Suzumiya Haruhi no Yūutsu (NL)

Volumen 5

Capitulo 1: Agosto Infinito

Parte 2

 

 

Esa chica, que ni siquiera pareció tomar aire primero, se clavó en la piscina y avanzó con fuerza. Las gotas de agua caían de su pelo corto y pegado las mejillas, mientras esperaba pacientemente en el otro lado a que nosotros llegáramos. Como era de esperarse, Asahina-san fue la última. Tuvo que parar a medio camino para respirar y arrojar un balón de playa que había flotado cerca de ella, lo cual hizo que le tomara diez veces más tiempo que a Nagato para llegar al otro lado. Para cuando terminó, casi ni podía respirar.

“¡Es una total mentira eso de que el deporte libera el estrés! El cuerpo es el cuerpo, la mente es la mente. El cuerpo puede moverse sin necesidad de pensar, pero el cerebro no.”

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Haruhi tenía una expresión de estar diciendo una gran verdad, y continuó:

“Por lo tanto, vamos a hacerlo otra vez. ¡Yuki, esta vez no voy a perder!”

¿Acaso nunca te enseñaron que la conjunción “por lo tanto” no queda bien en una frase así? ¿Qué estupidez estás diciendo? Sólo eres una mala perdedora buscando un excusa para repetir la prueba.

Por lo tanto, imaginé que Nagato entendería lo tensa que podía volverse aquella situación, y decidí salir de la piscina. Mejor dejo que lo resuelvan entre ustedes y me quedo a un lado como espectador. Yo le apuesto a Nagato, ¿quién quiere apostarle a Haruhi?

Haruhi y Nagato hicieron cinco carreras atravesando la piscina de ida y vuelta. Luego, el asunto terminó fon el trío femenino de la Brigada SOS jugando a la pelota con un grupo de niños de primaria. Koizumi y yo, que no participábamos, decidimos que igual podíamos quedarnos aun lado y verlas jugar, además no había nada más que ver allí.





“Están poniendo todas sus ganas en ese juego.”

Koizumi las observaba.

“Se siente como un Paraíso, todo está bien en el mundo. ¿No has notado tú también que Suzumiya-san ha aprendido a disfrutar de pasatiempos más convencionales?”

Parece que me está hablando a mí, así que mejor le contesto.

“Hace una llamada así de repente, y cuelga tan pronto suelta un montón de palabras; ¿Qué parte de esa invitación te parece normal?”

“¿No dicen por ahí que es mejor vivir en el momento?”

“El problema es que los ‘momentos’ que ella elige nunca son los mejores”

Los recuerdos del torneo de béisbol y de aquel grillo enorme pasaron por mi cabeza.

Koizumi continuó sonriendo:

“Es cierto, pero yo diría que ahora está todo en calma. Al ver a Suzumiya-san riendo de esa forma, uno pensaría que no van a producirse fenómenos que cambien el mundo.”

Espero que tengas razón.

Intencionalmente di un largo respiro, y añadí un profundo suspiro al final…

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Justo en ese momento, Koizumi adoptó una expresión muy peculiar. Era una expresión que me resultaba muy familiar, claro, aparte de su sonrisa.

“¿Hmm?”

Las cejas de Koizumi se levantaron de repente.

“¿Qué pasa?” le pregunté.

“Nada…”

Koizumi, que normalmente era muy directo, parecía tener la lengua paralizada aunque quería decirme algo… pero su sonrisa normal regresó muy pronto.

“Lo más probable es que me esté preocupando en exceso. Hemos tenido una oleada tras otra de fenómenos desde la primavera, y me estoy volviendo un poco esquizofrénico. ¡Ah! Ya volvieron.”

Miré hacia donde Koizumi estaba señalando. Haruhi se aproximaba con grandes zancadas, como un Pingüino Emperador que regresa a alimentar a sus crías, con una sonrisa dibujada en el rostro. Asahina-san y Nagato la seguían como dos lacayos tras una princesa rebelde.


“Ya es hora de comer. El menú para hoy son los emparedados caseros de Asahina-san. Su precio en el mercado no es de al menos 5000 yen, pero si los subastamos en línea, no me sorprendería que alcanzara los 500.000. Deberían agradecerme por la oportunidad de comer algo tan bueno.”

“Muchas gracias.”

Lo dije de todo corazón, pero se lo dije a Asahina-san.

Koizumi siguió mi ejemplo.

“Es todo un gusto.”

“No, no, no es nada.”

Asahina-san inclinó la cabeza mientras jugueteaba con sus dedos.

“No estoy segura de cómo quedaron… No se enojen si saben mal.”

Sería imposible que tuvieran mal sabor. Cualquier comida que haya sido preparada con el toque mágico de Asahina-san, sin importar cuándo o dónde fue preparada, o cuáles fueron los ingredientes, es un manjar para cualquier mortal. Después de todo, lo más importante aquí es la respuesta a la primera de las seis preguntas clásicas (quién, qué, cómo, cuándo, dónde y por qué).

Por lo tanto, me emocioné de tal manera con la idea de probar los emparedados caseros de Asahina-san, que la verdad no pude notar si sabían mal o no. Sencillamente, cualquier cosa hecha por ella es increíble; hasta el té japonés tibio que sirvió de su termo, que aunque no era rival para el emparedado, tenía un sabor casi celestial. Las pequeñas gotas de agua que cayeron de su cuerpo sólo lo hicieron mucho más refrescante.

Haruhi acabó con su bebida en un momento, como si estuviese desesperada por calmar el calor que su cuerpo había acumulado.

“Voy a ir a nadar otro rato. Vengan a nadar cuando hayan terminado.”

Después de dar esa orden, saltó nuevamente dentro de la piscina.

Esa chica era increíble, se movía como si no hubiera nadie más allí, cuando de hecho había obstáculos por todos lados. Por lo visto, parecía que la teoría de que los humanos descendemos de criaturas marinas no está del todo mal. Claro que si los ancestros de Haruhi hubiesen sido arrojados a la luna sólo con su ropa, sospecho que habrían encontrado una manera de sobrevivir.


Más tarde, con la excepción de Nagato que comía muy lentamente, nosotros tres nadábamos hacia Haruhi como lobos marinos en temporada de celo. Esta vez, Haruhi y un grupo de niñas de primaria estaban jugando voleibol acuático.

“¡Mikuru-chan! ¡Ven aquí rápido!”

“Sí.”

Segundos después de asentir con la cabeza, Asahina-san fue golpeada por una pelota rápida lanzada por Haruhi y se hundió en el agua.

Koizumi y yo salimos de la piscina después de apenas una hora, y nos quedamos tirados en los bordes de la piscina, cansados del alboroto y los gritos de las niñas.

No importa cuánto lo intente, simplemente no encajamos aquí. ¿Qué estaba pensando Haruhi al escoger, de entre todos los lugares, una Piscina Municipal sin ninguna atracción? No estoy pidiendo que tenga toboganes acuáticos, pero debería buscar sitios más adecuados para cuando salgamos.

Yo sé que la piel comienza a acumular melanina al exponerse a la luz solar; cuando comencé a preguntarme si Nagato había ido a buscar algún lugar para broncearse, vi a la delgada y callada chica de cabello corto, sentada y absolutamente quieta en la sombra donde estaban nuestras cosas, mirando hacia el cielo con sus grandes ojos.

Era una visión que nunca aparecía cambiar: la imagen de Nagato sentada como una muñeca, sin importar en dónde estuviésemos.

“¿Hmm?”

Una leve oleada de perplejidad invadió mi corazón, pero se desvaneció al instante. Otra vez había regresado esa extraña sensación. Por un leve instante, sentí como si Nagato estuviese aburrida, y tuve una sensación de déjà vu. Más aún, me pareció que lo que pasaría a continuación me resultaría muy familiar. Ah sí, Haruhi dirá algo así como-

“Ellos dos son miembros de mi brigada. Si yo digo Este, ellos no se atreverían a decir Oeste. Hablen con ellos si necesitan algo.”

Volteé a mirar hacia la piscina y vi que Haruhi se había acercado a nosotros con una horda de niñas.

Asahina-san flotaba con su barbilla apenas sobre la superficie y los ojos cerrados, quizá exhausta por jugar con las hiperactivas niñas de primaria. La escandalosa de Haruhi, quizá mas ingenua que aquellas niñas, nos dijo a Koizumi y a mí mientras miraba hacia el infinito:

“¡Únanse a la diversión! Vamos a jugar polo acuático, y necesitamos a dos hombres como guardametas.”

Justo cuando pensé en preguntar cómo se jugaba y cuáles eran las reglas, esa sensación tan familiar comenzó a desvanecerse.

“…Ajá.”

Respondí a regañadientes y me puse de pié. Koizumi se unió al grupo de niñas con una sonrisa en la cara.

La sensación familiar había desaparecido por completo.

Ehh, ya no importa. Ese tipo de cosas pasan muy a menudo. Muchas veces pienso que he visto ciertas cosas antes en un sueño; además ya había estado en esa piscina cuando era niño, y quizás mis recuerdos pasados se estaban mezclando con los del presente. Parecía que el programa de transmisión de datos en mi cerebro había tropezado con un pequeño error.

Hice a un lado un flotador con forma de delfín mientras corría tras la pelota, que había salido volando tras un golpe en mi cabeza.Abandonamos la piscina municipal sólo cuando ya estábamos agotados. Claro que en viaje de regreso, tuve que repetir la acrobacia de tres en una bicicleta, mientras que Koizumi repetía su paseo de fantasía. Era suficiente para romper el corazón de cualquiera.

Asahina-san se sentó en el asiento trasero con la elegancia de una dama, y su piel blanca hacía resaltar el rojo que habían tomado sus mejillas. Mi pobre corazón se detuvo en seco cuando una de sus manos se envolvió alrededor de la cintura del conductor. Si alguien hubiese puesto su oído contra mi pecho, sólo habría escuchado algo como el sonido del viento en una llanura solitaria.

Siguiendo las indicaciones de Haruhi, giré a izquierda y derecha con mi bicicleta, hasta que terminamos en la estación de la que habíamos salido.

Ahh, claro. Ahora tengo que invitarlos a comer a todos.

Tan pronto como conseguimos asiento en el café, puse una pequeña toalla fría sobre mi cabeza y me desmoroné sobre la silla. Mientras tanto-

“Ya tengo un plan decidido para nuestras próximas actividades, vamos a echar un vistazo.”

Haruhi extendió una hoja de papel con mucho cuidado y la señaló con su dedo índice para que la miráramos. Era una hora de papel A4 arrancada de un cuaderno.

“¿Para qué es eso?”

Haruhi respondió con algo de orgullo.

“Este es el plan para los pocos días que quedan del verano.”

“¿El plan de quién?”

“¡El nuestro, es el resumen especial de actividades de verano de la Brigada SOS!”

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Haruhi acabó con su bebida de un solo trago, y continuó después de pedir otro vaso:

“Me di cuenta de pronto que sólo faltan dos semanas para que acabe el verano, lo cual me asombró. ¡Es terrible! Todavía hay tantas cosas por hacer, y ya nos queda muy poco tiempo. Por lo tanto, tenemos que empezar a ponernos al día en este mismo momento.”

El plan escrito a mano por Haruhi, estaba formado por las siguientes líneas:

Eventos Obligatorios para las Vacaciones de Verano

  • Excursión de verano.
  • Piscina.
  • O-bon.
  • Fuegos artificiales.
  • Trabajo de medio tiempo.
  • Observar las estrellas.
  • Práctica de tiro.
  • Atrapar luciérnagas.
  • Prueba de valentía.
  • Otros.

Tenía fiebre de verano.

Quizá alguna enfermedad tropical había comenzado a extenderse desde alguna selva y había comenzado a infectar a los humanos a través de un vector como los mosquitos. Me sentí un poco mal por el “vector” que había picado a Haruhi. Seguro que murió por envenenamiento.

La “Excursión de verano” y la “Piscina” estaban tachadas de la lista, seguramente porque ya las habíamos realizado.

Por supuesto, eso quería decir que Suzumiya Haruhi cumpliría con cada una de estas actividades en las próximas dos semanas. Además estaba ese renglón de “Otros”. ¿Eso quiere decir que Haruhi está planeando más cosas?

“Sólo se me han ocurrido estas. Añadiré otras a medida que lo vaya pensando. ¿Mikuru-chan, hay algo que quieras hacer?”

“Ehhh…”

Le hice un gesto a Asahina-san, que estaba pensándolo con cuidado, tratando de que se negara a responder. Oh, por favor, que no se le ocurra decir nada complicado.

“Me gustaría ir a atrapar peces dorados.”

“¡Está bien!”

Haruhi sacó una pluma y añadió eso a la lista.

Después de eso, le preguntó a Koizumi y a Nagato por más ideas. Nagato sacudió levemente la cabeza, y Koizumi se rehusó con una sonrisa. Hicieron lo correcto.

“¿Perdón, puedo echarle un vistazo?”

Koizumi terminó rápidamente de beber su café con leche frío, y leyó con detenimiento la lista. Parecía estar pensando en algo, y estuvo casi ausente por un momento… me pregunto en qué está pensando.

Nagato sorbía lentamente su refresco con una pajilla –


“Gracias.”

Koizumi puso aquel supuesto plan otra vez en la mesa, y siguió entregado a sus pensamientos. ¿Ahora qué estás planeando?

“Empezaremos mañana. ¡Nos encontraremos frente a la estación! ¿Alguno sabe de un lugar cerca en el que vayan a celebrar el O-bon? Un festival con fuegos artificiales también podría funcionar.”

¿No podrías al menos investigar un poco antes de dar las órdenes?

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“Yo buscaré uno que nos sirva.”

Así es Koizumi, siempre cubriéndola.

“Contactaré a Suzumiya-san tan pronto como tenga la información. Buscaré sitios que vayan a celebrar el O-bon y que planeen usar fuegos artificiales, ¿está bien?”

“No te olvides de la pesca de peces dorados, Koizumi-kun. Es lo que quiere Mikuru-chan.”

“Entonces haré lo posible por encontrar un sitio que celebre el O-bon y el Festival de Verano al mismo tiempo.”

“Ah, sí, por favor. Entonces lo dejo en tus manos, Koizumi-kun.”

Haruhi terminó de comerse la bola de helado que flotaba en su vaso de café frío, y dobló el papel cuidadosamente, como si se tratara del mapa de un tesoro.

Mientras yo fui a pagar la cuenta, Haruhi salió trotando del café como un maratonista que se prepara para la competencia. Quizá sólo quería ahorrar su energía para el día siguiente. Deseé que gastara toda aquella energía de una sola vez, en lugar de guardarla, lo cual nos evitaría a nosotros la molestia de arreglar el desastre que provocaría.

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Los cuatro miembros dimos por terminado el día, y cuando estábamos saliendo de allí, llamé a la más silenciosa de nosotros.

“Nagato.”

La interfaz humanoide, con su uniforme escolar de verano, volteó al escuchar mi voz.

“…”

Me miró sin demostrar ninguna emoción. Mirando aquellos grandes ojos inexpresivos sobre su piel blanca, uno nunca podía saber si estaba afirmando o negando algo.

Claro que había algo raro. Aunque siempre había sido así de inexpresiva, pude sentir que había algo inusual en Nagato ese día, pero no pude saber con exactitud qué era.

“Nada…”

Me sentí un poco raro al haberla llamado, sólo para darme cuenta de que no tenía nada que decirle.

“No es nada. ¿Cómo has estado? ¿Todo anda bien?”

En verdad no pude pensar en nada qué decirle, así que tuve que romper el hielo con una conversación así.

Nagato parpadeó, y muy sutilmente, tanto que habría sido necesario un transportador para notar el ángulo de su cabeza, asintió.

“Estoy bien.”

“Qué bueno.”

“Sí.”

Su expresión, que parecía haber cambiado un poco, era un poco más definida… No, al contrario, parecía un poco más suave… ¿Por qué tenía esos pensamientos tan contradictorios? No lo entiendo. ¿Quizá la percepción humana es así de defectuosa? Mejor lo dejé pasar.

Al final, como no pude encontrar nada de qué hablarle, me despedí con unas pocas palabras y salí de allí, como si estuviese huyendo de Nagato.

Por alguna razón sentí que eso era lo mejor. Llegué hasta mi casa en bicicleta, me duché tan pronto como terminé mi cena, encendí el televisor al salir del baño, y me quedé dormido mirándola.

Una llamada de Haruhi me despertó a la mañana siguiente.

Habían encontrado un lugar para la celebración del O-bon. Tendría lugar esa misma noche, en el estadio comunitario de la ciudad… de acuerdo con lo que me dijo.

¿Cómo podía ser así de fácil? Yo todavía no salía de mi asombro por aquella increíble casualidad, y Haruhi continuó hablando:

“Vamos a ir a comprar las yukata juntos.”

Parece que el ejercicio de la mañana va a comenzar.

“Antes planeaba que todos las usáramos para el Tanabata, pero se me olvidó. No sé que me pasó. Es una suerte que la tradición en Japón nos permita usar yukata durante dos meses.”

¿Una suerte para quién?

Sólo para aclarar, era muy temprano. Yo había pensado que reunirnos al atardecer estaría bien, pero Haruhi me levantó muy temprano para ir de compras. Entonces, igual que el día anterior, la majestuosa Haruhi, la pobre Asahina-san, la silenciosa Nagato, y el alegre Koizumi se reunieron todos en nuestro punto de encuentro habitual junto a la estación.

“Ni Mikuru-chan ni Yuki tienen yukata, y yo olvidé la mía. Vi un lugar en el distrito comercial en el que estaban vendiendo el conjunto completo con sandalias, así que podemos ira allí más tarde a conseguirlas.”

Miré a Asahina-san y a Nagato, preguntándome qué tal se verían en yukata.

Bueno, estamos en verano.

Koizumi y yo estaríamos bien usando algo más casual. Somos hombres; así que unas yukata sencillas como las de los hoteles serían suficientes. De todos modos a los hombres no se nos ven tan bien como a ellas.


“Bueno, Koizumi-kun se vería muy bien en una yukata, pero tú…”

Haruhi me miró de pies a cabeza haciendo una mueca.

“Bueno, nos vamos.”

Comenzó a darnos órdenes con un abanico de papel improvisado.

“¡Destino: la tienda de yukata!”

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