Eiyuu Ou (NL)

Volumen 6

Capítulo 1: Inglis, 15 Años: El Dragón Anciano Y El (Ex) Rey Anciano (1)

Parte 1

“¿Ver? Hay un pequeño recorte en el pecho y las mangas tienen detalles ondulantes”.

“Hmm, ¿así?”

“¡Si eso es! Sabía que lo conseguirías, Rani.

“Por supuesto que sí. Vestirte es lo mío”, alardeó Rafinha. Ella e Inglis habían extendido una hoja de papel en la cubierta del puerto Flygear dañado y discutían alegremente su contenido. Su pluma corrió sobre el papel, anotando las solicitudes de Inglis de un vestido ceremonial con adornos en forma de alas. “¿Y lo quieres en celeste y blanco? Será adorable. Pero tal vez un poco de frío por aquí”.

“No te preocupes. Estoy seguro de que estaré caliente.

“¿Eh? ¿Qué quieres decir? No puedo hacer que el vestido tenga poderes como un artefacto.

“¿Hmm? Confía en mí, estará bien. ¿Crees que puedes coser esto?

“Creo que sí. Los suministros que trajimos todavía están sanos y salvos”. Rafinha se subió a medias a uno de los bultos más grandes. “Hmm… ¡Ahí está! ¡Esto será perfecto para lo que describiste!” En sus brazos había rollos de tela, cada uno en blanco y azul claro.

“¡Oh! ¡Excelente! Luego, tan pronto como puedas llegar a él.

“¡De acuerdo! ¡Solo déjamelo a mí!”

“¡Oigan, esperen, ustedes dos!” reprendió una voz. “¡No tenemos tiempo para jugar así!”

Era uno de los caballeros de Alcard, liberado de Leclair, un hombre de unos veinticinco años que, sin embargo, era el de más alto rango de los supervivientes y se había acostumbrado a actuar como su representante. Había dicho que su nombre era Lewin.

“Oye, tenemos una razón para esto”. Rafinha, al menos, parecía estar plenamente convencido.

“¿Eh?” preguntó Inglis. “Oh, sí… Este es el hábito de una sacerdotisa para escuchar la voz de un dragón antiguo. Si uso esto, debería poder comunicarme con él”.

“Debería” era la palabra operativa, pero Inglis en realidad lo había visto en su vida pasada. Una mujer que decía ser sacerdotisa de los antiguos dragones había usado ese atuendo para comunicarse con el antiguo dragón Fufailbane. El vestido ceremonial parecía contener un pequeño tinte de maná. Además, Fufailbane se había vuelto menos hostil al verlo y más dispuesto a comunicarse, aunque solo fuera por curiosidad perpleja.

La sacerdotisa había dicho que era un comportamiento aprendido de la costumbre de sacrificar doncellas. Suponiendo que la mujer tuviera razón, Inglis podría comunicarse con el antiguo dragón si observaba las formalidades esperadas. Quería profundamente tener esa conversación y averiguar qué había sucedido en este mundo mientras ella no estaba.

Además, sería una ventaja si Fufailbane la atacara bajo el supuesto de que realmente era un sacrificio. En todo caso, esperaba que eso sucediera. En todo caso, renacer como mujer afortunadamente había hecho que tal cosa fuera más probable.

“¿Eh? ¿Quieres hablar con él? Rafinha señaló hacia donde había estado Leclair. En el cráter que ahora existía, la cola de un dragón sobresalía como un árbol gigantesco.

Después de ahuyentar a la amenaza hieral Tiffanyer, leal a la Liga Papal, y poner fin a sus estragos en Alcard, Inglis y su grupo habían vuelto a poner en marcha el Puerto Flygear. El ataque de Tiffanyer lo había dañado, pero las reparaciones de emergencia lo habían vuelto a poner en condiciones de volar, aunque solo a bajas velocidades. Le tomó alrededor de medio día volver a él y luego moverlo en el aire, y en ese tiempo no hubo cambios en la condición de la cola.

“Bueno, al menos debería preguntarle cómo quiere que le sirvan, ¿verdad?” dijo Inglis.

“Ajá, ja, ja. Yeah Yo supongo.”

Leone jadeó, alzando la voz tanto por la sorpresa como por el disgusto. “Espera, ¿hablas en serio cuando dijiste que te lo ibas a comer? ”

“Bueno, supongo que no deberíamos estar demasiado sorprendidos”, dijo Liselotte. “Pero si siguen diciendo eso…” La preocupación de Liselotte fue inmediatamente confirmada por el creciente escepticismo de Lewin. El caballero alcardiano no sabía cómo tomar lo que estaba escuchando.

“¡No, no, espera!” él gritó. “Esa cosa no parece que vaya a ninguna parte, así que deberíamos dejarla en paz. Tal vez colocar una pequeña guardia. Más importante aún, tenemos que llegar a la capital e informar a Su Majestad que hemos ahuyentado la amenaza hieral”.

“¿No es por eso que prestamos Flygears para enviar mensajeros a la capital y al ejército en la frontera?” preguntó Inglis.

“¡No, el Príncipe Lahti debe hacer su entrada triunfal!” Lewin insistió. “De lo contrario, sus grandes obras…”

“¿Seran barridos debajo de la alfombra por oportunistas que no hicieron nada por sí mismos?”

“Así es. ¡El príncipe Lahti me salvó la vida y, a cambio, se la ofrezco! ¡Por su bien!”

Inglis entendió lo que Lewin quería decir: no debían llegar tarde para hacer su movimiento en las maquinaciones que pronto envolverían a la dirección política.

Y parecía realmente querer dedicarse a Lahti. Por otro lado, hacerlo también fue un cambio de carrera ventajoso. Eso era innegable. Si Lahti se convirtiera en rey, necesitaría aliados. Pero… Todavía era demasiado pronto para que se movieran apresuradamente.

Ella sacudió su cabeza. “No. no podemos Es demasiado pronto. Todavía tenemos cosas importantes que hacer aquí”.

“¿Qué quieres decir? — preguntó Lewin—.

“De hecho, ya no estamos bajo la amenaza hieral de Highland. No obstante, la gente que rodea a Leclair todavía no tiene comida, sufriendo su saqueo. Si la situación continúa así, seguro que muchos morirán de hambre. ¿Qué diferencia haría, entonces, si simplemente nos vamos? ¿No sería su destino el mismo que si no hubiéramos podido detenerla?

Lewin finalmente se dio cuenta de la gravedad de sus circunstancias. Tal vez había estado encarcelado en Leclair durante tanto tiempo que no tenía idea de la situación general que afectaba al país.

“Si ese es el caso, entonces debemos abordarlo. ¿Cuándo esto pasó? ¿Lo has visto de primera mano?

“Hace poco. En nuestro camino hacia aquí, vimos a mucha gente pasando hambre”, respondió Rafinha.

“Ella está en lo correcto. yo estaba con ellos Tenemos que hacer algo al respecto, y rápido. La confirmación de Lahti fue suficiente para persuadir completamente a Lewin.

“Ugh, ya veo… Pero espera, ¿entonces no debería el Príncipe Lahti dirigirse a la capital de inmediato?” Lewin sugirió. “¡Debemos pedirle a Su Majestad que establezca ayuda alimentaria para la gente! ¡Puede ser enviado desde el ejército en la frontera! Si el príncipe está allí, creo que será más fácil proceder”.

“Pero, ¿realmente todo irá tan bien? Esta es una carrera contra el tiempo”, objetó Inglis.

“Si no hay comida en el área, entonces no tenemos más remedio que traerla de donde está, ¿verdad?” Lewin continuó. “De todos modos, tenemos que hacer todo lo posible-”

“Esperar. Aquí hay comida. ¿Ven?” Inglis señaló la cola del dragón.

La conversación se había centrado, una vez más, en el anciano dragón Fufailbane.

“¡¿Qué?! ¿Vas a matarlo y distribuirlo como comida a la gente?”

“Sí. Esa parece ser la solución más rápida, ¿no? Inglis sonrió al atónito caballero.

Sin esa suposición, no habría permitido que Tiffanyer, Harim y los Highlanders se fueran con Leclair, que presumiblemente todavía tenía la comida robada. Habría sido necesario recuperar la ciudad.

Sin embargo, eso también habría hecho que las negociaciones fueran más complejas. Reclamar la comida habría llevado tiempo. Tiffanyer podría haber recobrado el conocimiento y llevado las negociaciones a un callejón sin salida. Parecía una doncella hermosa y pura, su mente era astuta y calculadora. Ella era fundamentalmente diferente de Eris y Ripple, hermosa tanto en cuerpo como en espíritu. Habría impuesto algunas condiciones onerosas sobre ellos una vez que supiera su objetivo. Además, es posible que tuviera alguna idea de que su predecesor, Evel, tenía planes para el antiguo dragón, por lo que tal vez se habría negado a irse.

Si eso hubiera sucedido, Inglis habría tenido que acabar con Tiffanyer a la fuerza, lo que habría creado una crisis en caso de que Inglis, exhausto, necesitara responder de inmediato en caso de que el antiguo dragón se despertara antes. Por lo tanto, la mejor opción en ese momento había sido llegar a un acuerdo con Harim, quien parecía priorizar la seguridad de Tiffanyer, mientras que la amenaza hieral no era una espina en su costado.

Además, podría perseguir al antiguo dragón en lugar de vaciar las tiendas de Leclair. De esa forma, podría luchar contra el dragón sin la interferencia de Tiffanyer y disfrutar de la carne de dragón, que se suponía que era deliciosa. Inglis ya había planeado esto antes de las negociaciones.

Gracias al continuo sueño del dragón, Inglis había tardado medio día en recuperarse de su fatiga. Con una noche de sueño, volvería al máximo rendimiento. Sus preocupaciones resultaron ser innecesarias, pero no tenía forma de saberlo de antemano. Inglis se alegró de haber tomado la decisión que había tomado.

“Resolveremos esta escasez de alimentos aquí mismo. Además, si todos pueden ver a Lahti involucrado, su popularidad mejorará aún más. Es demasiado pronto para irse, porque tiene un gran logro más aquí”, explicó Inglis.

Necesitaba asegurarse de que Lahti obtuviera el crédito y la aclamación. Tenerlo forzado en ella sería un problema.

“¡Ya veo! Así que eso es lo que estabas pensando. Perdóname, no me di cuenta de que habías pensado tanto en ello. Lewin inclinó la cabeza y de repente vio a Inglis bajo una nueva luz.

Rafinha, con un brillo en los ojos, se mostró aún más entusiasta. “¡Eso suena genial! ¡Buen trabajo, Cris! ¡Resulta que te preocupas por algo más que una comida sabrosa! ¡Eres tan mayor!”. Rafinha abrazó a Inglis y le dio unas palmaditas en la cabeza.

Inglis estaba contenta mientras Rafinha estuviera feliz, pero… “Espera, Rani, ¿por qué respondes así ahora? Pensé que estabas de acuerdo porque lo sabías.

“¿Eh? Nah, simplemente no hay discusión contigo cuando tienes hambre. Y además, yo también tengo la barriga vacía…” Rafinha se rió y sacó la lengua. Era una excusa obvia, pero desde la perspectiva de un abuelo falso, perdonablemente adorable.

Permaneciendo en silencio, Inglis dirigió su mirada a Leone y Liselotte.

“¡Eso suena genial! ¡Es una muy buena idea! Leone sonrió, orgullosa de Inglis.

“Sí, suena maravilloso”, estuvo de acuerdo Liselotte.

Por lo que Inglis podía decir, nadie había entendido sus intenciones al principio. Que deprimente. ¿Qué pensaban de ella normalmente? De todos modos, eso es lo que tengo planeado. Por favor, hazme ese atuendo cuando puedas”.

“¡Entiendo!” Respondió Rafinha. “¡Eso me motiva aún más!”

“¡Déjame ayudar también! dijo Pullum. “Estoy seguro de que podré ayudar de alguna manera”.

“¡Gracias, Pullum! ¡Empecemos entonces!” Rafinha dijo, lleno de alegría.

“Debería comer algo antes de la pelea…”, dijo Inglis. El puerto Flygear todavía tenía un poco de comida. Con toda la carne que vendría del antiguo dragón, seguramente estaba bien acabar con lo que tenían. Permanecer hambrienta por mucho tiempo la dejaría incapaz de mostrar todo su poder.

“¡No es justo, Chris! ¡Yo también tengo hambre! ¡No lo tomes todo para ti!”.

“Pero tienes que ponerte a coser rápido…”

“¡Mis manos tiemblan cuando tengo hambre! ¡No podré coser nada bonito! No quiero hacer nada que te avergüence ponerte, ¡así que primero tengo que comer!”.

Pullum se rió. “Entonces empiezo, Rafinha. Adelante, come”.

“¡De acuerdo! Gracias, Pullum”.

“En ese caso…” comenzó Inglis.

“Leone, ¿podrías hacernos algo?” Inglis y Rafinha entonaron al unísono, con amplias sonrisas.

“Siempre te apresuras a pedirme que lo haga…”, se quejó Leone.

“Es porque haces una comida tan sabrosa”, respondieron los dos.

“Bueno, es bueno escuchar eso, pero… Está bien. Solo espera un minuto.

La duda volvió a cruzar el rostro de Lewin mientras observaba a las chicas. Se volvió hacia Lahti. “Er, Príncipe Lahti… ¿Es realmente una buena idea dejar asuntos tan peligrosos a estas damas? Parecen chicas normales… Lindas, por supuesto, pero ¿pueden las pequeñas cosas delgadas como ellas enfrentarse a un dragón?

“¿Hmm? Estarán bien. No los verás bajo esa luz por mucho tiempo”.

“¿Eh? ¿Qué quieres decir?”

“Una vez que los veas comer, no pensarás que son lindos. Una vez que los vea pelear, no pensará que son delgados. Inglis persiguió una amenaza hieral básicamente por su cuenta, ¿verdad? Si ella no puede hacer nada con respecto a un dragón, no hay nadie en este país que pueda hacerlo.

“¿E-Ella es tan fuerte?” Lewin jadeó.

“Escucha, Lahti, no sé qué quieres decir con eso, ¡pero no he olvidado lo que prometiste antes de venir a Leclair!” intervino Rafinha. “Hay mucho tiempo mientras esperamos la cena, ¡así que ahora es tu oportunidad! ¡Ven aquí y dilo!

Antes de que viajaran a Leclair desde las otras ciudades de Alcardian, Lahti había prometido que usaría su poder como rey sin vacilar para proteger a Pullum. La traición de su hermano había dejado a la niña en una posición precaria para ponerse del lado de Tiffanyer. En ese momento, Rafinha y las otras chicas se habían entusiasmado con la idea de que él, por ejemplo, rescatara a Pullum y luego le propusiera matrimonio. Rafinha estaba emocionado de traer eso de vuelta.

“¡Eso es absurdo! ¡Este no es el momento! ¡No hasta que lidiemos con este lío por completo! ¡Y no uses una cosa tan importante como una pequeña charla mientras esperas la cena!

“¿Qué? ¡Pero tú lo prometiste!” ella gimió.

“¡No prometí nada de eso para empezar!”

“¿De qué estás hablando? Suena divertido”, intervino Pullum.

“¡Vaya, no es nada, absolutamente nada! ¡Date prisa y haz el atuendo de Inglis! ¡No tenemos tiempo que perder!” Nerviosa, Lahti cambió de tema.

◆◇◆

Y finalmente…

“¡Vaya, se ve genial! ¡Cris, eres adorable! ¡Te queda perfecto! Puedes trabajar con cualquier atuendo, por lo que realmente vale la pena hacer cosas para que las uses”.

Rafinha, con círculos oscuros bajo los ojos, levantó un espejo de mano que reflejaba a Inglis. A pesar de lo severo y digno que era el atuendo de la sacerdotisa, la cantidad de piel visible alrededor de sus hombros y escote exudaba exactamente el glamour opuesto. En resumen, Inglis era fascinantemente atractivo. Solo deseaba tener un espejo más grande para disfrutar plenamente de la vista.

“Realmente lo es”, coincidió Pullum, tan exhausto como Rafinha. “Su piel es tan clara y su pecho… Ojalá el mío fuera así”. No importaba lo cansada que estuviera, el brillo en sus ojos era obvio.

“¿Por qué no aprovechar la oportunidad para ver cómo se siente? Es tan suave y flexible”. Rafinha empujó a Inglis.

“¡Basta ya, Rani…! ¡No te límites a hurgar en el pecho de la gente!”. Inglis protestó.

“Me lo merezco después de trabajar hasta los huesos para esto. Me estás pagando con tu cuerpo.

“¡Agh!”

“Vamos, Pullum”, continuó Rafinha. ¡Adelante, toca! Está bien.”

“O-Está bien, solo para ver cómo se siente… ¡Guau, esto es increíble! Ella es realmente suave y flexible”.

“Uf… ¿No es eso suficiente?” Inglis se quejó. “Vamos, esto es vergonzoso”.

¿Y tú, Liselotte? preguntó Rafinha. “Puedes tocar todo lo que quieras”.

El grupo estaba dentro de una tienda de campaña en la cubierta del Puerto Flygear. Inglis, Rafinha, Pullum, Leone y Liselotte lo usaban como lugar para dormir. Lahti y Lewin, así como los demás caballeros de Alcard y los supervivientes civiles, tenían cada uno sus propias tiendas. El casco redondo y profundo y la cubierta espaciosa de un puerto Flygear fueron diseñados para permitir que una gran cantidad de personas descansen de forma segura en el aire. Podría operar como una base móvil para decenas de tropas.

De todos modos, Liselotte se aclaró la garganta en respuesta a la invitación de Rafinha. “Eso es bastante inmodesto. No lo apruebo.

Liselotte era una dama de clase, en más de un sentido, pensó Inglis. Aunque esa posición política también se aplicaba a los menos modestos entre ellos: una tal Lady Bilford.

Gracias a dios. Eso debería cambiar el curso de la conversación.

Liselotte continuó después de una pausa. “Pero si insistes… Es educativo estudiar lo que no se tiene”.

“¿Incluso tú, Liselotte? —protestó Inglis. Rafinha y Pullum eran delgados y no especialmente dotados. La complexión de Liselotte era promedio. Pero parecía que todavía albergaba cierta curiosidad.

“¡Entonces ve derecho adelante! ♪”, anunció Rafinha. “¡Vamos, son jiggly!”

“Vaya, son tan pesados. Asombroso.”

Solo había una persona a la que Inglis podía mirar en esta situación. “¡Sálvame, Leone!”

“Aja, ja… Haz tu mejor esfuerzo…” Leone se había refugiado en el rincón más alejado de la tienda para protegerse, cubriendo defensivamente su pecho con sus brazos. Sabía que ella era el próximo objetivo.

“¡Leona! ¡Qué crueldad!”

“¡Vamos, tengo que lidiar con Rin aquí!” Rin había establecido un campamento en el escote de Leone, por lo que, en cierto sentido, Leone al menos la estaba deteniendo. De lo contrario, la pequeña bestia magicita también se habría unido.

“Vamos, si sigues mirando para otro lado, los voy a apretar más”, se burló Rafinha.

“¡Eek! ¡Deja de tocarlos así!” Inglis protestó. ¿¡No es eso suficiente!? ¡Necesito llegar al dragón!”

“Hmm, supongo que podemos parar. Hemos disfrutado mucho de la elasticidad de Chris”. Con el anuncio de Rafinha, los ataques de los tres cesaron.

“Sí”, estuvo de acuerdo Pullum. “Fue increíble. Realmente estoy celoso”.

“Aprendí bastante”, comentó Liselotte.

“Uf, finalmente se acabó… De todos modos, basta de jugar. Voy a dónde está ese dragón ahora”, anunció Inglis. “Rani, Pullum, deben estar cansados. Puedes descansar.”

“No, yo también iré”, dijo Rafinha. “Vamos a comer sabrosa carne de dragón, ¿verdad? ¡No quiero dormir con eso!”

“¡Quiero hacer todo lo que pueda para ayudar también! Pullum estuvo de acuerdo. “¡Si hay algo que pueda hacer para ayudar a las personas de las que mi hermano tomó comida…!”

“¡Entonces vayamos juntos! ¡Eso será bueno, cierto, Chris!

“Sí”, estuvo de acuerdo Inglis. “Hay un favor que quería de ustedes dos de todos modos…”

“Por supuesto, también ayudaremos”, anunció Leone.

“De hecho lo haremos. Vamos todos juntos”, estuvo de acuerdo Liselotte.

Inglis y los demás abandonaron su tienda y abordaron sus Flygears, listos para descender a las ruinas de Leclair, donde la cola del antiguo dragón sobresalía del suelo.

◆◇ ◆

Tres Flygears despegaron de la cubierta del Puerto Flygear. La [ Star Princess] llevó a Inglis y Rafinha; los otros dos formaban parte de la dotación del barco, transportando a Leone y Liselotte, y Lahti y Pullum, respectivamente.

En verdad, habría sido mejor para Lahti quedarse atrás en el Puerto Flygear, pero simplemente no quería ni oír hablar de eso. Tanto el sentido de la responsabilidad como comandante nominal de la expedición como la preocupación por Pullum habían influido en su participación.

“¿Por qué no aterrizamos a cierta distancia del dragón y caminamos el resto? Podría ser peligroso si nos acercamos a él de repente”, sugirió Inglis. Llevó a la Princesa de las Estrellas al suelo a una distancia segura de la cola que sobresalía.

“Pero, ¿por qué tan lejos, Chris?” preguntó Rafinha mientras caminaban hacia la cola del dragón.

“¿Estar preparado si de repente salta del suelo y nos ataca?” Leona reflexionó.

La observación de Leone no estaba equivocada, pero no era el cuadro completo si iban a proceder con la máxima cautela, pero también había algo completamente diferente que uno debía tener en cuenta al tratar con un dragón anciano.

“Un dragón lo suficientemente fuerte como para llamarlo dragón antiguo convierte la misma energía a su alrededor en guardianes, se llaman fantasmas o proyecciones”, explicó Inglis.

El poder alrededor de un dragón era algo diferente al maná o la magia, y sus efectos eran más fuertes que la magia demasiado ineficiente. Las llamas o la ventisca que exhalaba un dragón no requerían ningún canto o gestos mágicos, pero poseían mucho más poder. Sin embargo, a diferencia de la magia que compartía algunos rasgos comunes, el poder de los dragones variaba mucho de uno a otro. Su poder era menos una ciencia y más rasgos individuales.