Eiyuu Ou (NL)

Volumen 6

Capítulo 6: Inglis, 15 Años: El Dragón Anciano Y El (Ex) Rey Anciano (6)

Parte 3

“Rani, ¿Pullum estará bien?” preguntó Inglis.

“Sí, parece estar bien. Se curó mucho más rápido de lo que esperaba”.

Quizás eso también fue gracias al poder de la tradición del dragón. A Inglis no le sorprendería en absoluto que Rafinha, que había comido tanta carne de dragón como ella, se hubiera visto afectada. Rafinha no parecía haber escuchado la voz de Fufailbane antes, pero tal vez la tradición del dragón se había despertado en ella solo ahora. O tal vez tenía una forma de poder que no le permitía escuchar la voz de un dragón, Inglis no estaba seguro.

“Pullum estará bien”, reiteró Rafinha. “Ella está exhausta y se quedó dormida. Lahti, llévala a su habitación y asegúrate de que descanse mucho. Cogerá un resfriado aquí fuera.

“¡Entiendo!” Lahti respondió. “Muchas gracias. Te debo.”

“¡Príncipe, yo también ayudaré!”

“¡Gracias, Lewin!” Lahti dijo mientras él y Lewin trabajaban juntos para mover a Pullum a un lugar seguro adentro.

“¡Muy bien, Cris! ¡Venguemos a Ian, Chris! exclamó Rafinha. “¡¿Dónde está Evel?!”

Inglis se detuvo a pensar. “Todavía no estoy seguro, pero espero que aparezca… por allí”. Señaló en la dirección de la que habían regresado, es decir, el cráter en las ruinas de Leclair donde se dirigía Fufailbane.

La amenaza hieral Tiffanyer, el reemplazo de Evel que se había llevado a Leclair con el Círculo Flotante, había dicho que había heredado el plan de él. Sin embargo, no había dado ninguna indicación de que sabía que Fufailbane estaba sellado debajo. Ella no se había llevado muy bien con Evel, por lo que probablemente él no le había informado, mientras que Evel debe haber sabido sobre el antiguo dragón, considerando que él había sido el autor de la adquisición planeada de Leclair. Que casualmente hubiera fijado su mirada en una tierra que tenía un dragón antiguo enterrado era inverosímil. Era mucho más probable asumir que él sabía. Y si lo hizo, su objetivo principal debe haber sido Fufailbane. Por lo tanto, cuando finalmente se mostrara una vez más, sería frente al dragón. En la mente de Inglis, era algo simple de adivinar.

“Estoy seguro de que quiere hacerle algo al antiguo dragón, a Fufailbane”, dijo Inglis.

“¡¿Eh?! ¡Eso no es bueno! ¡No cuando finalmente conseguimos que Fufailbane entendiera nuestra perspectiva! ¡Si algo sucede, no podremos obtener más de esa deliciosa carne!”

“Bueno, tenemos algunos almacenados, pero lo más importante…”

Para Inglis, era un problema grave que Fufailbane hubiera perdido la voluntad de luchar contra ella. Realmente apreciaría que el dragón, detectando una oportunidad, uniera fuerzas con Evel y atacara. Evel no era tan fuerte como Fufailbane, pero era poderoso por derecho propio. Tal vez ella tenía algún tipo de oportunidad en una batalla. Sin embargo, ella no sabía en qué tipo de condición estaba Evel después de su aparente muerte.

“¿Más importante?” preguntó Rafinha.

“Oh, uh, nada…” Inglis no estaría entretenido dejando que Evel hiciera lo que sea que estaba planeando.

“Espera un segundo, Chris. No estás pensando: ‘¡Si lo dejamos solo por un tiempo, podré pelear con alguien fuerte! ¿Eres tú?

“¡¿Qué?! De ninguna manera, por supuesto que no. Solo, um, pensando a largo plazo, sería mejor ver todo lo que tiene y luego informar a Rafael y al embajador Theodore, ¿no? Que ponga todas sus cartas sobre la mesa”.

“¡Absolutamente no! ¡Siendo tan flojo es como hiciste volar el teatro real! Deja de preocuparte por el futuro; enfócate en el ahora. ¡Por el bien de Ian! ¡Para evitar que le sucediera algo más terrible a Leclair! ¡Tenemos que detener los planes de Evel! ¡Vamos!” Rafinha agarró la mano de Inglis y tiró de ella.

Inglis no pudo refutar ese argumento, tanto desde el punto de vista de ser un escudero, como desde el punto de vista de que era una petición de su adorable y pequeño Rafinha. “Ok, lo tengo.”

Inglis y Rafinha volvieron a subir a bordo del [Star Princess] . Leone se unió a ellos y, aunque no había lugar para Liselotte, pudo volar junto a ellos con sus alas otorgadas por el Don. Mientras el [Star Princess] ascendía hacia el cielo, se agarró a la barandilla y se preparó para seguirla.

“¡Démonos prisa!” Justo cuando Rafinha, en los controles, puso el Flygear en movimiento–

¡Rrrrrrrum!

La tierra tembló. La nieve en la parte superior y los árboles que los rodeaban temblaron.

El punto central del estruendo estaba donde Inglis había señalado antes, donde estaba atado Fufailbane.

La tierra se agrietó y se abrió más.

“¡¿Q-Qué?!” Inglis jadeó.

“¡¿Hay algo subterráneo?!” preguntó Leona.

“¡No lo sé, pero se ve grande!” dijo Rafinha.

“¡Tenemos que darnos prisa!” instó Liselotte.

Pero fue demasiado tarde.

“¡Gwohhh!”

Un enjambre de pálidas y transparentes cabezas de dragón surgió como para bloquear a Inglis y los demás.

“¡Fantasmas!” dijo Inglis.

“De todas las veces que estorban…”, se quejó Rafinha.

“¡Abriré un camino! ¡Todos los demás, adelante!” Liselotte pateó el casco del Flygear, usando el impulso que esto impartió para cargar hacia adelante. “¡Yaaaaah!” Su alabarda, empujando hacia adelante, brillaba con un tenue azul claro.

¡Vaya!

Una ventisca feroz y brillante se tragó los fantasmas. Congelados en su lugar, luego se rompieron con un crujido.

“¡¿Q-Qué pasó en el mundo?!” Liselotte exclamó, agarrándose a la [Star Princess] mientras pasaba.

“¡Así que tú también lo tienes, Liselotte! ¡Esta es la tradición del dragón! ¿No dirías eso, Inglis? preguntó Leona.

“Sí, lo parece”. Mirando más de cerca la alabarda de Liselotte, Inglis vio que parte de la cabeza del hacha de la alabarda ahora parecía la mandíbula de un dragón. La misma transformación había ocurrido con la gran espada de Leone.

Para Liselotte, más que crear fantasmas, producía un efecto como el aliento de un dragón.

“¡Oh, es porque cortaste tanta carne de dragón con tu artefacto como yo con el mío!” dijo Leona.

“Ya veo. No estaba especialmente satisfecho con el uso de mi Artefacto, el símbolo del orgullo de un caballero, como un simple cuchillo de carnicero, ¡pero me alegro de haberlo seguido!” Liselotte posó felizmente su mejilla en la alabarda recién potenciada.

Rafinha hizo un puchero. “¡Ustedes dos son tan afortunados! Desearía que mi artefacto fuera más fuerte… pero supongo que los arcos no pueden cortar carne, ¿eh?

“Rafinha, tienes el Don curativo que el Embajador Theodore preparó para tu Artefacto, ¿recuerdas? Y has estado progresando mucho con eso. Sentí que me estaban dejando atrás”, dijo Liselotte.

“¡Pero Leone tiene el Don de la dimensión de Theodore y el poder de la carne de dragón! ¡No es justo obtener ambos!”

“¿Eh? N-No, todavía estoy—” comenzó Leone.

Inglis se rió entre dientes. “Está bien. Todos ustedes están trabajando duro y progresando”.

Los tres eran futuros caballeros con Runas de clase alta y Artefactos de clase alta a juego. Algún día se convertirían en caballeros de alto rango con el mando de grandes unidades. Su destreza individual ya estaba a la par con la de los caballeros más experimentados en su clase de Runa. Inglis pensó que si las amenazas hierales fueran eliminadas de la imagen, podrían incluso volverse tan fuertes como los santos caballeros. ¡Eso sería maravilloso! Serían los compañeros de entrenamiento perfectos para ella, así que realmente quería que siguieran haciéndolo.

Inglis se rió. “Trabaja duro, hazte fuerte y podemos practicar juntos”.

“O-Oye, eso no es tan lindo como crees”, dijo Rafinha. “¿Qué horrible entrenamiento tienes planeado para nosotros?”

“S-sí… Por favor, tómatelo con calma”, coincidió Leone.

“Como personas normales, es difícil para nosotros seguirles el ritmo. No es como si pudiéramos correr con Flygears en la espalda o algo así”, dijo Liselotte.

¡Krrr-boom!

Un fuerte estruendo resonó en el aire. El suelo cerca de Fufailbane se agrietó y luego se derrumbó cuando una enorme forma se elevó desde adentro.

“¡Ay! ¡Algo viene! gritó Inglis.

“¡¿Qué es eso?! ¡Es enorme!” Rafinha jadeó.

Tiene razón, pensó Inglis. La cosa que se elevaba era casi tan grande como el propio Fufailbane.

“¡¿Parece un dragón?! Pero… pero… Leone tartamudeó con incredulidad. Todos estaban mirando algo que definitivamente tenía forma de dragón.

“¡¿Un cuerpo con los colores del arcoíris?! Podría ser…?!” dijo Liselotte.

Las tres chicas tienen razón, en realidad, pensó Inglis. Brillaba con los colores del arco iris.

“¡Un Prisma!” Rafinha, Leone y Liselotte gritaron, conmocionados.

“¡Oh, no! ¡¿Porqué ahora?!” preguntó Rafinha.

“¡Este debe ser el Prismer que Ian dijo que destruyó a Leclair!” dijo Leona. “¡¿Ha estado enterrado allí todo este tiempo?!”

“¡E-En cualquier caso, esto es terrible! ¡Debemos defender el campamento! ¡Hay tantos civiles allí!” dijo Liselotte.

“Pero hay un lado positivo en esto, ¿verdad, Chris?” Rafinha confirmó. “¡No pudiste luchar contra el dragón, pero ahora puedes luchar contra eso ! ¡No te detengas ahora!”

“No. No es así, Rani”, respondió Inglis.

“¿Eh? ¿Por qué?”

“Eso no es Prismer…”

Inglis no podía sentir el poder abrumador que había sentido antes de Prismers. Por ejemplo, cuando vio el Prismer atado con escarcha en Ahlemin, incluso encerrado en hielo grueso, sintió una oleada de poder extraordinario, como si estuviera condensado dentro de sus ataduras. Incluso el Prismer larvario que había derribado en Chiral, la capital de Carelia, aunque menos intenso, había compartido este rasgo.

Fuera lo que fuera, puede que pareciera un Prismer, pero Inglis no sintió nada que indicara que lo era. No importa no ser un Prismer, ni siquiera era una bestia mágica. Sus flujos de poder eran completamente diferentes.

“Parece falso”, concluyó Inglis.

“¡¿Un falso?!” Rafinha jadeó.

“¿En realidad?” dijo Leona.

“¿A pesar de que se ve tan similar?” preguntó Liselotte.

“No es que parezca un Prismer. Es que fue hecho para parecerse a un Prismer”, respondió Inglis.

Y si se le había dado esa forma, tenía que haber una razón. El ‘Prismer’ que había destruido a Leclair no era tal criatura o bestia. Ian había dicho que la situación actual en Alcard se había establecido desde el principio. Esto debe haber sido lo que él había querido decir.

“¿Q-Qué quieres decir, Chris?” preguntó Rafinha.

Ya verás cuando nos acerquemos. Démonos prisa.

“¡Pareces emocionado por algo!”

“¡Bueno, estaría mintiendo si dijera que no quiero pelear!”

No importaba si era un Prismer o no. A ella le importaban dos cosas: si era fuerte y si estaría dispuesta a pelear. Esto último no parecía presentar ningún problema.

Sin Fufailbane queriendo pelear, he estado en apuros para un oponente. Esto está bien, pensó.

“¡Muy bien, adelante a toda velocidad! ¡Modo de refuerzo!”

La Star Princess aceleró rápidamente, disparando hacia la criatura con los colores del arcoíris. Cuando los que estaban a bordo miraron más de cerca, todos menos Inglis se quedaron boquiabiertos.

“¡¿Hay maquinaria como un Flygear sobresaliendo por todas partes?!” señaló Rafinha.

“¡Pero otras partes son de carne y hueso!” dijo Leona.

“¡Sin embargo, no hay gemas como las de una bestia magicita!” dijo Liselotte.

“Su forma recuerda a un dragón… Probablemente sea la combinación de un dragón vivo con maquinaria de las Tierras Altas. Ian era un humano mezclado con maquinaria; Creo que es así”, supuso Inglis.

Su cuerpo estaba pintado en colores similares a los de un Prismer, y las fuentes de luz incrustadas le daban un aspecto similar.

Al principio nadie habló, pero luego el punto más importante detrás de las palabras de Inglis golpeó a Rafinha. “¡Vaya! Entonces, Chris, ¿es algo de Highland?

“¡Esperar! ¡¿Es esto lo que originalmente atacó a Leclair?!” dijo Leona.

Inglis asintió. “Creo que sí. Está disfrazado para parecerse a un Prismer. Este país no ha confiado mucho en Highland, por lo que la gente aquí no está familiarizada con esas cosas. No es sorprendente que vean esto y lo tomen como un Prismer”.

“¡No puedo creerlo!” exclamó Rafinha. “¡¿Así que incluso la destrucción de Leclair de antes fue un complot de las Highlands?!”

“Sí. Probablemente idea del Archiseñor Evel. Por eso Ian dijo al final que todo había sido orquestado desde el principio. Debe haberse dado cuenta en algún lugar del camino”.

“¡Eso es terrible! ¡Pero Ian se esforzó tanto! Puede que no haya sido bueno para nosotros en Karelia, ¡pero incluso aceptó ese cuerpo parecido a una máquina para proteger a Alcard! Todo eso… por esto…”

Dado que un Prismer apareció en Alcard y destruyó a Leclair, el gobierno optó por buscar el poder de Highland para fortalecer sus defensas, pero no tenían nada que razonablemente pudieran ofrecer por Artefactos y una amenaza hieral. Por lo tanto, se vieron obligados a participar en los planes de Highland, abandonando sus relaciones amistosas anteriores con Karelia para participar en un ataque de pinza junto con Venefic. Ian lo había sacrificado todo, incluso su humanidad, para hacer avanzar ese plan por el bien de Alcard.

Sin embargo, lo que lo había impulsado, la destrucción de Leclair por un Prismer, era en sí mismo una falsedad. Su voluntad, su espíritu, había sido torcida desde el principio, probablemente por las manos de Evel.

“¡Evel no se saldrá con la suya! ¡¿Donde esta el?! No sé qué está pasando, pero él todavía tiene que estar vivo, ¿verdad? ¡Esta vez lo derribaremos!” Las lágrimas brotaron de los ojos de Rafinha mientras su ira por el bien de Ian amenazaba con estallar.

“Rani…” Antes de que Inglis pudiera consolarla, otra voz respondió a su grito.

“¡Ja, ja, ja, ja! Deja de bromear… ¡Como si alguien pudiera detenerme!” Era una voz infantil con una altivez impropia. Y vino de la cabeza del Prismer falso parecido a un dragón. Un niño con ojos heterocromáticos de rojo y azul de repente se paró allí.

“¡Arclord Evel!” Inglis gritó.

“¿ Él ? Pero se ve tan joven…”, preguntó Leone.

“¡Entonces eso debe significar que todo esto realmente fue creado por Highland para empezar!” dijo Liselotte.

“¡P-Pero! ¡¿Cómo?!” preguntó Rafinha. “¡Se ve igual que antes! ¡No hay forma de que pudiera haber sobrevivido como si nada!

“Él debe ser el mismo que Ian…”

“¿Qué quieres decir, Chris?” Rafinha se detuvo a pensar. “Espera, ¿hizo más de sí mismo?”