Sokushi Cheat Ga Saikyou (NL)

Una vez completada su transformación, Kris cargó. Al darse cuenta de que sus rayos no surtían efecto, Rena adoptó una postura defensiva. Kris bajó sus garras, pero Rena ya había desaparecido. Se había teletransportado detrás de ella, utilizando su habilidad para aparecer detrás de la persona con la que luchaba.

Una rápida patada en la nuca decapitó a Kris, pero eso no le impidió girar y volver a atacar. Rena saltó hacia atrás, chasqueando la lengua. La cabeza de Kris ya se había regenerado.

“¿Es porque aún posee vidas restantes? Parece posible que la señorita Rena aún pueda ganar”. Hanakawa trató de mantenerse optimista.

“No, ella está en una liga completamente diferente ahora. Ella tiene el respaldo de un verdadero Devorador de Fundaciones. Si quieres hablar de vidas, ella tiene cuatro o cinco Fundaciones Celestiales. ¿O tal vez sería más fácil de entender si dijera que tiene cuatro o cinco universos? Tratar de analizarlos todos llevaría una cantidad de tiempo astronómica”. La explicación de Takumi era muy difícil de creer.

“¡Eso está totalmente fuera de la escala! Desafía la imaginación”.

“Así son los Devoradores de Fundaciones. Se comen universos enteros de un solo bocado. No es que puedan utilizar todo lo que comen, y les lleva algún tiempo digerirlo todo, pero generalmente tienen unos cuatro universos más o menos sentados en su intestino a la vez”.

“¡¿Cómo se llegó a esto?!”

“Kris cometió un gran error, robando poderes de la Terminal de un Devorador de Fundaciones. Tratar de tomar poderes de una Terminal es como invitar al Caballo de Troya”. Aunque Hanakawa no recordaba haber explicado la situación, Takumi parecía ser plenamente consciente de las habilidades de Kris.

“‘Caballo de Troya’, ¿eh? Supongo que es sólo el resultado de la traducción…” Hanakawa murmuró en voz baja. Este mundo debió de tener un incidente similar en su historia, así que la metáfora se tradujo en algo familiar para él.

“He estado hablando en japonés todo este tiempo, ¿sabes? Eres japonés, ¿verdad? Yo también era japonés”.

“Me pareció que parecías algo japonés. ¿Es por eso que también posees un nombre que suena japonés?”

“Sí. Aunque he olvidado mi apellido”.

“Hablando de eso, ¿qué asunto le trae por aquí, señor Takumi?”

El misterioso muchacho había aparecido de repente de la nada, se sentó junto a Hanakawa y empezó a explicarle el combate. No habría sido extraño que Hanakawa se pusiera en guardia contra él, pero por alguna razón no se sentía tan preocupado.

“Estoy buscando algo. Creía que estaba por aquí, así que he estado dando vueltas y he acabado perdiéndome, pero al final lo he encontrado.”

“¿Qué es exactamente?”

“Ese tipo de ahí lo tiene. Pero hombre, tiene mucho estilo, ¿no? ¿De dónde ha sacado esa ropa? ¿Estaban hechas a medida?” Takumi señalaba a Yoshifumi.

“Ya veo. Sin embargo, si es una posesión del señor Yoshifumi, imagino que puede ser todo un reto conseguirla de él”.

Si le pidieras al Sabio que te entregara algo, probablemente te mataría en el acto. Si querías algo de él, necesitarías una forma inteligente de negociar.

“Bueno, no es que lo necesite de inmediato. Por ahora, veamos a las chicas pelear”.

Rena todavía parecía tener la ventaja. Ella podía teletransportarse continuamente detrás de Kris y atacar. Como sólo podía teletransportarse directamente detrás de ella, Kris sabía que los ataques sólo podían venir por delante o por detrás, lo que la dejaba en la tesitura de adivinar de qué dirección vendría el siguiente golpe. Si su respuesta se retrasaba un poco, Rena aprovecharía la oportunidad para atacar.

Pero pronto se hizo evidente que esto no duraría mucho. A Kris se le puso otra cara en la nuca.

“¡Pensaba que antes no estaba totalmente fuera del ámbito de lo posible, pero ahora es definitivamente un completo monstruo!”

“Eres bastante tolerante, ¿no?”

“No me molesta tanto una mujer monstruo alienígena”.

“Por ahora sigue siendo una lucha, pero es sólo cuestión de tiempo”.

“Si lo que ha dicho antes es cierto, no puedo imaginar otra conclusión. Si puede resucitar indefinidamente, la señorita Rena no tiene ninguna posibilidad”.

“Una Terminal no es especialmente poderosa, pero supongo que es mucho más de lo que puede soportar un humano”.

Kris continuó transformándose. Cuando necesitaba más brazos, le crecían. Cuando necesitaba movilidad, le crecían las piernas. Cada vez que recibía daño, su piel se endurecía. Pronto quedó claro que Rena ya no podía luchar contra ella.

Kris finalmente dio un golpe sólido. Rena pudo bloquearlo, pero el impacto la hizo volar, cayendo a los pies de Yoshifumi.

“Supongo que eso es todo para ti, ¿eh?” dijo Yoshifumi, mirándola.

“Sí, lo siento. Parece que es lo mejor que puedo hacer”, respondió Rena con amargura, sabiendo perfectamente que ya no tenía ninguna posibilidad.

“HaNaKaWa… PRoNTO…” Kris miró a Hanakawa con la multitud de caras en el pecho y el estómago.

“Después de todo eso, ¡¿por qué sigue pensando en mí?!”

“Oh, ¿le gustas o algo así?” preguntó Takumi.

“¡Supongo que eso no es del todo falso, pero su intención parece ser comerme! ¡Por supuesto que no tengo intención de complacerla!”

“Oh. ¿Quieres algo de ayuda, entonces?”

“¿Eh? ¿Hay algo que puedas hacer?”

“Sí, creo que puedo manejarla”.

“Eso me hace sentir curiosidad, ¿quién eres exactamente? ¿Apareciendo de la nada, explicando todo, y luego ofreciéndote a ayudarme? Suena demasiado bueno para ser verdad”. A pesar de que se sentía relajado a su alrededor, Hanakawa aún no tenía ni idea de quién era Takumi.

“Llámalo un favor para un compañero japonés. No hay necesidad de ser tan suspicaz”.

“Bueno, no es que haya nada que sea capaz de lograr en este momento, así que si tienes la capacidad de proporcionar ayuda estoy más que feliz de recibirla. Pero esto no me llevará a verme envuelto en algo terrible más adelante, ¿verdad?” Teniendo en cuenta sus experiencias hasta ahora, Hanakawa se mostró escéptico.

“No. Esto es sólo un capricho. De todos modos, no parece que sea divertido luchar contra ti”.

Takumi se levantó. Pasó por delante de Yoshifumi y de las dos chicas para situarse frente a Kris, y luego, casualmente, se adelantó y la agarró por el cuello. Sus movimientos fueron tan suaves y naturales que Kris no tuvo oportunidad de responder.

“¡¿Qué demonios eres tú?! ¿De dónde has salido?”, gritó sorprendido el emperador al fijarse de repente en Takumi.

“Yo soy Takumi. Tú eres Yoshifumi, supongo”.

“¿Quién demonios eres tú? ¿Qué le vas a hacer?”

Kris estaba usando sus numerosos brazos para golpear a Takumi. Sus garras le acuchillaban y sus múltiples mandíbulas le mordían, pero Takumi lo ignoraba todo. El brazo que utilizaba para sujetarla ni siquiera temblaba. Kris siguió transformándose, creando más brazos, mandíbulas y cuchillas para destrozarlo, pero nada funcionó.

“Estamos en niveles completamente diferentes”, dijo Takumi, volviéndose hacia Kris. “Es triste, pero por muy fuerte que te hagas, nunca te igualarás a mí”.

A Kris ya no le quedaba ningún vestigio de humanidad. No era más que un monstruo de incontables brazos y mandíbulas. Incluso comenzó a exudar un miasma tóxico.

“No tenéis forma de lidiar con ella, ¿verdad? Entonces déjenme ofrecerles una sugerencia. ¿Podéis entregar el fragmento de la diosa que tenéis en vuestras manos? Si lo hacéis, me encargaré de ella por vosotros”.

“¡¿Qué?! ¡¿Cómo demonios sabes eso?!” Gritó Yoshifumi.

“El sello se rompió, así que podemos saber dónde están ahora. ¿No te has dado cuenta?”

“Bastardo. ¡¿Eres un Agresor?!”

“¿Quién sabe? Supongo que podría serlo. ¿Qué dices?”

“¡No hay manera de que lo entregue! ¡¿Qué eres, estúpido?!”

“Huh. Bueno, lo intenté. No parece divertido pelear contigo, así que pensé en intentar negociar contigo… pero da igual. Dije que ayudaría a Hanakawa. Deshagámonos de ella, entonces”.

El chico comenzó a brillar. La luz expulsó la oscuridad del pasillo, creando un mundo de blanco puro. Hanakawa se cubrió los ojos, retorciéndose en el suelo mientras la intensa luz le quemaba los ojos. La luminosidad sólo duró un instante, así que, tras lanzarse una cura, volvió a abrir los ojos para comprobar que casi nada había cambiado. Takumi seguía allí de pie, pero Kris había desaparecido. Fue inmediatamente obvio que el chico la había borrado.

“Bien, tú eres el siguiente. Si no me la entregas, no tengo más remedio que quitártela por la fuerza. ¿Tienes ganas de cambiar de opinión?”, le preguntó al Sabio con expresión relajada.

“¡Déjalo, imbécil! ¿Crees que eso es impresionante? Adelante!” contestó Yoshifumi con un pequeño intento de intimidación por su parte.

◇ ◇ ◇

El bebé siguió balbuceando, estirando la mano. Yogiri, Tomochika y Mokomoko continuaron caminando por las ruinas, siguiendo la dirección que indicaba el infante.

“Definitivamente está intentando llevarnos a algún sitio”, dijo Tomochika.

“Parece que está señalando un poco hacia abajo. ¿Quiere que vayamos bajo tierra?” preguntó Yogiri.

“Esto es cada vez más extraño…”

Caminaron a través de la zanja en la tierra, las misteriosas naves ahora dispersas a su alrededor.

“Las cosas se han vuelto realmente locas aquí, ¿verdad?” comentó Tomochika.

“No es que crea que haya hecho nada malo”.

“No sé. Claro que es culpa de ellos por atacarte, pero…”

Después de caminar un rato, se encontraron con un agujero en la tierra derretida. Cuando se acercaron a él, el bebé indicó claramente que quería bajar. Como Yogiri había adivinado, lo que quería estaba bajo tierra.

“Parece bastante profundo”, observó. “No puedo ver el fondo”.

“¿Cómo bajamos?”

“Si todavía tuviéramos a Furemaru”, suspiró Mokomoko.

Yogiri miró a su alrededor. No parecía haber nada útil para descender al pozo. “Supongo que nos rendiremos”.

“¡Eso fue rápido!”

“No podemos saltar a un pozo del que ni siquiera podemos ver el fondo, ¿verdad?”

“¡Waaaaaaaah!”

Mientras Yogiri se alejaba, el bebé comenzó a gemir.

“¿Ves? Quiere bajar”.

“¿Qué se supone que debo hacer al respecto?”

Tenían una cuerda en su mochila, pero no había nada cerca a lo que sujetarla. Siempre podía matar la gravedad para llegar al fondo con seguridad, pero no parecía una situación que requiriera una acción tan drástica.

“Vamos, trata de entender”, le dijo Yogiri al bebé. “No podemos ir más lejos”.

“¡Waaaaaaaaaah!”

El llanto desgarrador del bebé lo dejó boquiabierto. Ningún tipo de balanceo o abrazo parecía calmarla.

“¡Está bien, de acuerdo! Nos iremos. Por favor, deja de llorar”.

En el momento en que Yogiri dijo eso, el bebé se calló.

“Sabes, realmente no me gusta la gente que cree que conseguirá lo que quiere si llora”.

“Takatou… te das cuenta de que es sólo un bebé, ¿verdad?”

“Pero aun así, ¿cómo bajamos ahí?” Volvieron a mirar el agujero, pero sólo pudieron ver oscuridad. “Si tiene tantas ganas de ir, ¿por qué no la enviamos sola?”.

El bebé soltó inmediatamente un sonido de incredulidad.

“Parece que nos entiende perfectamente”, añadió Yogiri.

“Bueno, es imposible que sea sólo un bebé, ¿no?”.

“Oye, si tanto quieres bajar, dinos cómo”, instruyó Yogiri a la niña.

“Takatou, ¿qué esperas que haga…?” Mientras Tomochika hablaba, comenzaron a flotar en el aire. Los tres estaban ahora flotando a poca distancia del suelo. “¿Eh? ¿Qué está pasando?”

¿”ESP”? ¿Posee el poder de la levitación?” Mokomoko reflexionó.

“Si puede hacer esto, ¿por qué ha esperado tanto tiempo?” se quejó Yogiri.

“¡Estás siendo muy duro con un bebé!”

“No creo en tratar a la gente como niños”.

“¡¿Puedes al menos tratar a los bebés como niños?!”

Los tres se acercaron lentamente al agujero, lo atravesaron y comenzaron a descender. Después de un rato, llegaron al fondo.

“Está muy oscuro. ¿Puedes hacernos algo de luz?” preguntó Yogiri.

El bebé balbuceó un poco más.

“Parece como si dijera: “¿Cómo lo haría?”. adivinó Tomochika.

“Bien. Creo que tenemos algo”.

Yogiri buscó en la mochila. Sacó una linterna y la encendió con una cerilla. Una luz apagada llenó la habitación. El suelo era de piedra y estaba revestido de grandes pilares. Parecían las clásicas ruinas subterráneas.

“Bien, ¿puedes hacer que esto flote? Puedes hacerlo, ¿verdad?”

La linterna comenzó a flotar en el aire.

“Estás siendo muy exigente con este bebé, sabes”.

La pequeña extendió la mano hacia adelante, indicando la dirección que quería tomar. Mientras caminaban, el farolillo flotaba con ellos.

“Si puede hacer todo esto, probablemente habría estado bien si la hubiéramos dejado sola, ¿no crees?”

El bebé lanzó un grito de indignación.

“No creo que esté de acuerdo, Takatou”.

“Bueno, da igual. Por aquí, ¿no?”

Aunque no tenían ni idea de lo que quería, siguieron las indicaciones del bebé para adentrarse en las ruinas.