Toradora! (NL)

Volumen 5

Capitulo 1: Ese Idiota

Parte 1

“Me pregunto si tenemos cebollas en casa…”

“¿Estás bromeando? Ahhh… ¡Esto me enoja, me enoja, me enoja!”

“Estoy seguro que aún tenemos algunos pimientos, quizás no tengamos suficientes champiñones… y también…”

“¡Esa estúpida Bakachi! ¡Me aseguraré de que termine en el infierno!”

“… Creo que aún nos quedan dos o tres salchichas… ¡Bien, entonces! Utilizaré eso para los almuerzos de mañana…”

“¿¡Oye, qué deberíamos hacer!? ¿¡Ya está todo decidido!?”

“Hmm, qué hacer… me pregunto si necesitaremos repollo también” “…”

El monólogo se detuvo cuando Taiga lo golpeó con su dedo pulgar. En el momento siguiente, un fuerte grito hizo eco bajo el cielo en la puesta del sol.

En el camino de olmos donde las amas de casa montaban sus bicicletas llenas de víveres y los estudiantes de secundaria hablaban felizmente, Ryuuji estaba retorciéndose en el piso adolorido.

Un perro curioso se acercó y olfateó a Ryuuji, causando que su dueño lo tirase de la correa.

Ryuuji no estaba siendo pateado por Taiga (que parecía haber recupera su memoria), ni golpeado, o estrangulado por ella.

“…Te enseñaré…”

Usando sólo su pulgar, Taiga se lo había clavado en la cintura por el lado izquierdo a Ryuuji con todas sus fuerzas. Con sólo eso, le había causado que su visión se pusiera en blanco. Para un masoquista, ella tenía que ser la maestra más eficiente del mundo. El único problema era que Ryuuji no es un masoquista.

“¿¡Qué… qué estás haciendo..!?”

Ryuuji se agarró su cintura temblando de dolor, y mirando ferozmente a su agresora, que estaba parada justo en frente de él y que le dijo simplemente:

“El pulgar representa mi corazón, y el dolor es mi manifestación”

Mientras Taiga se hacía sonar sus nudillos, Ryuuji que no podía dejar de temblar, volvió su mirada. ¿Dónde demonios aprendió esta técnica? Mirando al intimidado Ryuuji, Taiga entrecerró satisfactoriamente sus sádicos ojos y dijo:

“Esto es lo que te pasa por no escuchar mis quejas. Así que escúchalas seriamente, ya que me siento bastante molesta. A pesar de que seas un perro, si tu corazón pierde su humanidad, estarás realmente desahuciado”

“¿¡Acaso no era yo el que te escuchó todo el tiempo!?” “¿¡Cuándo!?”

“¡Como dije, estaba escuchándote todo el tiempo! Te dije que deberías rendirte, ya que en ocasiones debes participar en las actividades de la clase, ¿no oíste eso? Pero tú seguiste diciendo ‘Pero, pero, pero’ ¡Sin fin! Dado que te negaste a escuchar, ¿cómo puedes culparme?”

“¡Pero yo realmente no quiero participar! ¡No puedo evitarlo!”

¡Hmph! Taiga resopló, medio cerrando los parpados y levantando su mentón con insolencia. Su hermoso pelo ondeaba en la brisa, como las nubes que flotaban bajo el cielo carmesí. Las líneas de su pálida tez y sus labios de color rosa, eran tan finos y elegantes como los de una muñeca de cerámica. Se veía gruñonamente hermosa. Ryuuji se puso de pie agarrándose su cintura.

“¿Tú realmente eres de mente cerrada, eh?”

De hecho, si no fuera por el ataque de acupuntura a Ryuuji, el podía habérselo dicho con más consideración. Algo así como: ‘¿No pensó Kitamura también que eras la mejor elección?’ o ‘Tu ganarás esto, no te preocupes’ le hubiese dicho eso para consolarla.

“Ugh…” Al oír la critica de Ryuuji, Taiga se cruzó de brazos, se mordió un poco sus labios y frunció el ceño mientras mostraba una expresión de reproche. Lo sorpréndete era que incluso Taiga sentía que estaba siendo de mente cerrada.

“¡Te lo mereces!” Ryuuji continuó con sus ataques, “¿No hay espacio en tu corazón, o sí?

¿Planeas vivir con tu mente cerrada por el resto de tu vida?” Es bueno darle ocasionalmente algunas críticas punzantes.

Taiga parecía inquebrantable ante Ryuuji, pero como él estaba en lo correcto, no podía decirle nada de vuelta. En cambio, respondió con dificultad.

“¿Qué, por qué estás tan emocionado…?” “¿Emocionado? ¿Yo? ¿Cómo?”

Taiga se quejaba de manera ambigua.

Ryuuji no podía recordar cuando se emocionó. Hace un mes del nuevo semestre, y el no tenía ningún recuerdo de lo que pudiese haberle emocionado… Si Taiga se refería a la fuente de su agonía, Minori, entonces estaba muy equivocada. Ryuuji había sentido una inexplicable distancia entre él y Minori, lo cual lo llevó ocasionalmente a deprimirse cuando Taiga no estaba, así que él particularmente estaba molesto con la observación de Taiga.

“Dime, ¿cuándo me he emocionado? ¿Qué sabes tu de todos modos?” “Olvídalo… olvida lo que dije, Dálmata”

“¿¡A quién llamas Dálmata!?” “A ti”

Perdiendo rápidamente el interés, Taiga frunció el ceño y chasqueo su lengua, “¡Tch!”, y luego se volteó rápidamente y aumentó sus pasos.

“Vámonos. La venta limitada del supermercado está por empezar. ¿No dijiste que querías un poco de cerdo? Yo también puedo recordártelo, acuérdate de comprar algunos repollos…

¿¡Qué haces retorciéndote ahí!?Voy a abandonarte en las calles como un perro callejero si no te das prisa…”

¡Tú fuiste la que hablo enigmáticamente y perdió el tiempo! Además, ¿¡de quién fue la culpa de que no me pudiese mover después de ser golpeado en la cintura!? Ryuuji no dijo nada, y siguió silenciosamente a Taiga, tragándose sus quejas mientras se dirigía al supermercado que solía frecuentar. Taiga dijo que quería arroz con carne de cerdo en jengibre para la cena, pero mirando la carne de cerdo a la venta el día de hoy, bien podría ser vientre de cerdo adobado. En cuanto a los ingredientes comunes para estos dos platos…

“El jengibre ya está picado, y Yasuko lo enjuagó ya, así que… Taiga, dame tu cuota mensual”

Ryuuji alcanzó a Taiga y extendió su palma mientras caminaba a su lado. “¿Qué? ¿Ahora?”

“O no tendré dinero suficiente para comprar la comida de esta noche” “Sí, sí, sí, sus deseos son ordenes, maestro”

“¿Qué pasa con esa forma de hablar?”

Dependiendo de Ryuuji para sus tres comidas diarias, Taiga le pagaba 10.000 yenes al mes para cubrir los ingredientes que necesitase comprar, así como también para otros gastos. Taiga no mostró ninguna resistencia mientras obedientemente sacaba su billetera rosada con cara de gato de su bolso, aunque terminó dejando caer lápices, libros y notas sobre el camino también.

“En serio… deberías ser más ordenada…”

Ryuuji recogió los objetos caídos mientras Taiga buscaba dentro de su billetera rosada con cara de gato.

“Oh, necesito ir al banco. Me he quedado sin dinero en efectivo”

“Esto no hará…”, murmuró algo para sí misma y caminó a su propio ritmo. Su billetera rosada con cara de gato seguía botando todo tipo de papeles, los cuales eran recogidos por Ryuuji.

Se encaminaban hacia el cajero automático de la tienda. “Oye, están sirviendo oden¹ ya”

“¿Ah sí? ¿Así que es esa época del año ya, eh?”

Al entrar por las puertas automáticas, pudieron oler el aroma del oden, dándoles a entender que el otoño ya había llegado. Al sentir el oden, Taiga vago lentamente hacia él, pero fue rápidamente atrapada del cuello por Ryuuji, que la hizo volver a la dirección del cajero automático. Ryuuji decidió leer algunas revistas mientras esperaba a Taiga, por lo que se dirigió hacia la sección de revistas, pero después de echar un vistazo…

“¿Eh? ¿Por qué?” Oyó algunos pitidos repetidos, y vio a Taiga inclinando la cabeza asombrada.

“¿Qué pasa?”

“Es extraño, no sale dinero… pero, ¿por qué? ¿Qué está pasando?”

Taiga le entregó la hoja de comprobante a Ryuuji. Justo cuando él le iba a echar una mirada, no pudo evitar notar la cantidad impresa en el papel. El dinero en la cuenta bancaria de Taiga era de 0 yen. Por supuesto, sin dinero no hay forma de que salga. Ryuuji miró a Taiga, que tenía el ceño fruncido y la mirada perdida.

1 NdT: Plato típico de invierno que consiste de varios y diferentes ingredientes. Más explicación en las notas de traducción. 

“¿Cómo esperas retirar dinero cuando no hay nada en tu cuenta, tonta? Fuu, puedes dármelo mañana, yo pagaré hoy”

Ryuuji sacó su tarjeta de su bolso rojo y estaba a punto de introducirla en el cajero automático sin dudarlo. Del porqué no dudaba, era porque los cajeros de la tienda no tenía ningún cargo adicional (Ryuuji era extremadamente cauteloso cuando se trataba de los gastos de su familia). Sin embargo, Taiga lo detuvo.

“¡No, espera!”

“¿Y ahora qué? No te preocupes, no me cobrará nada adicional”

“¡No es eso! Esto es muy extraño… ¡Definitivamente algo está mal! ¡Es simplemente imposible!”

“No se puede hacer nada, incluso aunque digas que es imposible. ¿No tienes nada de dinero, cierto? Déjate ya de murmurar, preocuparas a las otras personas…”

“¡Cuando retiré dinero la semana pasada, estaba segura de que aún quedaba dinero en mi cuenta! A pesar de las transferencias, siempre quedaba algo de dinero. ¿Así que cómo es posible? Esa persona siempre me enviaba dinero a mi cuenta cada mes… ya lo entiendo…”

Taiga de repente se quedó en silencio, y miró con amargura su tarjeta. “¿Es porque no contestaba sus llamadas…?”

“¿Qué?”

“Es por eso que él decidió una cosa así…”

“Lamento eso… Como sea, vamos afuera para que las otras personas puedan usar el cajero automático. Vamos”

Disculpándose con la gente que estaba esperando usar el cajero, Ryuuji agarró a la inmovilizada Taiga y salió de la tienda. La llevó cerca donde estaban los cubos de basura para que no entorpeciera la entrada de otras personas.

“¿De qué estás hablando? ¿Qué ha pasado?”

“No puedo creer que utilizará tales métodos… Es por esto que lo odio…”

Taiga no miró a Ryuuji. Seguía con la cabeza baja mirando su tarjeta. La brisa sopló alrededor de su cabello, haciendo que se pegará a su boca, sin embargo, ella siguió inmóvil.

“No sé lo que está pasando, pero… ¿Estás bien?”

Ryuuji apartó los pelos de la cara de Taiga con sus dedos y se inclinó para ver su expresión. Ella se sintió molesta y lo empujó para finalmente decir en voz baja:

“Hace un tiempo, esa persona; mi padre, me llamó varias veces. Pero yo estaba enojada con él, así que las ignoré. Incluso borré todos sus mensajes… Es por eso que él decidió borrar mi cuenta…”

“Eso es…” Absolutamente ridículo. Ryuuji guardó silencio.

Ryuuji no estaba seguro de si era la culpa de la hija por recoger la mesada de su padre ignorando sus llamadas, o era la culpa del padre confiscándole ridículamente su mesada…

¿o estaba quitándosela?… y así jugar con la vida de su hija. Ryuuji se sentía confundido, no porque él no tuviese un padre, sino porque la relación entre padre e hija de la familia Aisaka parecía ser muy complicada.

Taiga, por supuesto, sintió que su padre estaba siendo ridículo.

“Ese maldito viejo…” Murmuró ella con una voz casi inaudible. “Realmente te voy a matar… de verdad…”

Taiga estaba a punto de romper la tarjeta que sostenía, pero Ryuuji se la arrebató rápidamente y la puso de nuevo dentro de la billetera rosada con cara de gato.

“¿¡Cómo puedes decir esas cosas de tu padre!?”

El juicio que Ryuuji utilizaba en ese momento lo sentía inusualmente vació y difícil de comprender. Tal vez ya adivinando lo que él estaba pensando, Taiga lo miró con frialdad y desdén, y Ryuuji sólo pudo permanecer callado y mirarla sin hacer nada.

En el momento justo, el teléfono de Taiga que estaba en su bolsillo comenzó a vibrar. Taiga lo agarró con todo y decoración, y lo sacó bruscamente antes de abrirlo con un movimiento rápido.

“Él debe estar llamando para amenazarme…”

Sus ojos carecían de enfoque mientras daba una sonrisa torcida. Ryuuji podía adivinar quién la estaba llamando con tan sólo ver su cara.

“Respóndele, dile lo que tengas que decirle, o sino ¿cómo sobrevivirás sin tu mesada?”

Ryuuji tan sólo dijo eso y dejó a Taiga sola mientras volvía a entrar a la tienda. Pasó el tiempo leyendo las revistas de la estantería. Luego fue a echarle un vistazo a los postres de leche favoritos de Taiga, y vio algunas bebidas mientras caminaba en el pasillo de aperitivos, comprobando si había algo nuevo a la venta. Por último, dio un vistazo al oden al lado de la caja, aunque no vio cuidadosamente cuáles eran sus ingredientes.

Él estimaba mecánicamente el tiempo restante mientras se asomaba fuera de la ventana para ver lo que Taiga estaba haciendo. Cuando la vio cerrar la tapa de su teléfono, supo que Taiga había terminado la llamada. Su rostro parecía preocupado cuando puso su teléfono en el bolsillo.

Él decidió caminar solemnemente hacia Taiga. “¿Qué te dijo tu papá?”

Preguntó Ryuuji en un tono casual, mientras contenía la respiración, intentando no involucrarse demasiado en la cuerda floja de la relación entre padre e hija de la familia Aisaka.

“Ryuuji, ¿estás libre después?”

Taiga volvió su cara para otro lado y habló con frialdad. “Nop, aún tengo que ir al supermercado”

“Déjame hacer las compras, dame tu dinero. Si no tienes suficiente, saca más. No necesitas hacer las compras. Lo que tienes que hacer es dirigirte al segundo piso de la cafetería de la estación. ¿Te acuerdas de la tienda de panecillos para no fumadores cerca del lugar donde compré mi bolso?”

“¿Qué?”

“¿Te has olvidado ya? Se puso a llover ese día y no llevábamos nuestros paraguas. Así que terminamos matando el tiempo con Minorin y Bakachi, ¿te acuerdas? Tú pediste un café mientras que yo pedí un panecillo de salmón…”

“Eso no es lo que quise decir… ¿Por qué no debo hacer las compras?”

“…Minorin y Bakachi pidieron tostadas de queso, y luego Bakachi dijo algo de ‘la articulación temporo’ o algo así y que no podía abrir mucho su boca…”

“¿Quieres decir ‘Articulación temporomaxilar’? No, ese no es el punto. En realidad no estoy preguntando por esa tienda, porque no entiendo nada de lo que estás hablando”

“Sí sabes” “No, no lo sé” “¿No?”

Taiga se tragó lo que estaba a punto de decir y sacudió su cabeza, como si pensase lo que iba a decir…

“Iras a la cafetería y te reunirás con él en mi lugar, y luego traer el dinero. ¿Alguna pregunta?”

Ryuuji finalmente entendió que estaba pasando…

“… ¡No!”

“¿¡Por qué no!?” Gritó Taiga y agregó: “¡Tan sólo ve! ¡No te preocupes! ¡Definitivamente puedes con este tipo de cosas! ¡Ve a buscar el dinero! ¡Ve!”

No dispuesto a ceder, Ryuuji gritó aún más fuerte:

“¡Te dije que no! Si no hay nada de que preocuparse, ¿¡Por qué no vas tú misma!? ¿¡Por qué debo involucrarme en tus asuntos familiares!?”

“No te estoy ordenando que vayas, ¡espero que vayas! ¡Así que por favor ve!”

“¡No puedo hacer eso! ¡Además, tu padre no me conoce! ¿No te parece extraño que él de repente vea a un chico que nunca antes ha conocido, y diga ‘Estoy aquí para recoger el dinero de tu hija’, con una cara como esta? ¡Si yo fuese él, me negaría en el acto!”

“Entonces, ¿no podrías sólo explicárselo? ¿Para qué es la boca que tienes? ¿O acaso tu cerebro de perro ha olvidado cómo pronunciar las palabras humanas ya?”

“¿Qué es esa actitud? ¿¡Es así cómo pides favores a las otras personas!?” “¡Basta ya de tonterías! ¡Escúchame…!”

“¡No seas ridícula!

Sin contentarse con sólo hablar fuerte, ellos comenzaron a responderse de ida y vuelta fuera de la tienda, y ninguno estaba dispuesto a ceder.

“¡Por favor! ¡Te lo ruego! Yo nunca te he rogado antes, ¿¡o sí!?”

“¡Por supuesto que sí! ¡Me has estado rogando hacer cosas por ti todos los días! Justo anoche en tu apartamento, ¿no dijiste que no podías encontrar el control remoto y me rogaste que lo buscara? ¡Pase dos horas enteras buscándolo!”

“¿Realmente te gusta pelearte por cosas pequeñas, no? ¡No es de extrañar que nadie te ame!

¡Ahora ve! ¡Vamos! ¡Prepararé la cena! ¡Y lavaré todos los platos! ¡Los lavaré mañana también! ¡Y al día siguiente! ¡Así que por favor… ve!”

“¡Whoa!”

¡Pum! Taiga de repente volteó la situación, Ryuuji había caído al piso sobre su trasero, y los transeúntes lo miraban fríamente. ¿Quizás debería hacerlo? Dudando si rendirse,

Ryuuji estaba a punto de levantarse cuando… “Por favor…”

En lugar de decir ‘¡Te lo mereces!’, o ‘Deberías haberme escuchado’, ella se lo estaba rogando con una débil voz. Sus cejas se inclinaron hacia arriba mientras tranquila y suavemente tiraba de la manga de Ryuuji.

“¿Está bien? Ryuuji…”

“Haa… en serio… ¿Por qué tengo que ir…?” “Por favor…”

Taiga bajó lentamente su cabeza y tiró de la manga de Ryuuji con su blanca mano hasta que él asintió con la cabeza.