Sokushi Cheat Ga Saikyou (NL)

Mientras el grupo de Yogiri caminaba por las ruinas subterráneas, vio una luz lejana.

“¿Hay alguien allí?”

“Eso parece”.

El bebé volvió a balbucear, acercándose a la luz. Ese debía ser el destino que tenía en mente. No podían volver atrás después de haber llegado tan lejos, así que siguieron avanzando.

Al hacerlo, se encontraron con un grupo con algunas caras conocidas. Reconocieron inmediatamente a Hanakawa y a Vivian. Junto a ellos había un hombre que parecía una especie de matón callejero y una mujer que parecía estar enfadada por algo.

“¡Corran!” gritó Vivian al verlos.

“¿Eh? ¿Por qué?” preguntó Tomochika, confundida. Ni ella ni Yogiri tenían idea de lo que ocurría.

“¡Este tipo es el Sabio y el emperador, Yoshifumi! No puedes vencerlo, ¡así que sal de aquí!”

Si el tipo de aspecto sórdido que llevaba una chaqueta de cuero con remaches era Yoshifumi, la otra mujer debía ser una de sus subordinadas.

“Hanakawa, ¿qué está pasando?” Yogiri preguntó a su antiguo compañero de clase, que parecía estar trabajando también con el Sabio.

“¡¿Qué?! ¡¿Me estás hablando a mí en esta situación?!”

“Sabes cuál es la situación, ¿no?”

“Hanakawa, ¿conoces a estos tipos?”

“Uhh… ¡permítanme explicarles a ambos! En primer lugar, ¡este patán con pinta de punk es el sabio Sir Yoshifumi y emperador de Ent!”

“¿Qué demonios? ¿Quieres morir o algo así?”

“Dijiste que podía decir lo que quisiera, ¿no es así?”

“¿Sigues intentando hacerte el bufón?”

“¡¿Ya no soy el bufón?!”

“Bueno, da igual. Supongo que nunca te despedí”.

“Y esta mujer de aspecto insalubre con el terrible atuendo que estropea toda su buena apariencia es la señorita Rena, uno de los Cuatro Reyes Celestiales de Ent”.

“Menos mal que primero intentaste eso con Yoshifumi o eso sería suficiente para que te matara”, dijo Rena.

“¡Y esos dos de ahí! Son mis compañeros de clase, Sir Yogiri Takatou y Tomochika Dannoura… ¡y no sé quién es el tercero! Supongo que tuvieron un bebé en algún momento!”

“Yogiri Takatou, ¿eh? Me parece haber escuchado ese nombre antes. Tú eres el que aplastó a Aoi, ¿eh?” Yoshifumi lo fulminó con la mirada. Su expresión era igual a la de un vulgar matón callejero.

“¿Ah, sí? Nunca he oído ese nombre. ¿Te refieres al tipo del cañón que luchaba contra ese robot?”

“¿Cañón? ¿Te refieres a cerca de Hanabusa?”

“Sí, ese”.

“Ese habría sido Santarou. Así que tú también lo mataste, ¿eh?”

“¿Lo hice? Nunca me dijo su nombre, así que es difícil de decir”.

“¡Entonces! ¿Qué trae al señor Takatou a este lugar?” Intervino Hanakawa. “¡Ah! ¡Debe ser un picnic! No es posible que haya venido hasta aquí porque tenía algún asunto con el señor Yoshifumi, ¿verdad?”

“¿Por qué íbamos a estar de picnic aquí? El bebé parecía querer que viniéramos por aquí… aunque en realidad, si es un Sabio, es perfecto. Queremos su Piedra Filosofal. ¿Te importa si la tomamos?”

“¿Qué? ¿Qué demonios crees que estás diciendo, imbécil?” Yoshifumi comenzó a irritarse, pero no daba tanto miedo. Con su apariencia, era difícil ser realmente intimidante.

“¡Señor Yoshifumi! ¡Le recomiendo que no se junte con gente como él! ¡Este tipo Takatou es lo peor! Puede infligir una muerte instantánea a cualquier cosa y a todo. También puede detectar la intención de matar y usar su poder para contrarrestarla. Es totalmente invencible”.

“Hanakawa, ¿de qué lado estás aquí?” Preguntó Tomochika.

“¡De ninguno! ¡Soy neutral! ¡Neutral! Soy una rémora que se adhiere a cualquier bando que me deje vivir!” Hanakawa se volvió desafiante.

“Muerte instantánea, ¿eh?” Murmuró Yoshifumi. “Si mató a Santarou, entonces su poder también funciona con los Sabios”.

“Hablando de eso, las Piedras Filosofales pierden su poder si el Sabio muere, ¿no es así? Eso es un problema”, dijo Yogiri.

Matar a Yoshifumi sería bastante fácil, pero no podían hacerlo si querían la piedra. Eso suponía un obstáculo considerable para Yogiri.

Supongo que tendré que matar partes de él hasta que no pueda moverse.

Sería la misma forma en que había tratado con Raiza. Esta vez, no tenían a Furemaru, así que atravesar su cuerpo podría ser un reto, pero si tenían algo con una espada, Mokomoko debería poder arreglárselas, así que Yogiri era optimista.

“Así que puedes detectar la intención de matar e infligir una muerte instantánea… ¡No es que importe!”

Un cuchillo apareció en la mano de Yoshifumi.

◇ ◇ ◇

Yoshifumi no se sintió amenazado por Yogiri en lo más mínimo. Su poder de Tiempo del Superhéroe no estaba reaccionando ante el recién llegado. Si no le estaba dando ningún poder nuevo, eso significaba que lo que tenía ahora era suficiente para hacer el trabajo.

Aun así, supongo que tendré cuidado.

Yoshifumi manifestó su Filo Errante. Era su arma más potente, capaz de borrar perfectamente a su objetivo. Podía lanzarlo al pasado, haciendo que su objetivo nunca existiera en primer lugar. Podía cambiar el pasado sin matarlos, pero ese era sólo uno de sus usos. Esto era una venganza por otro Sabio, así que no tenía intención de jugar esta vez.

Yoshifumi lanzó el cuchillo. No tenía intención de golpear a Yogiri, así que lo lanzó en una dirección aleatoria. Desapareció en el aire, volando hacia el pasado. De vuelta al pasado de Yogiri, cuando era sólo un bebé recién nacido, empalando su patético e indefenso ser. Si lo hacía, el Yogiri que tenía delante desaparecería en un instante. El único que recordaría lo que había existido antes de que cambiara el pasado era el propio Yoshifumi. Nadie más creería que él había existido en primer lugar.

La desaparición de una sola persona podría crear todo tipo de paradojas, pero al final las cosas serían coherentes. El arma tenía la capacidad de restaurar el espacio-tiempo dañado, por lo que podía utilizar otros elementos para compensar el agujero que había creado.

Pero Yoshifumi se dio cuenta inmediatamente de que algo iba mal. Si había cambiado el pasado, las cosas deberían haber cambiado en el instante en que soltó el cuchillo. Eso era bastante obvio, pero unos segundos después de que el cuchillo hubiera desaparecido, Yogiri seguía allí de pie. Y por mucho que esperara, no pasaba nada.

“¿Qué ha sido eso?” preguntó Yogiri, confundido. No lo había reconocido como un ataque. Así que Yoshifumi no estaba muerto. Pero eso significaba que Yoshifumi no había hecho nada en absoluto.

◇ ◇ ◇

Yoshifumi había lanzado su cuchillo, por lo que Yogiri supuso que tenía intención de luchar, pero no sintió ninguna intención de matar procedente de él. Así que esperó a ver qué hacía el Sabio, pero no pasó nada.

“¿Qué ha sido eso?”, preguntó, pero no obtuvo respuesta. Parecía que lo que estaba ocurriendo estaba fuera de las expectativas de Yoshifumi. Sin embargo, si la pelea había comenzado, Yogiri decidió que probablemente debería empezar a paralizar a su oponente.

Escogió un objetivo para su poder. Matar partes individuales de la gente no era el uso previsto de su habilidad, por lo que requería mucha más concentración. Pero al final, no utilizó su poder en absoluto. Por alguna razón, un cuchillo apareció, saliendo del pecho de Yoshifumi.

“¿Qué?” Debía ser el cuchillo que Yoshifumi había lanzado, pero estaba saliendo de su propio pecho. No tenía ni idea de lo que Yoshifumi estaba tratando de hacer.

“El Filo Errante, ¿verdad? Es un arma terriblemente cobarde”. Una mujer extrañamente familiar apareció de repente, de pie junto a Yoshifumi. Tenía orejas de zorro y llevaba un kimono suelto pero elegante.

“Oh, es la Srta. Zorro”.

“¿Eh? ¿La conoces?” preguntó Tomochika, sorprendida.

“Jugué con ella cuando era un niño”.

“Es una youkai, ¿verdad? ¡Mira esas orejas!”

“Ahora que lo mencionas, supongo que es una youkai”.

Un zorro youkai. Ahora que lo pensaba, debía ser cierto. Pero había sido hace tanto tiempo cuando jugaron juntos, que sus recuerdos de ella eran bastante vagos. Pensando en ello ahora, era bastante obvio, pero nunca había sido consciente de ello.

“Tonto. Idiota total. Apuntarle cuando era un niño fue lo peor que pudiste hacer”. La zorra no intentó ocultar su desprecio.

“¿Qué? ¿Qué está pasando? ¿Qué demonios es esto?” gritó Yoshifumi.

“Señorita Zorro”, llamó Yogiri a la recién llegada.

“¡Oh! ¡Mira qué grande estás ahora! ¿Te ha ido bien?”

“Sí, me va bien, pero ¿por qué estás aquí?”

“Bueno, esa persona intentó atacarte cuando eras un bebé con el Filo Errante. Así que vine aquí para contrarrestarlo”.

“¿Cómo has llegado hasta aquí?”

“Sólo seguí el camino de la hoja”.

“¿Puedes traerme de vuelta contigo?”

“No, no lo creo. El yo que ves es sólo una sombra. Pronto desapareceré de aquí”.

Yogiri tenía la esperanza de que si podía llegar hasta aquí tan fácilmente, podría llevarlo de vuelta con ella, pero las cosas nunca eran tan convenientes.

“Bien, ¿entonces puedes sacarle la Piedra Filosofal a ese tipo por mí?”

“¿La piedra? ¿Te refieres a esto?” El zorro golpeó casualmente una mano en el pecho de Yoshifumi. El Sabio ni siquiera pudo reaccionar.

“Guh… tú… bastarda… para…”

Cuando retiró el puño, Yoshifumi se desplomó en el suelo. Una piedra redonda y transparente estaba ahora en su mano.

“Sí, eso es. Las necesitamos para volver a casa”.

El zorro le entregó la piedra. “¿Es así? Bueno, traten de no alejarse demasiado”. Con eso, se desvaneció.

“No estamos aquí porque queramos”. Yogiri no tenía ni idea de si ella había oído su respuesta. Si sólo era una sombra, tal vez no hubiera tenido sentido responderle.

“¿Eh? Entonces, ¿qué pasa con el señor Yoshifumi? No entiendo lo que acaba de pasar”, se quejó Hanakawa, pero tampoco era que Yogiri lo supiera.

“¡Yoshifumi!” Rena corrió al lado del sabio caído.

“Yogiri Takatou… Tú…” Vivian estaba en shock.

“Sí, conseguimos la Piedra Filosofal de Yoshifumi”, explicó Yogiri. “Probablemente ahora esté muerto”.

Derrotar al Sabio había sido el objetivo de Vivian. Tal vez le resultara difícil aceptar que otra persona hubiera matado a su objetivo, pero no podía hacer nada al respecto.

“¡Lo dices tan claramente! ¿Para qué ha servido todo mi sufrimiento hasta este momento?” Se quejó Hanakawa.

“¿A quién le importa lo que has sufrido?” replicó Yogiri. “En ese sentido, deja de desaparecer de esa manera”.

“¿Eh? ¿Acaso estaban preocupados por mí?”

“Nos fuimos pensando: ‘Si no está aquí, pues qué más da'”.

“¡Entonces, por favor, no hables como si tuvieras alguna preocupación por mí!”

Yogiri miró la piedra que tenía en la mano. Era igual que todas las que había adquirido hasta entonces. El bebé que llevaba en el pecho empezó a retorcerse, tratando de alcanzarla.

“¿Es esto lo que buscabas?”

Más balbuceos.

“Eso parece”, dijo Tomochika.

“¿Qué eres ahora, un bebé traductor?”

“No lo sé, sólo entiendo lo que quiere”.

Aunque no estaba seguro de si estaba bien dejarla tocar, acabó cediendo. Cuando el bebé tocó la piedra, ésta se pegó a su mano al instante. Luego se convirtió en carne, fusionándose con su mano.

“Así que realmente procede de las Piedras Filosofales”, comentó Yogiri. El bebé absorbió la piedra por completo, sin dejar rastro de ella. “¡Espera, has ganado mucho más peso del que había en esa piedra!”.

El bebé en el cabestrillo se volvió de repente mucho más pesado. No era tan pesada como para no poder sostenerla, pero era un aumento de peso enorme. Mientras la observaban, se hizo más grande y su pelo creció hasta sobrepasar los hombros. En términos humanos, parecía haber crecido hasta los tres años.

“Bueno, ahora eres demasiado grande para el cabestrillo…”

“Papá…” El bebé habló claramente.

“¿Papá?”

A pesar de lo molesto que había sido el cuidado del bebé antes, Yogiri no podía evitar sentir que las cosas acababan de empeorar.