Toradora! (NL)

Volumen 6

Capitulo 5: ¡Takasu-kun se volvió loco!

Parte 2

Suspiro… “Es un chico tan testarudo…”

“Ni siquiera ha hablado conmigo después de todo esto…”

“También ha estado ignorándome…Para ser mas preciso, ha estado ignorando a todos en la clase”

Ryuuji y Taiga ni siquiera habían encendido la televisión mientras se involucraban en una vacía conversación, mirando al techo.

El platillo para la cena consistía en sashimi¹ enlatado. Yasuko se había ido temprano al trabajo. Las dos personas que aun permanecían en la casa estaban pensando: ‘el tiempo en verdad vuela’.

Ya habían pasado cinco días desde que ambos habían llamado a sus compañeros de clase para poner su plan en marcha. El lunes, anunciaron que se habían cambiado al lado oscuro. El martes habían emboscado a los estudiantes que iban a casa en las puertas de la escuela para darle la mano a cada uno de ellos. El miércoles durante el almuerzo habían anunciado su plan de reformación de la escuela por el sistema de anuncios públicos, causando varios traumas mentales severos y mareos en varias chicas de primer año. El jueves habían patrullado la escuela después de clases, causando una conmoción generalizada por lo que en consecuencia fueron regañados por un maestro: “¡Ya han ido demasiado lejos!”

Después de cuatro días, se dieron cuenta de que no necesitaban hacer nada de ello, ya que el nombre de ‘tigre de bolsillo’ era lo suficiente como para espantar a los estudiantes hasta la sumisión. Pero repentinamente…

“Sólo queda un día… Si Kitamura no pone las manos encima de su solicitud antes de que termine el día de mañana…”

“Me convertiré en la presidenta del consejo estudiantil…” Clamaron ambos al mismo tiempo, y el silencio descendió sobre la residencia Takasu.

Kitamura continuaba yendo a la escuela con su cabello rubio. Cada vez que los profesores le pedían que se tiñera el pelo nuevamente, él siempre replicaba: “Esto ya ha dañado mi cuero cabelludo, ¡ya no puedo volver a teñírmelo!”. El también ignoraba a Ryuuji y al resto de sus compañeros. Se negaba a escuchar a los estudiantes de primero, segundo o tercer grado que le rogaban cada día: “Por favor, ¡compite para ser el presidente estudiantil!”, rechazándolos firmemente con: “Puedes ver que no estoy calificado para ser el presidente estudiantil por el color de mi cabello”.

Nada era tan simple como parecía serlo. Ryuuji se había dado cuenta de que Kitamura no era meramente un estudiante modelo. Él era terco, mimado, vengativo, frío y sombrío.

1 NdT: Es un platillo que consiste en mariscos o pescado crudo, cortados de forma fina, servidos con salsa como la de soja (salsa salada con wasabi) y un aderezo como rábano daikon rallado.

Ryuuji colocó su barbilla sobre sus rodillas, desde el día que vio a Kitamura llorar, había estado pensando en la misma cosa.

¿Exactamente que sé sobre Kitamura? Lo entiendo y estaba satisfecho porque creía en ello.

Te entiendo, es por eso que quiero ayudarte. Las repercusiones de tan inmaduras satisfacciones ahora surgían en su fea cabeza. Ryuuji sentía que no había madurado para nada, que todo lo que había hecho era repetir los mismos errores una y otra vez. Ryuuji le dio un discreto vistazo a la cara de Taiga. Él había pensado que la entendía, que todo lo que tenía que ver con ella lo involucraba a él también. Ayudándola, interviniendo en sus asuntos, cuidando de ella; todas estas acciones eran meramente para su propia satisfacción.

Y entonces había tratado de usar lo mismos métodos para influenciar a Taiga con respecto a su padre y había fallado miserablemente. Él casi había perdido a Taiga, dándole a ella otro doloroso recuerdo y dejándolo en un lamentable final. Incluso aunque se había jurado que nunca haría una cosa tan estúpida nuevamente, incluso aunque había pagado un precio tan alto por la lección, lo había hecho otra vez, casi perdiendo a Kitamura, su mejor amigo esta vez. ¿Cuándo había hecho él algo así de estúpido? ¿Estuvo equivocado desde el principio?

A pesar de que no había notado el comportamiento anormal de Kitamura, Ryuuji seguía afirmando resueltamente que debía haber alguna variable controladora y que había actuado para ayudarle a recuperarse. ¿Se había equivocado en ese momento? Y sin embargo, ¿debió haber usado su propia inmadurez y su falta de entendimiento como excusa para abandonar a Kitamura a su propia suerte? ¿Acaso era como había dicho Ami, y que Kitamura sabía que alguien vendría a ayudarlo en el momento en que llorara? ¿Debería haber actuado como Minori había sugerido? ¿Esperar a Ami, ‘la última esperanza’, para que apareciera y ayudara a Kitamura?

En verdad no puedo simplemente sentarme y no hacer nada… No, no puedo hacerlo debido a mi deseo de auto satisfacción por hacer algo amable y digno de alabanza. Pero…

“No sé… no sé que hacer…” Ryuuji cerró los ojos y suspiró. “Ryuuji, tu celular está sonando”

Taiga deslizó el celular que vibraba a los pies de Ryuuji. Ryuuji dudó por un momento al ver que era un número desconocido, pero aún así aceptó la llamada.

¿Qué tenía de malo hablar con un extraño si esto podía sacarlo de este punto muerto? “¿Hola?”

“¿Hola? Ahh, soy Murase de la clase 2-A. ¿Tú eres Takasu?” “Si, soy yo. Mmm… ¿Murase?”

Él no tenía idea de aquel nombre ya que no había sido uno de sus compañeros en el primer año. Taiga también inclinó la cabeza confundida, mirando a Ryuuji.

“Me apena molestarte pero tenía que hablarte sobre Kitamura… Ah, soy el administrador del consejo estudiantil, así que he trabajado junto a él en el consejo desde el último año”

“¿Eres del consejo…?”

Ryuuji aumentó el volumen del celular, los latidos de su corazón crecieron ante el sonido de la voz de Murase.

“Sí. Estás apoyando a la tigre de bolsillo en su apuesta por lanzarse a las elecciones de presidente y sabemos que esto es para forzar a Kitamura a postularse, ¿no es así?”

“Sí… hemos sido descubiertos…”

“En efecto. En realidad creo que hay pocos estudiantes que te tienen miedo, especialmente entre los de segundo grado ya que la mayoría sabe que no eres un delincuente y que eres el mejor amigo de Kitamura… De cualquier forma, quería decirte que no te preocupes sobre las elecciones del consejo estudiantil, ya que yo me postularé para presidente si Kitamura no entrega a tiempo su solicitud mañana. Así serás capaz de renunciar sin preocupaciones”

“Muy bien… gracias por informarme. En realidad estaba preocupado en que hacer si en verdad Taiga se tenía que convertir en la presidenta del consejo estudiantil”

“Todo saldrá bien, déjalo en mis manos. Planeo esperar por la solicitud de Kitamura hasta el último momento. Claramente sería mejor que el vicepresidente reemplazara a la presidenta, y honestamente, sería difícil imaginar el consejo estudiantil sin Kitamura después de trabajar juntos dos años. Sería extremadamente aburrido sin él”

“Tienes razón, puedo entender tus sentimientos”

“A pesar de que la presidenta dijo ‘¡No se preocupen por ese bastardo! ¡Dejen que se vaya!’ Ella evidentemente no quiere que todo termine así antes de que se vaya para siempre”

“¿Irse para siempre?”

“Oh claro, no sabes nada de eso… aunque no es como si fuera un secreto… Bien, de cualquier forma debe haber un montón de razones…”

“¿Qué quieres decir? Háblame sobre eso” “Ummm…Ah…”

Obviamente Murase se había dado cuenta de que había dicho algo que no debió decir. Qué él dudara incluso al decir que eso no era un secreto parecía indicar que la razón de las acciones de Kitamura en realidad provenían del consejo estudiantil. Ryuuji creía que si Murase no le contaba ahora, entonces él y Taiga se habrían postulado a las elecciones por nada.

“Por favor dímelo, nosotros también hemos estado muy preocupados por Kitamura ya que no sabemos que ha pasado… ¡sólo podemos pedirle ayuda a ustedes que son del consejo estudiantil! Si tienes una pista, incluso si es algo muy pequeño, incluso si es sólo una conjetura o una teoría, por favor cuéntamelo. ¡Te lo ruego!”

A pesar de que la persona al otro lado de la línea no podía verlo, Ryuuji aún así daba una reverencia furiosa ante su celular. El dudoso Murase fue finalmente persuadido por Ryuuji.

“Esto ocurrió un poco antes de que Kitamura dijera que quería renunciar al consejo estudiantil… El festival pasó hace poco, ¿no es así? El consejo estudiantil estaba limpiando junto con el comité del festival al siguiente día y entonces…”

Ryuuji escuchó hablar a Murase sin responder, presionando su teléfono contra su oído. Después de que Murase terminara de hablar, Ryuuji dijo: “…Gracias por decírmelo”

Ryuuji deslizó su celular para colgar después de que la conversación terminara y se puso de pie.

“¿Ryuuji? ¿Quién llamó? Estaban hablando de Kitamura-kun ¿verdad?”

Ryuuji no contestó las preguntas de Taiga, caminando decididamente al pasillo usando solamente una camiseta de mangas largas y unos pantalones deportivos. “¿Ryuuji? ¡¿Qué pasa?!”

Taiga salió tras de él, pero Ryuuji no volteó, ya que no podía regresar. Su mente estaba en blanco. Caótica, ¿o que otra palabra podía ser usada para describirlo? ¿Furia? Una furia que incluso él no entendía se alzaba desde su estomago. Sus ardientes emociones destruyeron su sentido de razonamiento.

“¡Te estoy hablando! ¡¿A dónde vas?!” “Voy a… ¡darle una paliza a Kitamura!” “¡¿Ehh?! Espera… ¡Ryuuji!”

Sin usar su chaqueta, Ryuuji salió disparado del apartamento después de que se puso sus zapatos sport, dejando atrás a Taiga. Y ni siquiera cerró la puerta después de bajar corriendo las escaleras.

El cielo ya estaba oscuro con un amargo frío que congelaba su garganta a cada respiro, pero aún así Ryuuji continuaba corriendo. La dureza del camino de asfalto resistía la presión ejercida por sus pies, mandando ondas de impacto hacia su cuerpo, el dolor se escabullía por su espalda. Las pisadas que se negaban a detenerse incrementaron su velocidad mientras Ryuuji llegaba al camino principal, su destino era la residencia Kitamura al otro lado del puente. Incluso si era ignorado y odiado, Ryuuji quería arrastrar a Kitamura por una explicación. No me importa si soy inmaduro y si estoy haciendo algo estúpido, no me importa nada de eso. Él en verdad se había preocupado y pensado por las acciones de Kitamura. No sólo él; Minori, Ami, Yasuko, Noto, Haruta, todos en su clase, los miembros del consejo estudiantil, la familia de Kitamura, la solterona y Taiga. Taiga incluso había llorado por el bienestar de Kitamura.

Todo esto por tal cosa.

¡Es sólo un niño haciendo una rabieta!

“¡E-e-e-e-ese…BASTARDO…!”

Ryuuji lo insultó a entre dientes. Corrió por las escaleras de concreto, por el césped, alcanzando el sendero junto al río que aún emitía un indeseable olor incluso en verano. Todo lo que Ryuuji quería hacer era arrastrar a Kitamura por el cuello de su camisa tan rápido como pudiera, poniendo su cara frente a él para darle una buena mirada. Quería darle un buen vistazo a esa cara que era capaz de causar un desorden tan tremendo por ‘esa clase de cosa’.

La cara de ese chico de pelo rubio apareció en la cabeza de Ryuuji mientras corría por el puente. En ese momento, una figura emergió repentinamente de la maleza.

“¡¿Eh?!”

“¡¡¡Ahh!!!”

En medio de gritos de dolor, las dos personas que habían chocado las cabezas, habían caído juntas al piso.

Ambos gimoteaban de dolor mientras abrían los ojos para confirmar la identidad del otro, congelándose.

Bajo las luces de la calle, las dos personas que estaban sentadas sobre el piso estaban exactamente en la misma posición que el otro, apuntándose entre ellos sin palabras. No, Ryuuji era el más sorprendido de los dos. Sus labios temblaban incontrolablemente mientras miraba la cara que era ligeramente diferente de la que tenía en su memoria.

“¡¿Ki-Kitamura?! ¡¿Qué le pasó a tu cara?!” “Takasu…”

Ryuuji ayudó a la persona que tenía pensado golpear, sacando un pañuelo de su bolsillo. “Ah, gracias…”

“¡¿Quién te hizo eso?! ¡¿Estás bien?!” “No, fue mi papá…”

Kitamura, quien había aparecido repentinamente, tenía sangre escurriendo de su nariz y su barbilla. Con una inspección más cercana, había sangre fluyendo de su boca también, mientras que sus mejillas estaban saturadas de lágrimas que no pudieron ser ocultadas por su ojo inflamado.

“¿Puedes ponerte de pie? Vamos, ¡yo te ayudo!” “Auch…”

Ryuuji le ofreció su mano sin dudarlo, la cual Kitamura tomó mientras unas lágrimas frescas fluían de sus ojos. Ryuuji le palmeó la espalda, reconfortándolo.

La razón detrás de las lágrimas debía ser lo que Murase había dicho. La presidenta del consejo estudiantil Kanou Sumire estaba planeando cruzar los mares para estudiar después de graduarse de la secundaria, pero los tiempos habían cambiado de repente y ella tenía que ir a Estados Unidos una semana antes de graduarse. Ésta era la razón detrás de las acciones de Kitamura.