salir del salón de clases. Mientras ambos platicaban de temas al azar y caminaban por el corredor, Ryuuji pensó:

Todo está destinado. Esta afirmación no significa que admito la derrota, sino que simplemente es una afirmación objetiva de la verdad.

Todo estaba predeterminado por el destino. Sin importar qué tan frustrado o qué tanto deseara uno lo contrario, cuando algo así ocurre, uno sólo puede avanzar en el camino que únicamente nuestros ojos son capaces de ver. Cada elección, cada decisión es un paso adelante hacia un „fin‟. Después de alcanzar este „fin‟, uno debe de tomar otra decisión y en ese momento, ese „fin‟ se convertirá en un „punto intermedio‟. Cada destino al frente es una decisión propia, por lo que uno sólo puede avanzar hacia adelante.

Ese es el porqué de las dudas de las personas. Al considerar todas las opciones, uno podría perder la esperanza y querer tratar de huir, porque ninguna excusa será alguna vez suficiente. Sin importar que tan peligrosa sea la jornada de nuestra vida, o cómo admitamos haber lidiado con el filo de una astilla, todo lo que pasa en la vida es el resultado de nuestras decisiones personales, un camino escogido por uno mismo. Incluso si la vereda es peligrosa y no hay posibilidad de cambiar nuestras elecciones del pasado, uno no puede echarle la culpa a los demás, sin importar lo molesto o frustrado que se sienta, uno está solo en este camino, no hay nadie que pueda reemplazarte.

“Ah… desde hace tiempo que no había visto un atardecer tan hermoso” “Mmm…”

Y entonces empiezas a creer…

El final del camino que Kitamura había escogido seguramente sería „muy de Kitamura‟.

1 NdT: Versión del Starbuck en Toradora.

Este fue el cómo Kitamura se abría el único camino para sí, y no había error o acierto en esa decisión.

El corredor que estaba teñido en naranja por la puesta del sol hizo que Kitamura entrecerrara los ojos mientras miraba por la ventana. Se detuvo, probablemente para mirar aquel hermoso atardecer.

“Cierto… estoy muy sorprendido de que no hayamos ido a casa juntos por ya casi un año completo. La razón principal de esto fueron mis actividades del consejo estudiantil, los cuales eran diarios”

“Recuerdo que comenzamos a hablarnos debido a que nos sentamos juntos en el autobús durante el viaje de la clase en mayo. Poco después te uniste al consejo”

“Es cierto, es tan nostálgico… Ni siquiera habíamos hablado antes de mayo debido a que tú siempre estabas protegiéndote lastimosamente de los demás”

“¡Por supuesto que tenía que protegerme de los demás! Ya había escuchado que la gente decía que era un delincuente desde la ceremonia de admisión. Tú también te distanciabas de mí debido a esos rumores ¿no es así?”

“No, me malinterpretaste. No me interesé en mis demás compañeros de clase dado que algo más atrapó mi atención inmediatamente después de entrar a la escuela… Ah, no te he contado lo que pasó esa vez ¿verdad? Y pensé que nunca volvería a hablar de eso…”

Bajo los agonizantes rayos de la puesta de sol, Kitamura volteó repentinamente para mirar el pizarrón de noticias. Ahí se encontraba el oscuro cartel coloreado de forma poco propicia de la campaña de elección de Taiga. Kitamura zafó suavemente uno de los prendedores que sostenían al cartel, sacando una hoja de papel que estaba escondido debajo del poster. Una caligrafía de aspecto masculino se vislumbraba de esa pieza de papel:

[[                                                                                              ]]

Los    estudiantes    no    tienen permitido correr por el pasillo.

Atte. El consejo estudiantil.

[[                                                                                              ]]

Kitamura volvió a colocar el poster en su posición original y clavó la pieza de papel a un lado de éste.

Ryuuji seguía las acciones de Kitamura, escuchando mientras caminaba:

“Estaba completamente entusiasmado cuando entré a la escuela, ya que esperaba que fuera muy diferente de cómo fue en secundaria. Pasé una época muy infeliz ahí, así que deseaba vivir felizmente en este nuevo mundo”

“Oh…”

“Para poder tener una feliz vida escolar, uno debe de tener una novia ¿correcto? En ese momento, escuché que había una chica extremadamente linda en otra clase que venía de una famosa secundaría privada y, se rumoraba que era la hija de una familia muy prospera. Mi interés fue provocado, por lo que fui a verla y… fue amor a primera vista. ¿Cómo podía alguien ser tan linda…? Mi vida sería color de rosa si tan sólo fuese capaz de ser amigo de tan hermosa chica. Pero observé que el marcador de chicos que se le confesaban y regresaban llorando crecía, escuchando que eran humillados verbalmente o amenazados violentamente, destruyendo todo rastro de su orgullo masculino. ¿Entiendes de lo que estoy hablando?”

“Sí… por favor continúa”

Ryuuji no le dijo a Kitamura que lo sabía con sólo mirar el par de anteojos que reflejaban la luz hacia él.

“Estaba muy entusiasmado ya que no tenía idea de qué tipo de respuesta me daría esa chica, pero en verdad quería saberlo. Así que cierto día, fui por Aisaka… ¡Ah! Ya lo dije, bueno, no importa. Si, fui a la clase de Aisaka, la llamé y le dije en el descanso de las escaleras después de cerciorarme que nadie más estaba cerca: „¡en verdad eres preciosa!‟ pero Aisaka me gritó: „¡Eres repugnante!‟ y me lanzó un hermoso golpe con su mano izquierda, pero se detuvo a un centímetro de mi tabique nasal, incluso una ráfaga de viento sopló a su paso… Era la primera vez que conocía a una chica así, por lo que estaba muy emocionado. Inmediatamente me volví a parar y me le confesé: „¡Eso es grandioso! ¡Me gusta tu franqueza!‟ y entonces estiré mi mano. Pero Aisaka pensó que quería aprovecharme y me gritó sin dudar: „¡Vete al demonio! ¡Pervertido!‟ y esta vez fue un gancho directo y no se detuvo, marcando un golpe perfecto en mi riñón izquierdo. Claro está que no fui capaz de volverme a poner de pie después de eso, así que permanecí ahí tirado en el piso, escuchando las débiles pisadas de Aisaka”

“Eso fue algo muy estúpido… debiste estar muy avergonzado…”

“Si, estaba muy apenado y en verdad fue muy doloroso, además de que ella me odiaba. Ah, mi vida color de rosa me había abandonado sin más… Justo cuando me estaba sintiendo fatal, alguien apareció de las sombras de la escalera, fue Kanou Sumire. „¡Vi todo novato! Fuiste rechazado ¿cierto? No te preocupes, ¡tu vida escolar acaba de comenzar! ¡Únete al consejo estudiantil! ¡Ahí hay un sin fin de aburridas tareas administrativas que hay que hacer cada día! ¡Estar ocupado hará que te vuelvas a sentir vivo!‟ Cuando volví a la realidad, ya estaba en el cuarto del consejo. En realidad, ese es el truco favorito de nuestros miembros del consejo estudiantil, ya que siempre estamos cortos de personal cuando llegan los deberes administrativos, así que siempre arrastramos a los novatos con apariencia aburrida para que hagan el trabajo por nosotros. Yo fui uno de ellos”





Nuestros miembros del consejo…Kitamura no había notado el significado de sus propias palabras, mientras observaba la puesta del sol.

“Fui empujado a unirme al consejo y entonces… así ha sido hasta ahora. Me volví amigo de Aisaka, mi soñada vida escolar al final estaba ahí, mientras comíamos juntos, íbamos a la playa y bailábamos en el festival escolar… Si, incluso Aisaka me dijo que le gustaba. Pero lo que en realidad quería decir no era eso…”

Kitamura le sonrió a Ryuuji.

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“… pero olvídalo, no es algo que yo deba decir. De cualquier forma estoy feliz de que mi vida escolar sea grandiosa incluso sin tener una novia. El primer paso titubeante que di cuando la presidenta me llamó y me arrastró del brazo no fue un desperdicio. Desde entonces, desde ese primer paso descubrí las cosas felices de mi vida. De verdad pienso de esa forma, pero…”

Kitamura repentinamente se trabó entre sus palabras, su sonrisa desapareció en el viento.

No, es debido a que no puede avanzar. Las congeladas piernas de Kitamura transportaban ese mensaje. A pesar de que había decidido no competir en las elecciones del consejo estudiantil e ir a casa junto a Ryuuji, aún así no podía avanzar.

Ya había escogido una de sus dos opciones, pero todavía era incapaz de avanzar a su siguiente destino.

El siguiente dialogo podía haber sido dirigido para si mismo:

“No me desagradaría convertirme en el presidente del consejo, pero simplemente no quiero decirle adiós a la presidenta y no importa que tanto desee lo contrario, no importa que rabieta haga, el tiempo no se detendrá ni cambiará la realidad. Al final… no pude decidirme si ser el presidente del consejo o no. En realidad… en realidad lo único que quería era huir y renegar del hecho de que la presidenta pronto se marchará. Quería escapar a un mundo donde la presidenta no se fuera, pero… esa clase de mundo no existe”

Ryuuji miraba silenciosamente la cabeza de su mejor amigo, permaneciendo justo a su lado.

“No hay escondites, lo único que puedo hacer es avanzar en el mundo real, es por eso que tengo que aceptar la realidad; para ser capaz de seguir, pero incluso así, nunca podré… dar el siguiente paso. Mis piernas se vuelven de jalea, se resisten a moverse con toda su fuerza, no puedo moverme para aceptar la realidad de la situación, ya que ese no es mi deseo. A pesar de que sé que debo avanzar, no quiero dar el siguiente paso. Incluso quise que el tiempo se detuviera… eso era en lo que pensaba… en todas esas cosas estúpidas…”

Los rayos de la puesta de sol comenzaron a clavarse en sus ojos.

Después de decir esto, Kitamura se sumergió en el silencio, dejándose caer al piso.

¿Podría decirle que todo está bien? Ryuuji no sabía que decir. Está bien, el sufrimiento de tu amor no correspondido se desvanecerá algún día, ¿sería correcto decirle algo tan deprimente? ¿O debería decir que tal vez un día Aniki2 notará sus virtudes y regresará?

No, eso está mal. Él sabe que debe dar el siguiente paso en el mundo real, pero sus piernas se rehúsan a escucharlo. En este momento Kitamura no necesita ser reconfortado ni animado, no necesita nada de esas cosas en este instante…

“¡Hey…!”

Ryuuji fue sorprendido por el sonido de esa voz.

Detrás de Kitamura, quien estaba sentado en el suelo, se encontraba una larga sombra, la cual parecía rodear a Kitamura en todas direcciones, lucía como una implicación de que esa persona definitivamente no estaba sonriendo.

Al mirar a Ryuuji, lo único que hizo la otra persona fue alzar ligeramente una ceja. Que chica tan problemática.

“Hey, idiota” “¡…!”

Los hombros de Kitamura se tensaron, era incapaz de voltear, sólo pudo exponer su espalda indefensa a la chica que le gustaba.

“Vine aquí para buscar gente que luzca aburrida, ¿tienes alguna sugerencia? El vicepresidente desapareció de repente, dejando una montaña de papeleo detrás”

“No, nuestra libertad es bastante interesante ahora”

“No tienes esperanza, incluso tus palabras son aburridas” “… lo siento”

“Si en verdad lo sientes, ¡entonces ponte de pie y rápido! Si tienes tiempo para pensar en esas cosas inútiles, ¡entonces apúrate a dar el primer paso!”

¡Bang! Kanou Sumire parecía haberle puesto el ejemplo para seguir mientras avanzaba, dando grandes pisotones al suelo detrás de Kitamura, cuyos hombros volvieron a temblar debido a la sorpresa de los fuertes sonidos y del aura tan poderosa.

“¿O acaso estás planeando abandonar a todos los chicos que decidieron confiar sus esperanzas en ti? ¿Eres la clase de hombre que haría eso? ¿Eh? ¿Acaso estos dos años no han significado nada para ti? ¿En verdad no lo necesitas más? ¿No has alzado el pie aún?

¿A dónde quieres colocar ese pie? Frente a ti ¿verdad? ¿Intentas colocar tu pie alzado al frente o detrás de ti para huir? ¿Acaso no apunta al frente el camino que escogiste?

2 NdT: Aniki es el apodo que tiene Sumire en la escuela, como en los otros tomos pudieron notar, significa Hermano mayor.

Toradora! Volumen 6 Cap 6 Parte 1 Novela Ligera

 

¿Entonces? ¿Intentas pasar el resto de tu vida como el perdedor que eres ahora, deseando desesperadamente que el tiempo se detenga o pensando en nuevas formas de huir? ¿Acaso eres idiota?”

Le dijo Sumire con una fuerte e intimidante voz de un solo golpe. Ryuuji la había escuchado fuerte y claro, Kitamura debía haberla escuchado de la misma forma.

Sumire simplemente agregó una sentencia, una simple y „corta‟ sentencia…

“¡¿Tú quieres dar el siguiente paso al frente verdad?! Estuviste dudando debido a que querías darlo ¿cierto? ¡Una persona que no quiere dar ese paso no estaría frustrada por avanzar! ¡Lo sabes mejor que nadie! ¡Sabes que ya tomaste esa decisión en tu corazón!

¡Simplemente avanza! O de lo contrario ¡¿qué es lo que quieres hacer?!”

“¡Ve!… ¡Hazlo! ¡Hazlo! ¡Hazlo! ¡Avanza! ¡Corre!… ¡Avanza por el camino que Kitamura Yuusaku debe seguir!… ¡No tienes permitido quedarte ahí parado!… ¡Ve!”

Gritó Kanou Sumire.

“Te estaré observando, para ver en que clase de presidente te conviertes y cómo guiarás a los estudiantes de esta escuela. No importa que lejos esté, seguiré observándote. No tienes permitido flaquear ya que nadie puede escapar de estos ojos, ¡¿me escuchaste?!”

Ella golpeó de forma repentina a Kitamura en la espalda. Una pieza de papel se estrelló en su espalda junto a esa mano, en cuyo interior se leía: „Forma de aplicación para la elección de presidente del consejo estudiantil‟.

Así que así son las cosas… pensó Ryuuji.

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Una persona que duda entre avanzar o no hacerlo no necesita apoyo o consuelo, sino una voz que lo impulse a seguir, además de un poderoso y un poco doloroso empujón que lo direccione hacia donde debe estar. De esa forma, la persona tendrá el coraje y la fortaleza para ponerse de pie por sí misma.

“Eso es todo”

Kanou Sumire le dirigió una masculina sonrisa burlona a Ryuuji mientras se despedía con la mano. Ni siquiera volteó, tan sólo avanzó a grandes pasos de forma determinada como de costumbre, marchando sin titubear.

Los rayos de la tarde aún clavados en sus ojos, los cegadores rayos naranja que bronceaban los muros del corredor. La figura en retirada de Aniki era bañada por la fuerte iluminación, desapareciendo en un instante.

Y hasta entonces…

“Ah… ¿Cómo debería decirlo…? ¿Qué hora es?”

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“Tres cincuenta y ocho”

“La presidenta es una verdadera estrella, siempre aparece en el momento más crucial”

Kitamura finalmente se puso de pie, estrujando la pieza de papel que Sumire le había dado. Volteó al cielo; en la misma posición que en cierta noche, quitándose sus anteojos, se frotaba los ojos ásperamente antes de arreglarse el flequillo.

“Disculpa, repentinamente me surgió algo, parece que no podré ir al Sudoba contigo” Se colocó los lentes una vez más.

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Kitamura Yuusaku, el irremplazable mejor amigo de Ryuuji, reveló su usual y honesta sonrisa.

“Ah, es una lastima. No importa, iremos otro día” “Claro, tenemos que ir otro día”

Cuando hay determinación, se encuentra la forma de hacerlo, ese dicho es cierto. Ryuuji le sonrió a Kitamura en respuesta. Sabía que haría algo como esto al final, pero en verdad se tardó si entendemos que todo estaba resuelto. Oh~ bien, siempre supe que todo terminaría correctamente.

En aquel corredor que Sumire acababa de abandonar, Kitamura tomó su lugar como la persona de zancadas largas y apresuradas, pero totalmente determinadas. Él probablemente se dirigía a la oficina de profesores. La solterona debía estarlo esperando ansiosamente.

“¡Da lo mejor de ti!” suspiró Ryuuji, caminado en la dirección opuesta a Kitamura; dándole la espalda, avanzó por sí mismo; está bien, eso es una exageración, él simplemente se dirigía a casa.

Después de que cada quien escoge su propio camino, todos avanzamos. Eso puede ser bueno, porque incluso entonces, uno no estará solo.

Cada uno tiene su propio destino al cual avanzamos y cada uno se abre paso por su cuenta. Nuestras elecciones, nuestras decisiones, nuestras propias acciones para abrirnos paso. Algunas veces encontramos caminos cruzados, algunas veces caminamos acompañados teniendo que decirle adiós a nuestro compañero, tal vez para verlo de nuevo algún otro día, tal vez no.

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Orión y todas las estrellas que vieron brillar aquella noche siempre estarán resplandeciendo sobre todos. Aún cuando puedan ser vistas o no por humanos, siempre estarán ahí. Siempre habrá algo que sea inmutable en la vida.

Cuando uno ha perdido el rumbo, la fuerza y la esperanza; está clase de situaciones nos aguardan a todos en nuestros caminos, en esta clase de situaciones, Ryuuji escogería voltear a ver el cielo.

Mirando a las distantes estrellas, pensando en cierta persona que también mira la misma escena en otro lugar. No importa que tan grande sea la distancia, incluso si uno es incapaz de volar a esa persona, mientras creamos que ambos estamos mirando la misma estrella al mismo tiempo, eso nos dará fuerza.

Y entonces la noche llegará a su fin cuando la mañana arribe, cuando las estrellas sean imposibles de ver, en un cielo que sea de un azul congelante.

Frías ráfagas de viento disipan las nubes, anunciando al mundo que sería una mañana helada.

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