Toradora! (NL)

Volumen 5

Capitulo 1: Ese Idiota

Parte 2

“Pues bien. Ahora es el momento para el comité ejecutivo del festival escolar… Haruta, es tu turno”

“¡Sí!”

Después de tratar todos los asuntos administrativos, el representante de la clase, Kitamura, salió del podio y permitió que Haruta se pusiera en él. Al pasar entre ellos, intercambiaron una mirada secreta. “Cuento contigo” “¡Déjamelo a mí!”, ambos se sonrieron y se dieron una palmada en los hombros.

Dicho esto, Haruta no era el único designado para el comité ejecutivo. “Ami-tan~ fight⁶!”

“Jajaja, ¡daré mi mejor esfuerzo~!”

Haruta al subir primero al podio, mostró una humilde mirada. Ami camino elegantemente hacia el podio, siendo aclamada por toda la clase.

Al ser transferida en mayo, ella era la única que no había formado parte en algún comité de organización, y como resultado de ello, las chicas decidieron de manera unilateral que era la ‘más indicada’ para esta tarea, y fue así designada para el comité ejecutivo del festival. Para Haruta, que fue elegido como resultado de un piedra, papel o tijeras, y que estaba reacio a tomar el rol, esta increíble buena suerte había hecho que su cerebro perdiese unos cuantos tornillos, aunque no quedaban muchos que perder.

“Esta es mi primera vez frente al podio. Estoy tan nerviosa~. ¡Demos lo mejor de nosotros, Haruta-kun!”

“¡Bien! ¡Fight!”

Haruta se quedó parado hombro con hombro en el podio con Ami e intercambio una sonrisa feliz con ella. Ryuuji vio su patética expresión y sonrió torpemente como todos los demás mientras aplaudían. Esta hora de clases estaba muy animada, y los chicos intercambiaban miradas de cómplices.

¿Lo entiendes?

Sip.

Ryuuji asintió también, y sonrió al devolver la mirada a los demás. Para ellos, sólo había un objetivo en esta hora de clases. Conseguir que se aceptase la idea del Cosplay Café.

“¿Por qué estás sonriendo así? Me asustas”

6NdT: Decidí dejarlo igual, ya que los japoneses lo dicen como una manera de dar ánimos. Algo así como “¡esfuérzate!”

“¡Whoa!”

Ryuuji saltó de repente. No se dio cuenta que Taiga estaba agachada alrededor de su escritorio como un ratón

“¿¡Qué…qué haces!? ¡Aún estamos en clases!”

Taiga se agachó aún más, y miro a Ryuuji con sus grandes ojos. “¡Deja de hacer preguntas y sólo dame ‘eso’ ya!”

Mordiendo irritantemente sus uñas, ella apuntó con su mentón. “¿‘Eso’? ¿Qué es ‘eso’?”

“Lo que tuvimos durante el almuerzo”

Ahora que lo pensaba, Taiga le había dicho antes: “¡Me comeré después esto, así que ten cuidado y cuídalo por mí!”

Le había pasado a Ryuuji una caja de fruta sin abrir que había traído junto a su caja de almuerzo.

“¿Quieres que te lo de ahora?”

“Sí, quiero que me lo des ahora, cuando todavía queda tiempo” “Todavía queda tiempo… pero, estamos en clases…”

“¡Hablas demasiado! ¡Dámelo, perro bastardo! Deja de ser tan lento, ¿quieres que te de un puñetazo?”

Que mal… los chicos alrededor de Ryuuji comenzaron a temblar, mientras le daban preocupadas miradas a él, quien podía sentir la presión invisible que le estaban dando: ¡Por favor! ¡Deja de crear problemas en un momento tan crucial!

De hecho, si Taiga descubre nuestro complot, definitivamente destruirá todo lo relacionado con él, ya que es la naturaleza de la Tigre de bolsillo. No, aunque no lo descubra, mientras Taiga la alborotadora esté cerca, el plan estará condenado al fracaso, ese es el poder de los alborotadores. Con sólo dejar que se acerque es suficiente para cambiar el curso de nuestro destino, o incluso dirigirnos a la destrucción. Si ese es el caso, debo darle lo que quiere y deshacerme de ella rápidamente.

Ryuuji abrió su bolso y sacó la pequeña caja de frutas. El aspecto retro del paño (aunque el diseño era así, el modelo era muy contemporáneo, de un azul oscuro combinado con negro y líneas geométricas blancas), el cual envolvía la caja fue comprado vía correo, y a Ryuuji le gustaba mucho.

“Guaa~” Taiga lamió sus labios con un brillo en sus ojos. “¡Date prisa!” Ella se movió inquieta. Ya lo estoy sacando, ¿por qué me apuras tanto? “¡Ábrelo!”

“¿Yo?”

“Esa caja es difícil de abrir, siempre derramo el contenido. ¡Así que date prisa y ábrelo!”

Qué egoísta… aunque ahora no es el momento de quejarse. Ryuuji procedió a abrir la caja como le ordenó, dentro había un mango, el favorito de Taiga. Como una niña pequeña, agarró el tenedor y miró el mango, a punto de cogerlo.

“¿¡Por qué estás comiendo aquí!?”

“Me ahorro el trabajo de tener que devolverte la caja vacía” Mientras tanto, en el podio.

“¡Pues bien! ¡Volvamos al tema! Hoy hay que discutir lo que debería organizar la clase 2-C para el festival escolar”

Haruta, cuyo rostro brillaba intensamente, parecía dejarse llevar por la emoción mientras se agarraba fuertemente de la mesa del podio y los miraba a todos. Ami mantenía su sonrisa mientras sostenía algún tipo de loción para manos y se lo aplicaba en ellas, en otras palabras, no podía importarle menos. Taiga se inclinó sobre el escritorio de Ryuuji e intentó seriamente enterrar el tenedor en el mango, sin interesarse en lo que Haruta decía.

“¡Vuelve a tu escritorio y comételo!” Sin importar los empujones de Ryuuji, ella se negó en volver.

Ami y Taiga no eran las únicas que no les interesaba el tema a discutir, era lo mismo para todas las chicas. Algunas estaban durmiendo sobre sus escritorios, unas leían una revista, y otras aunque estaban frente al podio, tenían puestos sus audífonos blancos mientras escuchaban música. Aunque aquellas estaban bien calladas comparadas a los despectivos susurros que otros decían: “¿No podemos hacer nada?” “Sólo espero que Haruta no se revele demasiado”

Ninguna de ustedes se vería bien de Gotic-lolita. Esa era la opinión de Ryuuji con respecto a algunas compañeras. Aunque decidamos hacer el Cosplay Café, tampoco les vendrán esas ropas con bonitos encajes, ni el vestido chino o el traje de sirvienta. Lo mejor que pueden hacer es trabajar detrás de escena… No, espera, estarían en la cocina. Pero, ¿puedo dejar a estas chicas en la cocina? ¡Claro que no! Ryuuji sacudió con fuerza su cabeza. ¡Si hay que cocinar o lavar platos, yo me ocuparé de ello! Ryuuji una vez más cayó en ‘El mundo de Ryuuji’ – Todo lo que pensaba era en una cocina muy desordenada durante el ruidoso festival escolar, con todas las sobras amontonadas en las mesas, y todos los desagües tapados – ¡No toquen eso! ¡Déjenmelo a mí! ¡Yo me encargo!

¡Ahora no es el momento del día para estar soñando con cosas así! Ryuuji finalmente volvió en sí justo cuando Haruta había comenzado su plan.

“¿Y bien? Nadie tiene ninguna sugerencia, ¿cierto? En ese caso…”

Cosplay Café.

Justo cuando la mente maestra estaba a punto de coger la tiza y escribir en el pizarrón. Justo cuando todos lo chicos apretaban sus puños emocionados.

Justo cuando Taiga, sentada en el escritorio de Ryuuji, dijo “Ahh” a punto de mentarse el mango a la boca (mientra cerraba sus ojos por alguna razón).

Justo cuando Ryuuji pensó: Mierda, el mango está chorreando. Y estaba a punto de pasarle un pañuelo a Taiga.

“La vida~ es simplemente~ de 17 años~”

Así se lamentaba Oda Nobunaga mientras estaba rodeado por las llamas en Honnoji⁷. Claro que, en realidad era Minori quien lo dijo, ya que nadie hablaba, y decidida a intervenir. Como si llevase llamas en la espalda, se giró llena de vigor y se levantó lentamente.

“Tengo una sugerencia…” Dijo avergonzada.

Su tímido rostro se puso colorado. Como un relámpago, un mal presentimiento pasó por la ‘Coalición de hombres unidos’. A cierto nivel, Minori era mucho más peligrosa que la ‘fuerte’ y ‘feroz’ Tigre de bolsillo, esto es porque ella siempre era la única persona que podía manipularla libremente, como una domadora de bestias.

La domadora de bestias ahora estaba haciendo tímidamente círculos con sus dedos.

“Uh, bueno, esto no es lo que yo quiero hacer. O, más bien, en realidad lo odiaría… pero, he estado pensando que, ¿no sería genial si todos nos divertimos? Ya que todos dicen que es divertido, así que, aunque no me guste, pero… oí que alguien tenía una gran idea, no, no, no, no soy buena inventando cosas, pero a todos les gustará esta idea. Claro, estoy hablando de… una… ca… ca… casa… del… del terror… ¡ugh!”

Yikes. Toda la clase retrocedió. La ruborizada y avergonzada Minori de repente comenzó a tener sangre de narices.

7 Cuando Oda Nobunaga enfrentaba su final en Honniji, este fue el poema cantado por él mientra se lamentaba por su corta vida: “La vida es simplemente de 50 años / Viendo la cosas bajo el cielo / Todo no es más que un sueño y una ilusión / Una vez dada la vida, ¿habrá algún hombre que no perezca? Minori sólo cambió los 50 años por sus 17 años.

Toda la clase se quedó en silencio. Ami accidentalmente apretó el tubo y soltó mucha loción para manos. “Huh… ¿¡Eh!?” Taiga se quedó sentada con la mandíbula abierta y dejó caer el mango que estaba sosteniendo, el cual fue rápidamente recogido por Ryuuji.

“Sniff… ejem… je je… mi nariz está sangrando… Oh, no, no se equivoquen, no estoy pensando en nada sucio. Es… es sólo, bueno… yo debería decirlo, estoy pensando que deberíamos hacer una…una casa del terror…”

Todos en la clase podían ver que el pañuelo que tenía en la nariz se volvía cada vez más rojo mientras la sangre fluía. Incluso con un pañuelo presionando en su nariz, ella aún así se reía mientras más sangre se filtraba por él. Parecía que de verdad estaba emocionada.

Está desesperada. Todos se quedaron mudos, y miraron perplejos a la curiosa compañera. “Kushieda, es suficiente. Tu cuerpo no será capaz de soportarlo más”

“¿Qué?”

Kitamura se puso de pie dentro de la fría atmósfera de la sala de clases.

Sus anteojos brillaban intensamente mientras le decía esto en voz baja a Minori, por temor a que se emocionara más. Se había acercado a ella lentamente en cuclillas.

“Cucú, cucú…”

Él abrió sus ojos y movió los brazos alrededor, imitando a un gallo mientras se dirigía hacia ella para intentar que se calmara. Incapaz de retirar la vista de la extraña apariencia de Kitamura, Minori se sacó la sangre de la nariz y abrió los ojos asombrada, intentando verlo cuidadosamente mientra se acercaba.

“Cucú, cucú… así es… Kushieda, ven a la clínica con papá gallo. Tienes que detener el sangrado de nariz, ¿cierto? No te preocupes, papá gallo presentará tu sugerencia por ti”

La mirada de Minori se veía extraña, como si estuviese cayendo en una especie de hipnotismo.

“¿En, en serio?”

“¡Sí… cucú… ven aquí, vamos… por aquí!”

“Con una velocidad más allá de la vista, Kitamura agarró a Minori y la puso en sus hombros con ambos brazos. Justo cuando todos pensaron que él la había atrapado, al segundo siguiente…

“¿Intentas superarme en velocidad? ¡Qué tonto!” “¿¡Cucú!?”

“Kitamura-kun, he visto a través de tus planes ya… ¡No subestimes a Minorin! ¡Vamos, que empiece el espectáculo!”

“¿¡K, Kushieda!?”

“¡Que nadie se mueva! Si alguien hace algo, usaré esto…”

De hecho, la más fuerte, fiera, y ‘loca’ persona de la clase tenía que ser Kushieda Minori. “Y lo pondré… ¡aquí!”

Minori sostuvo firmemente la mano de Kitamura a su espalda y le dio una traviesa mirada. Sacó su dedo como un arma, y apuntó al trasero de Kitamura. ¡Esto no irá bien si realmente pone su dedo dentro!

“¡Kushieda! ¡Por favor no lo hagas!” Gritó Haruta desde el podio.

“¡Detente Haruta! ¡Kushieda va en serio! ¡Su apretón está sobre el nivel 50!”

Con sus anteojos deslizándose hasta la mitad de su nariz, Kitamura, que ahora era un rehén, detuvo a Haruta para que no interfiriera. Todos en la clase 2-C se veían sorprendidos. Ryuuji y Taiga sólo pudieron ver como tomaban a un rehén, pero no podían hacer nada aparte de abrir sus mandíbulas.

“Dun, dun, dun~.” Minori comenzó a tararear la canción de un drama de detectives. “¡Se ha presentado un inconveniente! La atmósfera se está poniendo tensa, pero nuestro héroe aún no ha aparecido.” Dijo ella mientras miraba a sus compañeros de clases con una tonta expresión y luego daba una sonrisa aún más malévola para agregar:

“Oh cielos, no es que yo realmente quiera mutilar a Kitamura… ¡Sólo tengo una petición!

¡Y es que nuestra clase organice una casa del terror! “¡Ugh!”

Kitamura se estremeció, quizás porque Minori gritó al lado de su oído, o por miedo al pinchazo en el culo. Haruta se mordía los labios sin poder hacer nada, mientras los susurros se esparcían alrededor de la sala de clases. ¡Esto es malo!

“¿Dijiste una casa del terror…?”

“¡Bleh! Eso apesta…”

“No tan sólo eso, es problemático hacer una también…” “A mí no me interesa tampoco…”

“Somos estudiantes de secundaria y ya no jugamos a la casa del terror” “¡Kushieda, tu idea apesta! ¡Mega apesta!”

Las chicas estaban en lo correcto, y la ‘Coalición de hombres unidos’ tenía que aprovechar esto y dirigirse hacia la meta del Cosplay Café, así que no podían permitir que nada saliese mal.

“Si quieren que acepte la petición de Kushieda, no puedo hacerlo” “Sip, lo mismo digo”

“Lo siento Kitamura, tendrás que sacrificarte por nosotros” “Nos vemos”

“Adiós, Maruo”

Todos se despidieron moviendo sus manos a Kitamura. Los anteojos de Kitamura se inundaron de lágrimas y fluyeron a su cuello vergonzosamente.

“¡Son unos desalmados!… ¡Pero! ¡Yo, Kitamura Yuusaku, como representante de la clase, estoy preparado de hacer a un lado mis sentimientos y sacrificarme por su salvación!

“¿Eh…?”

“¡Vamos, Kushieda! ¡Hazlo! ¡Adelante! ¡Si lo introduces en mi trasero estarás satisfecha, así que hazlo!”

Kitamura levantó su trasero, preparándose para ello. Minori sonrió indiferentemente y dijo:

“Qué valiente eres. La Juventud es genial, ¿no es cierto, Kitamura-kun?… ¡en ese caso, es mejor que aprietes tus dientes!”

¡Crujido! Minori se hizo sonar los nudillos, mientras Kitamura cerraba sus ojos y ponía sus manos a los costados listo y preparado. No todos eran capaces de ver una escena tan deprimente, y se voltearon o cubrieron sus oídos, intentando mantenerse lo más apartado posible.

“Hmph… pero debo decirte de antemano que no seré el único que sufra una perdida. Porque una vez lo hayas hecho, las llamas del deseo en ti desaparecerán…”

Kitamura no se contentaba con irse solo, así que decidió decirle eso orgullosamente a Minori. ¡Él la llevará consigo! ¡Adelante! Si haces eso, Minori podría retirar su sugerencia.

Pero era demasiado ingenuo, todos lo eran.

“¿Sufrir una perdida? Esto es un asunto totalmente diferente. ¿No captan su error? ¿Creen que pueden apaciguarme sólo con que Kitamura se sacrifique?”

“¿¡Qué-qué!?”

“Pues bien, me pregunto quién será el ‘próximo sacrificio’…será…¡¡¡Hiyaaaa!!!”

Con un grito de locura, Minori se preparó con todas sus fuerzas, y todo lo que vio Kitamura en ese instante fue una ilusión del espacio. Si Minori no estaba dispuesta a retractar su sugerencia, entonces el sacrificio de Kitamura era en vano.

Estruendo Justo cuando su dedo iba a alcanzar su objetivo. “¡Salgan! ¡‘Brigada de las sombras’!”

Haruta gritó y levantó la mano, apuntando hacia la parte de atrás de la sala de clases.

Aunque nadie contesto y salio corriendo, un grupo de chicos se puso de pie al mismo tiempo.

“¿¡Brigada de las sombras!? ¿¡Whoaaaa!?”

A una increíble velocidad, rescataron a Kitamura y levantaron a Minori en el aire.

“¿¡Que están haciendo chicos!? ¡Bájenme! ¡No me rendiré! ¡De ninguna manera! Incluso si Kushieda no está aquí, la casa del terror continuará viviendo en los corazones de la gente… Ahhhhh…”

La brigada de la sombra levantó a la sangradora de narices Minori y salieron corriendo de la sala de clases. El grito de Minori se hizo más y más lejano hasta que no se pudo oír más. Perdóname. Ryuuji pensó mientras apretaba su puño con fuerza.

Kushieda, perdóname por no haberte rescatado. Todo esto es para que pueda verte en todo tipo de cosplay.

“¿¡Mi, Minorin!? ¡Deténgase idiotas! ¡¿Dónde creen que la están llevando!?” Taiga, que había estado mirando todo el tiempo, se puso de pie y apuntó a Haruta.

“¡Ella ha sido enviada a la morgue! ¡Un lugar más adecuado para aquellos que prefieren usar la violencia para arreglar sus diferencias!”

“¿¡Qué!?”

Al oír la rápida respuesta de Haruta, Taiga le gritó y se sentó rápidamente. “R, Ryuuji, ¿¡qué es una morgue!?”

“Es un lugar donde van los cadáveres” “Cadáveres… así que Minorin ya…” “¡Ow!”

¡Enterrar! Por alguna razón, ella decidió enterrar su tenedor en el mango que Ryuuji sostenía, pinchándolo de paso y causando que él se retorciera en la mesa de dolor. Taiga con indiferencia puso el mango en su boca, y mientras lo masticaba dijo: “No hay manera de que Minorin termine ahí” Sin parecer preocupada en lo absoluto.

Por otra parte, Haruta miró la sala de clases sin Minorin. Kitamura está a salvo, y la interferencia se ha terminado, ahora podemos regresar a la agenda.

“¡Bueno, ahora que la interrupción termino, continuemos! ¡Yo tengo una idea para el festival escolar! Y es que organicemos un Cos…”

En ese momento…

“La~ lalalalalala~ la~ lalalala~” “¿¡Qui-quién está cantando!?”

Haruta nuevamente fue interrumpido. Alguien estaba sentado en la esquina de la sala de clases abrazado a sus rodillas, mirando distraídamente hacia el cielo y tarareando.

Era la soltera… perdón, la tutora de la clase, Koigakubo Yuri (30 años). “….Permiso denegado…”

Cuando la mujer soltera de 30 años levantó lentamente la cara para mirar a sus estudiantes, parecía un poco rechoncha. Llevaba unos pantalones beiges sueltos que ocultaban las curvas de su cuerpo y una camisa beige en forma de V en el cuello con cintas en su mangas, y si se miraban cuidadosamente, se podían ver unas medias de color beige en sus pies. Toda esta observación se debía a los colores rosa, azul y verde que estaban estrictamente reservados para las mujeres de veintitantos. Además, ella no podía usar encajes, pantalones floreados, corbatas de seda, faldas con pliegues, ni tampoco mostrar más sus rodillas. Esa era la miserable vida a la que había sucumbido Koigakubo Yuri al cumplir los 30.

30 años… la mujer soltera (30) ahora miraba con la vista perdida hacia adelante.