Suzumiya Haruhi no Yūutsu (NL)

Volumen 5

Prólogo 3: Invierno

Mis pensamientos acerca de Suzumiya Haruhi, aunque este de mas decirlo, son como describir patrones en un tapete remendado. De cualquier forma, si tuviera que describir a este individuo usando palabras y frases que yo pudiera entender, seria la siguiente advertencia:

Aquí esta la única persona en todo Japón a la que jamás se le debería permitir estar si quiera cerca de los controles de lanzamiento de un Misil Balístico Intercontinental.

Normalmente, una chica de preparatoria tiene practicamente cero oportunidades de poseer tal objeto, pero si en cualquier momento pones a esta mujer a prueba, incluso las cosas casi imposibles se vuelven imposibles de evitar. O es eso o las dos se cancelarían mutuamente, dejando detrás un caos sin control al que ella de alguna forma es inmune. Para ella el asunto seria solo cuestión de dos opciones, escoger una. Esa persona podría no ser tan maligna como el contador de un explosivo que inicia su cuenta atras al ser activado, pero es más radioactiva que la fisión de un reactor nuclear. De cualquier forma, la experiencia dicta, que aunque contener al gremlin es imposible, mientras la mantengas en ‘modo de vibración’ sin importar que grande sea la fuga, la misma puede ser reparada.

De ahí que tenga que pensar en formas de aliviar su aburrimiento, para que ella no tenga tiempo de pensar en armas nucleares, aunque sea solo por un tiempo. Mientras tenga otras cosas en las cuales quemar su pasión, es como el lanzar una tapa de botella hacia Shamisen, mí gato calico, que la mordería por sus buenos tres minutos, asimismo, ella tendría sus tres minutos de atención hacia esa ‘cosa’ –

-lo anterior son postulados que Koizumi propuso en el pasado. Incluso ahora ese tipo no ha cambiado su punto de vista.

A causa de eso, nos dimos de morros con la cosa más idiota que podría pasar.

¿De morros? Bueno, si. Este no es un encuentro casual, ni descubrimiento ni una reunión. No hay palabras que describan mejor nuestra situación actual.

Porque, justo ahora, de verdad, estamos en graves problemas.