Eiyuu Ou (NL)

Volumen 6

Capítulo 6: Inglis, 15 Años: El Dragón Anciano Y El (Ex) Rey Anciano (6)

Parte 2

Si alguien tan talentoso como Inglis lo había dicho, Leone supuso que debía ser cierto. Al principio, Leone había pensado en apretar los dientes y luchar para cortar las balas. Fue solo cuando las palabras de Inglis le vinieron a la mente que cambió de rumbo y decidió evadir.

Ian se burló de ella mientras la miraba correr, esquivando las balas. “¿Crees que puedes correr así hasta que lleguen tus amigos? Cambió de objetivo, apuntando a los inmóviles Pullum y Lewin.

“¡No! —gritó Leona.

“¿Qué tal esto?”

“¡Detente! ¡Cobarde! ¡Soy yo quien lucha contra ti!”

“Sí exactamente. Si les disparo, una chica amable como tú se arrojará frente a ellos en lugar de abandonarlos. Alcanzaré mi objetivo al final. Eso acelerará las cosas, ¿no? No es cobarde; es eficiente.”

“¡Uf…! “ Entonces, ¿qué hago ahora? Antes de que Leone pudiera decidir un curso de acción, Ian hizo su movimiento.

¡Rrrummmble!

El cañón tembló y rugió cuando se formó una bala, muchas veces más grande que antes. Ian estaba cargando energía en su palma.

“Ahora, entonces… Pullum va a estar en muchos problemas. Por favor, sálvala. Ian, sonriendo, disparó la enorme bala de luz hacia Pullum y Lewin.

Leone ya se estaba moviendo hacia su trayectoria. “¡Lewin! ¡Necesitas salir del camino al menos!”

Ella balanceó su espada. Tal vez por la urgencia del momento, no fue nada pesado. Tenía adrenalina de vida o muerte.

Leone no sabía cuál era el mejor curso de acción en este momento, pero sabía lo que tenía que hacer. Con su poder como artefacto sellado, la espada no podía atravesar balas de luz, no podía aplastarlas, pero eso no importaba. Ella no abandonaría a Pullum.

“¡Haaaah!” Con cada pizca de fuerza que tenía, cortó la bala. Y–

¡Vaya!

La bala, partida en dos con poco esfuerzo, se evaporó.

“¿Eh? ¡N-De ninguna manera!” Leona jadeó. Ella era la que estaba allí más sorprendida por lo que había sucedido. Su espada no tenía ningún poder especial activo. Además, la bala era aún más fuerte que antes. No había manera de que ella pudiera haberlo cortado tan fácilmente. Había esperado perder el agarre de la espada cuando la bala la golpeó.

No importaba cuánto se devanara los sesos, no podía entender cómo había sucedido eso. Fue imposible.

“¡¿Quéeeee?! Los ojos de Ian se agrandaron.

Pero el asombro de Leone no terminó aquí. En la estela del camino de la hoja que ella había balanceado tan intensamente había cicatrices blancas translúcidas en el oscuro vacío. Se hincharon, cambiaron de forma y se convirtieron en la mandíbula de un dragón gigante.

“¡¿Q-Qué es esto?! ¿Es ese el f-fantasma del dragón? —tartamudeó Leona. Ella no lo entendió en absoluto, pero donde había bajado su espada, apareció un fantasma. No entendía cómo, pero no había otra forma de describirlo.

Y cuando la punta de la espada golpeó el suelo, también creó una forma compleja que se asemejaba a la mandíbula de un dragón allí como ornamentación. ¿La transformación de la espada había sido tan poderosa que no solo atravesó la bala, sino que creó un fantasma? En cualquier caso, el fantasma creado por Leone era como los que había visto en Fufailbane. Rugió a sus enemigos, sacó sus colmillos y atacó.

“¡Graaahhhh!”

El fantasma corrió repentinamente hacia Ian, dándole un mordisco que destrozó su mano derecha y la mitad de su cuerpo. Como si estuviera satisfecho, el fantasma se desvaneció.

“¡¿Qué-?! ¡¿Qué está pasando?! ¡¿Cómo?! Con la mitad de su cuerpo destrozado, Ian se derrumbó en el suelo. Debido a que su cuerpo estaba hecho de maquinaria, probablemente no moriría por esto, pero le impediría moverse.

“¡E-Está bien!” Llamó Lewin. “¡Ese artefacto de sellado o lo que sea no funcionó!”

“¡N-No, eso no es todo!” Leona refutó. “Mi artefacto todavía está sellado. ¡Este era otro poder!”

El mundo a su alrededor volvió al campamento nevado. Su ataque había sido lo suficientemente poderoso como para destruir la fuente del poder de Ian.

“¡Leona!” Las voces resonaron por encima de su cabeza. Inglis y los demás acababan de regresar. Leone pudo ver a Inglis, Rafinha y Lahti a bordo del [Star Princess] mientras Liselotte volaba con las alas de su Gift.

“Todos… ¡Estoy tan contenta de verlos!” Llamó Leona. “¡Rafinha, necesitas curar la herida de Pullum!”

“¡¿Eh?! respondió Rafinha. “¡¿Pullum está herida?! ”

“¡¿Q-Qué pasó?! —balbuceó Lahti.

“¡Príncipe Lahti!” Lewin dijo. “¡Lady Pullum protegió a uno de los civiles y fue golpeada por la espada de ese hombre!”

“¡¿Ian?! ¿Pero por qué? ¡¿Por qué?! Lahti miró a la mitad restante de Ian, completamente conmocionada.

“¡Te lo explicaré más tarde!” dijo Leona. ¡Tenemos que tratarla pronto, o su vida estará en peligro!”

“¡E-Entendido! ¡Déjamelo a mí! ¡Vamos, Lahti, ayuda! instó Rafinha.

“¡Por supuesto!”

Rafinha y Lahti saltaron del [Star Princess] y corrieron al lado de Pullum presas del pánico. Inglis, Liselotte y Leone se unieron y formaron un círculo a su alrededor.

Con el rostro de un color pálido espantoso, Pullum intentó una valiente sonrisa. “Ah, Lahti… Lamento causarte problemas así… Es por eso que siempre me llamas torpe”.

“¡Tonta, este no es el momento de decir eso! L-Lo siento… Si hubiera hecho mejor mi trabajo, esto no habría pasado… ¡Si hubiera tenido las cosas claras antes…! ”

Mientras la voz de Lahti vacilaba, Rafinha le palmeó la espalda en señal de aliento. “¡No te preocupes! ¡Está bien, voy a salvarla! ¡Vamos, deja de deprimirte y toma su mano! ¡Si se siente segura, la ayudará a sanar mejor!” Rafinha activó el Don y la luz de la curación se reunió en su palma.

“Está bien… ¡Por favor, salva a Pullum!”

“¡De acuerdo!”

Mientras los observaba, Inglis pensó: Debe estar acostumbrándose bastante al Don. La luz se acumula mucho más rápido, brilla mucho más que al principio. También domina la técnica de combinar dones para usar flechas curativas. Su progreso es notable.

Estoy seguro de que podrá salvar a Pullum. Podemos dejar esto a ella.

Inglis volvió su atención hacia Leone e Ian. “¿Estás bien, Leona?”

¿Estás ileso, espero? — preguntó Liselotte.

Leona asintió. “Sí, de alguna manera… Aunque estaba nervioso cuando me atraparon en la jaula sellada de Highlander”.

“¡Guau! ¡Gran trabajo!” Inglis vitoreó.

“Oh, ¿así se llama su sellado de Artefactos? Sí, como dijo Inglis, excelente trabajo”, dijo Liselotte.

“No estoy muy seguro de cómo lo hice… Mi espada cambió, de alguna manera. Es mucho más nítido que antes, y la forma es diferente”. Leone señaló la punta de su espada, donde quedaba la decoración en forma de mandíbula de dragón.

“¿Mmm? ¿Qué es eso?” preguntó Inglis.

“Baldeé mi espada tan fuerte como pude, y un fantasma apareció de ella”.

“¡¿Quéeeee?! ¿Q-Qué en el mundo…? comenzó Liselotte.

“Así que la tradición del dragón de Fufailbane descansa en esa espada ahora… E incluso cambió su forma. La tradición del dragón es un poder diferente del maná que usan los artefactos, por lo que la jaula sellada no lo afectó”, explicó Inglis.

“El poder de un dragón… ¿La tradición del dragón, dices? ¿Cómo terminó eso en mi espada? preguntó Leona.

“Has cortado mucha carne de dragón, ¿verdad? Creo que al cortar tanto a un dragón, su poder entró en la espada”.

Leone había usado su espada en lugar de un cuchillo de carnicero todos los días cuando descuartizó la carne de Fufailbaine. Era un trabajo humilde y difícil, pero vital para llevar alimentos a los habitantes de los asentamientos cercanos. Trabajo duro por el bien de otra persona: tan seria y sincera como era Leone, no había forma de que escatimara esfuerzos, y continuó haciéndolo sin una sola queja, a pesar de que la dejó empapada en sudor. Y esto fue, en cierto modo, la recompensa a su arduo trabajo.

“¿Así es como funciona?” preguntó Leone, dudosa.

“Sí, eso parece”, respondió Inglis. “En realidad, nunca antes había visto algo así, pero…” Inglis había tomado la tradición del dragón en sí misma, y tenía sospechas de que Lahti también, pero parecía que en el caso de Leone había entrado en su gran espada.

Un ser humano al que los dioses le habían dado poder se convirtió en un caballero divino. Una espada bendecida por los dioses era una espada sagrada. También se decía que una espada se convertía en una hoja oscura una vez que mataba a un dios. Quizás los dragones eran lo suficientemente similares. Tal vez podrían describirse como algo cercano a los dioses.

“Me salvó, así que no me quejo. Debería estar agradecido, ¿verdad?

“Bien bien. ¡Hacerse más fuerte es bueno! ¿Puedes probarlo cuando estemos entrenando juntos? Realmente me gustaría verlo en acción. Vamos, ¿puedes?

“Er… Está bien, pero… Ja, ja, ja, no te ilumines así ante la idea”.

“De todos modos…” Liselotte interrumpió para hacer la pregunta obvia. “¿Por qué Ian haría algo así?”

“¡Correcto!” respondió Leona. “Parece que está siendo controlado… No podría decir si estaba siendo sincero, pero en un momento, se agarró de dolor y dijo que era la voluntad de Evel, que había secuestrado a Pullum por culpa de Evel para hacer tiempo para algún tipo de preparación. Realmente no sé todos los detalles, pero…”

“¡¿La voluntad de Evel?! ¿Preparativos?” Inglis presionó.

“Bueno, eso tiene un sonido inquietante…”, dijo Liselotte.

“Sí”, estuvo de acuerdo Inglis. “Ja ja ja, ha pasado un tiempo…” Su rostro se iluminó por sí solo.

Nivel planes Preparativos. Una persona normal concluiría que nada bueno estaba por suceder. Al menos, esa fue la conclusión del consenso actual. En cuanto a Inglis, esto trajo la idea de un nuevo sparring. Ella ya estaba deseando que llegara.

“Y esa sonrisa tiene un aspecto inquietante…”, agregó Liselotte.

“Bueno, así es Inglis”, dijo Leone. “De todos modos, Ian dijo que nos apresuráramos y acabaramos con él cuando estaba dolorido… Pero no pude, y luego me atacó de nuevo, y ahora…” Se calló, abatida.

“N-No necesitas preocuparte por eso… Gracias por detenerme. No quiero lastimar a mis amigos… No quiero lastimar más a Pullum…” Ian jadeó por aire mientras seguía hablando.

“¡Ian!” dijo Leona.

“¡Mantente alejado! No sé cuándo me hará autodestruirme. Después de todo, ya no soy de ninguna utilidad para él. Los preparativos están completos… Todo lo que faltaba era causar una pequeña distracción y llamar tu atención… No te preocupes por mí. No hay razón para estar molesto por lo que me has hecho…”

“Ian, ¿qué quieres decir con ‘preparativos’? ¿Qué está tramando Evel? preguntó Inglis.

Ian volvió su mirada hacia ella. Era frío y agudo, no como él en absoluto. Esta arrogancia definitivamente era de Evel. “¡Lo entenderás pronto, Inglis! ¡Seguro que a alguien como tú le encantará! ¡Así que siéntate y mira!”.

Después de una pausa, Inglis respondió: “Entonces supongo que lo haré”.

Es decir, a menos que Rafinha se oponga. A Inglis no le importaba particularmente el bien o el mal mientras tuviera un oponente fuerte, pero no podía ignorar las opiniones de Rafinha al respecto. De hecho, eran su principal prioridad. Velar por su adorada Rafinha mientras maduraba era el otro pilar de la existencia de Inglis Eucus.

“¡Ya no necesito este juguete parlanchín! ¡Es hora de limpiarlo! ¡Dejar demasiados por ahí no es mi estilo!” El cuerpo de Ian comenzó a brillar intensamente ya hincharse.

“¡No te acerques! ¡Manténte alejado de él!” gritó Inglis. La advertencia de Ian había sido correcta. Estarían heridos si estuvieran demasiado cerca cuando se autodestruyó.

El tono de voz tranquilo de Ian volvió mientras hablaba débilmente. “Todo estaba planeado desde el principio… Debería haber compartido mi destino con Leclair… Todo lo que he hecho desde entonces ha sido un error… pero ahora, al final… finalmente estoy en casa… Inglis. Todo el mundo. Tengo una última petición… cuida de Lahti, Pullum, este país…” Le dio una última sonrisa.

El grupo escuchó atentamente.

“Sí…”

“Ian…”

“¡Ian!”

Lahti, atendiendo a Pullum, no podía soportar mirar. “Ian, no sé qué va a pasar, ¡pero voy a traer de vuelta a Leclair como era! Entonces… Entonces…! ”

“Sé que lo harás, Lahti… Estoy deseando que llegue…”

Booooooom!

La luz se hinchó y explotó, creando un fuerte ruido y humo. Todos cerraron los ojos por el resplandor, y cuando los volvieron a abrir, no quedaba ni rastro de Ian, solo un parche humeante en el suelo, sobre el cual cayó una lluvia de partes de la máquina.

“¡Yoaaaaaaaaaaaaaaaan!”

Lahti miró fijamente a su amigo perdido, el dolor lo abrumaba. Ian se había ido.

“¡Puaj…! Ian… Leone se mordió el labio.

“Para los Highlanders, todos somos simplemente…”, dijo Liselotte, con los ojos bajos.

Rafinha se levantó de estar arrodillada junto a Pullum, con los ojos encendidos de ira. “¡ Nunca perdonaré a Evel por esto! ¡Ni siquiera la muerte le da una lección!