Toradora! (NL)

Volumen 6

Capitulo 2: ¡No Estoy Calvita!

Parte 1

“¿Vendrá hoy a la escuela Kitamura? O ¿va a ausentarse…?”

Era la mañana del viernes, por lo cual aumentaba el nivel de ansiedad por el fin de semana. Bajo las espesas nubes en el cielo, Taiga caminaba con los hombros caídos y sus manos en los bolsillos de su chaqueta. El frío viento que señalaba la transición del final de otoño y el inicio del invierno hizo que su ligero cabello flotara suavemente en el aire.

“Hace mucho frío. El tiempo se volvió mucho más helado de repente el día de hoy, ahora no es suficiente con usar una chaqueta y un suéter…Creo que deberíamos de empezar a usar nuestros abrigos de invierno”

“Apenas es noviembre, no necesitamos sacarlos aún. Es sólo que eres más sensible al frío que los demás”

“Tú también te has abrigado mucho, te ves tan calentito…Uguu, me estoy congelando”

“Aún es muy pronto para usar los abrigos de invierno, pero es el momento idóneo para usar una bufanda”

Ryuuji, quien estaba caminando detrás de Taiga, ya tenía una bufanda enredada en su cuello. ¡Esta es la diferencia de estar bien informado! Los triangulares ojos de Ryuuji transmitían un aire de superioridad. El reporte del clima de la mañana había pronosticado que el día de hoy sería bastante frío, así que Ryuuji sacó la bufanda que había lavado hace unos cuantos días y se la puso, anticipando lo que podía pasar con el tiempo.

“Sí usas un abrigo de invierno en este momento, entonces ¿qué es lo que vas a usar cuando esa estación llegue? Por cierto, en cuanto a tu pregunta, le envié un mensaje a Kitamura cuando me desperté en la mañana, pero no me respondió”

“Oh…”

Ambos iban a la escuela en su usual camino con árboles de cerezo alineados por los lados, pisando las hojas muertas que se habían dispersado en el suelo.

Después de que Ryuuji le diera un vistazo inútil a su celular para chequear algún nuevo mensaje, lo volvió a colocar en su bolsillo y se desenvolvió su bufanda para colocarla en el cuello de Taiga.

“¡Gah!” Taiga detuvo su andar. Era la oportunidad… de sacar ventaja de la situación y estrangular a la arrogante Taiga y esperar tranquilamente mientras se congelaba hasta morir… o por lo menos eso era lo que parecía, pero las gentiles manos de Ryuuji colocaron suavemente la bufanda alrededor de su cuello, sin comprometer u obstaculizar su respiración. Pero la bufanda de un hombre era demasiado grande para la pequeña Taiga, dejando a su espalda un largo pedazo de ella que colgaba, a pesar de haberla enredado más de tres veces sobre su cuello.

“Gu-gu…”

“Espera, ¡No te muevas! Será peligroso si la bufanda se atora con algún carro que pase…

¡Muy bien!”

La cola que estaba colgando a la espalda de Taiga fue atada y amarrada por Ryuuji, quien le dio una palmadita al terminar el nudo final, haciéndole saber a Taiga, quien estaba esperando, que podía comenzar a caminar, y así una sonrisa se reveló en su hermoso rostro.

“Ah~ es tan cálida…siento que reviví…”

Ella actuaba como una mujer de mediana edad que se acababa de zambullir dentro de algún agua termal. “¡Je, je, je!” Los demoniacos ojos de Ryuuji resplandecieron con una chispa poco natural, reflejando en su semblante sus emociones de felicidad.

“Es una bufanda de casimir, costó tanto como la paga de un mes de Yasuko. Me la regaló hace dos años, en navidad. Es muy suave, ¿no lo crees?”

“Oh, casimir…Es un horror sacrificar la vida de esos inocentes conejitos…” “De hecho no se hace con conejos…creo que es de cabras…”

“Tenía la impresión de que era de conejos…” “Bueno, como sea”

Taiga frotaba felizmente la bufanda que aún estaba impregnada con el calor corporal de Ryuuji, sin importar que su cabello se desarreglara al atorarse con la bufanda, justo como un gatito que acababa de ser cargado en brazos, mimado y era abrazado. Parece que en verdad se estaba congelando. Por otro lado, Ryuuji, el ‘desabrigado’, sólo podía encorvar los hombros en reacción al frío viento. Alzó el frente del cuello de su uniforme para soportar el congelante frío, enderezando la espalda en un intento de convencerse de que no hacía tanto.

“De cualquier forma, el clima de hoy es extremadamente frío…Estoy preocupada de que Kitamura-kun se haya quedado dormido en algún lugar del alcantarillado”

“En el alcantarillado…De qué hablas…probablemente ya regreso a casa, ¿no crees?”

El cadáver, quien era Kitamura, había desaparecido después de huir del salón de clases como un maniático. Las llamadas hechas a su casa iban a parar directamente a la maquina contestadora, las llamadas a su celular eran ignoradas y tampoco las regresaba ni respondía a los mensajes. Bueno, las llamadas a casa de Kitamura normalmente terminan en la maquina contestadora de todos modos, ya que sus papás trabajan, así que…Probablemente no esté durmiendo en el drenaje… pero…

“Mmm…” murmuró Taiga, quien tenía la nariz enterrada en la bufanda, parpadeando y moviendo las cejas mientras pensaba.

“Kitamura-kun se ha esforzado mucho en lo que hace, es por eso que toda la tensión reprimida del estrés diario ha explotado tan repentinamente de esa forma”

Taiga, quien aparte de los tres mayores deseos de la vida (Alimento = ¡Tengo hambre! Descanso = ¡Quiero dormir! Amor = ¡Me gusta Kitamura-kun!), rara vez se tomaba mucho tiempo pensando algo como un humano normal, dio esa afirmación tan extraordinariamente seria de la condición de Kitamura. Ryuuji asintió al estar de acuerdo.

“Ahora que lo mencionas, sus acciones anormales pueden ser un mecanismo de defensa para liberarse del estrés…Aunque eso está causándole un montón de problemas a los demás”

“Liberar el estrés es muy importante. Yo también debería liberar un poco”

Deberías omitirlo, tú ya liberas suficiente estrés y muy a menudo. Ryuuji no tuvo tiempo de hablar antes de que Taiga comenzara a murmurar: “Liberar… liberar…” en voz baja, mientras cerraba los puños y los movía a una velocidad abrumadora (en una combinación de jabs y ganchos¹), impactando con una premonición y sensación de miedo al corazón de Ryuuji. Él abrazó ambas cajas de bento con su pecho, como una chica, dando unos pasos hacia atrás, alejándose de Taiga. Sería algo muy bueno que todos pudieran vivir tan decididamente como lo hacía Taiga.

“Ah, ¡Minorin! ¡Que bien, hoy no me abandonaste!”

Taiga notó a Minori; quien los estaba saludando desde el cruce usual, y corrió rápidamente hacia ella, aterrizando en sus brazos.

“¡¡¡Buenos días!!! ¡Pesas mucho, Taiga! ¡Mis brazos se van a romper! ¿En serio hace tanto frío? Incluso estás usando una bufanda, eso es de gente débil. ¿No crees?, Takasu-kun,

¡buenos díaaaaaaaaaaaaaaaaas!”

De hecho, el débil soy yo…Ryuuji no se atrevió a decirlo, así que simplemente puso una cara seria para ocultar su vergüenza, alzando la mano para saludar a la radiante Minori. En una fría y sombría mañana, la sonrisa de Minori era tan brillante como un girasol totalmente abierto. La nariz de Minori se dirigió lentamente hacia Taiga, olfateándola.

1 NdT: En el box, es el nombre de dos golpes, el jab es un golpe con poca fuerza que sirve para marcar y mantener a distancia al oponente, se hace simplemente extendiendo hacia el frente el brazo con poca velocidad y fuerza. El gancho es un golpe que se origina al mover el puño desde abajo hacia arriba, normalmente para golpear el mentón del oponente, se cree que es el golpe que puede generar con mayor probabilidad un knock out.

“¿Umm? La bufanda de Taiga tiene el aroma de un hombre. Es el mismo aroma que prevalece en mi baño después de que mi hermano se asea…Ah, ¿podría ser entonces, la bufanda de Takasu-kun? ¿Él te la prestó?”

Bastante aguda. Oh no, ¿acaso se dará cuenta que es por mi natural y desbordante gentileza? Ryuuji se rascó la cabeza avergonzado mientras se preparaba para asentir con una sonrisa patética y decir: ‘Oh~, te has dado cuenta, es tan vergonzoso’ pero…

“Tenía frío, así que se la arrebaté a Ryuuji…”

Taiga usó una explicación no del todo cierta antes de que él dijera algo. Ryuuji no tuvo tiempo para hacer que su opinión fuera sabida por Minori, quien ya había aceptado la explicación de Taiga, y continuó, diciendo:

“¿¡Hmmm…!? ¿¡Cómo pudiste hacer eso!? ¡Takasu-kun se resfriará así! ¡Si eres tan sensible al frío, entonces te daré mi pantalón de buzo! Tómalo, ¡acabo de lavarlo!”

“¡¡¡No!!! ¡¿Por qué yo soy la débil mientras que Ryuuji es el que se va a resfriar?!”

“A pesar de la apariencia de Takasu, él en verdad es un Gilbert muy delicado… ¿verdad? Mi polluelo…”²

En realidad no entiendo a que se refiere con eso de Gilbert…No, el punto principal es, ¿a que se refiere con ‘la apariencia de Takasu’? Los pensamientos de esa índole surcaban por la mente de Ryuuji, pero se tragó sus preguntas, sacudiendo la cabeza mientras decía:

“No soy un polluelo y no tengo frío, además no me arrebataron la bufanda…”

“¡Tch! ¿Por qué actúas cómo si nada? Gasté una considerable cantidad de energía para quitarte la bufanda. Dado que te vi tan orgulloso de ella, pensé ‘amablemente’ en ayudarte usándola un rato. ¡Hmph! ¡Agradécemelo!”

Taiga alzó arrogantemente la barbilla mientras se daba la vuelta, alejándose sin mostrar ninguna expresión en su cara, que estaba medio cubierta por la bufanda, dejando a Minori y Ryuuji atrás.

“Hey, ¡hey! ¡En verdad acaba de huir! ¡Taiga no es diferente de una jefa opresiva! ¿En verdad no tienes frío Takasu-kun? ¿No quieres colocarte esto alrededor de tu cuello?”

Minori miró de forma aturdida la espalda de Taiga, mientras sacaba el pantalón de buzo de su bolsa.

2NdT: Gilbert y ‘mi polluelo’ son tomados por Minori del manga ‘Kaze to Ki no Uta’ de Takemiya Keiko.

“¿¡Ah!? No es necesario, estoy bien, ¡de veras! ¡No tienes que preocuparte!”

Ryuuji aún no había alcanzado el nivel para atreverse a caminar por la entrada de la escuela con el pantalón de buzo de su amor secreto enrollado sobre su cuello. No es que no estuviera interesado en el pantalón de Minori, por lo contrario, se podría decir que estaba extremadamente interesado, pero simplemente no podía colocárselo en el cuello y menos en un lugar público. Él no podía hacerlo, dado a su interés en aquel pantalón.

“¿En serio? Entonces está bien… pero del que en verdad estoy preocupada es de Kitamura.

¿Has sabido algo de él? Le he hablado y mensajeado sin parar desde ayer, pero no me respondió…”

“Tampoco he podido hablar con él. No sé si vendrá a la escuela…”

“Si… ¿Qué deberíamos hacer si no viene hoy…? No hay escuela el sábado ni el domingo. Me preocupa que no podamos verlo hasta el próximo lunes”

Ambos avanzaron caminando lado a lado, sus alientos chocaban el uno con el otro en este frío aire. La niebla entretejida frente a ellos ascendía cada vez que se preocupaban por Kitamura. Este momento no era tan dulce como Ryuuji había imaginado que sería.

Taiga, quien había estado caminando delante de ellos, se detuvo por un semáforo en rojo, por lo que Minori y Ryuuji aprovecharon esa oportunidad para alcanzarla sin necesidad de correr para ello. La razón de que Minori no comenzara a corretearla era probablemente porque sabía que podía alcanzarla mientras el semáforo aún estuviera en rojo, mientras que Ryuuji, sólo quería caminar al lado de Minori por un poco más de tiempo, aunque no fuera un dulce momento. A pesar de que su corazón estaba cargado de preocupación por Kitamura, sólo quería que durara un poco más…

“Hmm…” Minori arrugó las cejas, probablemente pensando en la situación de Kitamura. Entonces sacó un tubito de crema labial de su bolsillo, Ryuuji entonces tomó su mano que estaba a punto de quitar la tapa del tubo.

“¡Ah! No, Kushieda, no deberías aplicarte la crema mientras estás caminando. Algo malo podría pasar”

“¡De-de qué estás hablando! ¿Estás intentando sermonearme por mis acciones? ¡Tú, malvada suegra! ¿¡Cómo podría ocurrir algo malo!? Ah…o ¡estás tratando de decir que soy demasiado vieja para usar una crema labial!”

“Nadie está jugando los roles de ‘suegra y nuera’ contigo…Sólo digo que tu crema podría atorarse accidentalmente en tu nariz”

“¿Mi nariz? ¿Cómo podría pasar eso? Incluso puedo decirte que eso jamás pasará”

“Podría pasar por accidente algunas veces. Mantendré esto en un lugar seguro hasta que lleguemos a la escuela”

“¡Pero mis labios se resecarán! ¡Se van a partir!” “Algunas cosas son mas importantes que los labios…”

“¡Tú~ realmente sabes como argumentar! Creo que no tengo opción, tómalo, como si fuera un obsequio”

Perdiendo ante la (no confirmada) honestidad gentil de Ryuuji, Minori le entregó en la mano la crema labial. Él, deseando desde el fondo de su corazón que Minori no sufriera un incontrolable irritación nasal, colocó la crema dentro de su bolsillo, después de asentir repetidamente. Por su puesto, no pensaba en aplicarse después secretamente algo de la crema labial en el baño de la escuela… ¡nu-nu-nu-nunca!

“De todos modos, parece que cada chica tiene un tubito de crema labial. ¿Lo usas a menudo?”

Preguntó Ryuuji, no para ocultar los más profundos deseos de su corazón, sino por mera curiosidad. Él creía que no conocía a ningún chico que caminara por ahí con crema labial en su bolsillo.

“Sí, la uso a menudo ya que quiero mantener la humectación y una textura brillosa en mis labios. No hay ninguna razón para el deseo femenino de la humectación y del brillo en los labios. Taiga también usa uno”

“Lo sé, es ‘Humectación’ de Nivea, ¿cierto?”

“¡Tienes toda la razón! Sabes todo sobre Taiga, ¿no es así?” “Ajá”

¿Por qué incluso sé la marca de la crema labial que usa Taiga? Porque éste pasó un rato en mi nariz. Ryuuji no podía decir eso en voz alta, así que simplemente miró contemplativamente a la distancia, recordando la sensación del sabor de menta impregnándose en toda su nariz. “Jajaja, así es como es.” Ni Minori podía saber que esa leve y distante risa había sido una vez cubierta por la angustia mental causada por una crema labial sabor menta.

“Es cierto, estoy muy familiarizado… y en verdad me arrepiento de no haberle confiscado esa crema labial antes de que ocurriera ese accidente…”

“Oh, un accidente… ¡¿Q-qué quieres decir con eso?! No me digas que…”

“E-eso significa que…” Justo en frente de la mirada vacilante de Minori, se encontraba Taiga, quien había ocultado su cara con la bufanda, mirando intensamente la luz del semáforo.

Taiga caminaba en círculos en la acera esperando que la luz cambiara de rojo a verde, como si ella quisiera extinguir el frío que subía por sus piernas, cubriendo completamente su nariz con la bufanda de casimir. Ella encorvó los hombros, apretó las manos en forma de puño dentro de sus bolsillos y cerró los ojos.

La pose de Taiga daba la impresión de un pequeño bebe pingüino que estaba enfrentando una tormenta de nieve. Ryuuji casi se rió, pero se contuvo de hacerlo al mismo tiempo.

“¿En verdad tienes tanto frío?”

Ryuuji se paró al lado de Taiga, dirigiendo su pregunta hacia su ondulado cabello. Sus largos parpados tercamente se negaban a moverse, estornudando ruidosamente en su posición de bebe pingüino.

“… Hace muchísimo frío, pero estoy un poco mejor con la bufanda”